Este viernes, el testigo clave en el crimen del militar Líder Ríos denunció que recibe amenazas para que no hable más sobre el caso. Esta persona teme por su seguridad e incluso por su vida luego de que el oficial Oliver Lezcano, principal sospechoso del asesinato, huyó del penal de Tacumbú.
El hombre reportó que desde hace un buen tiempo viene recibiendo amenazas de muerte y que le piden que no testifique ante la Fiscalía. Denunció que junto a su familia se percataron que vehículos sin chapa rondan en la zona de su vivienda y que esto acrecienta su temor.
“Recibo amenazas y amedrentamientos constantemente por parte de personas innominadas que rondan por mi casa o que nos hacen llegar por mensajes, para que no siga con el tema. Con mi familia estamos temiendo por nuestra seguridad”, explicó el hombre en entrevista con canal Trece.
Resaltó que ya solicitó protección para él y toda su familia, pero que hasta el momento no le garantizan nada. “Solicitamos varias veces protección a la fiscal Rosa Noguera y no nos hace caso. También, pedimos a la Comisaría 19 Metropolitana, pero no puede hacer mucho porque solo cuenta con una patrullera y muy poco personal”, manifestó.
El testigo reiteró que reciben amenazas desde que Lezcano se fugó del penal, por lo que presume que sería el mismo quien está enviando los mensajes. “Yo estaba tranquilo porque saltó la versión de que falleció y no hice caso a los mensajes, pero ahora que confirmaron que está vivo cambia la situación”, puntualizó.
Pidió a las autoridades que hagan algo porque son varias las personas que están amenazadas y que temen por la seguridad familiar. “Dentro de la propiedad habitan muchas personas, entre ellos ancianos y niños, que ya tienen miedo de salir hasta para ir a la escuela o la despensa. Mientras esta persona está libre, nosotros debemos vivir encerrados”, concluyó.
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Trump denuncia que hay “grandes amenazas” contra su vida desde Irán
Donald Trump dijo el miércoles que existen “grandes amenazas” contra su vida procedentes de Irán, después de que el equipo de campaña del candidato republicano a las presidenciales de Estados Unidos anunciara que los servicios de inteligencia le advirtieron de amenazas “reales y concretas”.
“Grandes amenazas contra mi vida de Irán. Todo el ejército estadounidense está observando y esperando”, escribió el expresidente en redes sociales. “Irán ya hizo movimientos que no funcionaron, pero lo intentarán otra vez (...) Estoy rodeado de más hombres, pistolas y armas que nunca”, afirmó.
Desde los dos recientes atentados contra la vida de Trump, los servicios de inteligencia de Estados Unidos están investigando a fondo las amenazas contra el candidato republicano. El equipo de campaña de Trump dijo el martes en un comunicado que los servicios de inteligencia había advertido al expresidente de amenazas “reales y específicas” por parte de Irán para asesinarlo.
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No quedó claro si se trata de nuevas amenazas o de las mismas de las que ya se había informado anteriormente. “El presidente Trump fue informado hoy más temprano por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional sobre amenazas reales y concretas desde Irán para asesinarlo en un esfuerzo por desestabilizar y sembrar caos en Estados Unidos”, dijo el director de comunicaciones de su campaña, Steven Cheung, en el comunicado.
Presión internacional
Las afirmaciones de la campaña del exmandatario llegan en plena presión internacional sobre Irán para reducir las tensiones en Líbano, donde Israel lleva a cabo bombardeos contra el grupo libanés Hezbolá, respaldado por Teherán.
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Irán rechazó recientemente acusaciones de intentar asesinar a Trump, después de que un hombre le disparara el pasado 13 de junio en un mitin en Pensilvania, en el que mató una persona e hirió al candidato presidencial en la oreja.
Días después, medios estadounidenses informaron que las autoridades habían recibido información de inteligencia sobre un supuesto complot iraní contra el republicano, lo que llevó a reforzar su protección.
Fuente: AFP
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Ratifican juicio oral para el policía Oliver Lezcano por crimen de militar Líder Ríos
El agente policial Oliver Lezcano, acusado por el homicidio del militar Líder Javier Ríos, quien en sus días libres se dedicaba a conductor de plataforma, enfrentará un juicio oral público por el delito de homicidio doloso. Así resolvió el tribunal de alzada integrado por los magistrados Delio Vera Navarro, Bibiana Benítez y José Agustín Fernández.
Ahora el expediente deberá bajar nuevamente al juzgado penal de Garantía para que se pueda realizar el sorteo correspondiente donde se conocerá quiénes serán los jueces de sentencia que deberán juzgar al acusado Lezcano por el grave suceso registrado.
Lezcano fue acusado por la muerte del militar Líder Javier Ríos Cañete, quien además trabajaba como chofer de plataforma. El caso se publicó y luego de una investigación policial - fiscal se pudo llegar hasta el presunto responsable del suceso que enlutó a una familia.
Hasta la fecha los familiares del agente militar exigen justicia por el terrible hecho registrado y a su vez acompañarán el trabajo del Ministerio Público y esperan que el juicio oral e realice lo más pronto posible.
Se fugó de Tacumbú
El agente policial se fugó de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú el 28 de setiembre del año pasado, donde cumplía prisión preventiva desde el 26 de enero de 2023. Su fuga fue motivo de polémica debido a que el propio ministro de Justicia, Ángel Barchini, había asegurado a pesar de no contar con pruebas que el mismo fue asesinado y desmembrado dentro de la cárcel, versión que posteriormente fue desmentida con un video de parte del procesado agente policial.
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Silvia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?”
- Por Karina Ríos
- karina.rios@nacionmedia.com
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay. El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?, ¿por qué le hicieron esto?, ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los tres meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla. “Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató. Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
PRIMERA VÍCTIMA
Cecilia Cubas fue la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país. “Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN. Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y que nunca veía malicia en las demás personas. “Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona supersensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
“LA JUSTICIA HIZO SU PARTE”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.
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Hace 7 años se condenaba el escalofriante primer crimen por placer
El 18 de setiembre de 2017, hace siete años, se dictó una sentencia condenatoria que marcó un hito en la historia criminal en Paraguay: la pareja Isaías Raúl Torres y Gissella Eliana Milea Otto fue condenada a 40 años de cárcel luego de ser encontrados culpables de asesinar al locutor radial Agustín Emmanuel Bogado Quintana, de 32 años, por el “mero placer de matar”. El crimen ocurrió el 8 de febrero del 2014.
La presidenta del tribunal de sentencia, la magistrada Mesalina Fernández, fue quien observó que este fue el primer caso de crimen por placer que recibía una condena en el país. Con Fernández, Gloria Hermosa y Alba González integraron el tribunal que juzgó y condenó a los acusados (quienes entonces tenían 27 años de edad) a 30 años de cárcel, más 10 años de medidas de seguridad, totalizando así 40 años de pena privativa de libertad.
Según los elementos debatidos durante el desarrollo del juicio oral y público, Torres (de nacionalidad argentina) y Otto, desde 2013, ofrecían favores sexuales a través de un perfil falso en redes sociales para elegir a su potencial víctima, y fue así como la mujer sedujo al radialista, entre 37 “candidatos”; mientras que, a través de los mensajes de texto enviados entre ambos, se pudo conocer cómo planearon el crimen y que el móvil fue simplemente asesinar por placer. El Ministerio Público recuperó unos 4.000 mensajes como prueba contundente del crimen planificado y ejecutado con saña y alevosía.
El crimen
En la madrugada del 8 de febrero de 2014, Agustín Bogado jamás se hubiera imaginado que iba a convertirse en la víctima del perverso plan, cuando los condenados llegaron a su casa ubicada en el barrio San Cristóbal de Asunción. Tras ingresar Gissella Otto al domicilio y distraer al radialista, mientras Isaías Torres permanecía oculto, éste también entró a la vivienda y golpeó a la víctima en la cabeza con una manopla de hierro, con la ayuda de Milén Otto.
Bogado agonizó en el piso, mientras se desangraba, sin posibilidad de recibir ayuda de nadie, y falleció a consecuencia de un politraumatismo craneoencefálico. Luego de concretar el crimen, los asesinos fueron a un motel para “festejar” lo que habían hecho y, días después, siguieron compartiendo sobre el “placer” que les producía el horrendo acto, según los mensajes de texto que se probaron en el juicio.
A partir del rastreo de mensajes y llamadas de la línea telefónica de la víctima, el formoseño Torres fue detenido el 2 de abril del 2014 en su casa en Limpio, donde la Fiscalía encontró el teléfono de la víctima y la manopla de hierro con la cual se cometió el crimen. Pasarían cuatro meses para la captura de la Gissella, el 14 de agosto del mismo año, en su casa en la ciudad de Atyrá (Cordillera), donde vivía con sus padres. Las crónicas judiciales mencionan que la madre de Agustín tuvo la valentía de encarar al asesino para que le revelara quién fue su cómplice y en ese encuentro le dio el nombre de su pareja.
Mensajes de texto
Tanto Torres como Otto intercambiaron mensajes de texto donde afirmaban que “disfrutaron al matarlo” y cómo Agustín suplicó por su vida, por lo que ya planeaban volver a matar. También acordaron elegir mejor a la víctima, que tuviera un mayor caudal económico. Igualmente Torres escribió que “lo mataría de nuevo porque me encanta matar”, y decía de su pareja “quiero a mi asesina favorita”.
“Sangre. Eso habrá a la próxima”, anunciaba Torres, a lo que Otto le contestó “eso me gustaría mucho. Si pudiera meter 10 personas en un camión y matarlas el mismo día sería lo máximo”. Asimismo, otros mensajes dados a conocer durante el juicio oral expresaban: “Fue como un juego sexual, pero sin llegar a eso, luego de un brutal asesinato, jaja somos unos demonios...”, “Se supone que después teníamos q sentirnos culpables y estábamos ahí jugando”.
“En las conversaciones que mantuvieron los condenados, vía WhatsApp, ambos referían y hacían alusión directa al crimen cometido. En varias ocasiones dijeron que esa circunstancia les produjo placer, gusto y felicidad. Manifestaron la intención de cometer otros crímenes haciendo hincapié en que las futuras víctimas tenían que poseer mayores recursos económicos”, expresó la fiscal Carla Rojas, que representó al Ministerio Público en el caso, tras lograr la sentencia máxima para los asesinos.
Entre las pruebas también hubo testificales de la hermana y de la vecina de la víctima, que demostraron que Agustín era una persona muy querida y que no tenía enemigos. Otro vecino declaró que en el momento en que ocurrió el hecho pudo escuchar ruidos como de un animal sufriendo. Bogado Quintana fue encontrado sin vida esa misma mañana del 8 de febrero del 2014 por su hermana menor, con vivía y que volvía de un viaje de fin de semana.
“Necesidad de gratificación”
“Al momento del examen médico forense, se encuentra en posesión de sus facultades mentales y en condición de discernir la naturaleza de sus actos y las consecuencias de los mismos”, habían coincidido los estudios psiquiátricos forenses practicados a Isaías Torres y Gissella Otto. En otro informe a cargo de la licenciada Florentina Ramírez, psicóloga forense, sobre el área afectiva y emocional de Gisella Milea, la conclusión era concreta; la joven no presenta trastorno mental, ni de personalidad, pero sí denota una necesidad de gratificación inmediata.
En parte del documento de la licenciada Ramírez, se lee “carece de afecto. También ella es una persona que no se ha sentido amada, por lo que le cuesta dar afecto. (..) Poca capacidad de frustración y necesidad de gratificación con tendencia al abuso de sustancias” resalta la profesional. En noviembre del 2018, Gissella Eliana Milea Otto se quitó la vida en el interior de la cárcel del Buen Pastor, en Asunción.
La licenciada Graciela Zelada de Rodriguez, sicóloga forense del Poder Judicial, tuvo a su cargo el informe sobre Isaias Raúl Torres, en que concluía que el joven no presentaba ningún tipo de trastorno mental, ni de alteraciones en la conciencia ni retraso mental. A su vez, la psiquiatra forense Adelaida Núñez informó sobre la situación síquica de Torres: “Se encuentra vigil, orientado en tiempo y espacio. Con memoria conservada. Colaborador con la entrevista”. Con estos hechos, la historia criminal registró este escalofriante caso, a través de una eficiente investigación que logró una condena ejemplar.