Este lunes, la Policía Nacional logró detener al conductor que rozó, siguió y disparó al otro vehículo involucrado, pero cuyo conductor resultó y su acompañante falleció en la ciudad de Mariano Roque Alonso. El hombre fue procesado por hecho punible de homicidio doloso y ya contaba con prisión domiciliaria con régimen de permiso laboral.
Según el reporte policial el hecho se registró durante la jornada de ayer domingo, luego de que estos dos conductores tuvieron un roce en plena vía pública. Aparentemente uno de los hombres que iban al mando de una Nissan modelo Tiida no quedó para responder por los daños, lo que enfureció al otro involucrado que conducía una Toyota modelo Vitz. Este decidió seguirlos y disparar contra el rodado, en el que iban varias personas, una de ellos falleció y otro resultó herido.
El presunto autor del crimen fue detenido e identificado como Erwin Damián Ríos Bobadilla, de 30 años y también su acompañante, una mujer de nombre Eva Rayén Zárate Giménez, 19 años. Ríos contaba con régimen de prisión domiciliaria y tenía también permiso laboral de 7:00 a 18:00, por día.
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“Esto ocurrió detrás mismo de la Expo, donde se produjo un roce y luego empezaron a seguir. Desde el Tiida realizaron tres disparos contra la Toyota, lo que arrojó dos heridos de los cuales uno falleció”, explicó Pedro Espínola, jefe de la Comisaría 10ª, en entrevista con el programa “Cuenta Final” de canal Gen y Universo 970/Nación Media.
El caso fue comunicado desde el Hospital de Loma Pytá, y la Policía Nacional realizó el allanamiento de una vivienda ubicada en el barrio San Luis de Mariano Roque Alonso. “Son vecinos, son todos conocidos y uno de ellos fue quien manifestó quién fue la persona que realizó los disparos. Ellos indicaron que todo pasó por el roce del vehículo y el consumo de alcohol”, puntualizó.
Afirmó que ambos conductores fueron detenidos y sometidos a la prueba de alcotest arrojando como resultado positivo. “Esta persona tenía prisión domiciliaria, tenía permiso para trabajar. Los dos conductores dieron positivo a la prueba. El hecho en sí ocurrió a las 7:30 del domingo. El detenido fue puesto a disposición del fiscal de turno”, finalizó.
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Falleció hombre que fue baleado tras juego de billar en Asunción
Este domingo, desde el Hospital de Barrio Obrero reportaron sobre el fallecimiento del hombre que fue baleado tras una ronda de billar en el barrio Roberto L. Pettit de la ciudad de Asunción. Su familiares piden a las autoridades que hagan justicia.
El hermano de la víctima, Miguel Martínez, confirmó que su hermano Richard Martínez, de 38 años, falleció luego de recibir dos impactos de bala, uno a la altura de la cabeza, con orificio de entrada y de salida, y otro a la altura de la ingle.
“Pedimos justicia por mi hermano. No vamos a dejar que estos quede así nomas. Hasta el momento no se hizo nada para que esta persona que disparó pague por lo que hizo, queremos que la Fiscalía actué y que empiece a moverse”, expresó Martínez, en entrevista con C9N.
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Agregó que van a ir todo los días hasta que el Ministerio Público y que no van a dejar que esto quede en vano. “En el video, claramente se ve quién es el presunto autor. Los policías detuvieron al hombre y tenía la misma ropa que usó ese día, la fiscal afirma que no tiene nada que ven en el caso, que no se lo ve en las imágenes”, refirió.
Manifestó que la fiscal Fátima Girala trató mal a la familia cuando fueron a realizar la denuncia y que los vecinos fueron los que colaboraron para identificar al hombre, junto con los propietarios del salón de juegos. “No dijo que no podemos hacer justicia por mano porque supuestamente le agarramos al supuesto autor, pero no fuimos nosotros fue la policía”, puntualizó.
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Detienen a supuesto autor de feminicidio en Naranjal
Este domingo, la Policía Nacional intervino en un caso de feminicidio en la localidad de Naranjal, en el departamento de Alto Paraná, donde un hombre acabó con la vida de su pareja y luego intentó sacarse la vida. El supuesto autor fue detenido por los agentes en la vivienda.
Según el reporte policial, el hecho se registró cerca de la medianoche de este domingo sobre la calle 3 de Mayo de la ciudad de Naranjal. Testigos indicaron que la pareja mantuvo una discusión por un ataque de celos y que el hombre sacó un arma blanca con que atacó a la mujer, que falleció en el sitio.
La mujer, identificada como Francisca Maciel Torres, de 46 años, ya fue encontrada sin signos de vida por los intervinientes. Mientras que el presunto autor estaba mal herido debido a que intentó atentar contra su vida.
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Actualmente, Ramón López Martínez, de 54 años, se encuentra en el Hospital Regional de Santa Rita, donde llegó con una herida de arma blanca en el pecho, permanece internando bajo custodia policial y está fuera de peligro.
El caso fue comunicado a la Fiscalía, desde donde ordenaron que el hombre permanezca en carácter de detenido. El procedimiento estuvo a cargo del personal de la Comisaría 19.ª de Naranjal. Todo lo actuado fue puesto a disposición de las autoridades competentes.
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Vida, muerte, fantasía, ilusión, deseo… pulsiones y condición humana
- Ricardo Rivas
- Periodista
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
Vida, muerte, ilusión, deseo... pulsiones incrustadas en la condición humana, aunque “reyes y peones, al final de la partida, vuelven a la misma caja”.
“¿Fantasear o desear...?”. Ese era el dilema que, en frecuentes charlas de café, proponía un tan veterano como anónimo polemista que habitaba, cuando la tarde agonizaba, algunas de las selectas mesas en el mítico café La Paz, en la esquina de la avenida Corrientes 1593, cuando esa arteria cordial se cruza con la calle Rodríguez Peña, muy cerca del Obelisco, en Buenos Aires, unos 1.300 kilómetros al sur de mi querida Asunción.
Era los años 70, en el siglo pasado. Enfrente –justo en diagonal– intentaba competir el bar Ramos. En concurrentes habituales estaban cabeza a cabeza. Inolvidables, por cierto. Pero el caso es que, luego de encender la polémica con aquel interrogante, con impostado tono académico, intentaba, aquel sanatero, zamarrearnos.
¡Me parece verlo! Acomodaba prolijamente los dos o tres libros de Sigmund Freud o de Foucault que siempre llevaba con él y lentamente –como buscando las palabras más adecuadas– iba al punto. Fumaba tabaco inglés en una pipa muy gastada y sobre su prominente nariz montaba espejuelos redondos tonalizados verde oscuro.
“El tío Segismundo –ironizaba mientras revoleaba sus manos refiriéndose a Freud– cuando compartíamos algunos puros con amigos en el Café Frauenhuber, en la inolvidable Viena, nos explicaba con claridad, jóvenes amigos, palabra más, palabra menos, que solo fantasean las personas insatisfechas”.
PULSIÓN
Lo seguíamos en silencio. Algunas veces –como la ignorancia nos impedía responder y/o, mucho menos, poner alguno de sus dichos en duda, hacía una pausa que disfrutaba y, si la memoria no me falla, en aquel caso puntual remató: “Cada fantasía surge de una pulsión para cumplir con un deseo insatisfecho, muy deseado, que corrija la realidad”.
Nunca recuerdo su nombre. En verdad, no tengo claro si alguna vez lo supe. Pero sí, sus anécdotas con pretensiones académicas y que se definía como “un libre pensador, diletante”. ¡Nos maravillaba! Aunque –debo admitirlo– teníamos dudas que no confesábamos sobre su presunta sabiduría por aquello de que entre los ciegos un tuerto es rey.
“¡Déjese de joder, farfullante…!”, recuerdo que le dijo –indisimuladamente molesto y a voz en cuello– un reconocido profesional y estudioso freudiano, de quien exclusivamente consignaré sus letras iniciales (G.G.), que incontenible por lo que también escuchó abandonó su café en una mesa cercana y lo increpó sin miramientos.
Un pesado silencio cubrió todas y cada una de las mesas. El increpado no atinó a responder. Se retiró cabizbajo –con sus tres libros bajo el brazo– enmudecido y sin plantarle cara. El increpante nos miró, se disculpó “por interrumpir la conversación sin que nadie me llame” y fue al punto: “Simple y sencillo, muchachos. La fantasía tiene que ver con el imaginario. Con lo que creemos o sabemos que muy difícilmente suceda. Con aquello que suponemos imposible y que, de alcanzarlo, imaginamos sería placentero, pero sabemos que no podrá ser. Desear es converger la fantasía con la realidad más deseada en algún momento de tu vida. ¡No entender esa diferencia es grave… y, pretender explicar desde la ignorancia y la confusión, no lo puedo dejar pasar!”.
Renovó su disculpa y volvió a su mesa. “Como una escuela de todas las cosas...”, como nos enseñó Discépolo cuando escribió aquel tangazo que llamó “Cafetín de Buenos Aires”, así era el bar La Paz. Fantasías. Deseos. Ilusiones. Me atrevo a añadir que, como entonces, en estos tiempos de imágenes exacerbadas y exacerbantes que circulan y atropellan en los avasallantes ecosistemas digitales que facilitan las comunicaciones reticulares contemporáneas, aquellas –junto con la vida y la muerte– emergen como inevitables pulsiones incrustadas en el día a día de nuestros días.
OXÍMORON
Claramente, forman parte de la condición humana. Pese a que, con el correr de los tiempos y a la democratización de las monarquías (¿oxímoron?), con mucho menos frecuencia que algún tiempo atrás y, en aquel contexto, escuchar decir “vida de príncipes”, sorprende porque pareciera ser una expresión que cae en desuso.
Aun así, hay quienes insisten con ella cuando se procura producir sentido respecto de alguna persona que –a juicio de quien así se expresa– tiene allanado el acceso a poderosos y poderosas o cuando dispone de bienes materiales en abundancia o cuando no debe preocuparse por necesidades que –como tales– sí lo son para la mayoría de la humanidad.
En ese contexto, tampoco el futuro debiera ser preocupante para quienes tienen –siempre a la vista de las otredades– tránsitos principescos o, acaso, propios de las realezas. Hambre, desocupación, falta de salud, de educación. En aquel contexto, se suponen alejados de aquellos y aquellas minorías vistosas. Sentires y decires. Pareciera, incluso, que nada ni nadie está exento, alguna vez, de emitir esos juicios o ser depositario de ese tipo de expresiones.
Hasta la muerte –en ciertas ocasiones, por la forma en que se produce y a quien afecta– hace que no sean escasas las voces que se atreven a afirmar que Mengana o Fulano “murió como un príncipe”. En el siglo XIX y buena parte del XX era frecuente que así se significara la partida de este mundo cuando las y los finados eran considerados socialmente como “patricios” o “ricos”.
Curioso, por cierto. Y tanto lo era (y es) que vaya a saber a quién y en qué situación tuvo la lucidez para destacar que “al final de la partida, reyes y peones vuelven a la misma caja”. ¿Sabiduría popular? Tal vez.
LA BODA DEL SIGLO
Aún recuerdo cuando el 29 de julio de 1981 –la tele satelital cuando el mundo era mundial y para nada global– puso “en el aire” (vieja expresión de uso común en la radiotelefonía de entonces, hoy casi olvidada), desde la catedral de San Pablo, en Londres, la que fue llamada como la “boda real o del siglo” porque, aquel día, el príncipe Carlos (32) –hijo primogénito de Isabel Alejandra María Windsor (1926-2022), la reina Isabel II del Reino Unido y de la Commonwealth desde 1952 hasta su muerte– contrajo matrimonio con la joven aristócrata llamada Diana Spencer (20).
Cerca de 800 millones de televidentes lo vimos. “¡Parece un cuento de hadas...!”, escuché decir a dos mujeres que – como otros muchos, frente a una vidriera colmada de televisores– vimos pasar a Carlos, por entonces príncipe de Gales, y Diana recién casados, a bordo del 1902 State Landau, como se conoce al carruaje que, en aquel año, el rey Eduardo VII –tío del contrayente– ordenó construir para ceremonias relevantes.
En la Argentina, desde poco menos de tres años, teníamos tele en colores. La novia, tanto en el ingreso a San Pablo –luego de descender junto con John, su padre, VIII conde de Spencer, de un carruaje vidriado– como en el momento en que salió de esa catedral con su esposo convertida en “alteza real”, tuvo que detenerse varios minutos para que las “damas de honor” acomodaran la cola de su vestido “de casi ocho metros de largo”, relataba la transmisión oficial.
¡Hermoso para ver! Un año y 22 días después –el 21 de julio de 1982– se anunció el nacimiento del príncipe Guillermo, heredero de la corona británica. El 15 de setiembre de 1984 –setecientos ochenta y siete días después que su hermano mayor– nació el príncipe Enrique.
Sin embargo, y como sostiene el dicho popular, “no todo lo que reluce es oro”. El 28 de agosto de 1996 –cinco mil quinientos nueve días después de aquella boda principesca– Diana y Carlos se divorciaron. Con el paso del tiempo la fantasía pública trocó en públicos desatinos vinculares. La princesa descubrió y confirmó que el príncipe tenía como amante a Camilla Parker-Bowles, una amiga de la Casa Real. ¡Crisis!
MULTITUD
Carlos pasó –para muchas y muchos– a ser el “realmente odiado”. Diana, en el transcurso de 1995, decidió no ocultar la situación. Habló con la BBC, la tele pública en el Reino Unido. “¿Cree que Camilla Parker-Bowles fue el factor que desencadenó el fracaso de su matrimonio?”, preguntó el periodista Martín Bashir a “su alteza real”. La respuesta fue simple, breve y clara: “Bueno, éramos tres en mi matrimonio. Y eso es una multitud”. El 31 de agosto de 1997, Diana, Dodi Al-Fayed (1955-1997), multimillonario egipcio, y el chófer, Henri Paul, murieron en un accidente de tránsito ocurrido en el interior del túnel del Pont de l’Alma, en París.
Aquel príncipe, Charles Philip Arthur George (77), desde el 8 de setiembre de 2022, es Carlos III, rey del Reino Unido y de los otros reinos de la Mancomunidad de Naciones. Camilla Rosemary Shand, luego Parker-Bowles (78) –la tercera de aquel matrimonio principesco que “era multitud”, como lo sentenció Diana, “la princesa del pueblo”, como la categorizó para siempre el ex primer ministro Tony Blair, el 31 de agosto de 1997– es reina consorte.
Fantasías. Deseos. Ilusiones. Condición humana. Fantasías. Deseos. Ilusiones. “Cambia, todo cambia”, canta como nadie Mercedes Sosa. Los khasi –una minoría étnica originaria que habita en el estado de Meghalaya, noreste de la India desde antes de las invasiones dravídicas pobladoras del sur en ese mismo país– desconocen quiénes de sus antecesores y cuándo comenzaron a orientar las raíces de los árboles para construir con ellas “puentes vivientes”.
Lejos de aquellas selvas inigualables, recién se supo algo de los que se conocieron entonces también como “los puentes de raíces vivas de Sohra (Cherrapunji)”, cuando era avanzado el siglo XIX. Los exploradores occidentales se asombraron con aquel descubrimiento. En La Sociedad Asiática, un histórico periódico que se publicaba en Calcuta en 1844, se consignó la información. Desde aquellos tiempos, es polo de atracción hasta nuestros días.
“AMOR RECÍPROCO”
Hacia allí, unas tres semanas atrás, partieron en luna de miel el príncipe Raj Raghuvanshi (21) y la princesa Sonam Raghuvanshi (24). Eran marido y mujer porque sus madres –en esa sociedad matrilineal– así lo acordaron. Ambos pertenecían a la misma clase social y casta. Aquel enclave natural que, además, con unos 12.000 milímetros de lluvias anuales es, según Guinness, el lugar más lluvioso de cada año, era perfecto para manifestarse amor recíproco sin interferencias. La actuación crucial de la mehndi, la celebración musical previa, la ceremonia principal, la fiesta posterior quedaron atrás.
Me explican –por Whatsapp, desde Nueva Delhi, tres diplomáticos chimenteros que me pidieron anonimato– que los fastos nupciales se extendieron por cuatro días. Las dos familias en estado de tranquilidad. Espiritual, social y económico. No faltó nada. Se observaron todos los rituales. Homa (la ofrenda al fuego) se concretó. El Panigrahena, los unió como nunca antes. Las siete vueltas al fuego –el Satapadi– hizo celebrar a muchas y muchos, sonreír a las y los más refinados y desear, ilusionarse... soñar, a otros y otras.
Samskara se instaló en la flamante pareja. Luego, silencio. Los días pasaban y... más silencio. Pero irrumpió la angustia. Primero en el que fue el pueblo de ambos, luego en la provincia, la región y, finalmente, en todo el país. “¿Dónde están?” “¿Qué se sabe?”. La falta de novedades fue parte de las informaciones de la agencia de noticias nacional. Se iniciaron las búsquedas. Los supuestos ganaron el espacio público. Las ideas conspiranoides de poderosos y poderosas ingresaron en los circuitos informativos.
Nadie respondía a las incesantes llamadas a los móviles de Raj y Sonam. La policía y los servicios de inteligencia de la India los monitoreaban inútilmente. También el de uno de los hermanos de la princesa. ¡Nada! Pero, cuando nadie lo esperaba, todo cambió. El domingo pasado aquella novia obediente de los acuerdos y mandatos familiares que se mostró alegre, ilusionada, ante los unos y los otros; que fue objeto de los comentarios de sus vecinos e incluso blanco preferente a la vista de aquellas y aquellos que por ser de clases inferiores o de castas poco respetables no debieran haberla mirado, trocaron interrogantes y angustia sociales.
DIMES Y DIRETES
Desde algunos anocheceres en las sacudidas calles de aquel país con 1.400 millones de habitantes, se sabía por trascendidos –que más tarde se confirmaron– que el cadáver de Raj fue encontrado y recuperado de las profundidades de un precipicio con abundante vegetación. Fue el momento de los dimes y diretes. Se conoció el escabroso detalle de que el cuerpo lo encontraron con el cráneo partido con dos golpes duros aplicados con algún objeto contundente y cortante.
¡Horror! Rescatistas e investigadores tuvieron la convicción de que fue asesinado. Así lo dejaron trascender. No murió como un príncipe. Pero las honras fúnebres sí lo fueron para despedir a su alteza real. Sonam, esposa por un breve tiempo –geolocalizada desde el momento en que se comunicó con uno de sus hermanos– supo por quienes la hallaron que era viuda.
Gritó. Se ahogó en llanto. Insistió con el deshilachado argumento de que fueron víctimas de secuestro. Pero no tenía una coartada que generara, por lo menos, una duda. También supo que Rai Kushwaha, un chófer a su servicio, estaba preso en otra celda. Fue apresado en su pueblo natal, Madhya Pradesh. Contrastaron sus respuestas. Eran amantes desde tiempo antes de que Sonam y Raj protagonizaran una boda principesca.
Como en el caso de Carlos y Diana –con Rai– también se constituyeron en multitud. El amante capturado también confesó. Señaló a los tres criminales que asesinaron al príncipe –sus cómplices– a los que convenció para que ejecutaran al joven esposo de la mujer que también amaba.
Los sicarios fueron apresados. Abrumados, admitieron. La exprincesa viuda dejó de ser víctima para ser victimaria. La justicia la acusa de ser quien incitó a su frustrado enamorado de la necesidad de asesinar a Raj. Vida, muerte, ilusión, deseo... pulsiones incrustadas en la condición humana, aunque “reyes y peones, al final de la partida, vuelven a la misma caja”.
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Desconocidos dispararon contra un bus de hinchas que regresaba de Brasil
Un bus que regresaba de Brasil y transportaba a hinchas del club Olimpia, que fueron a ver el partido de la Albirroja, fue baleado por desconocidos en las inmediaciones del viaducto de las avenidas General Santos y Eusebio Ayala.
En el vehículo se encontraban 64 pasajeros, además del conductor y su acompañante, quienes fueron interceptados en la mencionada zona por un automóvil Toyota New Vitz rojo, desde el cual se efectuaron varios disparos.
Tras el hecho, el vehículo se dio a la fuga y el colectivo continuó su trayecto hasta llegar al Club Olimpia, donde el responsable del transporte se comunicó con efectivos de la comisaría séptima para informarles de lo ocurrido y que se recabaran los datos necesarios.
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“Según manifestó el conductor, los disparos se habrían realizado desde el lado del acompañante, y fueron tres tiros en total. También comentó que no sabe quiénes pudieron haber sido, pero que sí se habría dado un incidente en la zona de Ypacarai, pero sin llegar a mayores”, comentó el subcomisario José Cabañas.
El mismo confirmó que, afortunadamente, ninguno de los ocupantes del colectivo resultó herido. Por otra parte, aseguró que los trabajos para recabar imágenes de circuito cerrado de la zona del incidente ya habían iniciado y que esto sería clave para dar con los atacantes.
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