El incesante ingreso de mercaderías de contra­bando al territorio para­guayo especialmente desde Argentina, que se debe en gran medida a los débiles controles en la frontera, se está dando de manera desmedida. La cebolla es uno de los productos fruti­hortícolas que ingresa en gran­des cantidades e inundan las calles y los comercios, dejando sin mercado a los productores nacionales, quienes son los más golpeados con el flagelo que está acechando al país.

Sumado a esta problemática, una situación muy particular se da en Canindeyú, donde pro­ductores se encuentran suma­mente preocupados ante la casi nula venta de su producción de cebolla, desde hace tres sema­nas que no pueden ubicar en el mercado y temen que se pudran 900.000 kilos. Esto puede generar una enorme pér­dida económica para los más de 100 empleados que trabajan en la cosecha y sus familias.

La exagerada burocracia esta­tal perjudica aún más la situa­ción, el Ministerio de Agricul­tura y Ganadería se enfoca en los pequeños productores que cuentan con 20 hectáreas para su producción, situación que excluye a los de Canindeyú dentro de la agricultura fami­liar puesto que estos cuentan con 30 hectáreas, diez más de lo que establece el MAG.

La producción nacional amenazada por creciente contrabando y por la falta inmediata de respuestas de las autoridades competentes.

La señora Sonia Colmán, esposa de uno de los produc­tores, denunció que desde el MAG aseguran que los pro­ductos de Canindeyú no figu­ran como producción nacional razón por la cual, los importa­dores se niegan a comprar de ellos, lamentó que, anterior­mente, 5 a 6 camiones de cebo­llas eran enviados al Mercado de Abasto, pero que desde hace unas semanas ya nadie busca comprar de ellos. “Una semana lo que trabajamos bien, la siguiente más o menos y esta semana nadie ya quiso llevar de nosotros. Siempre apare­cían muchos compradores para llevar las mercaderías de acá y ahora ya no”, señaló.

Comentó que trabajan las tierras alquiladas de una empresa llamada Líneas Pan­chita, son 30 hectáreas de siembra de cebolla por el sis­tema de riego con que cuenta el lugar y están dando trabajo a más de 100 personas por día que ayudan con la mano de obra, en su mayoría indíge­nas. “Son varias familias que ahora se pueden quedar sin trabajo y quieren a salir a la ruta”, remarcó.

El gerente de comercializa­ción del MAG, Ing. Aníbal Roa negó que exista impedimento por parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería para que se comercialice la cebolla en el mercado “Ellos sí pue­den traer al abasto, claro que pueden traer, se habrá recha­zado por el precio, pero ellos pueden vender donde quie­ran”, expresó.

Roa explicó que desde el MAG direccionan a los pequeños productores para que los importadores puedan com­prar sus productos pero que solo el 30% de ellos trabaja con ese esquema. Mencionó que el negocio de los pro­ductores de Canindeyú es una “producción privada” y no de pequeños productores, “es un capital privado, no está dentro de la agricultura fami­liar que tiene que ser de 20 hectáreas para abajo y noso­tros trabajamos con peque­ños productores”, indicó.

“Pueden moverse y ven­der, pero no suma dentro del esquema de comerciantes que trabajan con nosotros. Igual se compra pero dentro de otro esquema”, señaló el gerente de comercialización del MAG, mientras la produc­ción nacional se pudre y se ve altamente amenazada por el contrabando que la deja rele­gada y con perjuicios enormes a los agricultores.

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