Edmundo Rolón, quien fuera designado “ministro de Defensa” por Efraín Alegre, antes de las elecciones del 30 de abril pasado, lanzó duras críticas a las Fuerzas Militares, reconociendo que durante años se debilitó a las fuerzas de seguridad dejando el país a merced de grupos criminales. El profesional de Derecho, quien incluso llegó a liderar un movimiento interno colorado denominado “Nueva República”, criticó a las fuerzas de seguridad diciendo que están “desmoralizadas”, cuando que él también fue parte de la clase política siendo diputado nacional (2003-2008).
A través de sus redes sociales el exdiputado colorado brindó su opinión en asuntos de seguridad, a raíz de los ataques terroristas que ha sufrido Ecuador en la tarde del pasado martes y en la que el Congreso de ese país ha resuelto dar amnistía a militares y policías si dan de baja a delincuentes en defensa personal, para garantizar la seguridad del país.
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“Sin radares, aviones y pilotos, lanchas patrulleras; no se actualizó la doctrina, los maltrataron y desmoralizaron; hoy hacen guardia en penitenciarias y bancos, cuando suene el clarín de la batalla quiero ver dónde se esconden los seudo políticos. No es tiempo para tibios, improvisados y sátrapas en la delicada función de gobernar”, expresó a través de sus redes sociales el “ministro” de Alegre.
Lo irónico es que, de acuerdo a sus propias declaraciones a medios locales, Rolón se jacta de tener una maestría y doctorado en Defensa Nacional, y en las ocasiones que ha podido expresar sus pensamientos, siempre ha cuestionado la debilidad de las fuerzas armadas paraguayas, cuestionando incluso los recortes presupuestarios que fueron aprobados bajo su propia gestión legislativa.
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Crítica: “Arcadia”, el ‘Twin Peaks’ griego
Por David Sánchez, desde Tesalónica (Grecia), X: @tegustamuchoelc (*).
Presentada en competición dentro del festival de cine de Tesalónica TIFF 65, en Grecia, “Arcadia”, del griego Yorgos Zois, es una película que nos sumerge en un ambiente inquietante, donde la realidad y lo sobrenatural se entrelazan de manera poética, con una carga simbólica tan pesada como los zapatos que muchos de los personajes no pueden quitarse.
Desde los primeros minutos, la cinta atrapa al espectador, insinuando que hay un misterio bajo la superficie, como si algo estuviera constantemente fuera de foco, al estilo de “Twin Peaks” de David Lynch. Este pueblo costero es un refugio para almas atrapadas en su propia tragedia, y los protagonistas Yannis y Katerina no tardan en descubrir que los límites entre la vida y la muerte aquí se desdibujan de una forma desconcertante.
El recurso visual de la presa es uno de los más impactantes. Cada paso descendente de Katerina parece simbolizar su avance en el enfrentamiento de sus propios miedos, revelando algo sobre el duelo y el apego. La iluminación fría y azulada, que evoca una atmósfera opresiva, refuerza el peso de la carga emocional que llevan. La presa parece ser un espejo de sus propias emociones, un lugar donde enfrentarse a aquello que aún no han soltado.
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Este pueblo está lleno de personajes extraños, como el policía y el perro que observa inquietantemente. No son solo personajes secundarios, sino elementos simbólicos que nos recuerdan constantemente el límite entre la vida y la muerte. Y es que en “Arcadia”, la muerte no es el final, sino otro estado en el que los deseos y pasiones persisten. Esto se refleja en el bar Arcadia, un lugar donde las barreras entre los vivos y los muertos se rompen de manera inesperada y hasta bizarra. Katerina, a través de sus encuentros en este lugar, redescubre su propio deseo, un deseo que estaba apagado en su matrimonio. La conexión entre la vida y la pasión aquí es tan fuerte que, incluso después de la muerte, parece que los cuerpos siguen buscando ese último placer como una liberación final.
Un toque brillante y oscuro es la aparición, mientras una madre está intentando hablar con su hijo muerto, de la palabra “bread” (pan) en una caja que, a primera vista, parece decir “Dead” (muerte). Este juego visual introduce una reflexión sobre la dualidad de la vida que da el pan alimentando a la gente y la muerte, donde ambas coexisten en el mismo espacio. Es un recordatorio de que en la vida —así como en esta historia— siempre hay algo que nace de lo que ya ha muerto.
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Al final, la película nos deja un mensaje poderoso: a veces, para poder vivir plenamente, debemos liberar a los que ya no están, igual que el coche que cae cuando se rompe la cuerda. En el caso de Yannis, se ilustra por el cambio de rumbo cuando sigue al coche fúnebre, un ejemplo directo. También hay un ejemplo sutil de este cambio de rumbo en su vida, en esta nueva vida sin su mujer, que ocurre en la compra de unos zapatos nuevos, un acto aparentemente banal que simboliza un nuevo comienzo, un renacer después de aceptar la pérdida. Los zapatos de su mujer, imposibles de quitar al inicio, finalmente son abandonados en un acto de aceptación del destino.
“Arcadia” es una mezcla de drama, suspense y momentos de humor oscuro, una experiencia visual y emocional que deja una fuerte impresión sobre la vida, la muerte y la necesidad de soltar para avanzar. Un gran ejemplo de buen cine gracias al director griego Yorgos Zois.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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Crítica: “Edge of Night”, sobre el golpe de estado en Turquía
Por David Sánchez, desde Tesalónica (Grecia), X: @tegustamuchoelc (*).
“Edge of Night” (Gecenin Kıyısı), dirigida por el turco Türker Süer, presenta un viaje oscuro y desafiante entre dos hermanos, Sinan y Kenan, en medio de un ambiente político opresivo y polarizado en Turquía. En el Festival de Cine de Tesalónica, esta obra de Süer intenta abordar temas profundos como la lealtad, la identidad y el impacto del autoritarismo en las relaciones familiares. Sin embargo, aunque la trama promete una exploración emocional compleja, la ejecución se ve obstaculizada por una puesta en escena que busca crear profundidad mediante primeros planos repetitivos, enfocándose en detalles visuales que a menudo distraen de la narrativa principal.
El núcleo de la historia, que muestra a Sinan obligado a entregar a su hermano a la justicia militar, parece aludir a los dilemas morales que enfrentan muchos turcos en tiempos de represión política, especialmente tras el intento de golpe de estado de 2016. En esa época, el gobierno exigió lealtad absoluta de sus ciudadanos, y Süer refleja esta realidad en la tensa relación entre los hermanos. Sin embargo, la frialdad con la que Sinan trata a Kenan, y la falta de profundidad en los diálogos, limitan el impacto emocional de esta situación, haciendo difícil que el espectador se conecte con sus conflictos.
Süer emplea primeros planos de objetos y gestos –como un anillo, una mano, o el rostro de Sinan– en un intento de crear una atmósfera íntima, pero el exceso de estos detalles resulta contraproducente, restando dinamismo a la narrativa. Estos elementos podrían haber añadido profundidad psicológica, pero aquí se sienten innecesarios, como si la cámara estuviera tan enfocada en lo superficial que olvidara la esencia de la historia. Además, los diálogos, en su intento de ser tensos y solemnes, a menudo parecen forzados y carecen de la intensidad que el conflicto exige, como cuando Sinan recibe la orden de escoltar a su hermano sin una explicación que le dé peso dramático.
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El intento de golpe de estado fallido en Turquía en 2016 dejó una marca profunda en la sociedad turca, evidenciando una profunda polarización y una intensificación de las políticas autoritarias que exigían lealtad absoluta al Estado. En la ambientación se refleja un país atrapado en la incertidumbre, donde la desconfianza y la paranoia dominan.
Este trasfondo es crucial en la trama, pero la ejecución es confusa en ciertos momentos, como cuando los hermanos llegan a un campamento militar sin saber si están en territorio seguro. Este caos podría simbolizar el clima de paranoia en una sociedad dividida, pero en la película parece más un problema de claridad narrativa que un reflejo intencional de la inestabilidad nacional.
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Aunque la película intenta profundizar en la dualidad entre los hermanos y la lealtad hacia el Estado, el personaje de Kenan es presentado de manera errática e irracional, y la frialdad de Sinan lo convierte en una figura poco empática. La figura de su padre, un general importante, podría haber aportado otra capa de complejidad, pero apenas se menciona, y su influencia se siente distante. Incluso los personajes secundarios, como la esposa e hijo de Sinan, son poco desarrollados, pocos segundos de escena y unas llamadas de teléfono, lo que, una vez más, limita la capacidad del filme de ahondar en las dimensiones personales del protagonista.
Türker Süer plantea una reflexión interesante sobre los desafíos de la lealtad en un régimen autoritario, pero su enfoque visual y narrativo no logra capturar la complejidad emocional del conflicto. Aunque el contexto del golpe de estado y la crisis de identidad en Turquía son temas potentes, la ejecución de Süer no hace justicia a su profundidad. La tensión entre los hermanos, aunque prometedora, se queda en una línea monótona, y la falta de desarrollo en los personajes secundarios reduce el impacto emocional de esta historia.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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Crítica: “Happy Holidays” y los árabes en Israel
Por David Sánchez, desde Tesalónica (Grecia), X: @tegustamuchoelc (*).
Tras ganar el premio al mejor guion en la sección Orizzonti del Festival de Venecia 2024, pudimos ver en el Festival Internacional de Cine de Tesalónica (Grecia) la película “Happy Holidays”, dirigida por Scandar Copti, que presenta una muy lograda perspectiva compleja sobre la vida de varias familias árabes en Israel, exponiendo las tensiones entre la tradición y el deseo de integración en una sociedad occidental.
Es significativo que entre los productores se encuentre Doha, un detalle que podría resultar sorpresivo dado el cuestionamiento cultural implícito que la película plantea. A pesar de este respaldo, el filme no evita abordar temas tabúes o mostrar personajes con aspiraciones de libertad y modernidad, como la protagonista Fifi (Manar Shehab), quien desea vivir su juventud sin las restricciones que impone la cultura conservadora en la que creció.
Un aspecto notable es la baja representación de mujeres con velo que vemos en pantalla, haciendo que el espectador no habituado a diferenciar árabe de musulmán lo pueda ver como un contraste con las imágenes habituales en otros países occidentales como Francia, donde, paradójicamente, es más común ver mujeres veladas que en este retrato de la sociedad israelí. Esta diferencia visual podría interpretarse como una intención de Copti de reflejar una realidad menos restringida para la comunidad árabe dentro de Israel, en comparación con otros contextos del mundo árabe.
A nivel narrativo, “Happy Holidays” explora de forma potente, los desafíos intergeneracionales y de género a través de historias paralelas y personajes como Rami y su novia judía Shirley, Hanan y la difícil situación económica que atraviesa, y Fifi, quien oculta un secreto que podría afectar a su familia. Estas historias de amor, tensiones familiares y enfrentamientos con la cultura reflejan las luchas internas y externas que viven los personajes al intentar equilibrar sus raíces árabes con las influencias de la sociedad israelí occidental.
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El filme se acerca, en ciertos momentos, a una estructura de telenovela, especialmente al retratar conflictos familiares, problemas económicos y dilemas de matrimonio. Sin embargo, estos elementos contribuyen a mostrar las contradicciones que enfrentan los personajes, atrapados entre las normas tradicionales y los valores occidentales. En el caso de la familia protagonista, se observa una aparente apertura hacia ciertos aspectos de la vida occidental, como el consumo de vino y el rechazo a la obligación del velo, pero persiste la presión de mantener estrictamente costumbres como la virginidad femenina o el respeto a las opiniones de la comunidad.
Es interesante cómo el director utiliza la historia de estas familias para evidenciar que, aunque la comunidad árabe en Israel parece gozar de más libertades comparativas, aún enfrenta el dilema de la aceptación social y los límites impuestos por la cultura predominante. Por ejemplo, la aceptación en el parlamento israelí de partidos árabes sugiere una apertura formal, pero la integración cultural real sigue siendo limitada como vemos en los ejemplos de los niños recitando la importancia del pueblo judío para no ser expulsados de nuevo de su territorio.
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El director, en una declaración sobre el filme, explica cómo sus historias buscan desvelar los mecanismos que perpetúan tanto el patriarcado como la militarización en la sociedad israelí. Mediante un enfoque crítico, Copti propone que ninguna sociedad es verdaderamente libre hasta que las mujeres también lo sean, un mensaje potente que invita al espectador a cuestionarse sobre los valores y normas que rigen nuestras vidas.
La película logra mantener el interés del espectador, haciendo que éste se pregunte miles de preguntas, desde lo importante que es algo para una sociedad, pero no para otra, o los momentos de aparente respeto rotos por una de las sociedades que vive en Israel, representados en el minuto final del film, que a su vez quiere indicar la rotura con una sociedad que termina por exasperar a sus integrantes.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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Netanyahu perdió la confianza en su ministro de Defensa y lo destituye del cargo
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, destituyó este martes a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, debido a la pérdida de confianza durante la guerra contra Hamás en Gaza, y nombró en su lugar al hasta ahora canciller, Israel Katz.
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“En medio de la guerra, la confianza es más necesaria que nunca entre el primer ministro y su ministro de Defensa”, pero “en los últimos meses, esa confianza se erosionó”, afirmó Netanyahu en una carta dirigida a Gallant, agregando que decidió “nombrar al ministro Israel Katz para sustituirlo”.
“Surgieron discrepancias significativas entre el señor Gallant y yo en la dirección de la campaña (militar), acompañadas de declaraciones y acciones que contradecían las decisiones del gobierno y del gabinete”, añadió.
Yoav Gallant respondió por X que “la seguridad del Estado de Israel fue y siempre será la misión de (su) vida”.
El hasta ahora ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz, que será a su vez sustituido por Gideon Saar, “ya demostró sus capacidades y contribuciones a la seguridad nacional”, escribió Netanyahu para explicar su elección.
Katz fue ministro de Finanzas, ministro de Inteligencia y es miembro del gabinete de seguridad “desde hace mucho tiempo”, afirmó. Apodado el “bulldozer”, Katz “combina la responsabilidad y la capacidad de resolver problemas con calma, que son esenciales para dirigir esta campaña”.
Sin embargo, Gallant, antiguo general reconvertido en político, era considerado un “halcón” dentro del gobierno a la hora de dirigir las operaciones desde el sangriento ataque de Hamás contra el sur de Israel del 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra en Gaza.
Tras más de un año de guerra en varios frentes, los efectivos del ejército están bajo presión y en los últimos meses Gallant provocó la ira de partidos ultraortodoxos, aliados clave de la coalición del primer ministro, al ordenar el reclutamiento de 10.000 hombres de esta comunidad religiosa en edad militar.
Unos 66.000 hombres en edad militar están exentos por dedicarse al estudio de los textos sagrados del judaísmo en virtud de una norma introducida cuando se creó Israel en 1948.
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En 2018, la cuestión de su reclutamiento creó tal crisis que precipitó al país hacia varias elecciones legislativas en cuatro años, sin que el tema quedase zanjado.
Fuente: AFP