Ciudad del Este. Agencia Regional.
Un joven resultó herido al forcejear con un asaltante que intentaba robarle su aparato telefónico. Recibió una cuchillada en el brazo, fue llevado primero al Hospital Distrital de Minga Guazú y luego trasladado al Pabellón de Emergencias de Ciudad del Este. Fue víctima Brahian Gabriel Cano Cañete (19), residente en la fracción Los Álamos del km 15 Acaray, de Minga Guazú.
El hecho ocurrió ayer a las 12:00 en la calle del km 15 Acaray, a unos 1.200 metros de la Ruta PY02, de Minga Guazú. El joven iba caminando por la calle de su vivienda cuando fue asaltado por un hombre que estaba solo. La víctima se resistió a entregar su celular, forcejeó con el agresor y en medio de la pelea, el victimario le aplicó una estocada que impactó en el brazo izquierdo.
Un vecino del lugar lo auxilió y en una motocicleta lo llevó hasta el hospital de Minga Guazú primero y luego al Pabellón de Emergencias del Hospital Regional de Ciudad del Este, donde se encuentra en recuperación. La víctima reconoció a su agresor como Nelson Samaniego, mayor de edad, poblador del mismo barrio. El caso fue comunicado al fiscal penal de turno Gabriel Segovia.
El suboficial Francisco Martínez, subjefe de la Subcomisaría 14.ª de la fracción Norma Luisa, en cuya jurisdicción ocurrió el asalto, dijo que tienen identificado al supuesto autor y es cuestión de horas su aprehensión, dependiendo de lo que indique la Fiscalía. Agregó que se trata de alguien que es drogadicto y es parte del grupo de personas que, en esa condición, atacan a cualquiera que encuentran en su camino.
Según datos verificados por La Nación/Nación Media, hasta agosto pasado se registraban cinco asaltos callejeros por día entre Ciudad del Este y Minga Guazú denunciados en comisarías, muchos de ellos cometidos en pleno horario diurno, como el caso del citado que fue al mediodía. No incluyen los casos de atracos a camiones y vehículos transportadores.
Puede interesarle: Granada recusa a fiscales y suspende audiencia
Dejanos tu comentario
Detienen a denunciado por intento de feminicidio, tras ser buscado por hurto
Ciudad del Ese. Agencia Regional.
Un hombre fue detenido esta madrugada, tras una persecución a quien había cometido un supuesto hecho de hurto en el mercado municipal de abasto de Minga Guazú, según aviso del personal de guardia. Se trata de Fausto Javier Cáceres Báez (25). Fue a las 05:00, sobre la avenida Km 16 Acaray, del citado distrito.
Una vez verificada la identidad del hombre en el sistema informático de la Policía Nacional, fue confirmado que el hombre tiene una denuncia del viernes 27 de junio último, como supuesto autor de intento de feminicidio, según reportó la Comisaría 8ª. de Minga Guazú.
La denunciante es una mujer de 33 años, domiciliada en el km 18 Monday, de Minga Guazú. El hombre supuestamente quemó la casa de su expareja, estando ella dentro, pero la misma pudo salvarse, según explicó a La Nación/Nación Media, el comisario Osvaldo Osorio, jefe de la Comisaría 8ª.
Puede interesarle: Essap prueba tapas de plástico reciclado para alcantarillados
También habría intentado acuchillarla cuando la víctima se encontraba en un camino vecinal, pero pudo zafarse de su agresor, con ayuda de vecinos. A raíz de estos hechos, la víctima denunció al hombre que hoy fue aprehendido por un supuesto caso de hurto de mercaderías. La tentativa de feminicidio está la Unidad Especializada en Violencia Familiar a cargo de Estela Ramírez.
El jefe policial dijo que Fausto Cáceres Báez había recuperado su libertad hace un mes aproximadamente y quien era su pareja ya no lo quiso recibir, lo que no fue aceptado por el hombre y habría cometido los hechos denunciados, según el comisario Osorio.
En cuanto a su aprehensión, el personal policial acudió al mercado municipal ante un aviso del guardia de seguridad quien comunicó que vio a un hombre cuando intentaba llevar mercaderías menores del sitio, pero al ser visualizado corrió del sitio. Luego fue encontrado por los agentes en la dirección citada.
Puede interesarle: Junio se despide con mucho frío pero pocas probabilidades de lluvia
Dejanos tu comentario
“Se debe entender que el enfermo no es responsable de su enfermedad”
- Por Jimmi Peralta
- Fotos: Roberto Zarza/Archivo
El pasado 26 de junio se recordó como cada año desde 1987 el “Día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas”. La Nación/Nación Media conversó con el Dr. Manuel Fresco, psiquiatra especializado y director del Centro de Atención Integral de Salud Mental y Adicciones, quien explicó parte de la problemática actual, compartió un diagnóstico de la situación del país y desde su experiencia habló sobre esta realidad lacerante.
Sin ahondar en la problemática del tráfico y la producción, hoy la realidad muestra que el consumo problemático de sustancias está creciendo y el Estado, que antes no tenía capacidad de confrontar este difícil problema, hoy se encuentra con un desafío al que no puede siquiera dimensionar correctamente.
El Dr. Manuel Fresco conceptualiza el problema de las drogas desde la lógica de oferta y demanda, y observa con especial preocupación el avance en el consumo del clorhidrato de cocaína.
–¿Cuál es la definición médica de la adicción?
–No todas las personas que consumen sustancias desarrollan dependencia o algún tipo de patología relacionada de estas, donde lo más grave es el tema de las dependencias. Y la dependencia tiene varias características que son los indicadores que marcan que esta persona no está pudiendo controlar su consumo. Tiene una incapacidad a la abstinencia y una incapacidad a detener el consumo cuando esto comienza. Está la gente que consume todos los días y los que dicen “yo no consumo todos los días porque trabajo de lunes a viernes, solamente el fin de semana me doy el permiso”, pero resulta que cuando consume pierde el control y no puede parar.
–¿Entonces no todos los que consumen sustancias van a ser adictos?
–Aquí tenemos que hablar de los factores de predisposición. Como cualquier enfermedad, la dependencia genera diferentes impactos en diferentes personas. Y ahí está la vulnerabilidad biológica, las cuestiones psicológicas de personalidad, la historia familiar, etcétera. Incluso dentro de una misma familia hay hermanos que consumen, dos de ellos no tienen problemas y uno de ellos sí.
–¿Existe una droga de inicio?
–Habitualmente la droga de inicio es el alcohol, que es una droga legal publicitada, está en la casa, los chicos ven cómo los adultos consumen, muchas veces los niños ya comienzan la experimentación con el alcohol para saltar de ahí a la marihuana, que en general hasta ahora sigue siendo la primera droga ilícita que se consume.
–¿Y varió la incidencia de alguna droga en los últimos años?
–En los últimos años la presencia de la cocaína, que años más atrás era rara porque era muy cara, era el champagne de la droga, la droga del ejecutivo, y por eso estaba destinada a gente que tenía una capacidad adquisitiva para comprarla, en este momento es sumamente barata. Y después apareció la cocaína fumable, el chespi, el crack, etcétera, que en realidad no es crack, sino que es una mezcla de cosas que ahora se le está llamando cocaína fumable porque tiene muchas sustancias, incluso hay investigaciones para saber qué es lo que se oferta como chespi.
NIVELES DE INTERVENCIÓN
–¿Cuál es el discurso con respecto a la experimentación social con sustancias?
–Hay diferentes niveles de intervención que tienen diferentes objetivos y normalmente se habla de prevención primaria, secundaria y terciaria, o prevención universal, selectiva e indicada, que son conceptos sanitarios, que hacen referencia a que yo, con la prevención primaria o universal, lo que busco es evitar que la gente comience a consumir. El segundo nivel es la prevención secundaria, que es lo que se denomina la intervención para hacer el diagnóstico precoz, quiere decir preparar a la gente a ciertos dispositivos para que tengan la posibilidad y la capacidad de entender que un chico en el colegio que está teniendo problemas académicos o un chico en la casa o en la calle o donde sea, que está teniendo algunas conductas que son atípicas, entonces se pueda pensar a intervenir precozmente para hacer el diagnóstico.
–¿Y la prevención terciaria?
–Es cuando la enfermedad ya se diagnosticó tardíamente y entonces ya tenemos una persona con dependencia, con todos los problemas que genera la dependencia al término de deterioro familiar, social, del abandono de la cuestión educativa, etcétera, y es donde está la persona dependiente o lo que se le llama comúnmente adicto. Ahí entran los dispositivos sanitarios. Ese nivel ya es de responsabilidad de salud pública, para que oferte una posibilidad accesible al tratamiento. Y hay otro nivel también importante a tener en cuenta, que es un nivel muy cuestionado, que se denomina en salud pública reducción de daños, que se aplica cuando el paciente dice que no puede o no quiere dejar el consumo, entonces se busca que el paciente se drogue en condiciones sanitarias más cuidadas, que tiene que ver con la calidad de la droga, que no comparta jeringa, el sexo con protección, etc.
POSIBILIDADES
–¿Cuál es el abordaje cuando llega un paciente?
–Las posibilidades van a depender de la predisposición del enfermo o de la enferma. Si viene una persona que está conciente de que tiene un problema de drogas y desea dejar de drogarse, entonces ahí uno puede aplicar un proyecto terapéutico de abstinencia. Porque también el tema está con dos paradigmas en el campo sanitario, que es el de tolerancia cero o el programa de abstinencia, y el otro programa de reducción de daños. Entonces, si el paciente quiere dejar, uno puede trabajar con una desintoxicación que puede ser inicial o la desintoxicación puede ser gradual, ambulatoria, hay diferentes modalidades, no necesariamente tiene que internarse.
–¿Y cómo es la internación en este caso?
–La internación para la desintoxicación es una internación relativamente corta, en 15 o 20 días la persona está desintoxicada. Pero la desintoxicación quiere decir que biológicamente no tiene más drogas en el cuerpo. Eso no quiere decir que estés curado y no quiere decir que no tengas ganas de volver a consumir. Entonces, después de la desintoxicación, tiene que seguir un tratamiento ambulatorio a largo plazo. Es una enfermedad que no se cura.
–¿Cómo se decide si se adopta o no este método terapéutico?
–La internación es una posibilidad eventual que tiene que ser indicada en una negociación, digamos, y en una evaluación del equipo terapéutico con el enfermo o con la enferma. En todo el mundo se recomienda que la internación sea voluntaria, pero nosotros tenemos la Ley 1340, que obliga al usuario de drogas a iniciar un tratamiento por orden judicial, que finalmente es disparatado, porque nadie hace un tratamiento obligado.
RECAÍDAS
–¿Las recaídas son frecuentes?
–Yo no conozco, y ya tengo muchos años en el campo, ningún paciente que la primera vez que decidió tratarse logró ya nunca más consumir. Entonces, los familiares tienen que saber que no hay curación. La persona que ha logrado dejar de consumir tiene que trabajar y cuidar su salud día a día. A pesar de eso, no hay ninguna garantía de que la persona que haya dejado cinco años o más tiempo y después ya no tenga una recaída. Entonces, de ahí la definición de enfermedad crónica que evoluciona por eventuales recidivas (reaparición de una enfermedad algún tiempo después de padecida).
–¿Existen trastornos mentales que comúnmente son previos o posteriores al consumo problemático de drogas?
–Puede ser. Por ejemplo: soy deprimido o tengo ansiedad o tengo insomnio y entonces alguien me dijo “metele un porro a la tardecita para dormir bien”. Entonces, tengo como un inicio terapéutico, pero después puede ser el clonazepam de mi abuela, o tomo un hipnótico, un ansiolítico, yo entro porque tengo un síntoma psicopatológico. Eso sería lo previo, pero después del consumo pueden generarse problemas como ideación paranoide, me pongo celotípico. La otra posibilidad es que alguien tenga predisposición a la esquizofrenia o al trastorno bipolar y el consumo enciende las mechas de una patología que estaba dormida.
–En relación con el consumo problemático, ¿existe una prevalencia de clases sociales en ese sentido?
–Tomando como ejemplo el alcohol, que es la droga más conocida, la diferencia de clase se da en la calidad de la droga, que marca la diferencia y la posibilidad de recuperación. Una persona que tiene medios financieros para un buen tratamiento tiene más recursos de recuperación. Pero en este momento, el rollo consume cocaína, de todos los precios y de todas las purezas. No hay esta diferencia que es solamente la gente “high” consume cocaína y el resto apenas marihuana o caña.
CLASIFICACIÓN DE LAS CONDUCTAS ADICTIVAS
–¿Qué otro tipo de hábitos de la vida actual, como los “adictos al teléfono” u otras cosas que no son sustancias, pueden ser considerados tipos de dependencia patológica?
–De hecho, el concepto de dependencia se extendió porque yo puedo ser adicto a internet, pero no soy adicto a alguna sustancia. Yo puedo ser adicto al juego, como el ludópata, y no soy adicto ni al alcohol ni a nada. Las clasificaciones actuales también contemplan estas conductas adictivas que no tienen relación a sustancias.
–¿La sobreoferta de opciones como las apuestas electrónicas o las tragamonedas crea mayor tendencia a la ludopatía?
–Te voy a hacer una metáfora agrícola. Vos tirás una semilla en donde no hay las condiciones de fertilidad, humedad y sol, esa semilla no germina. Las condiciones del terreno fértil, sea psicológico o biológico, es lo que hace que una oferta así, indiscriminada, afecte a aquellas personas que son afectables digamos.
–¿Cuál sería el diagnóstico de la situación local desde el consumo y desde la respuesta del Estado?
–Yo te digo concretamente que no sabemos la dimensión del problema. No hay ningún estudio epidemiológico a nivel de país. Entonces, no hay nada a nivel nacional, pero sí se percibe un incremento importante de la cantidad de gente, sobre todo un incremento del consumo de crack, de cocaína fumable, que es algo que deteriora mucho más rápido que la marihuana y que el alcohol. Y tenemos una insuficiente respuesta sanitaria al problema y no solamente en drogas, tenemos una insuficiente respuesta a nivel de salud mental, porque hay una cuestión que es una realidad nacional que tenemos. Nosotros somos 150 psiquiatras más o menos en todo el país, que es harto insuficiente para las necesidades. Tendríamos que ser más o menos 600 por lo menos para tener una distribución y que no estemos todos en las grandes ciudades. Yo creo que estamos menos peor que antes, pero no estamos bien y no vamos a estar bien tampoco a corto plazo.
–Una década atrás se anunciaba una debacle con el auge del crack. ¿Finalmente cómo está esa situación en la actualidad?
–Yo creo que lo que va a pasar es que va a empeorar la situación epidemiológica en la medida en que la oferta sanitaria no sea efectiva. Porque si alguien quiere consultar en el Centro de Adicciones te van a dar turno para dentro de 45 días, en el centro de la Gobernación de Central te van a dar turno para dentro de dos o tres semanas. El tiempo de demora es demasiado importante. Va a empeorar y hay demasiada oferta.
CONSUMO MÚLTIPLE
–¿Qué prevalencia tiene el alcohol en el universo del consumo problemático?
–El alcohol está al comienzo, está en el proceso y está al final del consumo de drogas ilegales. El diagnóstico más común que tenemos es el que corresponde el código F19: trastorno mental y del comportamiento por consumo de múltiples drogas. La mayoría de los pacientes que vienen consumen alcohol, que no es la droga más importante de su adicción, pero realizan una asociación alcohol-cocaína. Entonces, sigue siendo la droga más consumida y el riesgo más importante, porque está asociada a un montón de problemas. La gente se asusta todavía cuando ve a alguien jalando o fumando marihuana, pero los fines de semana sin problemas ve en las estaciones de servicio gente tomando alcohol.
–¿Cuál es la edad de inicio más precoz que se suele encontrar?
–Yo te voy a dar un dato que corresponde al Centro de Adicciones del Ministerio de Salud. El niño más pequeño que atendimos tenía 8 años, un niño de alta vulnerabilidad por estar en situación de calle. Después ya vienen niños que no están en situación de calle que tienen 10 años, 11 años, no son muchos, pero hay. La franja etaria de mayor densidad que tenemos está entre los 15 y los 25 años, y no hay muchas diferencias entre varones y mujeres.
ENFERMEDAD CRÓNICA
–¿Qué implica convocar al tratamiento a alguien y al mismo tiempo decirle que es una enfermedad que no se cura?
–Paradójicamente uno tiene que tratar, uno tiene que educar tanto al dependiente como a la familia respecto a que la adicción es una enfermedad crónica. Si te vas a la consulta y me decís “no puedo dejar, me están por echar del trabajo y quiero dejar, me quiero internar”, yo te tengo que explicar que si vos sos dependiente, te vas a internar para desintoxicación, pero después las ganas de jalar no se te van a ir de la cabeza, porque la gente cree que cuando se desintoxica va a pensar distinto, y no pasa eso.
–¿Y cuál es el siguiente paso?
–Uno tiene que trabajar el concepto del problema para poder entender que va a estar mejor obviamente, pero después va a tener que ser un trabajo cotidiano de laboratorio, durante mucho tiempo, y ese tiempo permite que, si hay adherencia terapéutica, se vaya trabajando educativamente al dependiente y a sus familiares, porque los familiares también se enferman. Entonces, hay codependencia y a veces la familia está peor que el enfermo. Por lo tanto, también la familia tiene que entrar en el proceso, porque la familia también se ilusiona cuando viene con la idea de que se va a curar.
INICIO DEL TRATAMIENTO
–¿Cómo arranca entonces ese primer vínculo con lo terapéutico?
–El tratamiento de cualquier caso puede y debe comenzar con lo que es la consejería. No hay tratamiento de urgencia para la dependencia. El proceso de desintoxicación también es especial. No se hace en cualquier parte, el paciente tiene que estar medicado, tiene que pasar por un proceso en el que tenga actividades, donde se le explica a él y a la familia, entonces ahí hay más chance de que eso tenga un seguimiento posterior. Es diferente que cuando todo rápido un día se le internó al paciente y al día siguiente el chico se escapó.
–¿Qué rol cumple la familia en estos casos?
–Hay que ver caso por caso. Como principio, es cierto que es una enfermedad y es cierto también que el paciente no se convirtió en un enfermo porque eso es lo que buscaba, o sea, no es que se enfermó porque buscaba enfermarse, se enfermó porque comenzó a consumir por un motivo que sea y al final cuando se dio cuenta, ya estaba dependiente, se le generó un problema con relación a su consumo. Se debe entender que el enfermo no es responsable de su enfermedad. No es responsable, aunque la gente diga “él se hizo porque él nomás consume, nadie le obligó”, etc. No es responsable desde el punto de vista de que no fue voluntario, eso le pasó. Pero una vez que le pasó, la posibilidad de recibir o no tratamiento sí depende de su voluntad.
–¿Cómo se debe actuar en estos casos entonces?
–La familia tiene que poner condiciones para la estadía o presencia en la casa del enfermo, él tiene que acatar las reglas de la casa. Porque si no el control de la casa y la administración de la familia la tiene el enfermo, porque la familia tiene que coimear a la policía cada vez que le llaman, tiene que pagar a un abogado, tiene que pagar la internación, etc. Entonces, forma parte de la codependencia cuando uno organiza su vida alrededor de la vida del enfermo y eso es una enfermedad del entorno.
Dejanos tu comentario
Víctima de asalto reaccionó y logró zafarse con el dinero que buscaban los delincuentes
Ciudad del Este. Agencia Regional.
Dos hombres no pudieron consumar el robo a dos funcionarios de una empresa, porque una de las víctimas reaccionó rápido, agarró el dinero y corrió del sitio. Su compañero recibió un golpe en la cabeza. Fueron víctimas Marcos Rodrigo Cabral Cáceres (28) y Nill Gabriel Ortiz Cañete (27). Los mismos se dirigían hasta un cajero para realizar un depósito.
Esto informaron desde la Comisaría 2ª del barrio Ciudad Nueva. El hecho de tentativa de robo agravado ocurrió ayer miércoles 26 de junio a las 13:00, sobre la avenida Monseñor Rodríguez casi calle Blas Garay, en el km. 6 ½ Monday, del barrio San Isidro de Ciudad del Este.
Los trabajadores se encontraban a bordo del camión de la marca Hino, modelo 711, color blanco, con chapa AAOE140. Los presuntos autores fueron dos hombres que se desplazaban a bordo de una motocicleta tipo X-trail, color azul con blanco, sin chapa. Uno tenía casco rojo y el acompañante a cara descubierta, portando arma de fuego, presumiblemente pistola.
Puede interesarle: Denuncian a falsa gestora de IPS por estafar a anciano de 90 años
Las víctimas relataron que se encontraban en el citado camión transitando sobre la avenida Monseñor Rodríguez con dirección al centro, llevando la recaudación del día, unos G. 4.950.000 para su depósito en un cajero automático instalado en una estación de servicios del sitio mencionado.
Al llegar al lugar y antes de descender del camión, se acercaron ambos hombres, uno de ellos con arma de fuego, pero el acompañante, Nill Gabriel Ortiz, reaccionó rápido, agarró el fajo de dinero y corrió del sitio. En el camión quedó el conductor Marcos Rodrigo Cabral, quien recibió un golpe en la cabeza por parte de los delincuentes, quienes al darse cuenta que desapareció el dinero huyeron del sitio. El caso fue comunicado al Ministerio Público.
Puede interesarle: Pedro Juan: asaltan a cambista y se llevan G. 50 millones
Dejanos tu comentario
Pedro Juan: asaltan a cambista y se llevan G. 50 millones
En la noche de ayer miércoles un cambista fue blanco de dos malvivientes, quienes llegaron hasta su vivienda en el centro de la ciudad de Pedro Juan Caballero y se alzaron con la suma de 50.000.000 de guaraníes. El actuar de los sujetos quedó registrado en las imágenes del circuito cerrado de la vivienda.
La víctima fue identificada como Héctor Sandoval, quien se dedica a trabajar como cambista y cuenta con una oficina en su vivienda. En las imágenes de circuito cerrado se puede observar cuando los hombres llegan a bordo de una motocicleta, estacionan frente a la vivienda y proceden a ingresar al lugar por un pasillo que llevaba hasta la oficina del propietario.
El dueño de la vivienda fue reducido a punta de arma de fuego y los malvivientes se alzaron con todo el dinero en efectivo con el que contaba el hombre en ese momento. Afortunadamente, ningún integrante de la familia resultó herido. Tras perpetrar el hecho los malvivientes se dieron rápidamente a la fuga.
Podés leer: Sordera unilateral: mientras más temprana la detección, más efectivo el tratamiento
“Según la víctima, los asaltantes utilizaban además de los cascos protectores una especie de pasamontañas que hacía que fuera imposible reconocerlos, actuaron con suma rapidez, hecho que nos hace pensar que conocían donde el hombre guardaba el dinero y que cantidad inclusive estaba manejando”, dijo el comisario Rubén Galeano, jefe de la Comisaría Segunda de Pedro Juan Caballero, en conversación con la 1020 AM.
Destacó que lo que refuerza la hipótesis de que los asaltantes contarían con algún tipo de información es el hecho de que la víctima aseguró que trabaja mayormente en su domicilio y que la vivienda se encuentra sin carteles o avisos que alerten a los posibles asaltantes.
Lea también: Unos 17 adultos mayores se resguardaron del frío en dos albergues de la SEN