El titular del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), Luis Ramírez, habló acerca del tratamiento del proyecto del Ejecutivo “Hambre cero en las escuelas”, enfatizando en su alcance e importancia para mejorar no solo la nutrición infantil, sino también para transformar la calidad del sistema educativo, entendiendo que la alimentación es transversal al aprendizaje estudiantil.

“No se puede aprender con hambre y eso lo tenemos muy claro desde el Gobierno. Si no impulsamos este complemento para los chicos, no será posible mejorar la calidad educativa, ni perfeccionar el aprendizaje; Hambre cero es el proyecto que más nos ayudará a sostener y desarrollar los procesos de aprendizaje”, aseguró el ministro de Educación en el programa “Fuego Cruzado”, por GEN/Nación Media.

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Con respecto a la situación en la que se encuentra el proyecto, informó que irá adquiriendo perfeccionamiento y modificaciones necesarias con ayuda del Poder Legislativo. Sin embargo, reiteró que los planes dentro de la agenda se desarrollarán a través de un proceso necesario y requerido, dejando en claro que si bien se trata de un plan transformador en la educación, no consiste en una solución mágica para problemas arrastrados desde hace años.

Con respecto al mantenimiento de los proyectos que se impulsan con recursos del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), como el Arancel Cero, Ramírez garantizó su continuidad y sostenimiento. Esto, sin dejar de reconocer que los procesos educativos no deben depender de fondos para su sostenimiento; “esto es perjudicar a la educación y al final no se asegura nada porque todo depende del humor de las personas que se encargan de los fondos”, sentenció.

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Sistema de control

Ramírez indicó que un factor primordial de Hambre cero es el sistema de control que se pretende impulsar, en el que una primera fase se centra en las propias instituciones y los padres, quienes contarán con herramientas tecnológicas para recurrir a un seguimiento de la cobertura en calidad, tiempo y forma de los alimentos escolares.

“Una segunda capa se enfocará en mantener la presencia de la Contraloría General de la República (CGR) durante todo el proceso de distribución, reforzando todo con una tercera capa a cargo de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) en el esquema de contrataciones. Esto, porque queremos un control en todos los niveles: en la recepción, organización, repartición y recepción del alimento”, indicó.

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Cobertura

El ministro de Educación recordó que actualmente la cobertura del alimento escolar solo llega al 5 % de los niños del país, llegando apenas al 17 % en casos específicos y reducidos. Por ello, señaló que con el proyecto Hambre cero en su primera etapa, durante el primer año y medio de aplicación, lo oportuno sería llegar al 40 o 50 %, recordando que el plan es procesual.

Solo al alcanzar el 50 % tendríamos un crecimiento nunca antes visto, para luego llegar en otro plazo de un año y medio o dos, al 100 % de los niños en etapa escolar. En términos numéricos, hoy en día se invierte entre 50 y USD 75 millones, por lo cual este año la intención es invertir USD 280, solo para llegar al objetivo inicial, contemplando la ampliación del fondo en el futuro para llegar al 100 %”, señaló.

La tercera etapa del proyecto sería llegar a los chicos de la educación media, creciendo así en la universalidad de la alimentación escolar. “En todos estos años solo se ha trabajado en vaciar al Ministerio de Educación, dejando al sector y sus recursos sin ninguna inversión real para la formación docente, infraestructura y primera infancia. Hoy estamos en un punto en el cual se ha sacado al ministerio su fuerza para encargarse del sistema educativo”, puntualizó.

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