La Federación Nacional Campesina (FNC) ha pasado por diversas etapas en su larga historia. Ha tenido liderazgos más cercanos ideológicamente al centro, algunos más de centro izquierda y otros directamente de izquierda más dura. Otro elemento que históricamente ha mantenido la FNC es el de mantenerse equidistante en los procesos electorales, a pesar de que llegó a hacerle guiños a distintos candidatos presidenciales, nunca lo hizo de manera abierta o institucional, fueron más iniciativas individuales de sus directivas. Esa equidistancia le daba a la organización y marcaba una ventaja con las demás del sector campesino, a la hora de plantear sus reclamos y reivindicaciones en sus históricas marchas que realizan cada año en el mes de marzo.
Y si recurrimos de vuelta a la historia, podemos ver que, en el último tiempo, la FNC ha endurecido sus posturas alentando, promoviendo y algunos señalan que, con medidas más extremas, más similares a las que realizaban en su momento otras agrupaciones del sector. La invasión de propiedad privada es una de ellas. La semana pasada la Federación anunció su apoyo institucional a la dupla Alegre-Núñez. Lo hizo en un acto bastante menos popular de lo que se hubiese esperado. En una fría oficina. Después de todo, por primera vez la organización expresa su acompañamiento institucional, ya que siempre optó por hacer campaña a favor del voto nulo o blanco, en cada elección presidencial. En su momento, también acompañaron a candidatos al Congreso Nacional como diputados o senadores, aunque sus resultados han sido bastante frágiles. Lo poco que se sabe es que la Federación presentó una especie de programa con sus puntos principales de interés, que todos estos fueron (obviamente) aceptados por Alegre y que todo quedaría enmarcado en un acuerdo que sería firmado por ambas partes.
A algún sector puede no gustarle el apoyo explícito que hace la Federación Nacional Campesina a la dupla presidencial de la Concertación. De hecho, a partir de ahora se pondrá en duda cada planteamiento que haga, cada propuesta se verá como una cuestión electoral o parte de la contienda política de acá hasta abril y los líderes de la FNC lo saben. En algún punto, algunos podrían sugerir que hubo un error de cálculo político gremial al hacer público su endoso, que podría traerles más perjuicios que beneficios en lo que hace a sus agremiados. Después de todo, esta campaña y candidatos pasarán, la FNC seguirá existiendo, pero su existencia en gran medida está condicionada en base a sus resultados. Así funciona para quienes deciden asociarse a la misma. Del otro lado, podría decirse lo mismo para la chapa presidencial, estará en ellos saber cómo lidiar con quienes los van a criticar por asociarse a la FNC y que en el campo sufren sus métodos de lucha, algunos muy cercanos a la violencia incluso. Será la chapa presidencial de la Concertación la que deberá explicar sobre todo a sectores económicos, aquellos que dan empleo y pagan impuestos como será un eventual gobierno que tiene a la FNC como socio estratégico. Ni hablar si se mira a quienes están evaluando venir a nuestro país a traer inversiones.
En lo particular, podría calificarse de saludable para las reglas de la campaña que los gremios ya sean del sector que sean (sindicales, campesinos, económicos, de la producción, industriales, ganaderos, vecinales, intelectuales) tomen posición pública sobre los candidatos a presidente a quienes respaldan. Ojalá todos se animen a hacerlo. Lo mismo con los grupos de medios de comunicación. Así funciona en las democracias más avanzadas y mucho más añejas que la nuestra. Ahora bien, no se puede concluir sin decir que cuando los líderes toman las decisiones, en la línea de lo que hizo la Federación, deben saber que desde ese día dejarán de ser percibidos como independientes políticamente, y eso conlleva un peso de responsabilidad. El peso de la mochila de tomar posición, uno que puede volverse un verdadero fastidio si no se sabe cómo lidiar con el mismo. Pero al final del día para eso son las cabezas de esos grupos de presión, para tomar decisiones que luego el tiempo dirá si fueron convenientes o si las mismas realmente responden a todos sus asociados o al menos a una mayoría de los mismos.
El peso de la mochila de tomar posición, uno que puede volverse un verdadero fastidio si no se sabe cómo lidiar con el mismo.
De hecho, a partir de ahora se pondrá en duda cada planteamiento que haga, cada propuesta se verá como una cuestión electoral o parte de la contienda política de acá hasta abril y los líderes de la FNC lo saben.