La senadora Blanca Ovelar, presidenta del Frente Parlamentario contra el Hambre y la Malnutrición, acompañada de su colega Esperanza Martínez y quienes integran esta instancia legislativa, se reunió con Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Ovelar informó que en el encuentro, abordaron temas como el trabajo del frente parlamentario y las perspectivas a futuro, estableciendo un diálogo sobre las iniciativas legislativas que promueven acciones para garantizar el derecho humano a la alimentación. Ante eso, la senadora destacó que la reunión fue muy productiva, para repasar la agenda que tienen con la FAO, desde la mencionada instancia del Congreso con las leyes que impulsan.
La legisladora mencionó que desde el frente parlamentario están concentrados en el proyecto de ley de derecho humano a la alimentación adecuada para una vida activa y sana, que es una propuesta de garantía nutricional para todos, y que concluyó luego de dos años de estudio. Recordó que dicha iniciativa legislativa ya fue presentada en el Congreso y que esperan tratarla en el primer trimestre de este año.
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Según los datos expuestos por Ovelar, en América Latina hay cerca de 70 millones de personas que padecen hambre, siendo esta una región que produce una gran cantidad de alimentos; en cuanto al Paraguay, la senadora mencionó que la cifra está cerca de 600 mil personas. “No es tolerable y no es algo que tenga que pasar desapercibido, tiene que movernos a actuar y a alinear los esfuerzos institucionales del Estado para que todo paraguayo tenga alimento”, afirmó.
Resaltó que recibieron todo el apoyo de la FAO desde su director general que está visitando el país y cree que esa agenda debe hacerla mucho más visible, teniendo en cuenta que existen numerosos programas e iniciativas; para ello también destacó la necesidad de mejorar en la eficiencia. Además, informó que expresó que, como presidenta del frente parlamentario, se firmó un convenio con la FAO para que todo el sistema interamericano pueda impulsar acciones que erradiquen el hambre.
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Recuerdan que desafío de la OEA es reorientar su lucha contra el hambre y la pobreza
Tras el término de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en nuestro país, organizaciones sociales coincidieron en la importancia de materializar de una manera determinante los acuerdos en la asamblea, específicamente para poblaciones vulnerables.
De esta manera, en contacto con La Nación/Nación media, Jenny Lozano, directora ejecutiva de la Organización Nacional para el Desarrollo de los Pueblos (Onaldep), organización de la sociedad civil, hizo hincapié en la importancia de redefinir las prioridades de la OEA a la hora de tomar acciones.
“Queremos que la inclusión y la participación sean la importancia de la agenda de la OEA. Tenemos que estar cada vez más unidos, no solo como países, sino también como miembros de diferentes sectores sociales y que se entienda que la lucha es por el hambre y la pobreza extrema”, refirió Lozano.
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Mayor acción
Puntualizó que la idea central es velar para que todas las decisiones de las comunidades de los países se desarrollen de manera equitativa. Para ello, como organización brindaron propuestas claves, en lo relacionado al desarrollo económico, social, cultural e incluso ambiental.
“Queremos integración, pero que también haya paz entre los pueblos. Por eso, la propuesta que llevamos es que todas las naciones trabajen en pos de sus necesidades y en la minimización de la pobreza y la brecha de la desigualdad”, manifestó la representante de la organización civil.
Apuntó a las labores que deben desarrollarse para potenciar dichas prioridades dentro de la OEA y que se efectúe un rol más activo, buscando llevar acciones concretas para las sociedades y que los planes no permanezcan como meros proyectos a largo plazo, sin lograr resultados concretos.
“Hay una defensa de los derechos, pero no es sino hasta el ejercicio mismo y de la aplicabilidad de los mandatos dentro de cada una de las naciones, que nos podrá decir si el resultado es favorable o no. La voluntad de la política internacional existe, pero no será hasta de uno o dos años que se tengan en cuenta las normativas”, sentenció.
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Medioambiente: desafíos en América Latina y el Caribe
Hivy Ortiz Chour.
Oficial de Mejor medio ambiente. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para América Latina y el Caribe.
En junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente, que este año se centra en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema Nuestras tierras. Nuestro futuro.
América Latina y el Caribe enfrenta grandes desafíos ante este escenario.
Hace casi cuatro décadas, los temas ambientales se incorporaron en el discurso cuando se empezó a entender que los sistemas agrícolas productivos debían incorporar el bienestar humano, el uso eficiente de los recursos naturales, la gestión del agua, el uso adecuado de químicos y promover el cuidado de la biodiversidad. Luego, vinieron las declaratorias y las convenciones de Biodiversidad y Cambio Climático, que han permitido elevar la discusión de estos temas a un alto nivel político.
El cuidado del medioambiente va mucho más allá de la protección de las áreas protegidas y de la vida silvestre. Tiene que ver con la producción de alimentos sanos y nutritivos, con bienestar en cuanto a la calidad y los medios de vida, en armonía con un entorno rural y urbano sano.
Para avanzar en esa línea, es esencial entender la interdependencia entre los recursos naturales y los factores socioeconómicos, promoviendo acciones para adaptarse al cambio climático, para cuidar, utilizar y restaurar la biodiversidad, garantizando la integridad de los servicios ecosistémicos vinculados a la producción de alimentos, de cultivos, de la pesca, de la acuicultura, de la ganadería y de la silvicultura.
De nada sirven los esfuerzos en restaurar, si no controlamos las acciones que degradan nuestro entorno.
Debemos pasar del acuerdo a la acción, para asegurar un mundo más saludable y próspero para las generaciones venideras.
Un Mejor Medio ambiente es clave para una Mejor Producción, una Mejor Nutrición y una Vida Mejor, sin dejar a nadie atrás.
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Debatirán políticas públicas para la agricultura familiar en reunión regional
Nuestro país será sede de la XL Reunión Especializada de la Agricultura Familiar del Mercosur (REAF-Mercosur) en la cual se socializarán y debatirán las diferentes políticas públicas direccionadas a la agricultura familiar local así como a nivel regional.
La viceministra de Agricultura, Rossana Ayala, manifestó que Paraguay, impulsado por los avances de la organización, hoy se encuentra en la construcción del Plan Nacional de Agricultura Familiar Campesina e Indígena, con la participación de los actores principales del sector.
Además, actualmente llevan adelante la presidencia Pro Témpore de la REAF-Mercosur. “Nuestro compromiso es doblemente mayor e importante, no solo con la construcción del plan sino con todas las acciones que podamos realizar para dar visibilidad y protagonismo a nuestra agricultura familiar campesina e indígena”, mencionó a los medios de prensa.
Desde la FAO en Paraguay destacaron la importancia del evento al considerar que fortalece al rubro, porque el suministro de alimentos se constituye en un sistema complejo. “Implica a las familias productoras y los sistemas agroalimentarios que incluyen el suelo, agua y otros insumos productivos como el transporte, la comercialización, la transformación e industria, y los consumidores”, explicó el representante en Paraguay, Iván León.
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La reunión se realizará desde el 18 al 20 de junio de este año, mientras que la apertura está prevista para el martes a las 8:30, en el salón auditorio “Luis H. Berganza” de la Dirección de Extensión Universitaria del Campus de la UNA con autoridades y representantes de organizaciones de la agricultura familiar.
El encuentro entre productores será un ámbito de discusión y generación de políticas, de integración solidaria y participativa, a fin de aproximar a las poblaciones rurales para superar las asimetrías a partir del diálogo político entre representantes de los gobiernos y de la sociedad, puntualizaron.
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Agricultura Familiar: Pilar estratégico en tiempos de crisis globales
Luiz Beduschi
Oficial Principal de Políticas en Desarrollo Territorial de la FAO
Las crisis sanitarias, económicas, climáticas, políticas y humanitarias recientes han generado una atmósfera de incertidumbre global. En este complejo y cambiante escenario, la Agricultura Familiar se erige como un sector esencial para enfrentar los desafíos emergentes. La inseguridad alimentaria y el costo de una dieta saludable han alcanzado niveles alarmantes, mientras que el cambio climático impone una presión sin precedentes sobre los sistemas agroalimentarios.
Por un lado, es en la Agricultura Familiar donde los efectos de estos escenarios extremos se sienten de manera más acentuada, profundizando las desigualdades estructurales que impactan la capacidad de acceder a mejores condiciones productivas y sociales. Sin embargo, para avanzar en una agenda de transformación rural inclusiva y resiliente, resulta prioritario resaltar el papel de la Agricultura Familiar como agente clave en este proceso, por su capacidad de producir alimentos saludables y nutritivos, de la mano con prácticas que valoran la biodiversidad y los conocimientos ancestrales en los territorios.
Reconociendo este contexto, la Asamblea General de Naciones Unidas, reconoció el período entre 2019 y 2028 como el Decenio de las Naciones Unidas para la Agricultura Familiar, representando una oportunidad única de avanzar en la construcción de políticas diferenciadas para el sector por medio del diálogo y de la participación.
La aprobación del Decenio posiciona la Agricultura Familiar en el más alto nivel en las agendas de desarrollo y nuestro deber es seguir apoyando y fomentando acciones en favor del sector; y para apoyar su implementación, se ha elaborado un Plan de Acción Mundial del Decenio de las Naciones Unidas de la Agricultura Familiar, que tiene por meta acelerar las medidas tomadas de manera colectiva, coherente e integral para apoyar a los agricultores familiares.
Con base en este Plan, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proporciona orientación detallada a los gobiernos nacionales y locales, parlamentos, instituciones académicas, sector privado y organizaciones de agricultores y productores, para poner en marcha planes nacionales, donde hemos visto avances importantes, lo que permite orientar esfuerzos hacia la implementación de acciones para el sector y contribuir para la consecución de los objetivos planteados por el Plan de Acción Global del Decenio.
Desde la FAO, venimos trabajando mano de la mano con los países de nuestra región para apoyar en el diseño e implementación de políticas públicas diferenciadas hacia la Agricultura Familiar, orientando inversiones que se adecuen a las necesidades y realidades de los agricultores y las agricultoras familiares, y dinamizando el tejido socioeconómico en los países. Este esfuerzo demanda fomentar mecanismos de cooperación y diálogo, que permitan circular innovaciones y soluciones que tenemos en diferentes contextos, y establecer una agenda conjunta entre los países que identifique prioridades para la acción.
Para eso hemos desarrollado nuestra Plataforma Técnica Regional de Agricultura Familiar, un espacio que tiene por objetivo fortalecer capacidades y compartir el conocimiento existente en temas relacionados a la agenda de Agricultura Familiar. En este espacio se pone a la disposición series de intercambios técnicos, diálogos de saberes y cursos virtuales que conectan los tomadores de decisión, agricultoras/es familiares con lo que hay de avances en las herramientas y políticas para el sector.
También en el marco de la implementación del Decenio de Agricultura Familiar, es importante destacar iniciativas que buscan coordinar esfuerzos por medio del diálogo y de la cooperación. En este marco, espacios como la Reunión Especializada sobre Agricultura Familiar del MERCOSUR (REAF/MERCOSUR), que cumple 20 años de funcionamiento y tendrá su 40ª edición en Asunción, entre los días 18 y 20 de junio, son ejemplos de cómo es posible construir políticas diferenciadas para la Agricultura Familiar por medio del diálogo y la coordinación institucional en todos los niveles, reconociendo la multidimensionalidad del sector y sus contribuciones al desarrollo sostenible.
A lo largo de dos décadas, la REAF/MERCOSUR ha sido un espacio de innovación en políticas públicas y que tuvo un papel clave en visibilizar el papel de la Agricultura Familiar en los países de la región. Desde su creación, el espacio se ha institucionalizado como un canal de diálogo formal entre representantes de gobierno y de las organizaciones de la Agricultura Familiar, y que permite avanzar de manera consensuada en caminos para el fortalecimiento del sector.
En este proceso, se ha fomentado por medio de recomendaciones y decisiones del bloque, la construcción de políticas que reconozcan el sector y posicionen de manera clara las necesidades existentes entre las mujeres rurales, jóvenes rurales, así como hacer frente a los desafíos para mejorar las condiciones de acceso a recursos naturales. De igual manera, se reconoció el rol de las políticas de fomento productivo, lo que permitió avanzar en una agenda que conecte las/os agricultores familiares a los mercados, fomentando instrumentos como las compras públicas, programas de Alimentación Escolar y las ferias libres.
Pero ninguno de esos avances sería posible sin una de las grandes innovaciones producidas por la REAF, que fue la orientación hacia el desarrollo de sistemas de registros de la Agricultura Familiar. Como fue mencionado, es fundamental que los países puedan desarrollar e implementar acciones diferenciadas que permitan fortalecer el sector, focalizando acciones que fomenten la capacidad productiva y de innovación de la Agricultura Familiar, así como garantizar las condiciones necesarias para su inclusión social y política. Una de las herramientas más importantes en este contexto son los Registros de Agricultura Familiar, que, al permitir el reconocimiento de las y los agricultores familiares, conecta las estrategias de trabajo de los gobiernos nacionales con las verdaderas necesidades del sector, para articular políticas públicas diferenciadas, eficientes y pertinentes que permitan atender las necesidades y desafíos que enfrenta el sector de manera integral.
La experiencia muestra que poner en marcha un sistema de Registro de Agricultura Familiar conlleva a enfrentarse a una serie de desafíos, que van desde la construcción de acuerdos políticos, hasta el desarrollo tecnológico y la implementación de la herramienta.
En América Latina y Caribe, la experiencia de la REAF/MERCOSUR ha posibilitado el desarrollo de un marco común que orienta acerca de los criterios mínimos para la caracterización del sector, lo que orientó el desarrollo de las herramientas de registros de países como Brasil y Uruguay, que han facilitado la adopción de políticas de crédito para el sector, así como vinculación de mecanismos de compras institucionales y otras estrategias que facilitan el acceso de la Agricultura Familiar a nuevos mercados.
Para seguir avanzando en el desarrollo de los Registros y en la implementación de políticas diferenciadas para la Agricultura Familiar se hace fundamental seguir fomentando y ampliando los espacios de diálogo y cooperación entre los países.
Como se indicó anteriormente, solo por medio del intercambio de experiencias y de la circulación de las buenas prácticas existentes es que se puede facilitar la adopción de nuevas herramientas y políticas que se conectan con la necesidad de la Agricultura Familiar y con el compromiso de la región por avanzar hacia el fortalecimiento del sector.
Aún quedan muchos desafíos pendientes para que podamos lograr una vida mejor para las personas de nuestra región.
Desde la FAO, tenemos la convicción de que la Agricultura Familiar requiere fortalecer su presencia en la agenda política, en la implementación de las políticas públicas, con presupuesto y acciones concretas, que trasciendan lo declarativo. Para esto, creemos que es por medio de la acción colectiva y la cooperación entre los países que lograremos avanzar en una agenda transformadora, que visibilice, reconozca y potencie los aportes de la Agricultura Familiar para lograr el desarrollo sostenible e inclusivo de nuestras sociedades, sin dejar a nadie atrás.