La fatiga de Zoom es la denominación que se le atribuyó a todo cansancio generado por las reuniones hechas a través de la plataforma de videollamadas. Un nuevo estudio de la Universidad de Stanford reveló que son cuatro los factores que explican este agotamiento.

El director del Laboratorio Virtual de Interacción Humana de la Universidad de Stanford, Jeremy Beilenson, enumeró de a uno cuáles son esas cuatro razones por las que las videoconferencias resultan agotadoras y cómo podrían ser solucionadas:

Contacto visual permanente

Se trata del estrés generado por los periodos excesivos de contacto visual cercano. A diferencia de una reunión en persona, donde los participantes pasan de mirar al orador a tomar notas, entre otras cosas, en Zoom todos están mirando a todos todo el tiempo, y eso provoca ansiedad.

La solución: Minimizar o achicar la ventana de la videollamada.

El video distrae

En un estudio hecho también por la Universidad de Stanford se concluyó que hay un aumento en la carga cognitiva cuando se trata de comunicarse a través del video. El director explicó que el aluvión constante de señales no verbales complejas, tanto enviadas como recibidas, durante un Zoom, generan fatiga.

La solución: Tomar descansos de sólo audio para aliviar esa carga cognitiva.

El efecto de mirarse a uno mismo

“Imagínese en el lugar de trabajo físico, durante la totalidad de una jornada laboral de 8 horas, que un asistente lo sigue con un espejo de mano, y por cada tarea que hace y cada conversación que tiene, se asegura de que pueda ver su propia cara en ese espejo todo el tiempo”, escribió Beilenson.

El estudio dice que estar viéndonos a nosotros mismos constantemente en la videoconferencia genera una autoevaluación permanente y, a su vez, un efecto negativo.

La solución: ocultar la vista de uno mismo en una videollamada.

Sin video, podés hacer otras tareas

Con una llamada sólo por audio se pueden hacer a la par otras pequeñas actividades como caminar por la habitación, lavar los platos y hasta hablar en lenguaje de señas con otra persona. Bailenson mencionó que estar en movimiento mientras se habla puede mejorar el rendimiento cognitivo, pero en Zoom esto es casi imposible.

La solución: Hacerse las preguntas, ¿todas las reuniones deben realizarse sí o sí a través de Zoom?, ¿qué beneficios trae que ciertas interacciones regresen a plataformas de sólo audio?

Foto: Pexels.

Zoom saltó de aproximadamente 10 millones de usuarios en diciembre de 2019 a más de 300 millones en los cinco meses posteriores. Según la empresa, estas cifras irán en aumento ya que se prevé que las videollamadas crezcan en un 40% gracias al impulso del teletrabajo que generó la pandemia.


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