Del martes 11 al jueves 13 de enero, de 18.00 a 20.30, el escritor y periodista Julio Benegas Vidallet compartirá un curso intensivo de técnicas de redacción en Casa Karaku (Montevideo 1025 casi Manduvirá, Asunción).
Durante los tres días de clases se abordarán puntos como: desarrollo de personajes, descripción de ambientes, puntos de apoyo, de inicio, de transición y de cierre para el relato periodístico y literario. El taller de Benegas también incorporará el trato de los problemas más comunes del lenguaje escrito en Paraguay y las formas prácticas de resolución.
Benegas Vidallet desarrolla talleres de redacción desde 1999. Es autor de siete obras, dos periodísticas y cuatro literarias. En su producción resaltan La Masacre de Curuguaty, Vuela Soledad y su última novela, La cuarentena de Ñasaindy.
En 2001 ganó el premio internacional de periodismo Lorenzo Natali y en 2014 se alzó con el primer premio del concurso de cuentos de la Cooperativa Universitaria. Ha trabajado en Última Hora, ABC Color y actualmente es miembro del periódico digital E’a. Es docente de comunicación en la Facultad de Artes, Ciencias y Tecnología de la Universidad Nacional de Pilar.
Para inscripciones y consultas, Casa Karaku habilitó el 0986 287 739.
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Pulitzer premió reportajes sobre el fentanilo, Gaza y Trump
- Nueva York, Estados Unidos. AFP.
Investigaciones periodísticas sobre los estragos del fentanilo, el intento de asesinato de Donald Trump cuando era candidato, las consecuencias de la ley antiaborto en algunos estados y las guerras de Sudán y Gaza fueron galardonadas ayer lunes con el premio Pulitzer, en los que un equipo de fotógrafos de la AFP en Gaza quedó finalista.
Con una dotación de 15.000 dólares, los premios creados en 1917 por Joseph Pulitzer y que otorga la Universidad de Columbia en Nueva York encumbran al periodismo de investigación como servicio público, de información y educativo tanto escrito como audiovisual, la literatura y la música.
Un reportaje sobre la muerte de una embarazada después de que los médicos atrasaran su intervención por miedo a violar las excepciones sobre la vida de la madre en los estados con estrictas leyes antiaborto le valieron a las periodistas Kavitha Surana, Lizzie Presser, Cassandra Jaramillo y Stacy Kranitz de ProPublica el galardón al periodismo como servicio público.
El Washington Post ganó un Pulitzer por la cobertura del intento de asesinato del entonces candidato republicano Donald Trump a la presidencia, el 13 de julio de 2024, mientras que las fotos del fotógrafo del New York Times, Doug Mills, sobre ese acontecimiento, entre ellas una imagen que capta la bala zumbando en el aire mientras habla, se llevó el Pulitzer en la categoría de fotografía noticiosa.
En esta categoría, el equipo de fotógrafos palestinos de la AFP en Gaza fue finalista por una “variedad de imágenes poderosas (...) que encapsulan la perdurable humanidad de la población de Gaza en medio de la destrucción y las pérdidas generalizadas”.
En la categoría de periodismo investigación, la agencia Reuters se llevó el galardón por un reportaje sobre la legislación laxa tanto en Estados Unidos como en el extranjero que hace que el fentanilo, una de las drogas más mortíferas del mundo, es fácilmente accesible y barata para los consumidores estadounidenses.
Otros reportajes del Baltimore Banner y del New York Times sobre las dimensiones de la crisis del fentanilo en Baltimore (este) y su desproporcionado impacto en los hombres negros de más edad se llevaron también el preciado galardón.
Un análisis sobre el fracaso de la presencia estadounidense en Afganistán le valió a los periodistas Azam Ahmed, Christina Goldbaum y Matthieu Aikins, también del New York Times, obtuvo el galardón por el periodismo explicativo. El giro personal y político del hombre más rico del mundo, Elon Musk, hacia el conservadurismo, publicado por Wall Street Journal también fue galardonado.
El New York Times, el diario más premiado en esta edición 2025, se llevó también un galardón por un reportaje sobre el conflicto en Sudán, mientras que uno de sus columnistas, Mosab Abu Toha, ganó el premio por un trabajo sobre sobre los estragos emocionales y físicos que ha provocado más de año y medio de guerra de Israel en Gaza.
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Falleció María Cristina Sanabria, figura de los noticieros
La periodista y abogada María Cristina Sanabria Sanabria, recordada conductora de noticieros, falleció este miércoles a los 49 años, a consecuencia del cáncer. La comunicadora, que en pocas semanas hubiera celebrado medio siglo de vida (24 de abril de 1975), tuvo una significativa trayectoria como reportera y como presentadora del emblemático “24 horas magazine” del canal 9 SNT.
Licenciada en Comunicación por la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción en 1996, ese mismo año inició su recorrido por medios en pantallas del Sistema Nacional de Televisión. A la par, en 2003 obtuvo su título de abogada por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNA; luego de cursar un Doctorado en Comunicación Política (1999/2000) en la Universidad Complutense de Madrid (España).
Su formación siguió en ambos rieles, la comunicación y el ámbito judicial, a través de diversos cursos y diplomados en México, Colombia, Ecuador, Costa Rica. Sobre esta base, extendió su profesionalismo a la función pública en la Corte Suprema de Justicia, Itaipú, Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y el Ministerio de Educación (MEC), así como en el sector privado e internacional. Igualmente, tuvo una faceta como docente universitaria.
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Fue reconocida con el Premio Nacional de Periodismo “Santiago Leguizamón” al Mejor Trabajo de Investigación Periodística para Televisión (2005), otorgado por el Congreso; y el Primer Premio Regional “El Mercosur más allá de la retórica” (1999), organizado por la fundación alemana Friedrich Naumann y los medios de comunicación del Mercosur.
Además, incursionó en la prensa escrita con artículos en los diarios ABC y Última Hora. El canal Trece y Paraguay TV, en que era copresentadora de “Paraguay Noticias”, fueron otros medios en su trayectoria; mientras que en los últimos tiempos había conducido programas como “El Descargo” y “Más allá de un reportaje” en la Megacadena de Comunicación, al igual que en Radio Cáritas.
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Condolencias
El Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic) expresó en redes sociales: “Con profunda tristeza despedimos a María Cristina Sanabria, destacada periodista, comunicadora y presentadora de TV. Su pasión, ética y calidez dejaron huella en quienes la conocieron. Acompañamos a sus seres queridos en este momento de dolor. Que su legado permanezca y descanse en paz”.
Por su parte, Paraguay TV publicó un clip audiovisual con este mensaje: “Así recordamos a nuestra compañera María Cristina Sanabria, quien hoy pasó a la eternidad. Tras una dura batalla a una penosa enfermedad, hoy estamos conmovidos con su partida. María Cristina fue una gran comunicadora que dejó su sello en cada trabajo que realizaba. Q.E.P.D”.
“Desde la Megacadena de Comunicación, recordaremos siempre por su incansable labor y extendemos nuestras condolencias a los familiares”, manifestó la cuenta de Radio 780 AM. En tanto, otro medio que contó con su labor, expresó: “Directivos, administrativos, periodistas y compañeros de Radio Cáritas UC, con profunda tristeza informamos y vivimos la partida de nuestra compañera, una gran persona de larga trayectoria profesional”.
“Falleció María Cristina Sanabria. Fuimos compañeros de trabajo en algún momento. Una mujer comprometida y seria. En varias ocasiones escribió: ‘Si la vida no te desafía, no te cambia’. Aceptó su destino y luchó. Es parte del proceso de los que dejan una huella. QEPD.”, la recordó Mariano Nin, desde el equipo del canal Trece.
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La política del espectáculo se trasladó al periodismo
El reconocido periodista y escritor español Juan Luis Cebrián (fundador y primer director de El País) suele remarcar el conflicto entre el hombre de prensa que redacta recetas mágicas para los gobiernos y los políticos que ambicionan determinar qué es noticia y qué no. El primero abandona la fundamentación analítica para incursionar abiertamente en la propaganda militante y los segundos se convierten directamente en contralores de lo que debería publicarse y de aquello que no merece siquiera mención alguna.
Hubo casos en que ambos traspusieron las fronteras para asumir la profesión de enfrente. De periodistas que decidieron dedicarse a la política y de políticos que incursionaron en el campo de la comunicación, llevando la impronta de su personalidad en esos espacios de comunicación y liderazgos.
El que buscaba o hablaba con sinceridad, en el marco de una ética que reverencia la verdad, lo seguirá haciendo sin importar dónde tenga asentada su vivencia cotidiana. De igual modo, quienes se acostumbraron a distorsionar los hechos pretenderán transfigurar el paisaje para dibujarlo conforme con sus pretensiones y conveniencias. En términos sencillos: solamente se preocupan por utilidades particulares como la fama y/o la fortuna, casi siempre asociadas, y no por el bienestar de la sociedad, ya sea por la vía de las observaciones y cuestionamientos serios y honestos o la elaboración de propuestas que despejan el camino de la consolidación democrática, combatiendo a sus más poderosos enemigos: la pobreza, la desocupación y el analfabetismo (absoluto o funcional).
Sin embargo, pocas veces ocurren estas buenas prácticas profesionales, idealizadas desde la retórica, sino todo lo contrario, abundan las mentiras, la doblez, el embuste, la mala fe y una rampante mediocridad, alimentados constantemente por una ambición sin escrúpulos. Y aquí debemos añadir una nueva clasificación a las características descritas en las primeras líneas en ese cruce entre periodismo y política: la de los políticos activos que bastardean el periodismo para imponer sus criterios ideológicos o simplemente sus sectarios intereses. Por tanto, no hay razón que valga para sus empequeñecidas miradas y sus sesgadas mentes. Los más sólidos argumentos rebotan en sus histéricos griteríos o sus ínfulas de pretendida intelectualidad.
Las entrevistas, desde el micrófono, el teléfono inteligente o la pantalla se reducen al monólogo donde la verdad es irrelevante ante el aluvión de proclamas partidistas. Asumiendo un rol travestido, acometen con audacia y cinismo en contra de la reflexión más elemental, de las pruebas más contundentes, y hasta del buen juicio. Así se pervierte y retuerce el cuello de una profesión que nació noble, pero que lentamente va sucumbiendo en su prestigio y credibilidad ante el frívolo espectáculo que privilegia el rating por encima de su real papel en la sociedad, su misión ética y su vocación de lealtad a la ciudadanía.
Recientemente, una exparlamentaria –que confundió el recinto del Congreso de la Nación con un desfile sobre alfombra roja– trasladó sus atuendos al área de prensa. En una entrevista con un dirigente campesino, quien resaltó el trabajo que está realizando este gobierno para la titulación de tierras (hasta le relató el caso de un señor que tuvo que esperar décadas para acceder a su acreditación de propiedad), recibió como respuesta unas desaforadas imprecaciones: “traidor a la causa”, “vendido al narcotráfico”, “no tenés vergüenza”. La respuesta del “entrevistado” –porque casi no le dejó hablar– tuvo la serenidad de quien debate con datos y estadísticas, generando arrebatos coléricos y panfletarios en la “periodista”.
En el otro extremo están los denominados comunicadores que hacen política, sin tapujos, borrando todos los límites y sin aclaración alguna, pues intentan infestar la conciencia ciudadana con sus prédicas de pasquín desde una posición de supuesta objetividad. Así, obnubilada la capacidad de razonar, escribió uno de ellos: “El gobierno (de Santiago Peña) puede dar miles de becas, pero, si estudiar no sirve para acceder a los mejores empleos y solo hay trabajo para hurreros y mediocres, de nada servirán.
Hay que promover un sentido meritocrático para hacer que la educación sea un dinamizador social. Guapitos, abstenerse”. Los comentarios de los usuarios de las redes no podían ser más precisos: Había sido hay que estudiar con el exclusivo propósito de ser funcionario público. La razón nuevamente fue sometida por el fanatismo. Un ejemplo más de lo que esta perniciosa práctica puede hacer. No se trabaja por construir una cultura democrática, sino para imponer la mendacidad a toda costa. Pero los agoreros del pesimismo volverán a fracasar estrepitosamente, como ya lo hicieron a lo largo de las últimas décadas. El país necesita de gente seria y capaz, que piense, edifique y aporte con la crítica sana y positiva, y no del petardismo intranscendente e improductivo. Por eso siguen empantanados en la decadencia, el descrédito y la impopularidad. Irónicamente, en todos los defectos que ven en los demás.
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Guatemala: periodista vuelve a prisión en medio de repudio internacional
- Ciudad de Guatemala, Guatemala. AFP.
El periodista guatemalteco José Rubén Zamora fue devuelto ayer lunes a una prisión militar, luego de que un juez acató una orden de un tribunal superior que revocó el arresto domiciliario en el que estaba desde octubre pasado.
Zamora, de 68 años, es acusado de un supuesto caso de lavado de dinero y chantaje, en un proceso que organismos internacionales y varios gobiernos consideran un ataque contra la prensa por parte del anterior gobierno guatemalteco y los colaboradores que aún tiene en la Fiscalía.
Tras el fallo del juez Erick García, rechazado por organismos de derechos humanos internacionales, agentes del sistema penitenciario esposaron a Zamora y de inmediato lo llevaron a la misma prisión donde ya estuvo encarcelado por más de 800 días, el cuartel Mariscal Zavala, en Ciudad de Guatemala.
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El juez acató una orden de una sala de la Corte de Apelaciones que revocó el arresto domiciliario precisamente por gestiones de la Fiscalía y la querellante en el proceso, la ultraderechista Fundación contra el Terrorismo.
Tras escuchar el fallo, el periodista, que vestía un traje azul y camisa blanca, insistió en su inocencia y reiteró que seguirá “enfrentando el Estado mafioso, las mafias criminales que manipulan a su capricho, y arbitrariamente la justicia”. “Regreso a prisión. Yo pienso que no soy el único (criminalizado)”, declaró Zamora, quien calificó como “arbitraria” la resolución en su contra de la sala de Apelaciones. En su cuenta de X, la Fiscalía celebró la resolución del juez.
Persecución contra la prensa
La oenegé Reporteros si Fronteras (RSF) hizo “un llamamiento al sistema judicial guatemalteco para que respete el derecho a un juicio justo y deje de abusar de los mecanismos legales para amordazar a los periodistas”. “La comunidad internacional debe seguir presionando a Guatemala para que garantice la libertad de prensa y el Estado de derecho”, subrayó RSF en una declaración enviada a la AFP.
Amnistía Internacional (AI) condenó el fallo debido a que “a todas luces” es arbitraria y se debe por “sus labores periodísticas de investigación y denuncia de la corrupción”.
“Su detención es un atropello más en la larga lista de violaciones a sus derechos humanos. Exigimos su liberación inmediata y el levantamiento de todos los cargos en su contra”, dijo Ana Piquer, directora para las Américas de AI.
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“Rechazamos la revocación del arresto domiciliario del periodista José Rubén Zamora. La arbitraria decisión del Juzgado constituye un grave ejemplo de persecución política y contra la libertad de expresión en Guatemala”, subrayó por su parte la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
En tanto, la secretaría de Comunicación Social de la Presidencia en un pronunciamiento expresó su preocupación por “la continuidad del hostigamiento” contra Zamora y pidió al Organismo Judicial a “retomar el camino de una justicia transparente e imparcial”. El periodista estuvo preso en la cárcel del Mariscal Zavala desde el 29 de julio de 2022 hasta octubre pasado.
Zamora fue arrestado tras publicar en su diario El Periódico casos de corrupción que salpicaban al entonces presidente derechista Alejandro Giammattei (2020-2024). El rotativo cerró en 2023, mientras él estaba en prisión. Un tribunal lo condenó el 14 de junio de 2023 a seis años de cárcel por lavado de dinero, pero la sentencia fue anulada y el juicio deberá repetirse.