Un informe de La Nación/Nación Media realiza un recuento contextualizado sobre cómo se llevó adelante la fallida operación Patrón, una rama de la operación Lava Jato, mediante la cual a toda costa se quiso involucrar al exmandatario Horacio Cartes en el caso que investiga a Darío Messer. Esta publicación periodística expone las llamativas muestras de apoyo que daba el juez de la causa, Marcelo Bretas, al presidente Mario Abdo, esto mientras la investigación estaba en curso.
“El presidente de la República de Paraguay, el señor Mario Abdo Benítez. ¡Yo también creo!”, dice una de las publicaciones realizadas por Bretas en la que adjunta un video de un mensaje presidencial del mandatario. Este hecho genera suspicacias dado que se convierte en un elemento más sobre el estrecho vínculo que mantenían las autoridades paraguayas con los funcionarios del Brasil que investigaban la causa Messer y quienes insistieron en vincular al exmandatario Cartes, a pesar de la inexistencia de elementos probatorios, que concluyó en toda desestimación en cada instancia.
El juez Marcelo Bretas fue quien dispuso la prisión de las personas presuntamente involucradas en el caso Messer y ordenó la captura de Cartes, esto sin que se le haya realizado antes una indagatoria. La Fiscalía y el Juzgado del Brasil obviaron un informe remitido por la Policía Federal y, sumado a esto, tampoco encontraron elementos nuevos que vinculen al exmandatario con operaciones ilícitas; no obstante, no excluyeron al expresidente de la causa.
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Toda esta operación se vuelve más llamativa cuando se hace un recuento sobre el estrecho vínculo entre Mario Abdo y el presidente brasileño Jair Bolsonaro, ante el cual el gobierno actual cedió ante los intereses del vecino país en varias negociaciones, especialmente las relacionadas a Itaipú. La moneda de cambio de estos acuerdos perjudiciales para nuestro país aparentemente era este operativo cuyo objetivo, al parecer, era sacar del camino político al exmandatario Cartes, cuya causa fue finalmente archivada y anulada por las máximas autoridades brasileñas al no encontrarse ningún crimen o delito atribuible.
La imparcialidad por parte del fiscal que investigaba la causa, Sergio Moro, las muestras públicas de apoyo entre el juez que ordenó la captura de Cartes sin antes indagarlo y la cesión ante el Brasil en varias negociaciones nacionales, avaladas por Abdo Benítez, dejan entrever el montaje de una operación que más bien era una abierta persecución en contra del exmandatario, al quien a toda costa querían poner a disposición de las autoridades brasileñas, a pesar de la inexistencia de pruebas.
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