Efraín Alegre fue abucheado por las personas que se encontraban en el local de votación en la Asociación de Funcionarios del Ministerio de Hacienda, ya que antes de depositar su voto estuvo atendiendo llamadas y sacándose fotos.
El candidato llegó al local para depositar su voto alrededor de las 10:00 de este domingo y fue abucheado por los electores, que gritaban “fueraaaaaaaaa”, mientras se encontraba en la mesa de votación.
Algunos de sus seguidores, para intentar minimizar la situación, empezaron a aplaudir y gritar su nombre. Esto, mientras los electores seguían quejándose por la larga espera.
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Cabe resaltar que Efraín no tuvo el acompañamiento en su recorrido de ningún otro dirigente, solo lo acompañó su dupla, Soledad Núñez. El mismo realizará un recorrido por algunos medios de comunicación y luego visitará a algunos dirigentes liberales.
El presidenciable también suspendió el desayuno con los trabajadores de los diversos medios de comunicación. El encuentro estaba previsto para las primeras horas de este domingo en su domicilio, en Lambaré.
Los trabajadores de prensa se encontraban en la calle, aguardando tal encuentro con el candidato de la Concertación, pero finalmente fue cancelado. Tampoco llegó hasta el lugar un referente de la Concertación. Consultado sobre sus compañeros políticos, Alegre mencionó que se encontraban en su domicilio; sin embargo, al único al que se lo vio llegar hasta su residencia fue Martín Burt.
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La estrategia de Rodrigo Paz que forjó su éxito en las urnas de Bolivia
El senador Rodrigo Paz, quien dio la sorpresa como el candidato más votado en la primera vuelta presidencial en Bolivia, forjó su éxito con la imagen de incorruptible de su vice, cientos de videos en redes sociales y años de viajes por el país. El economista de centroderecha, de 57 años, alcanzó en las elecciones del domingo el 32,1 % de los votos, seguido del expresidente de derecha Jorge “Tuto” Quiroga (26,8 %), según resultados parciales oficiales.
Ambos disputarán un balotaje el 19 de octubre que decidirá quién pondrá fin a 20 años de gobiernos de izquierda. Una semana antes de la elección, las principales encuestadoras aún ubicaban al hijo del exgobernante Jaime Paz Zamora (1989-1993) entre el tercer y quinto lugar. Sus rivales acaparaban las pantallas de las televisoras y llenaban las calles de anuncios. Pero Paz conectaba con el electorado por otras vías: las redes sociales y los encuentros cara a cara.
“Tiene carisma como su padre (...), supo llegar a la gente”, dice a la AFP Sara Medina, una abogada de 51 años en una plaza de Tarija. Paz es senador por el departamento del mismo nombre, de 530.000 habitantes, desde 2020. Acompañado de su candidato a vicepresidente Edman Lara, un excapitán de la policía de 39 años, popular por denunciar en redes sociales la corrupción en su institución, alcanzó una viralidad que ha puesto en duda la reputación de las encuestadoras locales.
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Sin dinero
Paz no hizo sonar jingles. No repartió publicidad. No alquiló tarimas para mítines. “Es un caso en el que la autenticidad y la narrativa digital han vencido todo lo que es el aparato tradicional de los medios masivos y el dinero”, dice Erick Hurtado, especialista boliviano en marketing político. Y aunque su equipo aplicó una especie de mercadeo de guerrilla, no es un outsider. Concejal, alcalde, diputado y senador, el candidato del Partido Democrático Cristiano tiene más de dos décadas en la política.
Cuando el “capitán Lara” se incorporó a su campaña en mayo, su popularidad y espontaneidad le dieron otro vuelo a su candidatura en redes sociales. “Conectaban directamente con (...) un electorado joven, más popular”, dice Hurtado. Desde 2023, Lara es un símbolo de la lucha contra la corrupción al denunciar con videos, incluso en vivo, casos de abusos policiales en Instagram y Tiktok. Acumula decenas de miles de “me gusta” y comentarios.
“A la par que Lara hacía redes sociales, Rodrigo ha visitado muchos lugares del país” por tierra con poca inversión, a los que llegó “viajando muchas horas por los caminos”, apunta el experto. Paz dice que inició sus recorridos hace cuatro años y que ha visitado 220 de los 340 municipios del país.
En julio no lo invitaron como a otros candidatos a un foro organizado por empresarios en Santa Cruz, el motor económico de Bolivia. Su equipo de campaña irrumpió y levantó una enorme banderola que anotaba un número de teléfono “para invitar al candidato (..) a foros y debates”. El incidente se popularizó.
El último lunes, el día después de la elección, fue el capitán Lara el que se robó el protagonismo en un mitin en El Alto, a 4.100 metros de altura, rodeado por un millar de simpatizantes. “Yo soy la garantía. Si Rodrigo Paz no cumple, yo lo encaro”, lanzó como advertencia a su propio compañero de campaña.
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En el centro
Mientras que en la capital ganó con una votación abrumadora (46,9 %), en Tarija, donde reside, Paz apenas alcanzó un modesto tercer lugar. Su rol como alcalde en la capital de ese departamento dejó insatisfechos a muchos electores. “Su apellido tiene un peso histórico, pero no ha tenido el apoyo de su tierra (...). Ha tenido una especie de voto de castigo”, dice Hurtado.
El escenario para Paz y Lara será muy distinto en la segunda vuelta. Ahora estarán en el centro del debate nacional y serán blanco de ataques. “Ya no son los inesperados (...). Tienen que profundizar el relato, ampliar la propuesta y blindarse de la guerra social y digital”, así como mantener el contacto presencial con la gente, apunta el experto. Aún faltan dos meses para el balotaje. “El discurso anticorrupción del capitán Lara ha sido potente, pero no es suficiente para gobernar”, concluye.
Fuente: AFP.
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Chile abre carrera presidencial con un ultraderechista como favorito
Un ultraderechista y una comunista parten como favoritos para las presidenciales de Chile del 16 de noviembre, al término de la inscripción de los aspirantes a sustituir al presidente izquierdista Gabriel Boric. Seis candidatos se acercaron a las oficinas del Servicio Electoral (Servel) para inscribir sus campañas antes de que venza el plazo a la medianoche de este lunes, según constataron periodistas de la AFP. En total ocho son los postulantes a ocupar el palacio de La Moneda.
El ultraderechista José Antonio Kast anunció su inscripción en un acto en el norte de Chile y la comunista Jeannette Jara se metió en la pelea electoral tras ganar las primarias de la centroizquierda el 29 de junio. Ambos lideran las encuestas. El tercer lugar lo disputan la exalcaldesa derechista Evelyn Matthei y el economista Franco Parisi, que es tachado por sus críticos de populista.
Los sondeos muestran una estrecha disputa entre Kast y Jara, en los extremos del arco político. “Es un escenario de polarización nuevo” para Chile, dice a la AFP Mireya Dávila, analista y académica de la Universidad de Chile. Los chilenos hoy se muestran más sensibles frente al tema de la seguridad, a diferencia de 2021, cuando el entonces diputado de izquierda Gabriel Boric derrotó en la segunda vuelta presidencial a Kast.
Entonces el clamor popular era el de reformar a fondo un país tan rico como desigual, tras el estallido social de 2019. Boric asumió con la promesa de cambiar la Constitución que redactó la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), pero fracasó en el intento que lideraron los constituyentes de la izquierda radical. Un segundo proceso, liderado por la ultraderecha, también se hundió posteriormente. El Servel tiene hasta el 31 de agosto para validar las candidaturas.
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Nuevo escenario
Al inicio de la campaña, Kast recogió las banderas de quienes reclaman mano dura contra el crimen organizado. Al inscribir su tercera candidatura presidencial, se comprometió a “recuperar cada barrio y cada espacio público”. De 59 años, Kast es un político sobrio y pragmático. No tiene la estridencia de líderes de extrema derecha a los que admira como el argentino Javier Milei o el brasileño Jair Bolsonaro.
Ha prometido “un gobierno de emergencia” para “rescatar” a Chile. “No se preocupen, todo va a estar bien”, suele decir Kast en el cierre de sus discursos. Su principal rival es una abogada comunista de 51 años, quien debuta como candidata presidencial. Jeannette Jara saltó a la arena pública como ministra del Trabajo del gobierno de Boric, donde pactó con la derecha importantes reformas laborales, como la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales.
Lidera una amplia coalición que agrupa desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana, tras ganar la primaria del 29 de junio. “Que Jara sea comunista puede ser un techo, pero me parece que no es definitorio. El problema mayor de su candidatura es cómo logra instalarse como la líder de su partido y coalición de apoyo”, dice Dávila. Jara ha insistido en definirse como la “candidata de la centro izquierda y no del Partido Comunista”, con cuyos líderes ha tenido diferencias públicas sobre los regímenes de Venezuela y Cuba.
Este lunes en un encuentro gremial, la candidata se mostró a favor del diálogo con el empresariado chileno. “Lo importante es que podamos tanto recibir sus propuestas como presentarles lo que estamos pensando para el futuro, en un tema tan sensible como el crecimiento económico, del empleo y el pago de buenos salarios”, dijo Jara a la prensa tras la cita.
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Disputa por el tercer lugar
El tercer lugar, según sondeos, lo disputan Evelyn Matthei y Franco Parisi. Con 71 años, Matthei es la política de más trayectoria entre los candidatos. Encabezaba las encuestas hasta hace unos meses, pero perdió fuerza en favor de Kast. “Estar arriba en las encuestas durante mucho tiempo produce un desgaste”, reconoce a la AFP Paula Daza, vocera de su campaña. Parisi dio la sorpresa en la elección de 2021 al alcanzar el tercer lugar con una campaña hecha sólo por redes sociales desde Estados Unidos, con un discurso contra las élites.
“Chile no es de extremos. Chile va al centro”, dijo este lunes, al inscribir su candidatura en el Servicio electoral. Disputarán también la jefatura de Estado el libertario Johannes Kaiser, el expresidente del fútbol chileno Harold Mayne-Nicholls, el cineasta izquierdista Marco Enríquez-Ominami y el profesor de ultraizquierda Eduardo Artés.
Fuente: AFP.
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La sorpresiva elección presidencial de Bolivia en cuatro claves
La primera vuelta presidencial en Bolivia marca el fin de una era. La izquierda dejará el poder después de 20 años y dos candidatos de derecha se disputarán la presidencia en un balotaje, mientras se avecina un cambio de modelo económico. Aquí las claves de una elección que promete cambiar el rumbo de este país de 11,3 millones de habitantes.
1) La sorpresa
Rodrigo Paz pateó el tablero electoral. Ninguna encuesta anticipaba su paso a la segunda vuelta, pero el senador del Partido Demócrata Cristiano, de 57 años, no solo disputará el balotaje el 19 de octubre, sino que parte en primera posición. Obtuvo la mayor votación (32,1 %), por delante del expresidente Jorge Quiroga (26,8). Dentro del deseo generalizado de cambio, su propuesta de centroderecha es vista como la más moderada.
“No representa al gran empresariado, ni al liberal aguerrido. Él representa al ciudadano común”, dijo el sociólogo y analista Renzo Abruzzese al canal Red Uno. Lejos de ser un outsider, Paz tiene un amplio recorrido como político, ya que fue edil, alcalde y senador de Tarija. Su propuesta de un “capitalismo para todos” caló hondo entre el electorado desencantado de la izquierda.
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2) Se hundió la izquierda
La falta de decisiones del gobierno para resolver la crisis económica derivada de la escasez de divisas “terminó cansando” a una población que en julio ya padecía una inflación interanual del 24,8 %, explica a AFP el politólogo Daniel Valverde. El gobierno de Luis Arce agotó sus reservas de dólares para insistir en una política de subsidios a los combustibles.
La larga pelea entre Evo Morales y Luis Arce por el control del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) colapsó además la capacidad de organización del partido de cara a las elecciones. Al término de la primera vuelta, la izquierda se quedó sin opción. Eduardo del Castillo, candidato del MAS, alcanzó apenas un 3,1 % de los sufragios. Y el presidente del senado, Andrónico Rodríguez, un 8,2 %.
Según el internacionalista Gustavo Flores-Macías, “debe haber mucha introspección” dentro de la izquierda para evaluar “el daño terrible que le hicieron a sus posibilidades de triunfo, pero también el desempeño del gobierno de Arce”.
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3) Derechas enfrentadas
Paz y Quiroga comparten varias propuestas, como la eliminación de los subsidios a los combustibles y reducciones de impuestos, y anuncian una ruptura con el sistema de corte estatal que impuso el MAS bajo la guía de Morales. Pero el estilo de sus campañas ha sido distinto. Paz fue un candidato que “en debates y entrevistas no gastó tiempo y saliva en denigrar, insultar o subestimar a nadie”, afirma Valverde.
Quiroga tuvo varios desencuentros con otros postulantes, especialmente con el millonario Samuel Doria Medina, que las encuestas mostraban entonces como su rival directo. Cualquiera que sea el ganador deberá lidiar con un congreso de derecha, pero sin bancadas mayoritarias. “Habrá una fragmentación que le dificultará las cosas al presidente entrante”, advierte Flores-Macías, investigador de la Universidad de Cornell de Nueva York.
4) El costo del cambio
El principal reto del próximo presidente será cumplir los recortes de gastos que ofreció, pues la población ya está habituada a recibir subsidios, bonos y programas asistenciales. “Es muy fácil prometer que se van a eliminar los subsidios, que se van a arreglar las cosas (...), pero lo difícil para cualquiera de los dos candidatos sería cómo hacerlo sin que se afecte de forma tan directa a la población”, dice Flores-Macías. El especialista espera que las ganas de cambio en las calles otorguen una luna de miel al nuevo gobernante, para que aplique medidas de austeridad paulatinas que abran las puertas para las más drásticas.
Fuente: AFP.
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El senador Rodrigo Paz promete cambiar modelo estatista en Bolivia
El senador Rodrigo Paz, quien sorprendió al vencer en la primera vuelta de este domingo, señaló que de ganar la presidencia en el balotaje buscará cambiar el modelo económico impuesto por la izquierda en los últimos 20 años en Bolivia. Escrutado el 92 % de las actas electorales, Paz alcanza el 32,1 % de los votos, según un reporte preliminar del Tribunal Supremo Electoral.
El candidato del Partido Demócrata Cristiano, economista de 57 años e hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993) se medirá en segunda vuelta con Jorge Quiroga, expresidente de derecha (2001-2002), el 19 de octubre. Espero que el parlamento “nos ayude a cambiar este modelo económico que trabaja para el Estado y no para los bolivianos”, dijo Paz ante sus simpatizantes en La Paz.
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Ninguna encuesta anticipó su paso a segunda vuelta. Una semana antes de las elecciones lo ubicaban entre el tercer y quinto puesto. “Esta es una señal de cambio, y esa señal de cambio es la grandeza del pueblo boliviano que quiere otro destino”, afirmó Paz. También felicitó a su próximo rival. “Hemos clasificado a una final. Aún no hemos ganado nada”, señaló. Lejos de las polémicas entre Quiroga y Samuel Doria Medina, que acaparaban los telediarios, hizo una campaña discreta.
Prometió una incorporación de las clases medias y bajas a la vida económica del país con créditos accesibles, libre importación de productos y una reforma tributaria para incentivar la industria nacional. Paz nació en 1967 en España, en el seno de una familia expulsada de Bolivia por las dictaduras militares. Tiene la nacionalidad boliviana por el origen de su padre.
Fuente: AFP.
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