La embajadora de Paraguay en la Santa Sede, Romina Taboada, expresó que desde la embajada están expectantes sobre el estado de salud del papa Francisco y su pronta recuperación. Indicó que, al igual que todas las embajadas que se encuentran en la Santa Sede, están pendientes de esta situación.
“Nosotros, los miembros de la embajada, estamos muy pendientes, como todo el mundo. Yo creo que el Papa es una persona muy, muy querida por la mayoría de los católicos y también por otras personas, independientemente de su credo”, expresó en entrevista a la 1020 AM.
La representante diplomática destacó la calidad y carisma como líder religioso, desde todos los sectores. “Él ha hablado mucho del diálogo interreligioso, creo que hay gente atea, agnóstica, cristiana, católica, que todos coinciden en que es un hombre de bien, un hombre de Dios y se lo quiere mucho”, destacó la diplomática.
Comentó además que, las informaciones a las que acceden, el público e incluso las representaciones diplomáticas son a través de los canales oficiales del Vaticano que dan un reporte dos veces al día sobre la situación médica.
“Estamos expectantes, por supuesto, todos los colegas embajadores también. Nosotros realmente nos nutrimos de los informes de la prensa del Vaticano, no tengo yo, así como otros colegas, otras fuentes de conocer la salud del Papa, todo se canaliza a través de la oficina de prensa que dan dos veces al día”, señaló.
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“Buen domingo. Muchas gracias”, dice el papa tras aparecer en la plaza de San Pedro
El papa Francisco, convaleciente tras su larga hospitalización por una doble neumonía, apareció por sorpresa este domingo en la plaza de San Pedro del Vaticano para saludar y bendecir a los fieles.
“Buen domingo a todos. Muchas gracias”, afirmó el papa, de 88 años, con una voz frágil pero más audible que cuando salió del hospital el 23 de marzo. El pontífice argentino apareció en medio de plaza en silla de ruedas y con cánulas nasales de oxígeno, dos semanas después de su salida del hospital Gemelli de Roma.
Ante miles de cámaras y celulares, el jesuita bendijo a los fieles congregados en la plaza de San Pedro. Después saludó, uno a uno, a un puñado de personas situadas detrás del altar instalado en la plaza.
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Aunque el Vaticano ha informado de mejoras en los últimos días, la aparición pública del papa, la primera en el Vaticano desde su hospitalización el 14 de febrero, no había sido anunciada. Su aparición llega dos semanas antes de Pascua, para la que no se ha confirmado su presencia, y tras semanas de especulaciones sobre el estado de salud del guía espiritual de los 1.400 millones de católicos.
“Está mejorando, está claro, y quiere que se vea”, dijo a AFP una fuente del Vaticano, hablando bajo condición de anonimato. “Todavía no está lo suficientemente en forma como para grabar un mensaje, pero sí lo suficiente como para dar un paso similar al de pacientes como él y mostrarse” en público, agregó.
En teoría, Francisco debe seguir una convalecencia de dos meses tras su enfermedad que amenazó su vida dos veces. Los médicos le aconsejaron no realizar actividades públicas y abstenerse de cualquier contacto con los fieles, para limitar los riesgos de recaída.
“Respetar” a los trabajadores sanitarios
Minutos antes de su aparición el domingo, Francisco “recibió el sacramento de la reconciliación [confesión] en la Basílica de San Pedro, se reunió en oración y atravesó la Puerta Santa”, dijo el Vaticano en un comunicado en Telegram.
Como en semanas anteriores, no pronunció la oración dominical del Ángelus, que fue publicada por escrito. “Rezo por los médicos, enfermeros y trabajadores sanitarios, que no siempre tienen las condiciones adecuadas para trabajar y, a veces, incluso son víctimas de agresiones. Su misión no es fácil y debe ser apoyada y respetada”, escribió Francisco.
También oró por la paz en el mundo, refiriéndose a la “martirizada Ucrania” y a la situación en Sudán, Sudán del Sur, la República Democrática del Congo, Birmania y Haití. También habló de Oriente Medio y Gaza, “donde la gente se ve obligada a vivir en condiciones inimaginables, sin techo, sin comida, sin agua potable”.
En la residencia Santa Marta, donde vive en el Vaticano, el jesuita argentino es atendido día y noche por personal médico. No recibe visitas, pero continúa trabajando, según el Vaticano, redactando y firmando documentos.
Los médicos advirtieron que hará falta tiempo para que el papa recupere el uso completo de su voz, afectada por el daño a los músculos respiratorios después de su doble neumonía.
Fuente: AFP
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Nombraron como obispo de la Diócesis de Misiones y Ñeembucú al padre Osmar López
Este sábado, desde la Santa Sede se anunció que el Papa Francisco nombró al reverendo padre, Osmar López Benítez, como el nuevo obispo de la Diócesis de San Juan Bautista de las Misiones y Ñeembucú. Hasta ahora el Padre López se encontraba desempeñándose como párroco de la Catedral Inmaculada Concepción de María, de Carapeguá.
El nuevo obispo tiene 50 años y es oriundo de la ciudad de Maciel, del Departamento de Caazapá. El mismo inició su formación en el Seminario Mayor de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús; posteriormente, dejó la mencionada congregación para continuar su formación en el Seminario Mayor nacional.
Fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre del 2001, incardinándose en la Diócesis de Carapeguá. De la Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile obtuvo un máster en Acompañamiento Psicológico-Espiritual y un diploma en Animación Bíblica de la Pastoral en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.
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Durante su vida como sacerdote, el Padre Osmar López Benítez se desempeñó en los siguientes cargos: Vicario parroquial en el 2002, administrador parroquial en el 2003 y párroco desde el 2004 al 2010 de la Catedral de Carapeguá.
Además, fue párroco de Santo Tomás Apóstol de Paraguarí en el 2012, administrador diocesano de Carapeguá del 2015 al 2018, vicario pastoral de la diócesis; desde 2022 hasta la actualidad, párroco de la Catedral Inmaculada Concepción de María de Carapeguá.
Su designación como el nuevo obispo de la Diócesis de San Juan Bautista de las Misiones y Ñeembucú obedece también a la necesidad de mantener activo el circuito pastoral y atender a los fieles.
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El papa Francisco “presenta ligeras mejoras” y se espera una aparición pública el domingo
La salud del papa Francisco, que sigue convaleciente tras su doble neumonía, presentó “ligeras mejoras”, anunció este viernes el Vaticano, y sugirió que el pontífice de 88 años podría hacer una aparición pública el domingo.
“La situación del papa presenta nuevas ligeras mejoras en cuanto a respiración, motricidad y uso de la voz”, dijo el servicio de prensa, destacando también análisis de sangre positivos. Los médicos habían advertido que se necesitaría tiempo para que el papa argentino recupere el pleno uso de su voz debido al daño en los músculos respiratorios tras su neumonía bilateral, que puso en peligro su vida en dos ocasiones.
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Jorge Bergoglio no ha aparecido en público desde su regreso al Vaticano el 23 de marzo, después de más de cinco semanas de hospitalización en el hospital Gemelli de Roma. Aunque sigue convaleciente, el servicio de prensa sugirió que podría hacer una aparición durante la tradicional oración dominical del Ángelus, pero en una “modalidad diferente”. El último Ángelus público del papa fue el 9 de febrero.
Esta oración, recitada por el papa en público desde una ventana del palacio apostólico con vistas a la plaza de San Pedro, es una ocasión para que comente la actualidad mundial. Pero desde el 9 de febrero solo se ha difundida una versión escrita.
Según el Vaticano, el papa, que se encuentra “de buen ánimo” y “continúa trabajando”, siguió este viernes una ceremonia religiosa de Cuaresma celebrada en la sala Pablo VI del Vaticano por videoconferencia.
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El miércoles siguió también de la misma manera la misa celebrada con motivo del 20 aniversario de la muerte de Juan Pablo II. No obstante “aún es prematuro hablar” de la participación del papa, líder de los 1.400 millones de católicos, en las celebraciones de Pascua, la fiesta más importante del calendario cristiano. El domingo de Pascua cae este año el 20 de abril.
Fuente: AFP
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La convalecencia del papa supone un desafío para su imagen pública
- Ciudad del Vaticano, Santa Sede. AFP.
¿Mostrar su fragilidad o hacerse invisible? La convalecencia del papa Francisco ha abierto una nueva etapa en su pontificado y supone un desafío para su imagen pública, que en algunos aspectos evoca la agonía de Juan Pablo II. El pasado 23 de marzo, la primera aparición pública del papa tras cinco semanas de ausencia impresionó.
En silla de ruedas, desde un balcón del hospital Gemelli de Roma, el mundo vio a un hombre de 88 años, debilitado por una doble neumonía que pudo acabar con vida, con rasgos marcados e incapaz de levantar los brazos. Después de balbucear algunas palabras con voz entrecortada, Francisco pareció quedarse sin aire e hizo una mueca. Pocos minutos después, reapareció en un automóvil que lo llevó de regreso al Vaticano con cánulas nasales para poder respirar.
La imagen de sufrimiento recuerda los terribles últimos meses de Juan Pablo II, mudo por una traqueotomía y que murió el 2 de abril de 2005 tras una larga agonía. La salud de los papas siempre ha hecho correr mucha tinta porque ocupan el cargo de por vida, excepto en contados casos de renuncia, y están expuestos a la mirada pública hasta su último aliento.
Juan Pablo II, que había hecho teatro, “usó mucho su cuerpo en su comunicación, desde su elección”, en 1978, dice a la AFP Roberto Regoli, un sacerdote italiano y profesor de historia religiosa en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. “Era el papa que esquiaba, que nadaba, luego el papa herido y hospitalizado, y finalmente el del larguísimo período de su enfermedad”, recuerda, asegurando que no es el caso de Francisco, que tenía 20 años más cuando fue elegido en 2013.
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“Un equilibrio delicado”
Desde su aparición en público cuando fue dado de alta, el jesuita argentino ha sido casi invisible. Francisco, que nunca quiso bajar su ritmo de trabajo, se ve obligado ahora a un descanso estricto de al menos dos meses, y vive recluido en sus apartamentos de la residencia Santa Marta, en el Vaticano, sin actividad pública.
Pero en medio del año del Jubileo y con la Pascua, la fiesta más importante del calendario católico, acercándose, su presencia sigue siendo muy importante para los fieles. El Vaticano busca un equilibrio entre mostrar a un papa frágil o dejar que su ausencia provoque rumores, sobre todo entre sus adversarios.
“Es un equilibrio delicado”, indica una fuente del Vaticano. “No hace tanto tiempo los papas solo se veían [en público] de vez en cuando, pero era raro. Hoy en día, en una sociedad de la imagen, debemos ser visibles”, agrega. En la era de las redes sociales y la desinformación, la hospitalización de Francisco ha dado lugar a una gran cantidad de teorías de la conspiración, algunas asegurando que había muerto.
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Además, la convalecencia de Francisco es una ruptura para un papa conocido por los baños de multitudes, besando bebés o degustando el mate que le ofrecían los peregrinos. Pese a su enfermedad, desde que entró en el hospital el 14 de febrero, Francisco no ha dejado de tomar decisiones como aprobar canonizaciones, nombrar a obispos o comentar la actualidad de la guerra de Gaza o del terremoto de Birmania.
“Ahora ya no tenemos la imagen del papa, sino la palabra escrita, cuando toda la comunicación del pontificado hasta ahora se basaba en gestos y palabras improvisadas”, apunta Roberto Regoli. A diferencia de Juan Pablo II, condenado por su enfermedad, Francisco todavía puede curarse. En los pasillos del Vaticano, solo reina una palabra: incertidumbre.