En dos puntos clave están de acuerdo los líderes de la oposición interna del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) para la convención (extraor­dinaria y ordinaria) fijada para hoy y que tendrá lugar en la ciudad de Caacupé. El oficialismo, obviamente, solo comparte el primer punto del orden del día. Que la vía para encarar con posibilidades reales de triunfo las eleccio­nes generales del 30 de abril del 2023 es la concertación. No así que Efraín Alegre ya no pueda encabezar el proceso ni representar al partido en estos comicios, que es el pen­samiento compartido y públi­camente expresado por sus adversarios de todos los sec­tores. Para el histórico y polé­mico dirigente (de lengua sin ataduras) Felino Amarilla, el actual presidente del PLRA no solo es un obstáculo para estructurar acuerdos con los demás partidos y movi­mientos políticos opositores, sino que tampoco es capaz de percibir que su “tiempo y su oportunidad” ya se acaba­ron. Con esa lucidez expre­siva y corrosiva mordacidad que caracterizan su estilo, arremetió sin miramientos: “Si hay un concurso de Miss Tanga, también va a querer ser (Alegre) Miss Tanga”.

Si bien los convencionales son la máxima autoridad, sobre el primer punto, en apariencias previas, existiría consenso: “Autorizar al Directorio a concretar acuerdos elec­torales por la vía de la con­certación (las negritas son nuestras) para la chapa presi­dencial y para las gobernacio­nes departamentales, según sean solicitados”. El tema con que se abrirá este encuentro no contempla la figura de la alianza, que tiene otros mecanismos políticos y otras exigencias jurídicas. Concre­tando: para los precandidatos a presidente y vice, la concer­tación será la única opción. En cuanto a las gobernacio­nes, la cuestión se presenta más compleja y complicada: ¿quiénes estarán habilita­dos en las diferentes regio­nes territoriales para solici­tar la concertación? ¿Cómo se resolverá en el Directorio la decisión de determinados movimientos internos de ir solos, como PLRA, para pug­nar por algunas de las dieci­siete gobernaciones? Más que interesante, ese debate puede resultar bastante conflictivo. Desde nuestra interpreta­ción, esa propuesta aporta más confusión que claridad.

El segundo punto establece: “Autorizar al Directorio a concretar acuerdos elec­torales por la vía de la con­certación y/o alianzas para los demás cargos electivos, según sean solicitados”. Esos demás “cargos electivos” contemplan dipu­tados, senadores y miembros de juntas departamentales. Es casi seguro que el PLRA optará por sus propias lis­tas para estos casos especí­ficos. Una de las precandida­tas dentro de la concertación Frente Guasu, Esperanza Martínez (por el Partido Participación Ciudadana), ya adelantó esa probabili­dad casi como certeza y que, en contrapartida, los demás partidos deberían unirse de acuerdo con su universo ideo­lógico: derechas, izquierdas y los de centro-progresistas, como se definió ella misma.

Es en la convención ordina­ria que Efraín Alegre sen­tirá, irremediablemente, el resplandor de las llamas con que sus adversarios internos tratarán de incinerarlo. Pun­tualmente en la “lectura y consideración de la memoria y balance correspondientes al ejercicio fenecido. Informe de la contraloría partidaria”, donde arderá nuevamente Troya. Ya anticipó el sena­dor Blas Llano que será dura­mente cuestionado el des­tino de los 92.000.000.000 de guaraníes que recibió el PLRA en seis años de gestión (de Alegre). “No sé si todo ese dinero desapareció, pero, de seguro, sí una parte, porque en las elecciones municipales del año pasado ningún candi­dato a intendente o concejal recibió un solo guaraní par­tido por la mitad”, enfatizó.

La convención, como suele decirse, será caldeada. Con el horno a toda presión y las llamas avivadas con múlti­ples fraguas. Lo más reco­mendable es que Alegre preste el traje de algún bom­bero para tratar de capear el incendio que se le viene encima. Mientras, el “único líder” del Frente Guasu, Fer­nando Lugo, aguarda con pícara sonrisa la convención de mañana. Con su astuto silencio ya dejó en claro que el titular del PLRA es el mayor óbice para que el frente único oposi­tor sea lide­rado por la izquierda. Así como aconteció en el 2008. Por eso envió un mensaje a los convencionales retirán­dose “temporalmente” de la concertación. En su elíp­tico mensaje está pidiendo la cabeza de Alegre.

El Frente Guasu sabe per fe c t a­mente que una con­c er t ac ión sin el PLRA corre gran­des riesgos de fracaso. Los demás pa r t idos son pres­cindibles. Así ya lo adelantó uno de sus referen­tes: que no podrán integrarse con “partidos de derecha o ultraderecha, como Patria Querida”. Pero para suavizar el ala dura del izquierdismo están negociando candida­turas con un empresario y un economista “progresistas”. Una candidatura que pueda resultar atractiva a los afilia­dos del radicalismo autén­tico. Apelando a la jerga pelo­tera, podemos afirmar que la convención de hoy es un partido que se juega adentro y afuera de la cancha.

El tema con que se abrirá este encuentro no contempla la figura de la alianza, que tiene otros mecanismos políticos y otras exigencias jurídicas.

Es en la convención ordinaria que Efraín Alegre sentirá, irremediablemente, el resplandor de las llamas con que sus adversarios internos tratarán de incinerarlo.

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