El ministro de Salud, Julio Borba, manifestó este martes que la gente debe aprender a convivir con el COVID-19 porque la pandemia no terminó todavía e instó a no dejar de lado los cuidados sanitarios, pese a la derogación del uso obligatorio del tapabocas.
“La pandemia no terminó. Por definición, la pandemia es cuando afecta a tres o más continentes. Esto lastimosamente continúa, es algo con lo cual tenemos que aprender a convivir. Estamos en una fase epidemiológica de descenso sostenido de casos”, dijo el ministro de Salud en comunicación con la radio 780 AM.
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Sostuvo que el descenso considerable de casos del COVID-19 fue fundamental para tomar algunas medidas como la derogación del uso obligatorio del tapabocas y aclaró que desde la cartera sanitaria la recomendación es seguir usando en lugares cerrados, transporte público y hospitales para prevenir eventuales contagios.
Borba indicó que la gente aprendió a cuidarse en estos dos años de pandemia, pero el Ministerio de Salud Pública seguirá con las recomendaciones del uso responsable de las mascarillas, a pesar de la derogación del decreto que establecía la emergencia sanitaria en el país.
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“Desde Salud seguiremos con las recomendaciones para el uso responsable del tapabocas. Lo que hay que entender es que la evolución frente a la pandemia no es tan solo el abandono de la mascarilla, sino jerarquizar la responsabilidad del cuidado personal y la solidaridad en la protección a los demás”, agregó el ministro de Salud.
El Poder Ejecutivo oficializó la derogación del decreto Nº 3.456, que declara estado de emergencia sanitaria en todo el Paraguay por la pandemia del COVID-19. La decisión se debe a las condiciones sanitarias favorables en el país y en la región. Desde la cartera sanitaria instan a no dejar de lado los cuidados y la vacunación.
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Lavado de pies con bicarbonato y sal: qué efecto real tiene
Sumergir los pies en agua templada con sal y bicarbonato se ha convertido en una rutina popular para quienes buscan aliviar el cansancio, suavizar la piel o eliminar el mal olor. Este remedio casero, muy extendido en redes sociales y blogs de autocuidado, promete múltiples beneficios, pero ¿hay algo de cierto detrás de estas afirmaciones?
A medio camino entre el confort personal y el deseo de soluciones naturales, este tipo de baños han ganado presencia como gesto cotidiano. Pero, más allá de la sensación relajante del agua templada, ¿tienen realmente un impacto físico en la salud de los pies?
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Control del olor
El bicarbonato de sodio se utiliza desde hace años en dermatología como un exfoliante físico suave. Al frotarse sobre la piel, ayuda a eliminar células muertas y a mejorar la textura, favoreciendo la renovación celular. Además, su capacidad para neutralizar olores está documentada en estudios sobre higiene corporal, aunque la mayoría se centran en su aplicación en axilas o la cavidad oral.
Su eficacia contra bacterias responsables del mal olor se debe a su capacidad para modificar el pH, creando un entorno menos favorable para los microorganismos. Sin embargo, no existen ensayos específicos sobre su aplicación directa en los pies para estos fines, por lo que sus beneficios se asumen por analogía con otras zonas del cuerpo.
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Propiedades de la sal marina
En el caso de la sal, especialmente la marina o la del Mar Muerto, sí existen revisiones científicas que han demostrado su efecto beneficioso sobre determinadas afecciones cutáneas como la dermatitis atópica o la psoriasis vulgaris. En estudios clínicos se ha observado que los baños con sales pueden mejorar la hidratación de la piel, reforzar la barrera cutánea y reducir la inflamación, gracias a la presencia de minerales como el magnesio.
Aunque estos beneficios están más relacionados con tratamientos terapéuticos supervisados, lo cierto es que el uso de sal como exfoliante físico -al igual que el bicarbonato- puede ayudar a suavizar la piel de los pies y a mantener una higiene más profunda, especialmente en zonas con tendencia a endurecerse o agrietarse.
¿Entonces, sirve de algo?
Algunas de las publicaciones que circulan en Internet atribuyen al bicarbonato propiedades antifúngicas. Un estudio reciente desarrollado en Perú comparó su efecto con el de la nistatina -antifúngico-- frente a la Cándida albicans, una levadura frecuente en infecciones por hongos. La investigación concluyó que, aunque el bicarbonato al 5 % mostró cierto efecto inhibitorio, fue significativamente menor que el del fármaco antifúngico. En resumen: puede tener cierta capacidad, pero no sustituye a un tratamiento médico.
En definitiva, sumergir los pies en agua templada con sal y bicarbonato no es un milagro, pero tampoco una pérdida de tiempo. Puede resultar útil para relajar la musculatura, suavizar la piel, favorecer la higiene y controlar el olor. Sin embargo, los beneficios más ambiciosos que a menudo se atribuyen a esta práctica -como “desintoxicar el cuerpo” o “eliminar toxinas”- no están respaldados por la evidencia científica.
Por tanto, si se emplea como complemento dentro de una rutina de cuidado personal, puede ser una opción interesante de vez en cuando. Pero es importante no sustituir con ello otros tratamientos dermatológicos indicados por especialistas.
Fuente: Europa Press.
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José Carlos Martin: “Aspirar al máximo estatus sanitario es el inicio de un proceso de arduo trabajo”
Por Rodolfo Sosa
Paraguay busca seguir por la senda del éxito en cuanto a producción y exportación de carne vacuna, con la conquista de nuevos mercados y su consolidación en aquellos en donde ya tiene presencia y reputación.
En un mercado internacional cada vez más competitivo, la visión de José Carlos Martin, presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) es alcanzar el posicionamiento que el país se merece por su trabajo de varias décadas en materia sanitaria: el estatus de país libre de aftosa sin vacunación.
En entrevista con La Nación/Nación Media, Martin se posiciona entre los Hacedores LN con el pulso de juventud, pero con la visión de sus años de academia y experiencia laboral, además del patriotismo que busca imprimir en su labor que apunta a que Paraguay se siga destacando por su producción pecuaria.
- ¿Cuál es el momento actual del país en materia sanitaria y comercial?
Hemos concluido un semestre sumamente positivo, marcado principalmente por la exitosa implementación de la nueva política pública de Sistema de Identificación Animal del Paraguay (SIAP), con objetivos plenamente cumplidos, producto de casi cuatro años de trabajo.
El proceso incluyó la construcción de consensos con los actores involucrados, la presentación del proyecto de ley al Congreso Nacional, la coordinación con el Ministerio de Economía y Finanzas para asegurar los recursos necesarios, la licitación de las caravanas y el desarrollo integral del sistema.
A nivel comercial, en el primer semestre del 2025 tuvimos un crecimiento de más de dos dígitos en las tres especies de exportación, llegando a USD 1.305 millones, lo que representa un aumento de USD 200 millones respecto al mismo período del 2024, además de una agenda muy nutrida en auditorías.
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- Uno de los grandes desafíos que ha trazado es lograr que Paraguay sea declarado libre de aftosa sin vacunación, ¿qué implica este paso para el estatus sanitario del país?
En el mundo actual, en constante cambio, donde la tecnología, los mercados, las relaciones sociales, incluso el clima, evolucionan de forma acelerada y donde la carne paraguaya busca consolidarse con fuerza, no podemos permitirnos ignorar ningún tipo de señal. Debemos mantenernos atentos, evaluar continuamente nuestro entorno y adaptarnos con agilidad.
Los profesionales, las empresas, las instituciones e incluso las naciones que sobreviven y prosperan no son los más fuertes ni los más ricos, sino aquellos que detectan a tiempo lo que está cambiando y se reinventan sin miedo.
Debemos ser como esa rana que si se da cuenta del aumento de temperatura: que salta a tiempo, actúa, cambia de estrategia o incluso cambia de camino antes de que sea demasiado tarde.
Desde el Senacsa venimos trabajando desde hace más de seis años con esta visión, de la mano de todos los interlocutores válidos del sector productivo.
Nuestro enfoque se basa en la ciencia, el comercio, la gestión de riesgos y, sobre todo, en la búsqueda constante de competitividad para nuestro producto estrella que es la carne paraguaya. Estamos convencidos de que no podemos conformarnos, de que Paraguay merece avanzar y estamos comprometidos con ese camino.
- ¿Cómo se acompaña este cambio de paradigma que se establecerá con el cese de la vacunación antiaftosa para que no genere incertidumbre en el sector productivo?
La incertidumbre se profundiza cuando una decisión técnica se politiza. Las decisiones técnicas adoptadas por el sector hace más de 10 años son las que han generado los resultados positivos que hoy vemos en nuestro país.
El último caso de fiebre aftosa en Paraguay se registró hace 14 años. En aquel entonces, se vacunaba 2,5 veces al año a todo el hato ganadero. Si logramos una comunicación efectiva y el mensaje llega con claridad, este debería ser un momento histórico para avanzar juntos hacia uno de los objetivos más importantes de la ganadería paraguaya en los últimos 60 años.
Este hito será el fruto de un trabajo conjunto entre la resiliencia de los productores, la profesionalización del Senacsa y la modernización de la industria. No un motivo de peleas o disputas. Lo que se propone es el desarrollo sostenido del país a mediano y largo plazo.
Hoy, con el 85 % del hato ganadero libre de fiebre aftosa sin vacunación en América, y considerando que el 72 % de la carne comercializada en el mundo proviene de países libres sin vacunación, además de todo el trabajo técnico realizado a nivel nacional, se vuelve cada vez más difícil justificar técnicamente, científicamente y comercialmente la continuidad de la vacunación.
Debemos predicar con el ejemplo: con reglas claras, instituciones sólidas y un compromiso real con el interés general del país, entendiendo que la decisión de aspirar al máximo estatus sanitario es el inicio de un proceso que lleva un tiempo de arduo trabajo técnico y como dice una conocida frase: “Todos los triunfos nacen cuando nos atrevemos a comenzar”.
- ¿Cuál es el secreto del éxito de Paraguay para abrir nuevos mercados para su producción de proteína animal?
La alianza entre el sector público y privado, el trabajo interinstitucional, pero principalmente, el trabajo del equipo, guiado por una planificación sólida, con determinación y un claro sentido de dirección, ha sido la clave para conseguir los resultados.
Además, existe un fuerte compromiso y una convicción interna compartida por el equipo de que se pueden lograr los objetivos, respaldada por la confianza personal de todos los integrantes en la meta común.
- ¿Cómo se logró que la calidad de la carne paraguaya evolucione hasta lograr su ingreso a mercados altamente exigentes y sea reconocida a nivel internacional?
Somos lo que hacemos repetidamente, la excelencia no es un acto, es un hábito, así que hace mucho tiempo todo el sector cárnico, a través de esta sólida alianza público privada, sigue evolucionando de forma constante cada día.
Por supuesto, hemos cometido errores y enfrentado dificultades, pero esa convicción nos permite corregir rápidamente el rumbo y seguir avanzando con firmeza.
- ¿Cómo se trabaja desde Senacsa para garantizar los más altos estándares sanitarios y abrir nuevos destinos comerciales?
Sin lugar a dudas, fueron años complejos y tensos en la relación entre la industria frigorífica y los productores, con nosotros en el medio, cumpliendo un rol de mediación y de búsqueda de consensos.
No obstante, en los últimos tres años hemos logrado avances significativos: implementamos la tipificación paraguaya de la carne, abrimos mercados internacionales de gran relevancia, pusimos en marcha el sistema de identificación animal y recientemente, comenzamos con el dressing.
Todo esto, además, se dio en un contexto de récord de producción – favorecidos en parte por la sequía - y exportación. Entonces, se puede inferir que gran parte del conflicto fue más político o abstracto, porque incluso más allá de las diferencias, el país avanzó, y otros países competidores observan con interés e incluso con cierta envidia los logros alcanzados por Paraguay.
La carne aviar y la porcina están ganando terreno en el escenario exportador, ¿qué oportunidades visualiza para estas cadenas en los próximos cinco años?
Estos sectores están ganando una visibilidad extraordinaria en muy poco tiempo. Los últimos mercados abiertos han traído una luz de esperanza muy significativa para la producción avícola y porcina. Las noticias que recibimos son mayoritariamente positivas: instalación de nuevas industrias, ampliación de la capacidad productiva en granjas existentes y un creciente interés por invertir.
Este es, evidentemente, el camino correcto a seguir. Apostar por el valor agregado mediante la transformación de materias primas agrícolas en proteína animal debe ser un objetivo al que apuntar como país.
En los últimos meses recibimos dos estudios, uno del Banco Mundial y otro de una consultora privada, canalizado a través del Ministerio de Industria y Comercio, que destacan, con claridad y detalle, el enorme potencial que tiene Paraguay en estos rubros a mediano plazo. Un potencial que, incluso nosotros, a veces no logramos dimensionar completamente.
Sin lugar a dudas, en términos de cantidad de kilos producidos, ya para el 2030, el sector porcino y avícola juntos deberían estar muy cerca de alcanzar los niveles del bovino.
Paraguay por su potencial productivo, tiene la obligación de contribuir con la seguridad alimentaria en el mundo. Nuestras ventajas competitivas y comparativas, verdaderamente privilegiadas, nos imponen un compromiso aún mayor, generando desarrollo, empleo y bienestar para nuestra gente.
- Finalmente, después de años al frente de Senacsa, ¿qué lo motiva a seguir liderando este proceso técnico y político a favor del país? ¿Qué legado le gustaría dejar al sector productivo?
Definitivamente, el amor que uno le tiene al país es lo que más me impulsa. Además, contar con el acompañamiento cercano del presidente Santiago Peña, involucrado en cada detalle de los procesos, nos motiva aún más a generar resultados concretos.
No me gusta hablar de legado, porque suena a despedida. Es cierto que estamos a pocos días de cumplir siete años liderando la institución, pero apenas tengo 37 años.
Desde el lugar que nos toque ocupar en el futuro, seguiremos empujando con compromiso, honestidad y responsabilidad. Aquí podemos escribir nuestra mejor versión de los hechos, pero serán el tiempo, los datos y los resultados los que definirán el verdadero legado.
Perfil
- Doctor en Ciencias Veterinarias por la Universidad Nacional de Asunción
- Magíster en Administración de Negocios del INCAE Business School
- Fue Analista de factibilidad de proyectos agropecuarios de gran escala en una importante empresa ganadera local
- Fue consultor para una empresa de nuevos commodities en Ciudad de México
- Fue coordinador de organización, planificación y administración de un frigorífico líder a nivel mundial en Asunción
- Fue presidente protempero del Comité Veterinario Permanente del Cono Sur (CVP)
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¿Qué pasa si no se lava el arroz antes de cocinarlo?
¿Hay que lavar el arroz antes de cocinarlo? Es una pregunta que ha generado todo tipo de respuestas en foros, cocinas y redes sociales. Con el ánimo de resolver la duda, la ingeniera de alimentos Mariana Zapién, divulgadora en redes, ha compartido en su cuenta de Instagram una explicación clara, científica y accesible, desmontando mitos y aportando datos clave que han generado miles de interacciones.
Zapién asegura que sí, lavar el arroz puede tener beneficios, y no solo por higiene. En su vídeo, explica que este gesto ayuda a eliminar polvo, algo de almidón y metales pesados como el arsénico, un elemento que el arroz puede acumular durante su cultivo en campos inundados.
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El arsénico en el arroz
“Debido a las condiciones de cultivo, el grano puede absorber y acumular parte de este metal”, explica Zapién. Aunque el arsénico está presente de forma natural en el suelo y el agua, también puede llegar por actividad humana, como la minería o el uso de pesticidas.
Pero, ¿es peligroso? La ingeniera responde con datos tranquilizadores: la concentración promedio de arsénico en el arroz es de unas 93 partes por billón, lo que significa que una persona tendría que consumir más de medio kilo de arroz al día durante más de cuatro años para sufrir efectos adversos para la salud.
Además, destaca que lavarlo entre tres y cinco veces puede reducir la cantidad de arsénico hasta en un 30 %, y que combinar el lavado con una cocción en abundante agua podría llevar esa reducción hasta el 40 %-45 %.
Estas afirmaciones coinciden con los resultados del estudio científico “Arsenic Bioaccessibility in Rice” (Foods, 2024), y elaborado por un equipo de investigadores liderado por Di Zhao, del College of Resources and Environmental Sciences de la Nanjing Agricultural University (China). El estudio analiza cómo diferentes métodos de preparación doméstica afectan a la absorción del arsénico en el organismo humano.
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¿Hay que lavar el arroz o no?
Zapién lo resume con sencillez: “Si quieres un arroz más suelto y limpio, sí, lávalo. Pero si prefieres que quede más pegajoso, no es necesario”. Aclara que no hay una única respuesta válida, y que la decisión depende del resultado culinario que se desee: “No te va a pasar absolutamente nada. Es cuestión de preferencia”.
Más allá de los riesgos percibidos, Mariana apuesta por informar sin alarmar. En su mensaje deja claro que el arroz no es un alimento peligroso, y que un consumo razonable, dentro de una dieta equilibrada, no supone ningún problema para la salud.
Qué dicen otros estudios
Aunque el tema pueda parecer anecdótico, el debate sobre el arsénico en el arroz ha sido ampliamente estudiado por la comunidad científica. La revista International Journal of Environmental Research and Public Health publicó en 2022 otro trabajo clave, liderado por Syfullah Shahriar, del Global Centre for Environmental Remediation de la University of Newcastle (Australia), que respalda la utilidad de prácticas como el lavado y la cocción con abundante agua para reducir la exposición a metales pesados, especialmente en poblaciones de alto consumo.
Estos estudios destacan que la cantidad de arsénico puede variar según la variedad de arroz, el país de origen y las condiciones de cultivo, pero coinciden en que los niveles están, en general, por debajo de los umbrales considerados peligrosos por organismos internacionales.
Fuente: Europa Press.
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Regar las plantas una vez a la semana, ¿es suficiente?
Regar las plantas una vez por semana, siempre en el mismo día y a la misma hora, puede parecer una rutina inocente e incluso responsable. Sin embargo, este hábito tan extendido es, según los expertos, uno de los errores más frecuentes y dañinos en el cuidado doméstico de las plantas. Lo que muchas personas consideran una pauta estable, en realidad puede estar perjudicando gravemente a sus macetas sin que se den cuenta.
Así lo advierte Álvaro Pedrera, creador de contenido especializado en jardinería y conocido en redes sociales como @ypikue. En uno de sus vídeos más recientes, Pedrera alerta de que regar “por sistema” puede provocar síntomas visibles como hojas amarillas o raíces podridas, especialmente en cambios de estación o tras trasplantes.
Según explica este divulgador, uno de los principales problemas es aplicar un mismo criterio de riego a todas las plantas por igual. La necesidad de agua varía no solo en función de la especie, sino también de otros factores como: la cantidad de luz que recibe, el tipo de maceta, el sustrato utilizado, la temperatura y humedad ambiente, la época del año.
Por eso, una pauta de riego semanal puede funcionar durante un tiempo y volverse perjudicial en determinadas condiciones, incluso para plantas que parecían sanas.
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El verdadero problema
El error, según Pedrera, está en regar por inercia, sin observar si la planta realmente lo necesita. “Tú vas a tu calendario y piensas: hoy es día de regar. Y lo haces sin más. Ahí empieza el problema”, explica. El exceso de agua, acumulado sin control, puede saturar el sustrato, impedir que las raíces respiren y terminar dañando la planta.
Este tipo de riego automático puede no mostrar consecuencias inmediatas, pero sí en situaciones de estrés, como un cambio de estación, un traslado o un trasplante. Los síntomas suelen llegar más tarde, en forma de hojas decaídas, tonos amarillentos o raíces blandas por pudrición.
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Cuándo toca regar
La recomendación más extendida entre expertos es comprobar el estado del sustrato antes de regar. Introducir un dedo en la tierra para comprobar si está seca o húmeda sigue siendo uno de los métodos más eficaces. Si el sustrato aún conserva humedad, conviene esperar unos días más.
También se recomienda observar el comportamiento de la planta: si las hojas pierden firmeza, si la tierra se despega de la maceta o si el peso del tiesto se ha reducido, puede ser momento de hidratarla. Adaptar el riego al tipo de planta y a su entorno es clave para evitar daños innecesarios. Cambiar la mentalidad de “regar porque toca” por “regar cuando lo necesita” puede marcar la diferencia entre una planta que sobrevive y otra que prospera.
Fuente: Europa Press.