Agentes antinarcóticos de la Policía Nacional encontraron las dos armas robabas a los policías asesinados en la ciudad de Sargento José Félix López, departamento de Concepción. Fueron encontradas a unos 12 kilómetros del casco urbano. El caso quedó a cargo del Ministerio Público para las investigaciones correspondientes.
De acuerdo al informe de la Policía, las armas fueron halladas mediante un procedimiento realizado en una zona boscosa de un establecimiento rural y estaban enterradas. El lugar está ubicado en las inmediaciones del trayecto que conduce a la localidad de Hugua Ñandú.
Se trata de un fusil de la marca Colt (M4) con un cargador y un fusil de la marca Norinco-AK84 calibre 556, con dos cargadores. Las dos armas fueron robadas a los policías asesinados en un marihuanal de la ciudad de Sargento José Félix López, ex-Puentesiño, el 24 de abril pasado.
En el lugar hallado también se encontró un campamento de presuntos marihuaneros, prendas de vestir y “enseres varios”. El caso quedó a cargo del fiscal Joel Díaz, quien acompañó el procedimiento realizado durante la mañana de este viernes en la ciudad de Sargento José Félix López.
Lea más: Policía herido en Puentesiño reconoció a 4 atacantes
El pasado 24 de abril, tres agentes que pertenecen al Departamento Antinarcóticos de la Policía Nacional fueron asesinados y otro resultó herido en un enfrentamiento con supuestos narcos ocurrido en el distrito de Sargento José Félix López (ex-Puentesiño).
Los policías fallecidos son el suboficial Silvio de Jesús Espínola Cáceres, de 42 años, el suboficial Arístides Zalazar Talavera y el subcomisario Éver Nelson Espínola, de 40 años. El uniformado herido fue identificado como Marciano Flecha Portillo, quien estuvo internado en el Hospital Rigoberto Caballero y luego recibió su alta.
Puede interesarle: Tres policías muertos en enfrentamiento en Concepción
Dejanos tu comentario
Reportan desaparición de tres hombres en zona de San Lázaro
Tres hombres con frondosos antecedentes penales se encuentran desaparecidos en la zona de San Lázaro, Concepción y según sus familiares se encontraban regresando del Chaco en una camioneta cuando repentinamente se perdió la comunicación con ellos.
El extraño caso está siendo investigado por la Policía Nacional que reveló que si bien cuentan con un historial delictivo, los hombres no tenían orden de captura pendiente.
Los desaparecidos son: José Efraín Alfonso López (36), Blas Antonio Centurión (41), Fredy Echagüe Moreira (34). El primero tiene antecedentes por reducción; Blas Antonio tiene proceso por lesión grave y robo agravado. Y Echagüe Moreira tiene antecedentes por robo agravado, dos hechos de homicidio doloso y lesión grave.
Te puede interesar: Vecinos denuncian que un prostíbulo arroja su basura en una plaza de Loma Pytã
Según los datos, los hombres se movilizaban en una camioneta de color blanco y cuando llegaron al distrito de San Lázaro, tras haber pasado en balsa se comunicaron con sus familiares a quienes comentaron que se encontraban viajando rumbo a Loreto. Y desde ese momento ya no se supo nada de estas personas. Fueron vistos por última vez en Tres Cerros, en la zona de San Lázaro.
“Hasta el momento tenemos como desaparición de tres personas y el vehículo en que estaban, una Toyota Hilux. Hipótesis aún no manejamos de qué podría haber sido, solamente tenemos como personas desaparecidas. Un familiar cercano en horas de la noche de ayer realizó la denuncia ya perdieron contacto con los mismos en la zona de Tres Cerros, supuestamente”, señaló el comisario Jorge Vidallet al canal GEN y Universo 970AM/Nación Media.
Afirmó que hasta el momento no se tienen reportes del paradero ni hay datos sobre alguna comunicación que hayan tenido estas personas con sus familiares.
“En cuanto a problemas judiciales no, pero sí con antecedentes. Las tres personas cuentan con antecedentes e incluso uno de ellos fue procesado en varias oportunidades por homicidio. Otro tiene antecedente por lesión, otro por abigeo. Las tres personas sí cuentan con antecedentes, pero no tienen captura pendiente”, refirió.
Leé también: Autorizan mostrar fotografía del segundo sospechoso del crimen de niña
Dejanos tu comentario
Sicariato en Concepción: brasileño recibió 31 impactos de bala
Cerca de la medianoche de este jueves, se reportó un supuesto hecho de sicariato en la localidad de Yvy Ja’u, departamento de Concepción, donde resultó víctima un hombre de nacionalidad brasileña; el mismo habría ingresado hace un mes al país y vivía en la zona en una vivienda alquilada.
Entre las pertenencias del hombre fue hallado un documento de identidad brasileño, pero la fotografía en el mismo no corresponde con el fallecido, por lo que aún las autoridades se encuentran indagando para determinar la identidad real del hombre, ya que sus huellas no se encuentran registradas en el programa de identificación nacional.
Según el informe de criminalística, en el lugar fueron levantados 37 casquillos, entre los cuales fueron encontrados algunos de calibre 9 milímetros y otros de 5,56, por lo que se presume que al menos dos personas habrían perpetrado el crimen.
El fallecido habría recibido de estos 37 disparos 31 impactos en el área del rostro, cuello y tórax, al igual que en los brazos. Los intervinientes hallaron el cuerpo tendido en el suelo detrás de la puerta principal de la vivienda, la cual también contaba con rastros de los impactos de bala.
“El alquiler está a nombre de un Lucas Lima, pero esta identidad no concuerda con las características del fallecido, por lo que estamos indagando con nuestros pares de la tripartita. La principal hipótesis que tenemos es que se trata de un crimen por ajuste de cuentas, pero siguen los trabajos investigativos”, comentó el comisario Gerardo Duarte, jefe del departamento de investigación de Concepción, en conversación con el canal GEN.
Dejanos tu comentario
Buscan a un hombre que habría baleado a su primo tras encuentro deportivo en Concepción
En el barrio Centro Norte de la localidad de San Alfredo, en el departamento de Concepción, un juego entre amigos y familiares terminó en una gresca que desencadenó en un herido de bala. El autor del hecho sería pariente de la víctima y continúa prófugo.
La víctima identificada como Jorge Antonio Romero Maciel, de 23 años, se encontraba jugando un partido de piky voley en una cancha cercana a su vivienda, en un momento dado se había iniciado una gresca con un primo lejano, la cual escalo rápidamente y terminaron a los golpes.
El joven se retiró de la cancha y fue a su casa, lugar al que fue alcanzado por su atacante identificado como Pedro Fabián Arguello Samaniego, de 32 años, y continuó la pelea en medio de la cual este último desenfundó un arma de fuego y efectuó al menos tres disparos.
Podés leer: Caso María Fernanda: ratifican prisión para el dueño de la farmacia
Uno de los proyectiles impactó en la mandíbula de Romero Maciel y tuvo como orificio de salida la zona cervical del mismo. Tras el hecho, el autor de los disparos se dio a la fuga a bordo de su automóvil. El herido fue trasladado hasta el centro de salud de San Alfredo y posteriormente derivado hasta el Hospital Concepción, donde se encuentra con pronóstico reservado.
“Tanto el victimario como la víctima no cuentan con antecedentes. Del lugar de los hechos, el personal de Criminalística levantó al menos tres vainas, y se están cotejando otros indicios. Así también estamos tras los pasos del supuesto autor, ya que el mismo se habría dado a la fuga y ningún familiar sabe de su paradero. Hasta el momento sabemos que el trasfondo habrían sido las apuestas”, comentó el comisario Guido Benítez en conversación con el canal GEN.
Lea también: Asunción: hombre fue baleado y el presunto autor ya fue detenido
Dejanos tu comentario
Digamos no a drones y robots asesinos
Bombas sin bombarderos… sin paquetes sospechosos… asemejan a peligrosas herramientas incrustadas en la vida cotidiana… Quienes diseñan y desarrollan – quiero pensar que, sin desearlo, planificarlo ni gestionarlo– no siempre ven (o quieren ver) con claridad a las señoras y señores de la guerra y sus despreciables prácticas.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
En la construcción de la verdad necesariamente interviene la cultura. ¿Qué es verdad? “La realidad”, responden algunos y algunas. Pero... “la verdad no es una representación unívoca de la realidad”, sostiene Yuval Noah Harari en la página 44 de la edición que leo y releo de Nexus, una de sus obras más vendidas en nuestra maltratada aldea global. La realidad es compleja. Tanto como la humanidad. “¿Es tan sapiens el homo?”, recuerdo que decía irónicamente un tan querido como veterano colega periodista, corresponsal de la prensa internacional, con el que compartimos no menos de cinco años de trabajo en Latinoamérica. “¡Tendrá que demostrarlo!”, agregaba a modo de respuesta a una pregunta que nadie había expresado. Reíamos y brindábamos con otra cerveza para dejar atrás las mil formas de violencias que verificábamos en nuestras búsquedas periodísticas.
De todas formas, aquel interrogante lanzado al aire todavía hoy no me animo a responderlo. Lo mío es la pregunta. El interrogante permanente. Solo políticos y creyentes en lo que venga e internalicen se presentan y actúan como propietarios de las respuestas. Los pongo en duda. ¡Sépanlo! Y aunque lo hago con respeto y, de alguna forma, en defensa propia, tengo claro y coincido con Harari en que “el poder no es sabiduría”.
Algunas palabras se ponen de moda. Muchas. Inteligente (smart) y dron son dos de ellas. Esperanza es la otra, aunque debo decirlo, rescato solo esas tres con el propósito de construir esta historia en esta noche de frío (¡muy frío!), de viernes junto a los leños crepitantes y sentado en la vieja mecedora. Afuera, la niebla es densa. Las nubes decidieron desplomarse sobre la tierra para quedarse allí. Silenciosas. Como en acecho de aquellos y aquellas que se atrevan a andar sin la certeza de saber qué hay dentro de tamaña tiniebla.
Con casi sesenta guerras activas –desde algún lugar– el hábitat global es tenebroso. Con la popularización de los que se plantan como creadores revolucionarios de los desarrollos tecnológicos y, a veces, mucho más, el espanto crece. Bombas sin bombarderos… sin paquetes sospechosos… asemejan a peligrosas herramientas incrustadas en la vida cotidiana. Quienes diseñan y desarrollan –quiero pensar que, sin desearlo, planificarlo ni gestionarlo– no siempre ven (o quieren ver) con claridad a las señoras y señores de la guerra y sus despreciables prácticas. En ese campo también crece la IA (inteligencia artificial) que deslumbra, preocupa y deviene en símbolo que simboliza a partir de la cultura de quienes simbolizan para relatarla y producir sentido. Nada existe sin relato. Primero fue el verbo. Vuelvo a Harari. “La IA es la mayor revolución de la información que ha conocido la historia (que) no es el estudio del pasado, sino el estudio del cambio. (Porque) nos enseña lo que se mantiene inmutable, lo que cambia y cómo cambian las cosas”. Yuval Noah señala, desde esa perspectiva, sobre la inconveniencia de conceder “a la IA un mayor control sobre las sociedades del siglo XXI” dado que “se diferencia (entre otros desarrollos tecnológicos de alto impacto en las prácticas bio-psico-sociales) de la imprenta y de la radio (porque una eventual) futura dictadura de la IA podría ser muy distinta de lo que hemos conocido hasta ahora”. Desde la atenta observación y profunda reflexión hace públicas algunas de sus conclusiones. La inteligencia artificial “es la primera tecnología de la historia que puede tomar decisiones y generar nuevas ideas por sí misma”. La IA “puede procesar información por sí sola, (y) por lo tanto, sustituir a los humanos en la toma de decisiones (porque) no es una herramienta, es un agente”. ¿Por qué tanta preocupación? Su respuesta no se hace esperar con ejemplos concretos. “En el momento actual, en la fase embrionaria de la revolución de la IA, los ordenadores toman decisiones por nosotros: la concesión de una hipoteca, un contrato de trabajo o la imposición de una pena de cárcel. Esta tendencia no hará más que aumentar y acelerarse, lo que nos dificultará la comprensión de nuestra propia vida. ¿Podemos confiar en los algoritmos informáticos (sobre los que también se apoyan las operaciones de la IA) para tomar decisiones sensatas y construir un mundo mejor?”.
CONOCIMIENTO VERDADERO
Muy poco más de una década atrás, Tenzin Gyatso (90), el Dalai Lama –Premio Nobel de la Paz en 1989, en el transcurso de una cumbre de premios nobel que se realizó en Roma– sostuvo que la tecnología “puede convertirnos en esclavos” porque “si todo está mecanizado, no tenemos la capacidad de ver más allá” y exhortó para que “sea bien utilizada” dado que al “conocimiento verdadero (por muy desarrollada que esté la IA) “es imposible llegar y que sea mejor que la mente humana (porque) siempre será mejor y más inteligente (que) máquinas y robots (sin que importe) lo sofisticados que sean”.
Era el sábado 13 de diciembre de 2014. En nuestro presente, un puñado de días atrás, en Ginebra, Suiza, la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) –asociada con otras agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)– desarrolló la “Cumbre de la IA (Inteligencia Artificial) para el bien”. Las preocupaciones de quienes allí convergen claramente crecen y así lo expresan. “La humanidad se encuentra en una encrucijada ante el inmenso potencial generado por la revolución digital impulsada por la inteligencia artificial”, sentenció en un mensaje que envió a la UIT el papa León XIV. En ese texto reseñó que el impacto de la inteligencia artificial se percibe en campos tales como “la educación, el trabajo, el arte, la sanidad, la política, el ámbito militar o la comunicación” y, justamente, por ello el jefe del Estado Vaticano demanda de quienes trabajan en ese tipo de desarrollos “responsabilidad y discernimiento”. El también líder del catolicismo advierte que “la inteligencia artificial puede simular aspectos del razonamiento humano y realizar tareas específicas con velocidad y eficiencia, pero no puede replicar el discernimiento moral ni la capacidad de establecer relaciones genuinas”. Al cabo de esa argumentación sobre la IA abogó a expertos y desarrolladores por el “respeto por los valores humanos y sociales, capacidad de juicio con conciencia clara y crecimiento en la responsabilidad” para garantizar –desde marcos éticos y jurídicos– “que se base en el reconocimiento compartido de la dignidad inherente y las libertades fundamentales de la persona”.
TECNOLOGÍA Y VIOLENCIA
El uso de los más recientes desarrollos tecnológicos aplicados al ejercicio de las violencias se expande con proyección global. La IA es esencial en el desarrollo de armas autónomas no tripuladas. La guerra digital parece haber llegado para quedarse. En un reciente reporte de la organización Drone Wars UK (https://dronewars.net/) se consignan los resultados de una investigación que, en sus conclusiones, revela “la magnitud del daño a civiles causado por los ataques con drones militares en países africanos, como Etiopía, Mali, Burkina Faso, Nigeria, Somalia y Sudán”. Sin dejar afuera de sus búsquedas Ucrania, Gaza o todo Oriente cercano, añade que “drones armados tipo MALE importados en todo el continente, de fabricantes de Turquía, China e Irán” se utilizan ampliamente. “Como mínimo, se determinó que más de 943 civiles han muerto en al menos 50 incidentes separados entre noviembre de 2021 y noviembre de 2024”, según consta en las pesquisas desarrolladas y precisan que “de los seis estados investigados, cinco han sido verificados por operar drones Bayraktar TB-2, producidos por el fabricante turco de drones Baykar, (que en) varios también operan drones armados Wing Loong II y (sistemas de armas autónomos) Mohajer-6 de Irán”. Destaca el sitio que esos equipos también intervienen “en campañas militares nacionales (internas, dirigidas) contra grupos insurgentes armados (y que) regularmente (esas armas llamadas inteligentes) no distinguen entre civiles y combatientes en sus operaciones”. Los analistas precisan que “en un incidente ocurrido en la región etíope de Amhara, más de 85 civiles murieron en un ataque con drones contra la aldea de Ch’obi en octubre de 2022”. Luego que, “en otro incidente, en Nigeria, un error de inteligencia militar causó la muerte de al menos (otros) 85 civiles –y, según algunos informes (podrían ser) hasta 125 (las víctimas)– que (estaban reunidas) para celebrar la festividad islámica de Mawlud, (y fueron asesinadas) en dos ataques con drones mal dirigidos en diciembre de 2023”.
Las matanzas (incidentes) de civiles sin riesgo alguno para quienes operan los drones porque se encuentran en áreas alejadas de las operaciones en desarrollo se multiplican. “Hace tres semanas, el 10 de junio, un dron británico Reaper comenzó a rastrear una motocicleta en el noroeste de Siria, cerca de la frontera con Turquía”, relata dronewars.net “mientras (en tierra) alguien descrito por la inteligencia de un país europeo central como ‘un miembro conocido’ de ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria, por su sigla en inglés) la conducía. El individuo, que aparentemente había sido monitoreado por el dron ‘durante algún tiempo’, fue rastreado y abatido por un misil Hellfire disparado por el dron poco después”. ¿Es necesario añadir información al reporte? ¿Algo no se entiende? ¿También existe el llamado “gatillo fácil” en el ecosistema digital de las nuevas guerras?
Los drones atacan incluso en áreas civiles densamente pobladas. Los daños no deseados se repiten. ¿Existen y se cumplen disposiciones para preservar y mitigar eventuales daños sobre la población civil? “Estos casos demuestran la urgente necesidad de reforzar los controles sobre la proliferación de drones armados y la clara falta de responsabilidad de quienes exportan estas armas al proporcionarlas a gobiernos aparentemente poco dispuestos a respetar el derecho internacional humanitario. La magnitud del sufrimiento civil que se muestra en este informe debería dejar clara la amenaza que supone la rápida expansión de la guerra con drones en todo el mundo, facilitada por el acceso a sistemas de armas cada vez más baratos producidos por fabricantes irresponsables y con ánimo de lucro”. Acechan los drones y, por ello, “las actividades más básicas de la vida cotidiana –visitar un mercado o asistir a un lugar de culto– (son) potencialmente mortales”.
PAZ, SIEMPRE
En mayo de 2019, Daisaku Ikeda (1928-2023), filósofo budista, educador, constructor de la paz, escritor y poeta, ante la Asamblea General de la ONU –invitado por António Guterres, secretario general de esa organización multilateral– propuso la prohibición de las armas autónomas letales (SAAL, por su sigla en inglés). “Existe en la comunidad internacional la creciente inquietud de que los SAAL transformen radicalmente el entorno de la seguridad global”, dijo Ikeda aquel día. Aseguró después, sin que nadie lo desmintiera o contradijera, que “una de las amenazas que representan estos sistemas (de armas) es la posibilidad de iniciar combates sin intervención humana directa”. Aleccionó luego que ello “reduce el umbral de las acciones militares y genera situaciones potenciales que podrían violar gravemente el derecho internacional humanitario”. Esperanzado, exhortó “enfáticamente (…) a los Estados que ya han solicitado la prohibición de los SAAL; a países como el Japón, que han declarado su intención de no fabricar tales armas; y a las oenegés participantes en la Campaña para Detener a los Robots Asesinos, a unirse y trabajar juntas por la pronta aprobación de un instrumento jurídico vinculante que prohíba por completo el desarrollo y el uso de estos sistemas”. Miles lo escuchamos, aplaudimos y vitoreamos. Pensamos como él, sentimos como él. Decimos enérgicamente no a drones y robots asesinos. Deseamos la paz. Sabemos que se puede y se debe. ¿Cuándo? Siempre. Alguna vez, el Dalai Lama lo dijo claramente. “Solo existen dos días en el año en que no puedes hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto, hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y vivir”.