Ciudad del Este. Agencia regional.
En setiembre del año 2020, la familia de una niña de 12 años había denunciado que la menor sufrió abuso sexual por parte de un profesor de educación física que vivía en su barrio. Se trata de Darío Esteban Duarte Armoa, quien tenía una despensa y habría aprovechado esa circunstancia para violentar a la niña cuando fue al local comercial. Ocurrió en un barrio de Hernandarias, en la jurisdicción de la Comisaría 24ª.
Es lo que fue denunciado en aquel tiempo y la causa quedó a cargo de la fiscal Nathalia Montanía, quien informó que, tras los estudios de rigor, se comprobó que la niña fue abusada. Sin embargo, dos años y cinco meses después, el hombre sigue libre y fue suspendida por novena vez la audiencia preliminar que debía dar paso a la decisión para el juicio oral. Por eso, activistas de la ONG PAS (Proteger, Amar y Salvar) realizaron un escrache hoy al supuesto victimario, frente a su casa.
Es lo que explicó Valentina Giménez Torres, activista de PAS, quien denunció la impunidad existente hasta ahora en el caso, mediante maniobras jurídicas. En tanto la organización viene denunciando el nulo avance del proceso, la víctima “vive un calvario porque la reconocen como una persona que fue violentada sexualmente, se vio obligada a cambiar de casa, de colegio y su salud mental quebrantada”, expresó.
El hombre estuvo unos meses en la Comisaría 24ª y luego quedó en libertad por disposición de la fiscal Nathalia Montanía. El caso está hoy en la unidad fiscal de Carolina Gadea. Ante la nueva suspensión de la audiencia preliminar, un grupo de personas se manifestó hoy en Hernandarias, frente a la casa del supuesto victimario, exigiendo justicia para la niña con las iniciales M.N.B.
Valentina Giménez dijo que el hombre se sigue burlando de la Justicia y nadie toma alguna medida. “Presentó un escueto reposo médico por chikungunya y que estaría de reposo, según argumentó, estaba entre la vida y la muerte; sin embargo, para burla nuestra, a días de haberse suspendido la audiencia, se lo vio ingiriendo bebidas alcohólicas y festejando su cumpleaños”, manifestó la representante de la ONG PAS.
“Mientras tanto hay una víctima que debe vivir con los traumas y miedos, sin lograr que se haga justicia. En este caso específico, así como en otros, la situación conlleva varios traumas, vergüenza, revictimización por parte de la sociedad y hasta terribles preguntas de si se trata de la niña violada”, agregó la activista por la defensa de niños, niñas y adolescentes violentados.
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