“No podemos hablar de que estos niños se están alistando por su propia voluntad", aseveró la exviceministra de Justicia, Alejandra Peralta, y negó categóricamente un consentimiento por parte de los infantes. Foto: Archivo.
Menores en el EPP deben ser rescatados y evitar su reclutamiento, afirman
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La exviceministra de Justicia, Alejandra Peralta, sostiene que el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) es un grupo criminal que busca dinero, escondido bajo el ropaje del marxismo. Apuntó que este no busca reivindicar nada, ni representa a la clase obrera. Consultada respecto a la presencia de menores en las filas del EPP, rechazó que exista un alistamiento voluntario y que es responsabilidad del Estado rescatarlos.
“Necesitamos rescatar a esos niños y evitar, evidentemente, el reclutamiento de menores”, expresó y caracterizó que estos reclutamientos se dan con menores de comunidades indígenas y que también se trata de un estilo de “clan familiar”, que recluta a sus hijos y a personas allegadas a sus familias. “Se debe convocar a un grupo de expertos para delinear una solución a este flagelo”, señaló la experta en DDHH en comunicación con 1000 AM.
“No podemos hablar de que estos niños se están alistando por su propia voluntad”, aseveró y negó categóricamente que sea apropiado hablar de un consentimiento por parte de los infantes. Menciona que de hecho por eso las leyes los protegen hasta los 18 años y, evidentemente, se debe protegerlos doblemente porque son niños, aseguró Peralta.
“Esto debe ser tratado con mucha urgencia, con toda la expertise necesaria y con todos los recursos que se deban invertir para esto porque son niños que están siendo reclutados”, aseveró la experta en DDHH para dar cuenta de la delicada situación. “Podemos realmente tener la conclusión de que ya existía reclutamiento de niños desde hace tiempo y tenemos este reclutamiento de niños, que finalmente puede dar origen a otro como tráfico de personas, tráfico de niños, etc.”, expresó.
Sobre el EPP
“Estamos hablando de personas que no se constituyeron con una visión ideológica, de lucha de clases o de reivindicación de la clase obrera, sino que tenían el objetivo de obtener dinero a través de ilícitos, combinados con el narcotráfico y otros conexos”, explicó la experta en Derechos Humanos.
Peralta aclaró que si bien existen argumentos que pretenden justificar el accionar por ser un problema social, la experta señaló que “lo que tiene que ver con estas organizaciones criminales que no se conforman con ese espíritu, entonces diría que son cuestiones de política criminal más que social”.
Sobre la responsabilidad del Estado en esta situación señaló que “los Estados tienen dos tipos de responsabilidad por acción directa de un agente o por omisión en cuanto a políticas públicas eficaces para combatirlos”.
Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Foto: Archivo
A 20 años del secuestro y muerte de Cecilia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos ¿por qué ella?”
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Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay.
El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos ¿por qué ella? ¿por qué le hicieron esto? ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana, Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los cuatro meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla.
“Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
Terminó la esperanza
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató.
Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
Once personas fueron condenadas por el secuestro y muerte de Cecilia. Foto: Archivo
Primera víctima fatal del EPP
Cecilia Cubas es la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país.
“Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN.
“Era una luz”
Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y muy inocente, que nunca veía malicia en las demás personas. Explicó que Cecilia pensaba que todas las personas eran como ella, buenas, jamás hubiera imaginado que unos criminales iban a acabar con su vida.
“Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona súper sensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
Cecilia falleció en diciembre del 2004. Foto: Archivo
“La Justicia hizo su parte”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.
“En el caso de Cecilia todos los detenidos ya fueron juzgados y están cumpliendo su pena o siguen siendo juzgados. Podemos decir que la Justicia hizo su parte, pero nos queda mucho por delante y aún quedan muchos prófugos. Nuestra batalla está lejos de terminar, pero claramente tengo que decir que nos gustaría que el EPP desapareciese”, acotó Silvia.
En la familia no pierden la esperanza y creen que hay instituciones que se están formando correctamente y que están trabajando bien. “En algún momento va a dar resultado visible todo el trabajo que se está haciendo. Hay que tener en cuenta también que muchas veces para que se llegue a algo con un grupo como el EPP hay mucho trabajo por detrás y no es un simple golpe de suerte para que sucedan las cosas”, manifestó.
Justicia por los secuestrados
Silvia pidió justicia para las familias de los que están secuestrados, con quienes mantienen un contacto muy estrecho, porque es una situación que no se puede dejar pasar. “No tenemos que olvidar que hay todavía personas desaparecidas, cuyas familias aún siguen esperando noticias de ellos, esto no toca mucho. Tenemos que unirnos para luchar de manera correcta no solo por un futuro, sino por un presente mejor para cada uno de los compatriotas”, apuntó.
Instó a la población a luchar contra este grupo criminal, a no apañar estos crímenes. “Acá la lucha debería ser siempre de los buenos contra los malos. Todo lo que ellos predican de que han luchado por los más necesitados son mentiras, porque han secuestrado y asesinado a miembros de la sociedad paraguaya sin distinción de ningún tipo”, concluyó.
La “casa del terror”, el lugar donde encontraron el cuerpo de Cecilia Cubas. Foto: Archivo
Datos clave
El cuerpo sin vida de la joven fue hallado 5 meses después, en febrero de 2005, en una fosa cavada en una vivienda ubicada en Ñemby.
Su familia pagó 300.000 dólares por su liberación, a mediados de noviembre de 2004.
Osmar Martínez y Anastasio Mieres Burgos fueron condenados a 25 años de prisión y 10 años de seguridad por el secuestro y homicidio de Cecilia Cubas; luego de afirmarse que cometieron los delitos de homicidio doloso, privación de libertad, secuestro, extorsión, extorsión agravada y asociación criminal.
Silvia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?”
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Por Karina Ríos
karina.rios@nacionmedia.com
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay. El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?, ¿por qué le hicieron esto?, ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los tres meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla. “Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató. Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
PRIMERA VÍCTIMA
Cecilia Cubas fue la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país. “Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN. Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y que nunca veía malicia en las demás personas. “Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona supersensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
“LA JUSTICIA HIZO SU PARTE”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.
Imputan a cuatro implicados en caso de futbolista fallecido
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Este viernes, la representante del Ministerio Público, fiscal Rosa Noguera, informó sobre la imputación de tres menores y un adulto identificado como Jesús Roa, alias “Kapeluki”, por homicidio doloso en el caso del joven jugador del Club Nacional de San Bernardino fallecido durante una gresca en un encuentro deportivo.
En conferencia de prensa, la fiscal Noguera confirmó que solicitó la prisión preventiva para todos los imputados, incluyendo a los tres menores, aclarando que no puede librar orden de detención en contra de los mismos, quedando esta decisión en manos del juez que se hará cargo de la causa.
En cuanto a las penas privativas de libertad a las que se exponen los implicados en el caso, destacó que por su condición de menor, tres podrían obtener 8 años de prisión, mientras que Jesús Roa, alias “Kapeluki”, se enfrentaría a una pena de hasta 30 años de cárcel.
“Según los testigos, el que dio el primer golpe habría sido alias “Kapeluki” con el antebrazo en la nuca, y es el golpe certero y seco del que habló el médico forense; todos fueron imputados por homicidio doloso, también le dieron patadas y otros golpes en la espalda”, señaló Noguera.
En la misma tesitura, comentó que según las informaciones obtenidas hasta el momento, el joven mayor de edad, Jesús Roa, había saltado la valla perimetral para poder alcanzar al menor fallecido, aparentemente y según el testimonio de los testigos, estaba molesto porque se le tomaron fotos y videos donde se lo veía incidentando en la cancha antes del partido.
Tanto esta información como las demás brindadas por los testigos llamados a declarar serán cotejadas junto con los videos recabados por los investigadores con el fin de contar con todas las piezas que permitan dilucidar lo ocurrido.
Diputados aprueban con modificaciones ley que eleva penas para el abuso sexual de niños
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La Cámara de Diputados aprobó con algunas modificaciones y aclaraciones el proyecto que establece cambios a los artículos N.° 128 y 135 del Código Penal respecto al abuso de niños. La iniciativa vuelve al Senado tras haberse elevado las penas y haber contemplado como agravantes a todo aquel que forme parte del círculo del menor.
“En el inciso primero del N.° 135 que se refiere a lo que sería donde no hay coito, donde hay un manoseo, eso queda con una pena de 5 a 18 años, eso fue aumentado”, explicó la diputada Rocío Vallejo en conversación con varios medios de prensa. Asimismo, se decidió rechazar la versión de la Cámara de Senadores en cuanto a la disminución de la pena en casos de coito para menores de 14 años.
En dicho sentido, los legisladores de la Cámara Baja decidieron mantener la pena vigente que establece 15 años de cárcel como mínimo y una máxima de 30 años. Por otro lado, el coito con un menor de 10 años, tendrá una pena de cárcel mínima de 20 años y una máxima de 30 años. Además, se amplió la cobertura de situaciones agravantes para estos casos.
“Mencionaba solamente a los parientes o alguien con quien conviva, pero nosotros le agregamos a aquellas personas cercanas, es decir, aquellos que trabajan en la casa, amigos de los padres o de los hermanos, ampliamos algunos conceptos para abarcar a aquellos que frecuenten la casa porque lo que hay que destacar en todos estos casos de abuso es que estos se dan en un porcentaje altísimo en el ámbito familiar”, resaltó.
En cuanto al artículo 128, se realizaron aclaraciones en torno a la definición de lo que es coito, dado que había una laguna en ciertos casos de violación y fue incluida la penetración con objetos, detalló la legisladora. “Estas modificaciones, van a otorgar más claridad y entendimiento con respecto a la ley”, expresó durante la sesión la diputada liberal, Dalia Estigarribia.