La trata de personas es un fenómeno complejo que afecta a millones de personas en todo el mundo, ya que las víctimas, que pueden ser tanto hombres como mujeres y niños, sufren una serie de consecuencias psicosociales que impactan profundamente en su bienestar.
La trata de personas está vinculada con el crimen organizado y generalmente se da en la frontera. El sicólogo José Caballero expone algunas rutas consideradas como críticas.
Las rutas de trata en contexto transfronterizos: es un nudo crítico porque entra en escena los autores de delitos de trata para explotación sexual de jóvenes, que al mezclarse en el tránsito fronterizo legal, se mimetizan para incluir el tráfico de estupefacientes. Los resultados de los estudios de Luna Nueva Base- IS, muestra que adolescentes y jóvenes mujeres son forzadas a oficinas de campanas o “mulas”, dejando en evidencia la trata internacional de las que son víctimas.
Lugares sensibles: Ciudad del Este (Departamento del Alto Paraná), ubicada en la triple frontera con Brasil ( Foz de Iguazú.- Estado de Paraná) y la Argentina (Puerto Iguazú- Provincia de Misiones ), Pedro Juan Caballero (Departamento de Amambay) en el límite con Brasil; (Mato Groso Do Sul) y Puerto José Falcón (Departamento de Presidente Hayes) localidad ribereña entre los ríos Paraguay y Pilcomayo en el límite con Argentina (Clorinda- Provincia de Formosa).
Uno de los estudios exploratorios analizados por el sicólogo Caballero, describe que Pilar y otras zonas portuarias del departamento Central, San Pedro, Concepción, Ñeembucú, son los sitios de explotación de víctimas, por ejemplo las costas cercanas a estos lugares, incluso las alejadas, donde disminuye toda posibilidad de control y exposición.
Perfil de la trata de personas: el Departamento de Estadísticas del Ministerio Público elaboró el perfil del hecho punible de la trata de personas, luego de analizar un total de 392 denuncias ingresadas a nivel país desde los años 2019 al 2024.
Esta investigación revela que las mujeres representan el 71 % de las víctimas de éste hecho punible, frente al 29 % del sexo masculino.
Edad: lo más preocupante es que los menores hasta los 13 años representan el 13 % de las víctimas.
Las víctimas de entre 14 a 17 años encabezan la cifra de víctimas en un 34 %. Las de 18 a 29 años representan el 27 % mientras que las de 30 a 55 años corresponden al 23 %.
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1. Efectos emocionales y psicológicos, se registra depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT). Estos trastornos pueden surgir debido a la violencia, el abuso y la explotación, que sufren durante su cautiverio.
En este caso, la recuperación emocional es el objetivo principal.
2. Estigmatización y aislamiento social: las víctimas pueden ser vistas como culpables de su situación, lo que puede resultar en un rechazo social. Este aislamiento puede intensificar los problemas de salud mental. Se dificulta la reintegración en la sociedad.
3. Impacto en la identidad y la autoimagen: las experiencias de trata a menudo alteran la percepción que las víctimas tienen de sí mismas. Pueden desarrollar una identidad marcada por el trauma, lo que afecta su autoimagen y su capacidad para establecer relaciones sociales y familiares saludables.
Pueden ser implementadas algunas intervenciones que ayuden a las víctimas a reconstruir su identidad, fomentando un sentido de pertenencia y empoderamiento, que es vital para su recuperación
4. Consecuencias en las relaciones interpersonales: las víctimas enfrentan dificultades en sus relaciones interpersonales, ya que la confianza se ve profundamente afectada; la terapia de grupo o la terapia familiar puede ser útil para restaurar la confianza y mejorar las habilidades psicosociales de las víctimas.
5. Repercusiones económicas y laborales: la trata de personas a menudo deja a las víctimas sin recursos económicos, lo que puede llevar a la pobreza y la dependencia. Esto a su vez puede generar un ciclo de violencia y explotación. Las personas que fueron víctimas de este hecho punible deben desarrollar habilidades para sostenibilidad de la vida y la empleabilidad.
La sicóloga del Ministerio Público, licenciada Soledad Barge, explicó al Observatorio del Ministerio Público que algunos de los síntomas más frecuentes que sufren las víctimas son las siguientes: baja autoestima, vergüenza, tristeza, ideas de persecución, desesperanza, cansancio emocional, frustración, apatía, indefensión
La profesional señala que es esencial que la víctima reciba apoyo psicológico, realizar la denuncia ante los organismos pertinentes, y el apoyo del círculo familiar es muy importante.
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