En medio de un festejo con música, baile, algarabía y rodeado de sus seres queridos y el homenaje de las Fuerzas Armadas, Canuto González Britos recibió sus 108 años de vida, en el barrio Maka’i de la ciudad de Luque. Se trata de uno de los pocos excombatientes vivos de la Guerra del Chaco, y que incluso llegó a participar de la emblemática Batalla de Boquerón que se libró en setiembre de 1932.
Este viernes, el veterano recibió la visita del ministro de Defensa Nacional, el general Óscar González, y una comitiva en representación de las Fuerzas Armadas de la Nación para entregarle un reconocimiento por su loable labor al servicio de la patria, su valentía y, por sobre todo, su entrega incondicional, puesto que cuando Canuto se alistó para defender a su país era un joven de solo 16 años y se convirtió en soldado del RI2 Ytororó.
“Es una responsabilidad y obligación nuestra como paraguayos rendir homenaje siempre a nuestros héroes y esta es nuestra forma de hacerlo, en el 2015 cuando fui comandante del ejército había creado un departamento para asistir justamente a los excombatientes y me pone muy contento que ese departamento siga cumpliendo su objetivo”, destacó el ministro González en conversación con el programa “Así son las cosas” emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media
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Durante el homenaje brindado por los representantes de las Fuerzas Armadas, los mismos se dirigieron hacia Canuto con un emotivo mensaje, agradeciéndole su desempeño en batalla y por sobre todo su valentía para defender su patria, resaltando que es un honor para cada uno de los que integran las Fuerzas Armadas poder ser parte de una institución a la cual sirvió un hombre tan íntegro como González Britos.
Actualmente, según el listado con el que cuentan desde el Ministerio del Interior, siguen vivos seis excombatientes de la Guerra del Chaco, quienes continúan recibiendo los beneficios pautados por el Estado, además de la atención médica permanente en el Hospital Militar.
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9 años sin Edelio: familia encuentra consuelo en gente que acompaña su cumpleaños
Este 9 de mayo, la familia, amigos y todo un país, recuerdan el cumpleaños número 35 del suboficial de la policía Edelio Morínigo, el noveno natalicio que ocurre lejos de su hogar tras ser secuestrado por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), el 5 de julio del 2014.
En recordación a su cumpleaños se realizó una celebración religiosa en la casa de sus padres, donde participaron familiares, amigos, camaradas y autoridades. La señora Obdulia Florenciano destacó que a pesar del paso de los años siguen recibiendo el acompañamiento de sus allegados y la ciudadanía.
“Otro cumpleaños más sin Edelio, pero la motivación es grande, porque después de casi 10 años de desaparición, de su secuestro, ni un año paso sin recordar su cumpleaños, ni un año se pasó en silencio este día. Siempre se juntó la gente, vienen de diferentes lugares junto a nosotros, vienen a compartir con nosotros como si fuera que Edelio está”, lamentó la madre.
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Mientras tanto, la madre de Edelio expresó que a pesar de haber pasado casi 10 años de su desaparición, sigue estando presente en sus recuerdos. “Desde ese día, el 5 de julio del 2014 hasta ahora no hay ninguna novedad, no sabemos nada de él, pero siempre está la presencia de sus camaradas, de amigos y familiares, y más nosotros, su madre y su padre, y sus hermanos, le tenemos presente en nuestras vidas todos los días”, dijo.
Una vez más, clamó a los criminales dar con el paradero de su hijo, o de sus restos. “Formalmente le reclamo a esa gente, como mamá, ya basta, ya nos jugaron mucho, que nos cuenten dónde está mi hijo, en qué lugar están sus huesos”, fue la súplica de la madre.
El secuestro
El suboficial fue secuestrado el 5 de julio de 2014, cuando tenía 25 años; hasta la fecha no se tiene novedades de su paradero. La familia Morínigo Florenciano realiza la celebración religiosa en recordación de su cumpleaños desde su desaparición, con la misma súplica, conocer su paradero.
Edelio Morínigo fue secuestrado en la zona norte del país, específicamente llevado de la estancia Macchi Cué, ubicada a 100 kilómetros de Concepción. Solo se tuvo una prueba de vida ese mismo año, el 22 de octubre, y a partir de eso los familiares claman por información sobre el policía privado de libertad, pero hasta el momento no se sabe nada, no existen indicios si sigue con vida o no.
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Noveno cumpleaños en cautiverio: Edelio Morínigo cumple 35 años
Este jueves 9 de mayo familiares, amigos y autoridades recordarán los 35 años del suboficial de la Policía Nacional, Edelio Morínigo, secuestrado por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) hace 9 años. La celebración de la misa, como todos los años, está prevista para las 10:00, reportó el corresponsal de Nación Media, Ángel Flecha.
La celebración religiosa se desarrollará en la casa de los padres de Edelio Morínigo, en la zona de Calle 18, distrito de Arroyito, Concepción. Para esta actividad se prevé la presencia del comandante de la Policía Nacional, Carlos Benítez, autoridades locales y de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) – Codi.
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El suboficial fue secuestrado el 5 de julio de 2014, cuando tenía 25 años; hasta la fecha no se tiene novedades de su paradero. La familia Morínigo Florenciano realiza la celebración religiosa en recordación de su cumpleaños desde su desaparición, con la misma súplica, conocer su paradero.
Edelio Morínigo fue secuestrado en la zona norte del país, específicamente, llevado de la estancia Macchi Cué, ubicada a 100 kilómetros de Concepción. Solo se tuvo una prueba de vida ese mismo año, el 22 de octubre, y a partir de eso los familiares claman por información sobre el policía privado de libertad, pero hasta el momento no se sabe nada, no existen indicios si sigue con vida o no.
La madre de Edelio, la señora Obdulia Florenciano, presume que ya no se encuentra con vida, por lo que su pedido actualmente es saber dónde quedaron los restos de su hijo.
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Agentes del Grupo Lince llevaron alegría a un niño de 5 años
Un niño tuvo como invitados especiales de su cumpleaños a cuatro agentes de la Unidad de Operaciones Tácticas Motorizadas o Grupo Lince de la Policía Nacional, con quienes compartió unas horas de inmensa alegría, ya que pudo cumplir el sueño de conocer a sus superhéroes. Los policías dejaron por un momento el servicio de patrulla preventiva para abocarse a regalar afecto a un pequeño que con ansias los esperaba en su humilde hogar.
Los padres de Marcos Cibils organizaron la fiesta sorpresa en su vivienda ubicada en Lambaré, hasta donde llegaron los agentes con la torta y un regalito para el cumpleañero. A sus cinco años de edad, Marquitos demostró un gran amor y admiración hacia los Linces y es por eso que pidió el festejo con ellos.
Un video socializado por la propia Policía Nacional denota la reacción que tuvo el menor cuando divisó la presencia de los patrulleros en el patio de su casa. Sus ojos brillaron como nunca antes y junto a su mascota fue a recibir la sorpresiva visita. Se intercambiaron abrazos y además, tras familiarizarse con sus invitados especiales accedió a dar un paseo en la motocicleta.
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Gesto de afecto
Los cuatro efectivos policiales compartieron el almuerzo familiar, le cantaron al cumpleañero y apagaron con él la velita y le cumplieron el sueño de estar a su lado en su día especial. “En este gesto simple, pero profundo encontramos la esencia de la humanidad, donde la unión, el afecto y la solidaridad brillan como los verdaderos superhéroes que nos hacen imbatibles”, destacó en redes sociales la Policía Nacional.
Desde esta institución se abogó por más encuentros de este tipo, donde se menciona además que los Lince no solo protegen nuestras calles, sino que también iluminan los corazones de los más pequeños. El Grupo Lince fue creado durante el gobierno de Horacio Cartes (2013-2018) como una opción para reforzar la acción policial preventiva de hechos delictivos en las calles y para brindar seguridad a la ciudadanía. El acto de egreso del primer grupo de esta unidad se realizó el 26 de abril del 2017.
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La Sección de Informaciones: factor secreto del éxito paraguayo en el Chaco
Ricardo Scavone Yegros* - Fotos : gentileza/colección Vera-Scuderi
Carlos Vera Abed y Arnaldo Vidal Marecos rescatan en la compilación “Ese obscuro gabinete” documentos valiosos para la historia del Paraguay. Se trata de un conjunto de despachos o mensajes intercambiados entre autoridades o mandos militares de Bolivia durante la guerra del Chaco, que muy probablemente se descifraron en la Sección de Informaciones por Medios Técnicos de la Marina Paraguaya y llegaron a ser conocidos y aprovechados por nuestro alto mando militar.
Como explican los editores, los mensajes se transcribieron en forma sucesiva con cierto orden cronológico y se reunieron en un volumen encuadernado en el que se consigna que constituían la segunda parte del material compilado. El volumen abarca el periodo del 17 de febrero de 1934 al 15 de julio de 1935 e incluye 1.854 despachos.
Por provenir de diferentes emisores y estar dirigidos a diversos destinatarios, emplazados en lugares distintos, parece difícil que sea documentación procedente de archivos bolivianos. La manera en que han sido transcriptos hace suponer en cambio, con bastante certeza, que se trata de los despachos que fueron captados y descifrados en el Paraguay, como se sabe que ocurrió en aquellos tiempos.
En efecto, entre los grandes servicios que la Armada Paraguaya prestó al país durante el conflicto bélico con Bolivia destaca, sin duda, la labor silenciosa cumplida por un pequeño grupo de oficiales y suboficiales de Marina que se dedicaron a desvelar el contenido de los mensajes cifrados bolivianos transmitidos por radiotelegrafía, obteniendo informaciones precisas acerca de lo que estaba ocurriendo en territorio enemigo.
Tal servicio, que se fue consolidando desde el segundo semestre de 1933, permitió planificar mejor los movimientos de las fuerzas militares del Paraguay, atacar donde se ofrecía menos resistencia, desplazar tropas de donde no eran tan necesarias, apreciar los objetivos, las preocupaciones y las deficiencias del Ejército boliviano. En suma, permitió dar luz sobre lo que pasaba más allá de las trincheras propias, en el campo enemigo.
Dicha labor correspondió a la Sección de Informaciones por Medios Técnicos de la Armada, que en palabras del entonces director del Departamento de Marina, capitán Manuel T. Aponte, “trabajó oscura, modesta y silenciosamente” para contribuir a los éxitos conquistados por nuestro ejército. Aponte indicó que “en el transcurso de la guerra, esta sección colaboró constantemente con el Alto Mando proporcionando minuto a minuto el movimiento y dispositivo del Ejército adversario, determinando todas las claves que usaban en sus comunicaciones y descifrando todos los partes y órdenes librados por su Estado Mayor dónde era, contestaba invariablemente “ser de cualquier otro país menos de la Argentina”. Aclaró también Infante Rivarola “que el instructor en ningún momento descifró claves bolivianas captadas, ni aun como ejercicio de preparación del proceso del descifrado”, para agregar finalmente que “de todos los despachos enemigos descifrados y pasados a Comanchaco por el Gabinete de Descifra, ni uno solo fue realizado por otros que no fueran los criptógrafos de la Marina”.
El trabajo de la Sección de Informaciones fue ímprobo. Cada cambio de las claves bolivianas demandaba nuevos esfuerzos para descifrarlas. Se trabajaba en ocasiones sin horario ni descanso, sobre todo durante el desarrollo de operaciones militares. En los últimos meses de la guerra, el descifrado de despachos bolivianos se realizó también en el Chaco, en el Puesto de Comando del general Estigarribia, mediante el traslado del teniente Felipe Quevedo, quien contó con la colaboray Comandos Superiores, que de inmediato eran comunicados al Comando en Jefe del Ejército en Campaña”.
CREACIÓN
Carlos Pastore, quien se desempeñó durante la guerra como jefe de la Sección Correos y Claves del Estado Mayor del Comanchaco, apuntó que la referida Sección de Informaciones fue creada precisamente por iniciativa del comandante en jefe del Ejército en campaña, el coronel y luego general José Félix Estigarribia.
Según Pastore, Estigarribia solicitó al Gobierno que efectuara gestiones para que técnicos argentinos instruyeran a oficiales paraguayos a efectos de que pudiesen descifrar las comunicaciones radiotelegráficas de los enemigos.
En consecuencia, se constituyó en agosto de 1933 la Sección que, con los conocimientos adquiridos, logró tres meses después “descubrir las claves bolivianas en que se cifraban los mensajes cambiados entre el presidente de la República y el Comando del Ejército en Operaciones, y entre este y las unidades del frente de batalla y los mandos de retaguardia”.
La Sección de Informaciones por Medios Técnicos fue constituida, efectivamente, en agosto de 1933, y se destinó para que prestaran servicios en ella a los tenientes segundos Humberto Infante Rivarola y Julio Martínez Ramella, y al guardiamarina Felipe N. Quevedo. Colaboraron el suboficial Óscar S. Talavera y el conscripto Ramón Rolando Hermosa.
“Este último –declaró Infante Rivarola– era el encargado de recoger los cifrados captados por las estaciones receptoras, de las cuales tres estaban instaladas en el parque Caballero y una en el Jardín Botánico, al servicio exclusivo de la Sección Informaciones por Medios Técnicos”. También las estaciones radiotelegráficas de los buques de guerra debían captar los mensajes bolivianos en las horas libres del servicio.
TÉCNICAS DESCONOCIDAS
Un testigo calificado, Juan Guillermo Peroni, comentó que ese grupo de oficiales tuvo la misión de aprender técnicas desconocidas hasta entonces en el país y que sus componentes, encerrados en una pieza del Departamento de Marina en Asunción, “reunían centenares de despachos telegráficos y radiotelefónicos de origen boliviano, que examinaban con extrema atención durante días y noches enteras”, durmiendo y comiendo en la misma pieza en que trabajaban.
Puntualizó igualmente que “mediante un sistema conocido, según el cual hay letras en el alfabeto que se repiten con mucha más frecuencia que las demás, después de una tarea agotadora descubrían las claves enemigas”.
Se descifraron primero los despachos del día, que eran inmediatamente transmitidos con la clave paraguaya al Comanchaco; y luego se fueron descifrando los captados con anterioridad. El trabajo de la Sección de Informaciones resultó muy importante ya durante la batalla de Zenteno-Gondra, que culminó con la rendición de dos divisiones bolivianas en Campo Vía.
Acotó sobre esto Carlos Pastore: “El debilitamiento del poder combativo del enemigo y el proceso anterior a la derrota y la rendición fueron minuciosamente controlados por el general Estigarribia mediante los descifrados. La decisión de abandonar Zenteno, de buscar enlace con las tropas bolivianas del sector Gondra, huir por la picada Capriles, de atacar a la Primera División paraguaya que había irrumpido en Campo Vía e interceptado el camino de la retaguardia del enemigo, la operación de auxilio del Coronel Peñaranda eran conocidos en el acto por nuestro Comando, que ordenaba las contramedidas, muchas veces antes de que el enemigo iniciara las suyas”.
“Fue para todos una sorpresa –añadió Pastore– el conocimiento de las intenciones y los planes militares del enemigo gracias a los mensajes de su Comando Superior. No se había pensado hasta entonces en este medio de información, aunque se conocía la posibilidad de usarlo. Desde aquel momento, para los oficiales del Cuartel General, encargados del Servicio de Informaciones, fue habilitado un espacio sin límites para soñar en el triunfo final, que hasta entonces solo Estigarribia lo alimentaba con renovada fe”.
INSTRUCTORES
Aunque tanto Peroni como Pastore aludieron a la intervención de técnicos argentinos en estas tareas, el jefe de la Sección de Informaciones por Medios Técnicos, Humberto Infante Rivarola, precisó que solo hubo una persona contratada por el Gobierno –seguramente en la República Argentina– para instruirles en el procedimiento analítico de descifrado de las claves, cuya procedencia o nacionalidad nunca llegaron a conocer. Cuando se le preguntaba de dónde era, contestaba invariablemente “ser de cualquier otro país menos de la Argentina”. Aclaró también Infante Rivarola “que el instructor en ningún momento descifró claves bolivianas captadas, ni aun como ejercicio de preparación del proceso del descifrado”, para agregar finalmente que “de todos los despachos enemigos descifrados y pasados a Comanchaco por el Gabinete de Descifra, ni uno solo fue realizado por otros que no fueran los criptógrafos de la Marina”.
El trabajo de la Sección de Informaciones fue ímprobo. Cada cambio de las claves bolivianas demandaba nuevos esfuerzos para descifrarlas. Se trabajaba en ocasiones sin horario ni descanso, sobre todo durante el desarrollo de operaciones militares. En los últimos meses de la guerra, el descifrado de despachos bolivianos se realizó también en el Chaco, en el Puesto de Comando del general Estigarribia, mediante el traslado del teniente Felipe Quevedo, quien contó con la colaboración del aspirante Manuel Peña Villamil.
Para Carlos Pastore, tanto como en la batalla de Zenteno-Gondra, el aporte de los criptógrafos fue fundamental en la batalla de Cañada Tarija, de marzo de 1934, y en la de Ingavi, de junio de 1935. Carlos R. Centurión, por su parte, comentó asimismo que “la marcha hacia los contrafuertes andinos fue jalonada con sus noticias, siempre precisas, orientadoras y eficaces”. De hecho, la labor del pequeño núcleo constituido originalmente dentro del Departamento de Marina proporcionó informaciones de extraordinario valor para la eficaz planificación y ejecución de las operaciones militares durante la guerra del Chaco.
Parte de esos despachos descifrados, que proporcionan múltiples noticias con respecto a la actividad y las vicisitudes del Ejército boliviano, pero que también permiten conocer lo que sabía al respecto el alto comando del Paraguay, se encuentra en el material que ahora se pone a disposición de los estudiosos e interesados en este libro.
El citado Carlos R. Centurión, en un artículo dedicado a recordar a Julio Martínez Ramella, calificó al “oscuro” gabinete de la Sección de Informaciones por Medios Técnicos como “uno de los factores secretos del éxito conquistado por el Ejército paraguayo” y concluyó afirmando lo siguiente: “En los archivos militares de la nación queda el resultado de sus afanes. La historia enriquecerá en esa fuente el caudal de sus recuerdos; la crítica otorgará a ese servicio el valor real que le corresponde como factor decisivo de los acontecimientos militares”.
La presente publicación permitirá cumplir, en parte al menos, lo previsto por el ilustre escritor compatriota y, al mismo tiempo, rendir perenne reconocimiento al trabajo de los esforzados marinos que, con inteligencia y dedicación, desde su “oscuro gabinete” realizaron una formidable contribución para el éxito de las armas paraguayas en el Chaco Boreal.
* Historiador y director general de la Academia Diplomática y Consular Carlos Antonio López