El Museo de Ciencias (MuCi) reafirma su compromiso con la accesibilidad al conocimiento y la exploración del universo con el lanzamiento de “La hora tranqui”, ayer sábado, en el complejo Textilia (General Santos casi Defensa Nacional). Este innovador programa piloto está diseñado especialmente para personas neurodivergentes, en particular aquellas con trastorno del espectro autista (TEA), garantizando una experiencia cómoda, enriquecedora y libre de barreras.
Este espacio estará disponible todos los sábados y domingos a las 14:00, horario previsto para minimizar el ruido y el flujo de personas en el museo, con una duración de una hora por sesión. Las entradas pueden adquirirse en línea a través de muci.org/entradas seleccionando el horario y día correspondiente. El costo de las entradas online es de G. 35.000, mientras que en puerta será de G. 40.000.
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En la primera fase de implementación, “La hora tranqui” se llevará a cabo en San Cosmos, el planetario de MuCi, donde la experiencia será completamente adaptada para niños, jóvenes y adultos neurodivergentes. Este espacio ofrecerá un ambiente tranquilo y seguro para que todos puedan disfrutar del fascinante mundo de la ciencia y la astronomía.
“La hora tranqui” se trata de una sesión especial en la que se realizan ajustes en el entorno para hacerlo más amigable y acogedor para personas con TEA. Entre las adaptaciones, se reducirá la intensidad de la iluminación y se controlarán los sonidos para evitar estímulos estridentes. Además, los mediadores del museo recibirán capacitación especializada para brindar una mejor experiencia a este público.
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Sin celulares en las escuelas, niños cariocas progresan y juegan en los recreos
Tras un año sin celulares en las escuelas en Rio de Janeiro, los alumnos aseguran que volvieron a jugar “como en los viejos tiempos” y su concentración en clase mejoró. Ahora toca el turno al resto de Brasil. Los estudiantes de este país de más de 200 millones de habitantes comenzaron el año escolar con los móviles prohibidos en aulas y recreos gracias a una nueva ley firmada en enero por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Brasil, que tiene más celulares que habitantes, se suma a un número creciente de naciones que recurren a este tipo de restricciones para arrancar los dispositivos de las manos de niños y adolescentes muy a menudo enganchados. “Fue difícil porque nos volvemos adictos, y cuando no lo tenemos (el celular), provoca una cierta abstinencia (...) pero después de que el hábito pasa, interactuamos más”, cuenta Kamilly Marques, de 14 años.
Esta alumna de la escuela pública Reverendo Martin Luther King en Rio dice a la AFP que ya ni siquiera se molesta en llevar su teléfono. No es la única. Solo unos pocos estudiantes se detienen bajo un gran mural del héroe de los derechos civiles estadounidense para colocar sus dispositivos en cajas de plástico antes de entrar a clase.
Si bien al principio pensó que la prohibición era “molesta” y “aburrida”, Marques ahora está más contenta porque sus notas y su vida social mejoraron. “Había un compañero de clase que sufría ‘cyberbullying’ y ni siquiera lo sabíamos, porque estábamos más concentrados en nuestros teléfonos que en nuestros amigos”, admite.
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Adictos y ansiosos
Según la Unesco a fines de 2024, el 40 % de los sistemas educativos del mundo tenían algún tipo de prohibición del uso de celulares, frente al 30 % del año anterior. El secretario municipal de Educación de Rio, Renan Ferreirinha, señala a la AFP que los profesores notaron que, tras la pandemia de covid, los chicos habían regresado a las aulas “más agitados, más impacientes, más adictos a los celulares y mucho más ansiosos”.
Una encuesta a padres en 2024 de la firma de investigación digital Opinion Box y la plataforma de la industria del móvil Mobile Time mostró que la mayoría de los niños brasileños tuvieron su primer celular a los 10 años en promedio. Mientras que los menores de tres años pasan casi una hora y media al día con el dispositivo, la cifra asciende a casi cuatro horas entre los de 13 y 16 años.
Un estudio de la alcaldía de Rio mostró “mejoras en la concentración, la participación en clase y el rendimiento de los estudiantes”, desde que se implementó la prohibición. Ferreirinha, también diputado federal, actuó como relator de la ley que extendió la prohibición a todo el país.
Si moderar el uso del teléfono “es difícil para un adulto, imagínese para un chico. No tiene ningún sentido que un profesor trate de dar clase mientras el niño está viendo un video en las redes sociales o jugando en su teléfono”, dice. En una reciente visita a una escuela, un niño le contó que habían vuelto a jugar como “en los viejos tiempos”.
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“Mucho más alegre”
Fernanda Heitor, de 46 años, subdirectora de la Reverendo Martin Luther King -con alumnos de entre seis y 16 años-, explica que antes de la prohibición las clases se habían vuelto “insostenibles”. “Hubo resistencia. Incluso hoy, algunos todavía esconden sus móviles cuando entran a la escuela”, cuenta, y describe el recreo de antes de la prohibición como “islas” de chicos sentados pegados a sus teléfonos.
“No interactuaban, no jugaban mucho, no hablaban. Ahora juegan (...) Esto ha transformado la escuela. Se ha vuelto mucho más alegre, animada”. La nueva ley brasileña permite el uso de celulares con fines educativos, de emergencia y salud. Fabio Campos, experto en educación y tecnología, considera que, si bien la ley es necesaria, a los alumnos se les debe enseñar a usar la tecnología de forma responsable.
“Brasil es un país de desigualdades. Muchos alumnos sólo tienen acceso a la tecnología en la escuela. Así que, si esto significa que las escuelas se volverán menos tecnológicas, es un fracaso”, dice a la AFP. Para Ferreirinha, los padres también deben imponer más límites en casa. En la Reverendo Martin Luther King, Pedro Henrique, de 11 años, todavía lleva su celular a la escuela y lo usa mucho en casa. “Lo extraño un poco” en los recreos, reconoce. Al final del día “me siento feliz porque lo voy a usar”.
Fuente: AFP.
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¿Por qué el 97 % de los paraguayos viven en un tercio del país?
“Por qué (casi) todos los paraguayos viven en un tercio del país” se pregunta el famoso canal de YouTube “Un Mundo Inmenso” en un video publicado el pasado 5 de febrero y que, en diez minutos, recorre la historia de Paraguay y sus peculiaridades para entender a qué se debe que solo el 3 % de su población vive en la región Occidental, el 61 % del territorio, mientras que el 97 % se ubica en el restante 39 % (región Oriental).
Diego Briano empieza relatando que Paraguay tiene 6.100.000 habitantes y no tiene costas de mar, aunque sí grandes ríos y fácil conexión hacia el Atlántico. Un dato curioso que comparte es que de los 11 municipios que superan los 100.000 habitantes, 10 tienen conexión directa con un río: Limpio, Asunción, Luque, Capiatá, San Lorenzo, Lambaré, Ñemby, Fernando de la Mora, Ciudad del Este y Encarnación. La excepción es Pedro Juan Caballero.
Desde Argentina, Un Mundo Inmenso nació en YouTube en setiembre de 2018 y hoy es uno de los principales canales en lengua española dedicados a la geografía, con más de un millón y medio de suscriptores. Junto a Diego Briano, el equipo está compuesto por Francisco Llorens y Antonella Grossolano, que logran viralizarse periódicamente con diversas curiosidades geográficas del planeta.
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Siguiendo con la “extraña distribución de población”, Diego señala el caso del departamento de Alto Paraguay, que es un poco más grande que Panamá y un poco más pequeño que Portugal, pero solo viven 17.000 en su territorio. Lo que equivale a que todos los habitantes de dicha región caben “en un estadio de baloncesto”.
Para ahondar en una respuesta al título del video, el presentador retrocede hasta la fundación de Asunción, cuya zona urbana concentra hoy el 38 % de la población total. En 1537, eran los guaraníes que prefirieron esa zona debido a las tierras fértiles, climas más amenos, ríos navegables y para la pesca, al contrario del Chaco, donde, no obstante, se convirtió posteriormente en un importante asentamiento de colonias de menonitas, lo que detalla “Un Mundo Inmenso” con imágenes y didácticos gráficos.
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MuCi, un paseo de verano por la astronomía y la ciencia
Un recorrido para concientizar sobre la importancia del agua y las proyecciones en su magnífico planetario son las ofertas de Verano en el Museo, en las instalaciones del complejo Textilia de Asunción. Proponen un acercamiento interactivo a las ciencias a visitantes individuales y también a colegios mediante programas especiales. Una oferta creativa para recrearse en vacaciones.
- Por Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos Matías Amarilla / Cristóbal Núñez
“Aquí todo es interactivo, no es como en un espacio tradicional”, define Rodrigo Ríos, del Museo de Ciencias (MuCi), invitando a recorrer la muestra para reflexionar sobre el agua montado en el llamado Tatakua Lab.
Se trata de un laboratorio de prototipos interactivos, que según describe Mateo Acosta, director de Exhibiciones y Programación, es un recorrido especial de Verano en el Museo, como dieron en llamar a la exposición.
Un recorrido por diferentes máquinas que combinan hidráulica y electrónica, en la que mediante sencillos procedimientos se invita a reflexionar sobre el rol del vital elemento en la vida humana.
Uno de ellos hace hincapié en lo que provoca la falta de agua. “Vamos recabando información del público y allí queda claro que lo que más afecta a los visitantes es no poder bañarse cuando se queda sin agua. No es cocinar, no es lavar, no es regar, no es ni tomar agua, es bañarse lo que más aparece”, comenta Acosta.
CUIDAR EL AGUA
Otro de los artefactos simula una lluvia que se retroalimenta, que ayuda a “reflexionar un poco sobre la recolección del agua de las precipitaciones, que se hace mucho en el Chaco, pero acá en la región Oriental no tenemos esa costumbre. Asumimos que el agua es inagotable e infinita y cada vez es más necesario cuidar el agua apta para el consumo”, comenta.
En el paseo, mediante unos tubos de acrílico que tienen diferentes niveles de agua, se logra hacer un comparativo de la altura del río Paraguay en los últimos años y el impacto en la navegabilidad. “Son intervenciones artísticas que ayudan a brindar la información de manera diferente e interactiva”, resume.
Ingeniero en electrónica, Acosta comenta que los prototipos se van testeando con la gente para ver si surten efecto y se mejoran con el aporte y los comentarios de los visitantes.
“Es muy importante para nosotros que las experiencias se vean, que se vea el motor, que se vean los cables, los caños. Todo eso hace que la gente entienda mejor cómo funciona y los que tengan curiosidad de ir más hacia la parte técnica pueden descubrir cómo logramos hacerlo”, apunta.
Los visitantes pueden también acceder a una mirada en microscopios de muestra de agua de diferentes partes y situaciones. “Principalmente estamos observando ahora algunos mosquitos, que están muy conectados con el agua, pero conversando de la importancia que tienen también los mosquitos en el ecosistema y hay algunas reflexiones detrás de ello”, expone.
MEDIADORES
El paseo es facilitado por mediadores que guían a los visitantes en las diversas experiencias para que “de alguna manera ellos mismos encuentren las respuestas”.
Una máquina fabrica una burbuja gigante en la que un niño puede mirar por dentro. “Es para explicar el fenómeno físico de la tensión superficial del agua, que es la que produce propiamente las burbujas, por ejemplo”, subraya.
Esta posibilidad de aprender jugando aparece en todo el recorrido por estas máquinas que ayudan a comprender algunos principios básicos. “Entonces es un poco jugando, un poco de repente descubriendo. Puede que la gente termine jugando y no conecte directamente con un fundamento científico, una base de ciencia muy dura, pero descubre elementos”, asegura.
El espacio tiene una pequeña tienda de regalos, una MuCiteca, “que es un espacio de lectura donde los niños tienen sofás y almohadones para leer con los padres”.
Los visitantes pueden también ver en vivo cómo se construyen los dispositivos de la exposición.
UN PLANETARIO ESPECIAL
Después, se puede ir caminando al Planetario San Cosmos, “bautizado así en homenaje a la tarea del astrónomo paraguayo Blas Servín, quien coordinaba el observatorio San Cosme”, cuenta Rodrigo Ríos, su director.
En el espacio, una media esfera recubierta de una tela de proyección especial permite introducirse y ver filmes envolventes sobre los astros, la evolución de las especies y otros temas adecuados técnicamente a este tipo de muestra.
Los espectadores lo hacen desde unos asientos construidos especialmente con el estilo de la silla cable, en la que pueden recostarse para mirar la bóveda de proyecciones.
También ocurren eventos teatrales y episodios de cuentacuentos. “Vienen aliados y arman como un pequeño teatro en el que usan tanto el cielo estrellado como el domo para hacer estas demostraciones en vivo, que a los chicos les fascina porque cuentan historias muy divertidas”, describe.
DIVERSIDAD DE EVENTOS
“Tenemos distintos tipos de shows, tanto en vivo, narrados en tiempo real por los mediadores como con audio propio de las películas configurando estructuras que duran una hora. Actualmente tenemos ocho shows en cartelera y nos visitan colegios y turistas, que son los que más vienen los días entre semana. Ahora que van a empezar las clases los colegios son nuestros principales visitantes y da gusto recibirles porque vienen en patota (risas)”, cuenta.
La idea de la programación del MuCi es la actualización permanente porque, según recuerda Ríos, “la práctica de ir a un museo no es habitual. Te vas una sola vez en tu vida y después ya no porque siempre sigue igual. Entonces, aquí como que volvés a venir y vas a encontrar espacios totalmente diferentes, eso es lo que queremos”.
Otro elemento atractivo del MuCi son las observaciones del cielo que se hacen con dos telescopios que son desplegados en la plaza colindante al planetario. “Son siempre gratuitas para que la gente pueda venir a ver el cielo de otra manera. Una o dos veces al mes ocurre, dependiendo siempre del clima, que esté despejado. Últimamente se pusieron muy de moda estos fenómenos de alineación, el paso de un cometa, etc., que a la gente le despierta mucha curiosidad”, comenta Ríos.
Lo hace anunciando que este sábado 8 y el próximo 14 como una de las actividades del Día de los Enamorados habrá observaciones.
CUÁNDO Y DÓNDE VISITARLO
El Museo de Ciencias (MuCi) puede visitarse durante todo febrero de jueves a domingos de 14:00 a 20:00, en el complejo Textilia, sito en avenida General Santos 1030.
Desde marzo las visitas se podrán hacer de martes a domingos.
Las entradas al Tatakua Lab cuestan 20.000 guaraníes si se compran online y 25.000 en la tienda del sitio. Para el Planetario San Cosmos, salen 35.000 y 40.000, respectivamente.
“Invitamos a la gente a ver el programa de actividades en redes sociales o en nuestra web porque hay diversas actividades, observación de aves y botánica, etc. Todo febrero está calendarizado y ya está accesible”, indica Ríos.
Para agendar las visitas, se debe contactar con el MuCi a través de la web y redes sociales.
“Tenemos un programa de extensión comunitaria que implementamos principalmente con los 10 colegios de la zona de influencia del museo, que es la Chacarita, y tenemos una alianza con una empresa de transporte que se encarga de traerles de forma gratuita. Ellos no pagan nada para poder visitar nuestros espacios ni el transporte”, cuenta.
Asimismo, resaltó que el año pasado recibieron estudiantes de la zona del Chaco, Concepción, Encarnación y Ciudad del Este, lo cual a su criterio habla bastante bien del espacio y de que la gente apueste por algo diferente.
“En general nos escriben diciendo ‘somos un colegio del interior y queremos visitar’. Entonces, vemos la forma de poder aplicar la extensión con ellos también para que no les cueste tanto, ya sea el transporte o la entrada, dependiendo de las carencias”, explica.
LA HORA TRANQUI
A partir de este fin de semana, los sábados y domingos a partir de las 14:00 “tendremos habilitada la Hora Tranqui, un espacio para personas neurodivergentes que quieran venir a un lugar donde el sonido y las luces estén un poquito más bajas, más calmas, que no haya tanto barullo de parte de la música o de las luces para que los padres puedan venir a pasar con sus hijos una hora sin que nadie les moleste y sin que nadie, principalmente, les diga nada”, comentó Rodrigo Ríos.
Lo implementaron porque “recibimos muchísimos chicos autistas o con alguna neurodivergencia y pasa siempre que el papá se te acerca y dice “mi hijo es autista y podría gritar mucho, podría hacer mucho barullo”, y no hay problema con eso, aunque a veces sí crea problemas con la gente que quiere a lo mejor venir a un show en silencio”, describe.
“Entonces, para todos esos casos y es algo que se hace en muchos museos. Se tiene un espacio para que ellos vengan exclusivamente a ese lugar si quieren y sentirse cómodos y libres de poder hacer todo el ruido que quieran, nadie les va a decir nada y tenemos capacitaciones con la gente de TEA Paraguay, que es la que nos está asistiendo en esta implementación en la que van a tener también el acompañamiento de los mediadores del MuCi”.
UN SITIO ESPECIAL
Rodrigo Ríos cuenta que el MuCi “nació de la idea de nuestro fundador, Dave Peery, que es un estadounidense filántropo, que junto con una amiga que también es americana se reunieron y conversando con ella en una merienda coincidieron en que querían instalar un museo de ciencias”.
De esto ya hace tres años y a mediados de este 2025 se espera se dé la palada inicial para la construcción del MuCi en el terreno que adquirió la fundación que lo sustenta en la vecindad del parque Caballero y la Chacarita. “Será un espacio de 14.000 m² en varios niveles que contará con varias salas de exhibiciones de ciencias, espacios comunes de aprendizaje y un planetario de pantalla LED curva para 150 personas”, describe la web.
“En algún momento se planteó que sería bueno empezar ya a practicar antes de ese gran museo y así nació este espacio en Textilia, donde hacemos el prototipado de actividades o de cosas que va a tener ese museo grande. Aquí probamos todas esas cosas que después van a ir escalando en tamaño y en complejidad para lo que va a ser el gran museo”, explicó.
“Queremos brindar una experiencia interactiva, ya que en los museos tradicionales la idea es que no toques nada, que vengas hacia mí a escucharme todo lo que yo te voy a decir. Acá es diferente, acá nosotros invitamos a que puedan tocar las cosas y la conversación no es un monólogo, sino que es interactiva”, describió.