El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social compartió los avances de un proyecto de investigación para crear un software basado en inteligencia artificial que permitirá detectar la toxoplasmosis congénita. La investigación fue liderada por la Universidad Americana con el financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Los daños oculares causados por la toxoplasmosis son detectados por oftalmólogos mediante la evaluación del Fondo de Ojo. Gracias a este avance, un personal de medicina o enfermería –sin importar su especialidad y con previa capacitación– podrá detectar irregularidades oculares y realizar una derivación rápida de pacientes afectados a los especialistas.
Para la investigación, los ingenieros crearon algoritmos desde la base de datos de imágenes del Fondo de Ojo captadas a pacientes durante sus consultas. Las imágenes fueron clasificadas en “sanas” y en “patológicas”, luego se subclasificaron en lesiones “activas” e “inactivas” dentro del programa diseñado para hacer esa diferenciación. Con esa información crearon algoritmos que permitieron a la inteligencia artificial hacer las detecciones.
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En revista científica
Para realizar estas diferenciaciones, las oftalmólogas debían estudiar cada una de las imágenes e ir marcando las detecciones de irregularidades para que puedan ser introducidas en la base de datos. Hasta el momento, se trata de un avance que se encuentra en proceso de desarrollo.
La doctora e investigadora del proyecto Olivia Cardozo, oftalmopediatra del Hospital General Pediátrico “Niños de Acosta Ñu”, explicó que, una vez mejorada la especificidad y sensibilidad, podría mejorar la técnica de diagnóstico en los niños. Esta investigación fue publicada en la revista “Data in Brief”, de la Editorial Elsevier, y fue presentada por los investigadores: Olivia Cardozo, Verena Ojeda, Rodrigo Parra, Julio Mello, José Luis Vázquez, Miguel García, Federico Divina, Sebastián Grillo, Cynthia Villalba, Jacques Facon, Verónica Castillo, Ingrid Castro y Diego Aquino.
La toxoplasmosis es una enfermedad causada por el parásito Toxoplasma gondii, que puede ser contraído a través de la carne mal cocida, verduras mal lavadas, excremento de gato, agua y suelo contaminados. Si una mujer embarazada tiene toxoplasmosis puede transmitir la afección al bebé y generar complicaciones en el cerebro, hígado, ojos, oídos, órganos internos, entre otras.
El estudio de detección se podrá realizar desde cualquier parte del país mediante un personal de salud que cuente con entrenamiento y los equipos de diagnóstico asociados al software, según explicó la doctora Cardozo. Este gran avance permitiría disminuir el porcentaje de cegueras, baja visión y daños asociados a órganos internos como cerebro e hígados.
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Rusia reivindica la toma de un nuevo pueblo en el este de Ucrania
Rusia reivindicó el sábado la toma de un nuevo pueblo cerca de la ciudad de Pokrovsk, importante nudo logístico en el este de Ucrania y hacia donde las fuerzas rusas se acercan progresivamente desde hace semanas.
“Gracias a una acción activa y decisiva, las unidades del grupo de tropas Sur liberaron el pueblo de Zhelannoye Vtoroye”, indicó el Ministerio de Defensa, usando el nombre ruso de la localidad Zhelanne Druge. Este pueblo se encuentra al sureste de la ciudad de Ukrainsk, que el ejército ruso capturó a finales de septiembre.
En esta zona del frente, las tropas rusas amenazan la ciudad de Pokrovsk, un centro logístico clave para el ejército ucraniano y donde se sitúan igualmente importantes minas de carbón. Rusia lanzó su ofensiva en Ucrania en febrero de 2022 y actualmente ocupa el 18% del país.
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Después de una serie de reveses en 2022, las fuerzas rusas mantuvieron sus posiciones en 2023 y han seguido avanzando este año contra un ejército ucraniano a menudo superado en armamento y número de efectivos.
En los territorios ocupados por Rusia en el este de Ucrania, 11 personas resultaron heridas el sábado en bombardeos de artillería y ataques con drones ucranianos en Gorlivka, según las autoridades de esta ciudad.
Igualmente, un civil resultó herido en un ataque con dron ucraniano en la región fronteriza rusa de Vorónezh, indicó en Telegram su gobernador, Alexander Gusev. De lado ucraniano, dos personas murieron en bombardeos rusos en la región de Zaporiyia, en el sur, anunció su gobernador Ivan Fedorov.
Fuente: AFP
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Tres países lideran el uso de la inteligencia artificial en América Latina
Chile, Brasil y Uruguay lideran el uso de la inteligencia artificial (IA) en América Latina, aunque la región está lejos del desarrollo alcanzado por Estados Unidos o Europa, según un informe apoyado por la Cepal que fue presentado este lunes en Santiago.
Por segundo año consecutivo, Chile encabeza el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA), que mide la aplicación de la IA en 19 países.
El informe es elaborado desde 2023 por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (Cenia), con apoyo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Unión Europea, empresas privadas y universidades.
Para la elaboración del índice se consideraron el avance de la investigación, innovación y adopción de la IA, así como el nivel de desarrollo de la infraestructura, de datos y talento humano, entre otros ítems.
Los resultados siguen ubicando a Chile como el país donde más ha avanzado la IA, con un puntaje de 73,07 (sobre un máximo de 100) seguido por Brasil, con 69,3, y Uruguay, con 64,98 puntos.
En los tres países “se destacan sus esfuerzos en infraestructura tecnológica, desarrollo de talento especializado, productividad científica y capacidad de innovación”, de acuerdo con la investigación.
Chile, Brasil y Uruguay “no sólo han avanzado en la implementación de tecnologías basadas en la IA, sino que también están orientando sus estrategias nacionales hacia la consolidación y expansión de estas tecnologías en todos los sectores de su economía y sociedad”, destacó Cenia.
Sin embargo, a nivel global, en América Latina “hay muchas ganas, mucho interés por la tecnología, pero no hay sentido de urgencia”, sostuvo Rodrigo Durán, director ejecutivo de Cenia.
Una de las principales falencias de la región es su incapacidad para desarrollar y retener profesionales expertos en la IA.
Si bien en los últimos años aumentó el desarrollo de talento humano especializado en IA en América Latina, la región en general aún está “muy por debajo de las cifras del hemisferio norte” y “se observa una fuga de talento que no es retenido”, enfatizó Durán.
Fuente: AFP
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¿Qué es el Pacto para el Futuro de la ONU?
El Pacto para el Futuro adoptado el domingo por los 193 Estados miembros de la ONU prevé 56 “acciones” para hacer frente a los “mayores desafíos de nuestra época”, entre los que incluye el mantenimiento de la paz, el cambio climático y las potenciales amenazas de la inteligencia artificial (IA). El texto, aprobado por consenso aunque no es vinculante, contó con la oposición de países como Rusia, Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte o Bielorrusia.
“Los desafíos del siglo XXI deben ser resueltos con soluciones del siglo XXI”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, tras la adopción de este texto, quien en 2021 la idea de la Cumbre del Futuro, pero en los últimos días no había escondido su frustración ante las dificultades de alcanzar un texto de consenso ambicioso, para lo que pidió a los Estados que den muestras de “visión”, “valentía” y “ambición”.
Esta nueva “caja de herramientas” para reparar el mundo, como define el texto del Pacto los nuevos compromisos, abre “nuevas vías a nuevas posibilidades y oportunidades”, recordó Guterres, que prometió trabajar “en su realización hasta el último día” de su mandato. Los desafíos van desde la paz y el derecho internacional, la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, la arquitectura financiera mundial o el cambio climático, a asuntos más innovadores como la inteligencia artificial.
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Paz y derecho internacional
El Pacto subraya el “aumento y diversificación” de las amenazas a la paz mundial, en particular, el “riesgo de guerra nuclear” y reitera los compromisos fundamentales de los miembros de la ONU: respeto de la Carta de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional, protección de los civiles, diplomacia para resolver los conflictos, etcétera. El Pacto también reitera el compromiso con la eliminación de las armas nucleares.
En un momento en que decenas de miles de fuerzas de paz de la ONU están desplegadas por todo el mundo, también reconoce la necesidad de adaptar estas misiones, que a veces son criticadas por los países de acogida, para que respondan mejor a las realidades actuales (acción 21). En concreto, pide al secretario general de la ONU que haga recomendaciones para “adaptar la caja de herramientas” de la organización con el fin de responder de forma más “flexible” y “a medida” a las diversas situaciones sobre el terreno.
Clima
“El cambio climático es uno de los mayores retos de nuestro tiempo” y “estamos muy preocupados por la lentitud actual de los avances” para frenarlo, afirman los países. Pero el Pacto no va realmente más allá de los compromisos adquiridos en la COP28 a finales de 2023: “transición para abandonar los combustibles fósiles”, triplicación de la capacidad de las energías renovables de aquí a 2030, neutralidad en carbono de aquí a 2050, continuación de los esfuerzos para limitar el calentamiento global a +1,5°C (acción 9).
Aún así, podría haber sido peor, ya que las referencias a los combustibles fósiles llegaron a ser suprimidas del texto durante las negociaciones. “Hubo una presión feroz por parte de los países productores de combustibles fósiles” para esta supresión, señala Alden Meyer, del think-tank E3G, celebrando que este compromiso de alejarse de los combustibles fósiles se haga ahora al más alto nivel de jefes de Estado y de Gobierno.
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Desarrollo y finanzas
El Pacto promete acelerar los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que buscan erradicar la pobreza extrema, luchar contra el hambre, lograr la igualdad de género y promover la educación para 2030. La mayoría de estos objetivos no va por buen camino, a pesar de los compromisos adquiridos en 2005 y repetidos hace un año.
En este contexto, en un asunto muy relevante para los países más pobres, el Pacto se compromete a “acelerar la reforma de la arquitectura financiera internacional” (acción 47), en particular para permitir a algunos Estados excluidos acceder más fácilmente a financiaciones de los bancos de desarrollo, invertir en los objetivos de desarrollo y prepararse para los impactos del cambio climático. Estas reformas requerirán decisiones tomadas en otras instancias como el FMI y el Banco Mundial.
Consejo de Seguridad
En un momento en que el Consejo de Seguridad de la ONU -cuyo funcionamiento es herencia del equilibrio de poderes posterior a la Segunda Guerra Mundial- está en gran medida paralizado por el poder de veto de Rusia y Estados Unidos, el Pacto se compromete a reformar este órgano clave para hacerlo “más representativo” y “más eficaz”.
En particular, subraya la prioridad de “reparar la injusticia histórica” de que África no tenga un miembro permanente. Es “el lenguaje más fuerte” sobre este tema “en una generación”, según Antonio Guterres. Pero el texto no oculta los desacuerdos que persisten sobre este asunto candente, en particular sobre el número de nuevos miembros y el futuro del derecho de veto.
Inteligencia artificial
Junto al documento principal, los Estados miembros también adoptaron el Pacto Digital Global para reducir la brecha digital y desarrollar tecnologías seguras y respetuosas en beneficio de todos. El texto examina en particular las oportunidades y los riesgos de la IA. En un momento en que el rápido desarrollo de tecnologías revolucionarias podría amenazar la democracia y los derechos humanos, los Estados se comprometen a crear, bajo los auspicios de la ONU, un Grupo Científico Internacional para promover el diálogo internacional entre los gobiernos y otros actores relevantes del sector.
Fuente: AFP.
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Las amenazas de la nueva tecnología ya están entre nosotros
- Por Ricardo Rivas, periodista. X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
Robots humanoides e IA son, claramente, un desarrollo tecnológico para seguir bien de cerca. No debiéramos mirar hacia otro lado.
Cuando agosto pasado estaba próximo a finalizar, el doctor Luo Xun dijo al colega periodista Nicolás Mancini, del diario Clarín de Buenos Aires, que en la actualidad los robots tienen “mayor interacción natural con los humanos”.
Luo, profesor de ciencias de la computación en Connected Universal Experience Labs y miembro de la Junta Directiva de la Federación de Computadoras de China, como cientos de expertos que participaron de la Conferencia Mundial de Robótica 2024 en Beijing, sostiene que “los robots ya no se limitan al ámbito de los laboratorios de alta tecnología y están pasando gradualmente de los entornos experimentales a los entornos industriales y, luego, a los hogares”. En la capital china, el Centro de Innovación de Robots Humanoides de Zhejiang presentó su nuevo robot humanoide, NAVIAI, que, entre otras acciones, prepara té, juega al ajedrez y pronuncia discursos. Otro desarrollo robótico, Astribot S1, escribe con buena caligrafía, cocina, dobla prendas para vestir. Wanda, también humanoide, es apta para el servicio doméstico. Tesla Optimus, que también debutó públicamente en esta ocasión en Beijing, camina con bastante agilidad, tiene en sus dedos funciones táctiles y de percepción.
“¡Todo un hombrecito!”, podría haber dicho alguien en el barrio al verlo pasar unos pocos años atrás. Tesla anuncia que en 2025 tendrá mil trabajadores humanoides en su fábrica. “El señor Liu Cong, vicepresidente de iFlytek, en la misma línea de pensamiento, espera que los robots humanoides ingresen gradualmente a varias industrias en los próximos 3 a 5 años y, en los venideros 5 a 10 años, a los hogares”, dice www.dandaig.con.ar, publicación especializada en China que recomiendo.
El mismo medio da cuenta de que “los robots de GalaxyBot ya han entrado en algunas de las principales empresas automovilísticas (globales) para llevar a cabo tareas y se espera que aparezcan en las tiendas farmacéuticas y minoristas alrededor de octubre (próximo), creando un grupo de farmacias y tiendas sin personal”. ¡Ufff! Me sorprende el anuncio, aunque no tanto. Algunas de esas tecnologías robóticas en Mar del Plata –unos 1.400 kilómetros al sur de mi querida Asunción– desde varios meses ya se aplican en el sector farmacéutico. Apabullante. ¡Hasta perros robots fueron vistos en Beijing! Se aprestan para estar en todos lados y en multiplicidad de funciones. Tanto para la paz como para la guerra. Semanas atrás, dimos cuenta de la producción de “robots asesinos” en algunas empresas pequeñas y medianas instaladas en los suburbios de Kiev en Ucrania.
INTERROGANTE
¿Qué pasará con los humanoides en el ecosistema laboral? Interrogante de larga data. Pienso en Metrópolis, aquella película muda alemana que en 1927 –97 años atrás– dirigió Fritz Lang inspirándose en una novela escrita por Thea Gabriele von Harbou. Me espanta. Pero pareciera que la humanidad tiende a repetirse. Es muy probable que 529 años atrás el “caballero autómata” haya sido el resultado que alguien quiso obtener por alguna razón desconocida y que, para alcanzar ese objetivo, haya recurrido a quien es considerado como uno de los más brillantes inventores del Renacimiento.
Leonardo di ser Piero da Vinci (1452-1519) sin dudas lo era. Fue anatomista, escritor, urbanista, filósofo, músico, astrónomo, arquitecto, poeta, paleontólogo, botánico, ingeniero, escultor, pintor e inventor. Nació en Florencia. De allí que por su brillante fama se lo menciona como el “polímata florentino”. En aquella bella ciudad, adolescente aún, uno de sus vecinos, Andrea de Verrocchio, lo introdujo en la pintura. Desde entonces su espacio de trabajo fue el mundo de entonces. Venecia, Roma, Bolonia, Milán. Justamente en esa ciudad fue contratado por el duque Ludovico Sforza.
En Amboise, Francia, donde finalmente falleció, sus estudios y creaciones fueron al servicio del rey Francisco I, también conocido por las fiestas que Leonardo organizaba para él y sus invitados y, a la vez, el “rey guerrero por los sucesivos conflictos que batalló contra Italia y España, entre otras potencias. Da Vinci fue un emprendedor que hizo de todo. Recordar sus obras puede llevar horas y siempre habrá de faltar la mención de alguna. “La Gioconda”, “La última cena”, “La adoración de los magos”, el “Retrato de Isabel de Este”, la “Cabeza de muchacha”.
Jugaba en toda la cancha. Por fuera del arte plástico, sus creaciones e invenciones sorprenden. El helicóptero, el automóvil, el submarino, el carro de combate. ¿Por qué no suponer que Francisco I le encomendara secretamente que creara novedosas armas para la guerra? Todo puede ser. “Il cavaliere dell’automa” (El caballero autómata)”, otra de sus creaciones, la presentó durante una fiesta que ofreció la familia de Ludovico Sforza quien, para divertir a sus invitados, pidió lo que hoy conocemos como un robot. Diligente Leonardo, creó un “caballero” humanoide que montó sobre una armadura que movía brazos y piernas y, además, emitía algunos ruidos. Todo para divertir. Supongo. No obstante, desde entonces no faltan quienes también señalan a Da Vinci como el padre de la robótica.
EL PRIMER ROBOT
Cuando en 1939, en Nueva York, se inauguró la Feria Mundial, la empresa Westinghouse Electric Corporation presentó a Elektro, definido como “el primer robot humanoide del mundo”. Con aproximadamente 2 metros de altura y unos 120 kilos de peso, fue diseñado y alistado para realizar 26 movimientos distintos.
Incluso, en un fonógrafo sus fabricantes grabaron poco más de 750 palabras para que pudiera simular una conversación. Caminaba, fumaba cigarrillos, inflaba globos, movía la cabeza y los brazos. Su mascota, Sparko –un perro robot– también realizaba algunos movimientos y respondía a ciertas órdenes. Fue un éxito notable. Hasta cuando finalizaban los años 60.
Una fantasía superior se ubicó entonces por encima en el interés de la opinión pública. Neil Armstrong, el 20 de julio de 1969, fue el primero de los hombres que pisó la Luna. Hacia allí –hacia la conquista del espacio exterior– se dirigió la mirada de una buena parte de la sociedad mundial. Ocho años antes –Unimate, un robot industrial– fue instalado en la línea de montaje de General Motors. Algunos trabajadores comenzaron a verlo como posible amenaza y a reflexionar sobre la robótica como un desarrollo tecnológico que pudiera ir en contra del trabajo humano.
En agosto de 2024, ya en este siglo, el doctor Luo, en Beijing, considera que, por la presencia disruptiva de los humanoides en el mundo laboral, “nuevos tipos de trabajo surgirán con el aumento del número y la coexistencia más amplia de robots de servicio” con la humanidad.
Sin embargo, piensa que “es difícil predecir qué tipo de empleos nuevos” se crearán, pero está convencido de que “no es motivo de preocupación”, aunque sí admite –como interrogante– que no sabe “si será justa la distribución de los nuevos empleos para todos los grupos de personas (...) por varias razones” que expone. “La inteligencia artificial que tenemos ahora está construida en gran medida sobre el aprendizaje profundo y los grandes modelos. Lo que significa que (en su razonamiento) (la IA) sigue siendo una caja negra y faltan explicaciones (porque) si las cosas van mal en el razonamiento de los robots es difícil encontrar formas para mitigarlas”. Es palabra y pensamiento del reconocido experto doctor Luo. Agrega en tono de reflexión que “estamos en una época en la que los humanos están profundamente divididos en su comprensión de los valores comunes (por lo que) en la situación de los robots, tal división solo será (para) peor”.
MIEDO ANTE LO DESCONOCIDO
Miedos y desconfianzas ante lo desconocido que se parece al humano. El experto japonés en robótica Masahiro Mori da cuenta de que aquella ambigüedad es la que confunde e inquieta al cerebro humano frente a algo tan parecido ante él, pero que sin embargo desconoce en el momento del encuentro con esos humanoides. Mori, en 1970, a esa sensación la llamó “bukimi no tani genshō”. En inglés, “uncanny valley”. En español, “valle inquietante”. Para que quede claro, miedo ante eso desconocido y antropomórfico.
Vuelvo a Luo. “La sociedad necesitará un profundo cambio de mentalidad para aceptar y abrazar el uso a gran escala de robots de servicio (que) tardará un tiempo, pero (cree que) finalmente sucederá”. Una vez más retornan a mí las imágenes de Metrópolis, ficción que transcurre en una megalópolis en 2026 en la que las y los trabajadores, convivientes con robots humanoides con prácticas humanas, viven en un gueto subterráneo y allí deben habitar –sin poder salir– por decisión de la élite dominante.
La rebelión en procura de la libertad no se demora. La pareja protagonista –Gustav Frölich como Freder y Brigitte Helm como María– alentados por un robot inician la epopeya contra quienes habitan en la superficie. Inteligencia artificial (IA) y robótica humanoide recorren senderos muy cercanos. Algunos afirman que una no es sin la otra. Al parecer, contrarían a las paralelas porque no esperan el infinito para cortarse. No, para nada. “Una mirada más atenta a la historia nos revelará que, en realidad, los humanos tienen buenas razones para temer a esas tecnologías nuevas y potentes. Aunque al final sus aspectos positivos superen a los negativos, llegar a ese final feliz suele implicar muchas pruebas y tribulaciones. Las nuevas tecnologías suelen conducir a desastres históricos no porque sean intrínsecamente malas, sino porque a los seres humanos les lleva un tiempo aprender a usarlas con sensatez”, sostiene Yuval Noah Harari en “Nexus”, su más reciente obra, que publica Random House.
No son escasos aquellos que fustigan y contradicen esa mirada crítica. Sin embargo, ese parecer en algún sentido se alinea con las reflexiones de veintiocho países que reunidos en los primeros días de noviembre de 2023 en Bletchley, UK, en un documento relevante destacaron que “existe la posibilidad de que se produzcan daños graves, incluso catastróficos, ya sean deliberados o involuntarios, derivados de las capacidades más relevantes de estos modelos de IA”.
ENORMES OPORTUNIDADES
Fuerte advertencia, por cierto. La Declaración de Bletchley –tal el nombre del documento emitido– pese a ello puntualiza que “la IA presenta enormes oportunidades globales (porque) tiene el potencial de transformar y mejorar el bienestar humano, la paz y la prosperidad”. Aunque puntualiza que “por el bien de todas las personas, la IA debe diseñarse, desarrollarse, implementarse y utilizarse de manera segura, centrada en el ser humano, confiable y responsable”.
Esto con el objeto de “promover el crecimiento económico inclusivo, el desarrollo sostenible y la innovación, proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales y fomentar la confianza pública en los sistemas de IA”, porque esos sistemas ya se aplican en “muchos ámbitos de la vida diaria, incluidos la vivienda, el empleo, el transporte, la educación, la salud, la accesibilidad y la justicia, es probable que su uso aumente”.
Por ello, es deseable que “se utilicen para bien y para todos, de manera inclusiva en nuestros países y a nivel mundial (para) hacer realidad el disfrute de los derechos humanos y fortalecer los esfuerzos para lograr los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas”. El texto llama la atención sobre los “riesgos importantes” que plantea la IA y, entre ellos, hace foco en “el potencial de riesgos imprevistos derivados de la capacidad de manipular contenido o generar contenido engañoso” que facilita la circulación de información falsa, de bulos, de fakenews o de manipular a la ciudadanía cuando se desarrollan, por ejemplo, procesos electorales. Vale recordar el Brexit.
Hace un llamado de atención en particular a “los actores que desarrollan capacidades de IA de vanguardia, en particular aquellos sistemas de IA que son inusualmente poderosos y potencialmente dañinos”.
RESPONSABILIDAD
A ellos les recuerdan que “tienen una responsabilidad particularmente fuerte (...) para prevenir el uso indebido y problemas de control, y la amplificación de otros riesgos”. Harari, que parece ir parcial o totalmente en el mismo sentido reflexivo de quienes participaron en el cónclave, apela a la memoria y agrega que “en 1940, mientras las democracias liberales se encaminaban al basurero de la historia, era fácil creer que Stalin y Hitler eran un ejemplo de aprovechamiento de la tecnología industrial”.
Ningún robot humanoide se desarrolla sin el componente de la IA. ¿Cuáles serán los algoritmos con los que se habrá de “educar” o “capacitar” a esos sistemas antropomórficos? ¿Qué información contendrán?
“La IA puede (...) incluso inventar nuevas armas de destrucción masiva (...) desde bombas nucleares superpotentes hasta pandemias supermortales” y, a no dudarlo, “es potencialmente mucho más poderosa e ingobernable que las máquinas de vapor, los telégrafos y todas las tecnologías anteriores, porque es la primera tecnología de la historia que puede tomar decisiones y crear nuevas ideas por sí misma”. En términos históricos y comparativos, destaca Harari que “las ametralladoras y las bombas atómicas sustituyeron a los músculos humanos en el acto de matar, pero no pudieron sustituir a los cerebros humanos a la hora de decidir a quién matar”. Robots humanoides e IA, claramente, un desarrollo tecnológico para seguir bien de cerca. No debiéramos mirar hacia otro lado.