Con el objetivo de desarrollar capacidades y conocimientos en lo agropecuario, que mejorarán la diversidad en la alimentación saludable e incidir en los cambios de comportamiento alimentario y nutricional de los estudiantes y sus familias, en la ciudad de Yaguarón, departamento de Paraguarí, implementan huertas escolares.
“Trabajar en la huerta no es un esfuerzo muy duro, para los niños es un lindo pasatiempo y para las familias es un excelente rubro. Fomentamos la educación para el trabajo a través de este proyecto y no significa explotar o maltratar a los niños, es más bien darles las herramientas para que puedan forjarse su propio futuro, independientemente a la situación económica de sus padres”, explicó Luis Rodríguez, intendente de Yaguarón a Telefuturo.
La huerta escolar consiste en la construcción de un cercado perimetral de alambre tejido con postes, cuentan con diferentes especies de semillas de hortalizas, herramientas menores como carretillas, azadas, rastrillos, palas, manguera, bandeja de germinación y sustrato para cultivo.
Las mismas se encuentran en etapa de cosecha y utilización de las hortalizas, según el coordinador del proyecto. Tras la cosecha de las hortalizas, aprovechadas dentro de la institución, se realiza reposición de cultivos para contar con hortalizas durante todo el segundo semestre del año lectivo. Los directores informaron que cuentan con suficiente saldo de semillas para continuar con la producción en el año lectivo.
“Ellos lo que aprenden en la escuela lo replican en la casa, sabemos que los niños son los mejores maestros, porque ellos son los que muchas veces nos obligan a hacer las cosas dentro de nuestros hogares, de acuerdo a todo lo que van aprendiendo”, dijo otra de las docentes que acompaña el proyecto huerta escolar.
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Escuelas verdes: cuando la educación ambiental cambia familias y ciudades
- Lourdes Torres
- lourdes.torres@nacionmedia.com
- Fotos Matías Amarilla / Gentileza
Aplicar de manera trasversal la educación ambiental desde la primaria está demostrando que puede generar importantes cambios en la sociedad. Así lo confirman padres, docentes y alumnos de algunas instituciones educativas donde desde hace unos años están implementando un programa de estudio ambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay.
Son poco más de las siete de la mañana y la densa neblina otoñal se va disipando con los primeros rayos del sol. En el aula del octavo grado se preparan con mucha ansiedad por salir al patio trasero de la Escuela Salesiana Pedro Ignacio Morínigo, de la ciudad de Fernando de la Mora, donde tienen su pequeña huerta escolar. Los acompaña el profesor Adolfo Ramírez, ingeniero agrónomo. La tarea del día es revisar cómo han quedado los pequeños plantines, así como el drenaje correcto del agua tras la intensa lluvia que se registró el día anterior.
El desarrollo de la huerta escolar forma parte del proyecto de formación y educación medioambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay, gracias al apoyo de la Cooperación Alemana y el Engagement Global. Este programa educativo medioambiental es aplicado además en 16 instituciones educativas salesianas y dos escuelas públicas.
Para conocer más acerca del programa, La Nación/Nación Media conversó con la coordinadora, la ingeniera María José Llamosas, quien señaló que el programa arrancó en 2021 con un plan piloto con cinco escuelas salesianas. Explicó que cerrar con éxito ese primer año permitió asegurar el financiamiento para los siguientes años. A la fecha ya se está ejecutando en un total de 18 instituciones educativas llegando a más de 11.000 estudiantes.
“Desarrollamos un documento que sirva a los docentes como base para poner en práctica la educación ambiental en los colegios. Y aparte de ese documento, también se realizan ciertas medidas concretas en favor del cuidado del medioambiente”, indicó.
Agregó que desde la red salesiana dan seguimiento al proceso de aplicación del programa educativo medioambiental, acompañando al docente en el aula, colaborando en las prácticas a fin de que el desarrollo ambiental sea sostenible en el tiempo. Además, involucra a padres y otros actores de la comunidad educativa.
PROBAR, EXPERIMENTAR Y APRENDER
Una de las instituciones que lleva adelante este programa es justamente la escuela Pedro Ignacio Morínigo, donde el programa educativo se está aplicando en todos los niveles escolares. La ejecución de esta iniciativa desarrolla un importante número de competencias y disciplinas, permitiendo probar, experimentar y aprender haciendo.
Al respecto, la directora de la institución, la Lic. Rosa Marengo, destacó que el desarrollo de la huerta escolar les permite promover una conciencia de cuidado y respeto al medioambiente. Además del aprendizaje sobre alimentación saludable, impulsando valores como la paciencia, responsabilidad, compañerismo y compromiso.
Indicó que a la par del cultivo de hortalizas, también cultivan plantas medicinales para que los alumnos conozcan y aprendan sobre sus propiedades. Asimismo, continúan con el programa de reciclados que ya desarrollaron con mucho éxito el año pasado.
“Hace cuatro años que trabajamos con este programa medioambiental y creo que ya es sostenible en el tiempo. Los chicos están muy entusiasmados, al igual que sus padres están muy pendientes del desarrollo de las actividades. Es muy interesante la forma como los chicos aprenden sobre el cultivo de hortalizas, porque ellos no tienen ese contacto agrícola. Muchas veces ocurrió que se han sorprendido de dónde provienen ciertas verduras u hortalizas”, indicó.
En tanto, la profesora Fabiola Gómez, docente del quinto grado de los turnos mañana y tarde, destacó la importancia de trabajar con los alumnos la idea del cuidado del medioambiente, subrayando la importancia del reciclaje y el cultivo de la huerta para una alimentación saludable. Mencionó que actualmente están con los plantines de lechuga, cebollitas, perejil, espinacas, acelgas, entre otros. Además, de las plantas medicinales, como ser el boldo, la mentita, cedrón.
“Es importante porque ellos ven el proceso de crecimiento y desarrollo de las plantas. Por eso, considero muy enriquecedor para las escuelas en general. Además, permite que los niños repliquen lo aprendido en sus hogares, es así que varios chicos ya comenzaron a tener sus pequeñas huertas en las casas”, comentó la directora Marengo.
EDUCACIÓN TRASVERSAL
Al respecto, Llamosas, coordinadora del Equipo Inspectorial, señaló que, para un mejor aprovechamiento del programa de estudio, se ha trabajado para que el mismo sea transversal al resto de la malla curricular. Indicó que para su implementación en las escuelas se firmaron convenios de cooperación con las instituciones. Así también, cuenta con la revisión por parte del Ministerio de Educación y Ciencias, a través de la Dirección de Desarrollo Educativo, que hace el control y la verificación del plan, certificando que es apto para el uso en escuelas en Paraguay.
“A la par de trabajar con el MEC, también colabora el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) con los contenidos específicamente ambientales que estén acordes a la actualidad. Es así que notaron la falencia de que la educación ambiental necesitaba una mayor trazabilidad con las demás asignaturas, como bien establece el currículum de la educación paraguaya. Justamente es donde la red salesiana ha colaborado para mejorar esa trazabilidad”, precisó.
RESILIENCIA AL CAMBIO CLIMÁTICO
Dentro de este programa de estudio ambiental, la ingeniera Llamosas destacó que trabajan con un total de 10 ejes temáticos. De estos, dos de ellos están directamente enfocados en lo que es el cambio climático y la gestión de riesgos de recursos con enfoque en la resiliencia. Explicó que el objetivo es que la comunidad educativa aprenda a identificar esos factores de riesgos y luego sepa cómo sobrevivir al cambio climático.
“El primer factor es identificar cuáles son los riesgos y después ir viendo cómo mitigar o de usar ese término que ahora se solicita, que es el de la resiliencia al cambio climático. Por ejemplo, las escuelas del Chaco tienen problemas más tangibles como la sequía, las inundaciones y lo mismo los incendios forestales que les llegan prácticamente a las escuelas y a las casas. Buscamos que desarrollen el pensamiento crítico y de parte de ellos mismos salga esa identificación de factores de riesgo, que hagan su diagnóstico ambiental o su diagnóstico de riesgo, su mapa de riesgo”, concluyó.
CAMBIO DE HÁBITOS
La ingeniera Llamosas mencionó que si bien al principio costó un poco bajar el programa trasversal ambiental, primero con los docentes y luego en el aula con los estudiantes, con el paso del tiempo tanto alumnos como docentes van comprendiendo la temática y ya les está resultando mucho más fácil ponerlas en ejecución.
“Todo proceso ambiental es generalmente a largo plazo, pero a corto plazo vemos también cambios en los estilos de vida. Son pequeñas cosas o acciones, pero ya es un cambio de hábito, de actitud y estilos de vida en las personas”, acotó.
Al respecto, la profesora María Cristina Snead, docente y referente del Equipo Inspectorial Medioambiental del Colegio Don Bosco de Ypacaraí, resaltó que desde que comenzaron a implementar el programa están observando esos cambios de hábitos, primero en sus alumnos, que se han convertido en celosos agentes de cuidado del medioambiente.
Es así que ya ha experimentado varias acciones por iniciativa de sus propios alumnos, que luego de aprender la importancia de la clasificación de los residuos comenzaron a colocar tachos de basuras diferenciados frente a sus hogares. Recordó que esto generó a su vez un problema nuevo al ver que los recolectores de basura no respetaban la clasificación y al final los residuos terminaban todos de vuelta mezclados en los camiones.
“Los alumnos volvieron enojados a la escuela, pero no se quedaron con los brazos cruzados, sino que, por iniciativa de ellos, llegaron a los intendentes municipales de Itauguá, Ypacaraí, Pirayú, Areguá y Caacupé –porque es el rango de influencia del colegio Don Bosco de Ypacaraí y recibe alumnos de estos distritos– para plantear y buscar soluciones con las autoridades locales”, comentó.
La docente recordó también otra situación en la que una alumna de la institución se quejó porque todos los días su vecina quemaba su basura en su casa, generando mucho humo. Entonces, sus compañeros decidieron escribir cartas a la vecina, un total de 30 misivas en las que le explicaban cada uno los efectos nocivos de la quema de basuras.
La profesora Snead agregó que ha sido fácil implementar el programa de estudio ambiental, que a su vez es trasversal al resto de las asignaturas en los distintos grados. Esto sin necesidad de que se alteren mucho los correspondientes indicadores de cada una de las materias.
“Es una experiencia maravillosa trabajar con los chiquitos porque están interesados en aprender lo que es educación ambiental porque realmente ellos asumen el compromiso y se vuelven unos celosos vigilantes de no tirar los residuos, de cuidar el medioambiente. Realmente para nosotros ha sido una experiencia maravillosa. Trabajar con los niños en educación ambiental creo que nos dará un futuro ecológico asegurado y vemos que está generando verdaderos cambios en los niños y en sus familias”, remarcó.
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Templo de Yaguarón se acerca a la restauración integral
En el templo San Buenaventura de Yaguarón se realizó la presentación oficial del Proyecto de Cooperación Técnica en Especie impulsado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), orientado a la restauración de este bien patrimonial de alto valor histórico y cultural para el Paraguay.
La ministra de Cultura, Adriana Ortiz, subrayó que este primer estudio técnico representa una base fundamental para asegurar una intervención responsable, transparente y alineada con los más altos estándares de calidad a nivel internacional. En el encuentro realizado el 8 de mayo, reiteró el compromiso institucional de velar por que cada acción esté acompañada por especialistas calificados y la participación activa de la comunidad.
La secretaria de Estado remarcó que el proceso de restauración ha sido largamente esperado por la ciudadanía, y que el inicio de esta nueva etapa marca un paso firme hacia la conservación del “gigante de Yaguarón”. La actividad se desarrolló en el marco del Programa Tekorenda, impulsado por el Gobierno del Paraguay a través de la Secretaría Nacional de Cultura, e incluyó una audiencia pública con la comunidad local.
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El encuentro incluyó intervenciones del párroco local, Cirilo Martínez; el intendente de Yaguarón, Luis Rodríguez; y el embajador de España, Javier Parrondo, quienes coincidieron en la necesidad de garantizar la salvaguarda del patrimonio nacional mediante una gestión articulada y comprometida. La jornada concluyó con una audiencia pública y un espacio de diálogo comunitario liderado por la coordinadora del Proyecto Tekorenda, Cynthia Melgarejo.
El Programa Tekorenda tiene como objetivo la identificación, salvaguarda y revalorización del patrimonio cultural en distintas comunidades del país. A través de procesos participativos e interinstitucionales, busca la recuperación y activación de espacios emblemáticos, promoviendo su sostenibilidad y apropiación por parte de la ciudadanía. Cuenta con el apoyo de Itaipú Binacional, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), el Parque Tecnológico de Itaipú (PTI) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
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Yaguarón y su misa guarayo, ícono de la religiosidad nacional
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: yaguaron.gov.py
A solo 50 kilómetros de Asunción se puede realizar un viaje en el tiempo a través de la música y el arte religioso. La celebración del rito con las partituras que se hallaron en Chiquitos, Bolivia, adquieren gran significado en la brillante ejecución de los músicos locales. Además, el evento incorpora a los estacioneros, que mantienen vivo el ñembo’e purahéi, y la banda Peteque Peteque.
El historiador y gestor cultural Fernando Díaz cuenta que la “la misa guarayo es un espectáculo musical que combina repertorios de partituras encontradas y recuperadas en el proceso de restauración de las iglesias de la Chiquitanía boliviana. Hans Roth las encontró tiradas, tomó contacto con el maestro Luis Szarán y allí se dieron con que contenían canciones litúrgicas que estaban escritas en lengua guarayo, entre ellas muchas de las canciones de la misa”.
Relata que fue en la Escuela de Música Maestro Cecilio Valiente de Yaguarón donde “se inicia el proceso de desarrollar un espectáculo musical en el templo San Buenaventura y buscando repertorios llegan hasta el maestro Szarán, quien a través del proyecto Sonidos de Paraquaria investiga y difunde el repertorio barroco misionero y desarrolla la recuperación de esas músicas y las cede gentilmente para su puesta en escena en Yaguarón”.
El director de la escuela arriba citada, Pedro Sosa Villalba, recuerda que fue el propio Szarán el encargado de dirigir la orquesta de la institución en el estreno de la obra: “En aquella oportunidad nos dejó las partituras para que puedan seguir interpretándose todo este tiempo”, recuerda.
CONCURRENCIA
Tiempo después, “nosotros ideamos un concierto que decidimos sea exclusivamente de música de las reducciones jesuíticas y franciscanas. Quisimos hacer los Miércoles Santo porque queríamos aprovechar el movimiento de gente que había en nuestra ciudad durante la Semana Santa”.
Desde esa vez, hace ya más de 20 años, la cita “se volvió una tradición a la que le fuimos agregando algunos elementos como las túnicas franciscanas que usan los cantantes como para evocar el pasado de la ciudad y decidimos iluminar la iglesia con candiles y velas para darle ese aire que habrán tenido las misas durante las reducciones jesuíticas y franciscanas”, apunta.
El concierto se desarrolló el Miércoles Santo en la iglesia de San Buenaventura, cuya construcción fue iniciada en 1755 y finalizó en 1772, uno de los templos históricos que atesora el Paraguay.
Sosa Villalba recordó que para llevarlo adelante “contamos con el apoyo de la Municipalidad de Yaguarón para las presentaciones. También de Sonidos de la Tierra y el ensamble Sonidos de Paraquaria, dirigido por el maestro Luis Szarán. Este año también contamos con el apoyo de la Fundación José de la Sobera”, destacó.
CANTO EVANGELIZADOR
Díaz recuerda que los franciscanos adaptaron la misa a los diferentes pueblos que iban evangelizando. “Los cantos y oraciones se hacían en latín, castellano y en la lengua propia de cada pueblo. En nuestro caso, el mayoritario en guaraní, así como también las procesiones, los estacioneros, los ritos de piedad popular, los pasos, las coplas, las novenas, los pesebres, los calvarios, todos sirven para enseñar de manera sencilla la fe”, explicó.
Sosa Villalba apunta que “el mejor instrumento que tuvieron los evangelizadores fue la música porque a través de ella pudieron enseñar el dogma católico a los nativos. A ellos les encantaba y eran buenos músicos también, aprendían rápido. Así que es muy importante el rol que jugó la música durante la evangelización”.
Añade luego que “para los músicos es realmente una experiencia única. Siempre nos hacen saber al término de cada presentación que les emociona hasta las lágrimas incluso. Es una música realmente bella y todos disfrutamos la oportunidad que tenemos de presentarla cada año”.
Siendo una misa que los franciscanos representaban en territorios de Paraguay, Argentina y Bolivia, se les preguntó si tuvieron oportunidad de acercar esta puesta a los países vecinos. Sosa Villalba comenta: “Todavía no tuvimos la oportunidad de llevarla al extranjero, aunque nos gustaría. Hemos elaborado algunos proyectos, pero lastimosamente la cuestión financiera no nos ayuda porque bien sabido es que para salir al exterior se necesita de recursos económicos, de los que carecemos hoy, pero no perdemos la fe y la esperanza de que alguna vez se dará”.
INNOVACIÓN E INTERCAMBIO
Entre tanto siguen “innovando en el formato de nuestro concierto porque como es tradición presentamos en la primera parte la misa guarayo y en la segunda lo que hacemos es darle espacio a la música de tradición oral, a la banda Peteque Peteque, que tiene casi 300 años de vigencia”.
El director musical recordó que “tocan instrumentos que fueron elaborados por ellos mismos, todos con elementos extraídos de la naturaleza y recrean la música que vino transmitiéndose de boca en boca prácticamente de generación en generación hasta nuestros tiempos”.
También tienen su espacio los miembros del grupo estacionero San Buenaventura, “que mantienen vivo el ñembo’e purahéi, algo bastante tradicional en nuestro país durante la Semana Santa, y mostramos también el trabajo en conjunto que hacemos con ellos en la institución. Por ejemplo, ya tenemos en la escuela de música formado un ensamble que toca los instrumentos y la música de la banda Peteque Peteque, así como tenemos un coro que canta las músicas de los estacioneros, es decir, vamos educando también en estas artes tradicionales”, expone.
HERENCIA CULTURAL
Díaz destaca que “la importancia de esta puesta en escena radica fundamentalmente en restituir un poco del pasado barroco al templo con una visión, más que nada, de una cultura compartida y con expresiones propias, algunas desaparecidas, otras aún preservadas, pero todas fruto de ese contacto, de ese influjo que aún está latente, debilitado o invisible. Capaz haya más de lo que vemos o sabemos”.
Recordó entonces que “en la región hay grandes espectáculos y festivales de barroco misionero, sobre todo en Bolivia y Argentina, donde estos repertorios tienen gran difusión y estudio”, dijo para alentar el intercambio.
Luego insistió en la invitación a visitar Yaguarón más allá de los eventos de la Semana Santa porque “tenemos una gran cantidad de espacios que ofrecen todos los servicios que el visitante pueda necesitar, aparte de vivir una verdadera inmersión en las tradiciones y la cultura religiosa del Paraguay en cada una de sus calles y rincones”, destacó.
UNA CONMEMORACIÓN ESPECIAL
Milciades Larrosa, director de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Yaguarón, destaca que la presentación de la misa guarayo es posible gracias al apoyo municipal. “Es una inversión que se hace para ofrecerle a todos los turistas dentro del circuito turístico denominado Yaguarón de Ensueños y especialmente en estos días del Araguasu Yaguarón”, dice.
Lo hace recordando que toda la comunidad se prepara para la Semana Santa, limpiando sus casas, pintando las veredas, tenemos el hermoso paseo de los Mitos, donde los artistas pintan los murales, las esculturas que fueron restauradas, todo con participación comunitaria”, destaca.
Asegura que todo es producto de “un silencioso y coordinado trabajo que se viene ejecutando desde hace años entre gestores culturales, promotores de turismo, músicos, artesanos, artistas plásticos, historiadores, trabajadores de la gastronomía, pobladores entusiastas y autoridades, con un enfoque de desarrollo sostenible”.
Larrosa entiende que Yaguarón es una suerte de capital de la Semana Santa, ya que fueron declarados de interés turístico nacional y “eso es un gran compromiso para nosotros, que nos alienta a seguir apostando a las actividades religiosas, culturales y turísticas propias de nuestro pueblito pintoresco de gente con encanto”.
JESUITAS SUIZOS EN LA HISTORIA
Es posible que la misa guarayo, que estaba entre esos papeles, sea del también suizo Martin Schmid, inspirado en Domenico Zipoli, o una creación colectiva de los sacerdotes y los músicos indígenas. La versión que llegó a nuestros días fue recopilada en 1988 por el historiador José A. Perasso en el pueblo guarayo de Ascensión y revisada nuevamente en origen en sucesivas visitas por el maestro Luis Szarán.
Vale recordar que estas partituras fueron encontradas por el arquitecto suizo Hans Roth Merz, que tuvo a su cargo la restauración de las iglesias jesuíticas de la Chiquitanía boliviana. “Como legajos inservibles, los salmos, himnos y misas barrocas habían sido usados para cubrir tallas antiguas o tapar algún agujero de un muro resquebrajado en una sacristía. Roth trajo expertos de Europa y de Chile, y dirigió las delicadas tareas de restauración de las partituras”, cuenta el colega La Nación de Argentina.
Las misiones jesuíticas de Chiquitos, situadas en el noreste de Bolivia, obra urbanística y cultural creada a finales del siglo XVII eran parte del sueño de la orden de realizar la utopía de una ciudad de Dios en la tierra.
Schmid, jesuita, suizo de nacionalidad, vivió entre 1694 y 1772 y fue, además de sacerdote, arquitecto y músico. De hecho, fue también un gran luthier. Bajo su guía, los nativos dieron a luz violines, violas y violoncelos; flautas, oboes y chirimías; arpas, clavicordios y salterios en el taller de San Javier.
Hans Roth, quien nació en el mismo cantón suizo de Zug que su compatriota Schmid, se congratulaba de haber encontrado esas 5.000 hojas de partituras de música barroca en Santa Ana y San Rafael. Este acervo conforma el Archivo Musical de Chiquitos, uno de los más importantes a escala mundial de este período artístico. A tal punto que dio lugar a la creación de un Festival Bienal de Música Barroca que ya lleva 14 ediciones realizadas.
ROTH, OTRO GRAN JESUITA
Roth llegó a Bolivia en 1972 enviado por jesuitas suizos para restaurar la iglesia de San Rafael, “tarea que concluiría tras dos años de trabajo delicado y minucioso por la importancia implícita”, cuenta el sitio Swiss Info. Luego entiende que debe hacer lo propio con los templos de Concepción y San Javier. Su labor se expandiría más tarde a San Miguel, Santa Ana, San Rafael y San José.
Para ello pasa más de 30 años y trabaja en otras 200 edificaciones, entre ellas escuelas, hospitales, iglesias, capillas, casas para sacerdotes y de religiosas en la región de la Chiquitanía. Su respeto a las edificaciones originales y la practicidad de su obra se resumen la iglesia de Asunción de Guarayos, erigida con un techo de unos 20 por 40 metros sostenido por solo cuatro columnas de quebracho o el santuario Mariano de la Torre en el Chochis, que fue construido en piedra arenisca roja. Este último en 1996 postuló al premio Mies van de Rohe de Barcelona.
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Cientos de feligreses acompañaron el “Kurusu Rape” en Yaguarón
El tradicional “Kurusu Rape” tuvo un gran acompañamiento de la feligresía en la ciudad de Yaguarón, conocida como la capital espiritual de la Semana Santa. Los participantes presenciaron una conmovedora representación escénica de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. La actividad contó con el apoyo de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur).
La obra teatral itinerante arrancó frente a la sede de la Municipalidad de Yaguarón y tuvo su corolario en la base del emblemático cerro, que año tras año convoca a miles de visitantes en esta temporada.
Contó con la participación de actores y actrices del destacado elenco de teatro “Yara”, quienes dieron vida a emotivas escenas y de gran simbolismo religioso, recreando los últimos momentos de Cristo, antes de la crucifixión.
Así también, la procesión fue acompañada por la caballería, cuyos integrantes se unieron a los feligreses que portaban antorchas y recorrieron las calles con sus candiles. Toda esta tradición se vivió en un ambiente de recogimiento y espiritualidad.
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“Yaguarón de distingue por preservar sus raíces espirituales y culturales. Su imponente templo San Buenaventura, joya del arte barroco hispano-guaraní, es uno de los principales atractivos patrimoniales del país”, destacan desde la Senatur.
Otro atractivo de esta ciudad asentada en el departamento de Paraguarí es el mítico Cerro Yaguarón, cuna de la leyenda de los siete mitos guaraníes, que despierta el interés de turistas y la ciudadanía en general.
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