La iglesia Centro Familiar de Adoración, que hace parte de la comunidad evangélica en nuestro país, realizó diversas actividades en los días santos en sus distintos templos dispuestos en diferentes puntos del territorio nacional.
“Como CFA tenemos 88 iglesias y 40 comedores, cada uno tiene sus actividades muy especiales en Semana Santa. En la central tenemos grupos pequeños que se llaman células, los que realizan las actividades, son casi 2.000 grupos pequeños y varios de ellos hacen actividades muy especiales en este tiempo, como visitar hospitales, ayudar a otros para conocer a Cristo”, indicó la pastora Bethany Abreu para La Nación/Nación Media.
“No tenemos más cultos o más horarios dentro de la iglesia, lo que hacemos son muchas más horas afuera de la iglesia, ayudando a los demás, a veces para llevar comida o llevando ropa, sirviendo, haciendo cosas para otras personas. Son las actividades que hacemos y más en Semana Santa”, aseguró.
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“En los horarios de la iglesia, en los cultos para el fin de semana, tenemos organizados eventos especiales; sobre pascua, de lo que Cristo hizo para nosotros. El enfoque es siempre para volver a la base de nuestra fe en Jesucristo, mirando lo que él hizo, él murió por cada uno de nuestros pecados, no quiere una relación religiosa, él quiere una relación real con cada uno de nosotros”, manifestó la pastora.
Como son varias iglesias, son diferentes las planificaciones que se hicieron durante estos días, en algunas se efectuó el lavado de pies en Jueves Santo, en otras ayer viernes se compartió proyecciones audiovisuales en algunos templos. Así, en algunas se harán presentaciones teatrales sobre la pascua y mañana domingo harán sus servicios de cultos en los horarios establecidos.
“Tenemos actividades en la iglesia el domingo a la mañana y el domingo a la noche, los días jueves y viernes los líderes fueron a ayudar a otras personas. Esta oportunidad es para ayudar y levantar al Paraguay, conocer a su creador, que en él realmente podremos entender nuestro propósito, ese es nuestro deseo y nuestro enfoque en este tiempo de pascua”, argumentó.
“Como estamos en abril, el mes de la familia, celebramos también actividades para la familia, para reforzar matrimonios porque en este tiempo de pandemia no fue fácil, muchas cosas pasaron, muchas dificultades, desafíos en el matrimonio, los chicos en el colegio, los padres necesitan ser ayudantes de esas cosas”, mencionó Bethany Abreu para LN-NM.
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“En esta Semana Santa, Cristo murió para darnos vida en abundancia y vida eterna, él recibió una corona de espinas para darnos a nosotros un día una corona de oro. Qué importante que podemos con la familia renovar nuestro compromiso, renovar ese pacto de amor con Cristo”, expresó.
La iglesia se inició en el año 1985 en la casa particular de los pastores Abreu, los mismos han avanzado con su congregación y en sus templos. El mensaje de su pastora, que actualmente es la líder de la iglesia, es encontrar a Cristo y mantenerlo en el corazón.
“Tener tiempo para la familia y para leer la palabra, meditar la palabra. Pero con tiempo de calidad en familia, entonces tenemos varias actividades para reforzar esas cosas, también tenemos estudios de la palabra en los grupos pequeños para que la gente pueda reenfocar sus vidas y saber que Cristo no es una religión”, finalizó la pastora Bethany Abreu.
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Las cámaras que buscan a Jesús en Semana Santa
Por: Adelaida Alcaraz
Esta no es solo una galería de fotos. Es un testimonio vivo de una Semana Santa que dejó huellas, plasmadas en imágenes por los reporteros gráficos de Nación Media, Néstor Soto, Matías Amarilla, Mariana Díaz y Jorge Jara bajo la orientación de su experimentado jefe Pánfilo Leguizamón. #CuentaRegresivaFOCO18años
Esta Semana Santa, FOCO se atrevió a salir de su habitual mirada económica para abrazar algo más profundo: el alma de un pueblo que vivió la fe de diferentes maneras en cada rincón del país. A través de los ojos sensibles del equipo de reporteros gráficos de Nación Media, construimos esta selección única.
Cada fotógrafo eligió aquellas imágenes que más le tocaron el corazón, aquellas que no solo retratan una Semana Santa distinta, sino que también guardan una experiencia personal, íntima y conmovedora.
Así, contamos la historia de un Paraguay que se volcó masivamente a sus tradiciones, a su fe, a su gente. Un país que renace cada año en sus iglesias, en las calles, en los rostros de los niños, en la sabiduría de los mayores, y que este año rindió también un homenaje lleno de luz a Koki Ruiz en Tañarandy.
Desde las iglesias llenas de feligreses, el “chipa apo” que aún resiste el paso del tiempo, hasta los niños que observaban a Jesús crucificado con la inocencia intacta y los ancianos que cargan décadas de devoción en la mirada. Cada instante fue capturado en imágenes que no solo documentan, sino que conmueven y hacen memoria.
Para nuestro jefe de fotografía, Pánfilo Leguizamón, este proyecto fue especial. Y es que él todos los días desde tempranas horas acompaña cada paso del trabajo. “Nuestro esfuerzo muchas veces es silencioso, pero fundamental. Gracias al compromiso y la entrega de todo el equipo, logramos capturar imágenes que no solo informan, sino que también dejan huella, cuentan historias y hacen memoria”, nos dijo.
La cobertura de esta Semana Santa fue también un viaje de aprendizaje. Pánfilo, con su mirada curtida por años de oficio, destacó la fuerza de la nueva generación. “Aprendo constantemente de los nuevos compañeros, de sus ideas, su mirada fresca y su manera de ver el mundo. Al mismo tiempo, trato de compartir lo que sé, de guiarlos cuando puedo y de transmitirles la experiencia que me han dado los años en este oficio”, comentó.
En las calles polvorientas, en los altares improvisados, en los rostros de la fe, nuestros fotógrafos entendieron algo que trasciende cualquier técnica. Y es que la “fotografía no es solo apretar un botón. Es estar en el lugar, en el momento justo, con sensibilidad, respeto y responsabilidad. Es trabajar en equipo, confiar en el otro y saber que detrás de cada imagen hay una historia que merece ser contada”.
Néstor Soto retrató uno de los momentos más íntimos y simbólicos de la Semana Santa paraguaya: personas bañándose antes del amanecer, en la zona de Remanso. Cada año, en la fresca madrugada del Viernes Santo, pescadores y sus familias se sumergen en las aguas del río Paraguay para purificar el espíritu, reviviendo el bautismo en su forma más antigua y profunda.
Pero para algunos, este gesto tiene un significado aún más hondo. Para nuestro reportero que el año pasado sobrevivió a un disparo de bala, las aguas del río representan algo más que una tradición: son el renacer, la posibilidad de empezar de nuevo, de abrazar la vida con toda su fuerza. Así, en sus imágenes, Néstor no solo capturó un rito, sino también la esperanza que se renueva con cada amanecer.
Matías Amarilla (21) es uno de los más jóvenes del equipo de reporteros gráficos de Nación Media. Estudiante del quinto año de Licenciatura en Análisis en Sistemas Informáticos y oriundo de Caaguazú, encontró en la Semana Santa una oportunidad para retratar la fe viva en cada rostro y en cada gesto.
Con su lente captó escenas cargadas de simbolismo. En la imagen que él mismo denominó “Fe y dolor”, Matías detuvo el tiempo en una mujer con lágrimas en los ojos que, mirando a lo lejos la procesión, sintetiza la esencia de creer sin ver. La nitidez de su rostro, en contraste con la imagen borrosa al frente, golpea directo al corazón del espectador.
Otra de sus fotos, “El buen ladrón”, nos lleva a la crudeza del Gólgota: Jesús en la cruz, cubierto de sangre, y el gesto de uno de los ladrones crucificados que lo mira, en un instante suspendido de reconocimiento y redención. Una conexión visual que revive uno de los momentos más humanos del relato bíblico.
En “Visión de una Virgen”, una mujer con el rostro descubierto y la mano en el pecho nos remite a la intimidad y el duelo de una figura mariana entre la multitud, capturando la devoción silenciosa que se esconde en medio del bullicio.
Finalmente, en “Manos al cielo”, Matías fotografió la inocencia en su estado puro. Un niño elevado por un adulto para tocar el cuerpo del Cristo yacente, rodeado de cientos de manos extendidas. Una imagen que habla de fe, legado y esperanza transmitida de generación en generación.
Con la mirada fresca y sensible de quien está empezando su camino, Matías supo encontrar lo esencial, la fe que persiste, se renueva y se transmite, incluso en los gestos más pequeños.
Mariana Díaz (23), es la cuarta mujer reportera gráfica en la historia del Diario La Nación en sus 29 años de creación. Ella proviene de Mariano Roque Alonso y es estudiante de Ciencias de la Comunicación. Su visión de esta Semana Santa está puesta en los niños y las familias como el corazón vivo de la fe.
Entre sus capturas más conmovedoras está la imagen de una niña junto a su padre, adorando la figura de Jesús coronado de espinas en la parroquia Santísimo Sacramento de la Recoleta. Para Mariana, esta escena simboliza la unión familiar forjada a través de la creencia y la transmisión de valores que atraviesan generaciones.
También capturó uno de los momentos más intensos de la liturgia: la adoración de los fieles a la Santa Cruz en la Catedral de Asunción, un gesto que resume la profundidad de la devoción popular.
Su lente encontró además escenas de inocencia y asombro en una niña arrodillada junto a los sacerdotes al inicio de la misa, en la Catedral, retrata la pureza con la que los más pequeños se acercan a la fe. Y en otra toma, un niño que mira maravillado su entorno antes de comenzar la celebración, recordándonos la capacidad de asombro que a menudo los adultos perdemos.
En la iglesia de Trinidad, Mariana capturó la imagen serena de un niño rezando profundamente durante la misa, una señal viva de que las tradiciones, lejos de apagarse, siguen latiendo en las nuevas generaciones.
Jorge Jara (32), es conocido entre sus compañeros como el fotógrafo de las tomas aéreas y de lo abstracto. Sereno, observador, tiene un don especial para captar la esencia de las personas. Esta Semana Santa, su misión fue llegar hasta Tañarandy, ese rincón de fe profunda donde el arte, la devoción y la tradición se funden cada año en un espectáculo de luz y esperanza. Pero esta vez, la emoción tenía un matiz distinto: era la primera celebración tras el fallecimiento de su creador, Koki Ruiz, y el sentimiento se vivía a flor de piel.
Entre las imágenes que Jorge capturó, una en particular llamó la atención de todos, la de una mujer de avanzada edad, en silla de ruedas, rezando con una fe inmensa, como si desde su fragilidad física se elevara aún más su fortaleza espiritual.
Otra de sus postales retrata la peregrinación hacia la barraca de Tañarandy, buscando una perspectiva donde el cielo mismo fuera parte del cuadro. La multitud caminando bajo ese firmamento inmenso, en comunión total, transmitía la sensación de que la fe une tanto la tierra como el cielo.
Finalmente, su mirada se detuvo en la llegada de la Virgen Dolorosa al punto final del recorrido, rodeada de una multitud emocionada que aplaudía no solo la belleza del momento, sino también el legado imborrable de Koki Ruiz. Cada rostro, cada vela, cada paso en ese sendero iluminado parecía decir “seguimos caminando juntos, Koki”.
Con su estilo sencillo, pero profundamente humano, Jorge Jara nos invita a ver más allá de lo evidente y a sentir el alma de un pueblo que honra su fe incluso en el dolor.
Esta Semana Santa celebramos detrás de cada lente, esta forma de vida que elegimos, de comunicar con pasión y con el corazón puesto en cada disparo de cámara y cada latido del teclado.
Porque en FOCO creemos que el verdadero desarrollo también pasa por humanizar, por sentir y por no perder nunca de vista las historias que realmente importan. Estamos a poco menos de un mes de celebrar 18 años de historias, pasión y trabajo en equipo. #CuentaRegresivaFOCO18años
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Paquetes de turismo terrestre ofrecidos en Semana Santa se mantendrán todo el año
En el primer trimestre del año el turismo interno ganó relevancia con posadas turísticas llenas en la temporada, además se lanzaron paquetes para Semana Santa, de los cuales varios serán mantenidos durante todo el año. En el exterior, Brasil fue el principal destino para el turismo terrestre, ya que por excelencia el paraguayo busca playa y mar.
Es lo que señaló Rosana Fustagno, vicepresidenta de Turismo Terrestre de la Asociación Paraguaya de Agencias de Viajes y Empresas de Turismo (Asatur), en contacto con La Nación/Nación Media, destacando que esto llena de entusiasmo al sector que está creciendo cada vez más porque en su mayoría las opciones son sustentables a nivel turístico y las comunidades se involucran.
”Por ejemplo TOBA, este proyecto comunitario en Tobatí, y las 7 Puertas Jubilares que no solamente son para Viernes Santo, sino que vamos a alternar porque hay muchas puertas jubilares en Paraguay y la idea es que podamos conocerlas todas”, expresó. La Secretaría Nacional del Turismo (Senatur) impulsó en estas fechas una experiencia cargada de fe, historia y espiritualidad que se vivió durante un circuito especial por iglesias emblemáticas del país.
Lo que se busca es que más agencias de viaje vendan el turismo en Paraguay, ya que generalmente siempre se caracterizaron por ser emisivas. “Lo que queremos ahora en realidad es que se siga vendiendo cada vez más el país, y ya las agencias de viaje se están acostumbrando a vender Paraguay”, añadió. La Asatur posee más de 130 agencias debidamente habilitadas, registradas y que cumplen con todos los requisitos, mientras que en general el Registro Nacional del Turismo (Registur) tiene a más de 600.
Encarnación en primer lugar
En cuanto a los puntos más pedidos para hacer turismo terrestre, Fustagno manifestó que primeramente está Encarnación con las Colonias Unidas y ruta Sexta, luego el Triángulo Guazú y ahora comenzaron a vender el Chaco Central, destino que están vendiendo muy bien. “En el Chaco hay una mezcla de historia, los fortines, la parte cultural y la parte cooperativista. Lo mismo pasa con Encarnación y el departamento de Guairá y Caazapá”, explicó.
Aseguró que atendiendo todos los eventos que se vienen en lo que resta del año se tiene que seguir trabajando, ya que el turismo transversalmente ayuda a la sustentabilidad de las comunidades. “Además el rally mundial que será en agosto, se espera en mayo la asamblea mundial de la FIFA coincidente con los feriados del Día de la madre y la patria, y más eventos”, puntualizó.
Datos claves
- En el primer trimestre del año el turismo interno ganó relevancia, según la Asatur.
- Varios paquetes ofrecidos en Semana Santa serán mantenidos durante todo el año.
- En su mayoría las opciones de turismo terrestre son sustentables a nivel turístico.
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Retorno: Salud insta a conductores a tener en cuenta medidas de seguridad para evitar accidentes
Teniendo en cuenta el masivo desplazamiento de compatriotas hacia diferentes puntos del país para reunirse con sus familiares y conmemorar la Semana Santa, desde el Ministerio de Salud también se suman a las diferentes entidades estatales que emitieron una serie de recomendaciones para un retorno seguro este Domingo de Pascua.
Desde la cartera de Salud recuerdan la importancia de tomar medidas de precaución para la prevención de accidentes de tránsito, enfatizando el uso del cinturón de seguridad o casco, según el tipo de transporte, así como el respeto de las señales de tránsito.
Entre los consejos para conductores se encuentran el no conducir bajo los efectos del alcohol o drogas, respetar los límites de velocidad y adaptar la velocidad a las condiciones de la vía y no utilizar el celular mientras se maneja, ya que la distracción al volante puede ser mortal.
Así también recordaron los contactos de emergencia, como por ejemplo el 141 (SEME) para la notificación de emergencias médicas, el 911 para emergencias policiales y el 132 (Bomberos Voluntarios) para emergencias de incendio o rescate.
Es importante entender que el retorno seguro también involucra a todo el sistema sanitario, ya que se encuentran alertas para actuar en casos de que se produzcan accidentes o cualquier tipo de percances, atendiendo que en los feriados prolongados o días festivos se reporta una mayor cantidad de emergencias, tanto viales como particulares.
El modelo de trabajo en este caso está enfocado en la prevención, buscando disminuir la tasa de accidentes, ayudando a su vez a que el sistema no se vea resentido.
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“Cuando le ayudamos al que está caído, le estamos ayudando a Dios”
- Fotos: Matías Amarilla
En este “Expresso” del día más doloroso de la Semana Santa en su edición televisiva y de alegría por la resurrección en su versión escrita, Augusto dos Santos reflexiona con el pa’i Alberto Luna sobre el significado de esta celebración del calendario cristiano. El sacerdote sostiene que la liturgia es un medio de conexión y de recarga del espíritu que debe estar al servicio de una práctica transformadora de la sociedad y de uno mismo.
–Es útil en un día como Viernes Santo para entender y reconocer quién era el Jesús que se entrega en un día como hoy en la historia y que luego resucita.
–Jesús se presenta a sí mismo como enviado, hijo de Dios, que se encarna en nuestra historia y, como tal, anuncia el mensaje de Dios para todos nosotros, que somos también hijos e hijas de Dios. Entonces, como que nos propone un camino de vida que nos permite a nosotros vivir como hijos de Dios o como hijas de Dios, siendo cada uno de nosotros esa nueva edición de ese hijo, de esa hija. De alguna manera, como dice San Pablo, nosotros completamos en nuestra historia lo que falta, los padecimientos de Cristo, cuando nos toca padecer, pero también completamos cuando nos toca realizar, cambiar proyectos nuevos, cuando nos toca disfrutar en comunidad. Entonces, nosotros somos esa nueva edición. Cada uno de nosotros, ese hijo de Dios que se encarna en nuestra historia y nos abre un camino, un camino de vida plena.
–Más allá de esa perspectiva salvífica, ¿qué fue esa vida?, ¿qué testimonio dejó?
–Yo creo que con el tema del Viernes Santo, en realidad Jesús concluye su vida como la vivió. Entonces, hay momentos muy importantes, como el del Jueves Santo, que es la eucaristía, que Jesús toma el pan, el vino, dice esas frases que repetimos siempre “tomen y coman”. Es una expresión de entrega, de donación, que en realidad Jesús vivió durante toda su vida. Toda su vida fue una entrega, fue un darse, fue un decir a la gente “tomen y coman”, fue bendecir, fue sanar, fue enseñar, fue perdonar, fue acompañar, fue levantar. Entonces, él fue alimento, fue entrega, que se parte, se comparte. Y entonces, esa entrega que a veces suponía como salir de sí mismo, de su propia comodidad, de su propio límite a veces. Entonces, llega a su plenitud en la pasión, en esas distintas expresiones que tiene la Semana Santa, como es el bajarse para lavar los pies, el llegar a su propio límite cuando reconoce su angustia.
–Tan divino y tan hombre.
–Exactamente. O sea, por eso cercano a nosotros, porque comparte nuestra angustia, porque llora, porque se siente débil, porque le duele que sus amigos más cercanos no le acompañen, no entiendan lo que está viviendo, que se estén peleando por el poder, mientras él está en el límite de su entrega, de sí mismo. Entonces, eso es como la expresión de toda una vida en realidad y una invitación también, como una manera de vivir la vida como una expresión de entrega para dar vida a otros, no guardarse.
SITUACIONES LÍMITE
–Es fascinante para la teología ver cómo diferentes generaciones en todos estos tiempos lo han visto probablemente diferente, pero quizás el elemento común es lo imprescindible que ha sido su historia.
–Su humanidad de una manera cruza toda nuestra historia, tanto así como la grandeza del amor, la capacidad de abajarse, de disfrutar, de jugar con los niños, de estar atentos al sufrimiento de las personas, de celebrar una fiesta, de ofrecer vino para que haya alegría y también de entrar en el dolor más profundo. Yo suelo pensar que cuando Jesús siente esa experiencia de abandono en la cruz, cuando él dice “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Es decir, yo suelo pensar que hay personas que sí tienen esa experiencia, pienso en las personas que llegan a suicidarse, por ejemplo. Llegan al límite de la desesperación, no ven más. Pero yo creo que Jesús no se niega a vivir esa experiencia de dolor, de duelo, de muerte, y en ese sentido se conecta con todo lo humano. Desde la grandeza del amor hasta el límite, el dolor, de ser víctima de la injusticia, de la violencia.
–Cristo supo ser santo, pero supo ser muy mundano también, ¿verdad? De gente de barrio, de río, probablemente de malas palabras y de todo lo demás.
–Él vive la historia de su pueblo, es un hijo de su pueblo, de su cultura, es un judío con todas las letras, solo que va más allá, va más allá de su cultura, de su propio límite, siente que tiene que abrir ese horizonte, que Dios le envía para eso y entonces esa cultura no soporta eso, no soporta que vaya más allá de su esquema y de su estructura. Entonces, lo elimina. Hoy en día tenemos también esas estructuras que nos limitan, culturales, familiares, políticas, sociales, aquí en Paraguay, pero también a a nivel mundial. Hay muchas situaciones de violencia, de exterminio que vive la gente, de marginación.
–¿Cómo recibe nuestra cultura a Kirito? ¿Cómo se relaciona desde su arribo a nuestra cultura guaranítica?
–Los primeros misioneros expresan sus sacramentos en latín, pero no era la única expresión religiosa que ellos tenían, tenían los cantos, los que se llaman los autos sacramentales, celebraciones que se hacían en los atrios de las iglesias, oraciones populares, todo eso se podía hacer en guaraní y se hacía de hecho en guaraní. Lo que nos queda ahora, por ejemplo, son los cantos de los estacioneros, algunos en castellano. ¿Y por qué conecta tanto? Porque en la cultura guaraní, el canto y la danza eran religiosos, eran expresiones de celebración religiosa. Entonces, enseguida la música, y los jesuitas particularmente, seguramente los franciscanos también, se dan cuenta de la conexión que tienen los guaraníes con el canto. La danza ellos la incorporaron menos porque la liturgia en ese tiempo no metía la danza, pero sí podían hacer la danza en los autos sacramentales, en las procesiones del corpus, donde se hacían cantos, ellos hacían sus danzas. Cada tribu se presentaba en las esquinas adornados con coronas de flores, del bosque, de animalitos, de todo. Entonces, no era solamente una imposición cultural, sino que en lo que se podía se dejaba espacio para la expresión propia de la cultura.
ÉPOCA DE CAMBIOS
–¿Cómo se lee o se entiende hoy esto que parece alguna distancia de la gran sociedad, no decimos ya de los más jóvenes quizás, incluso con más fuerza de las tradiciones de Semana Santa? ¿Es una cuestión que a la Iglesia le preocupa o asume los cambios en el tiempo?
–Estamos en época de cambios significativos, de lenguajes y de tradiciones también. Entonces, hay desafíos que la Iglesia, los cristianos, tratamos de ver cómo responder a eso, cómo este mensaje pueda llegar en un lenguaje entendible para las nuevas generaciones, de manera que ellos puedan darse cuenta de que ahí pueden encontrar un sentido profundo para sus vidas, pueden encontrar unas claves de plenitud, de vida verdadera, que es lo que trae Jesús y lo que ofrece.
–La fe no solamente es rezar, es mucho más que eso...
–En realidad la celebración tendría que ser como una especie de culminación de un proceso, de un camino y una fuente de alimentación para volver a eso. O sea, no es un fin en sí mismo. Los sacramentos son lugares en los que el cristiano retoma energía, como que se conecta, carga batería y desde ahí vuelve a la acción evangelizadora, al compromiso por la transformación de la sociedad, de la familia, de nuestra propia transformación también, porque nosotros también tenemos que ir creciendo, cambiando. Tenemos que ir madurando de acuerdo a las etapas de nuestra vida, tenemos que aprender a enfrentar desafíos. Tenemos que aprender a sernos responsables de nuestra vida, de la vida de los demás. Tenemos que aprender a vivir nuestros duelos, nuestros dolores, ayudar a los demás, ser constructores de futuro.
–¿Cómo ves esa corresponsabilidad, que es lo mismo que preguntarte cómo ves la solidaridad en estos tiempos digitales?
–A mí a veces me preocupa un poco que nos pueda aislar. El otro día el papa Francisco hablaba de que podemos olvidarnos de que detrás de las imágenes hay personas reales. Entonces, a veces podemos aislarnos desde el mundo digital, desconectarnos. O sea, pensar que las imágenes en sí mismas no nos remiten a algo, a una relación concreta, a un encuentro, a un compromiso. Pero a veces puede hacernos la ilusión de que reemplaza. Entonces, tenemos que ser capaces de trascender un poco, mirar la realidad de la pasión de hoy, de la humanidad, los enfermos, las situaciones dolorosas, violentas. El machismo es una herida en nuestro costado paraguayo de los varones, se ve en el feminicidio, que es una manera violenta y cruel de la expresión del machismo, pero no es la única, es la irresponsabilidad paternal con los hijos, es la infidelidad instalada como sistema, “peichanteva’erãvoi ñande kuimba’e”.
RESURRECCIÓN
–En este Domingo de Pascuas, ¿qué resurrección es la que tenemos hoy? ¿Cuál es el triunfo en estos tiempos?
–Puede haber diversos niveles de triunfos. Puede haber diversos niveles en la medida en que tenemos que ser capaces también de ver que los triunfos no son así solamente de golpe, sino que hay un proceso, un camino y que ese camino tiene etapas. O sea, tenemos que saber ver los brotes de la semilla, los signos que nos hablan de un camino nuevo, aunque ese camino, esa realidad nueva todavía no esté realizada, pero se ofrecen pequeñas señales de esperanza en medio de la gente, pasos que la gente da, organizaciones barriales, luchas sindicales, sociales, políticas, pequeños signos, es decir, abandonar la idea de que esto no va a cambiar más, péicha guarãntema.
–El otro síndrome es aguardar soluciones instantáneas y no procesuales.
–Las resurrecciones que se manifiestan no son necesariamente como luces espectaculares que rompen la noche, sino hay que saber leer los signos de vida nueva que se perciben en nuestra vida. Hay que estar atentos a la novedad que Dios está haciendo o que está queriendo hacer a través de personas, de grupos, que están empujando y que están tratando de que algo cambie, que este país crezca, se abra, sea más justo, más solidario. Y esas son señales de esperanza. Hay tres virtudes cristianas: la fe, la esperanza y la caridad.
De esas tres, la hermana menor es la esperanza, porque es la que se ve más chiquita. La esperanza no se pudre porque siempre al final uno tiene una esperanza de que algo chiquitito allá salga. Cuando vos ves señales, aunque sean pequeñas, de que este país puede ser diferente, que podemos tener un sistema político, económico, social que sea más inclusivo, más justo, que beneficie a más gente, que los pobres puedan ser mejor atendidos. Es decir, aunque sean pequeños pasitos, ikatu ra’e.
–¿Podría citar un símbolo de solidaridad de nuestros días?
–Justamente quería recordar hoy que en estos días falleció Marilín Rehnfeldt, que es una antropóloga muy comprometida con la causa indígena, una mujer que se entregó a acompañar. Me hace acordar al Cireneo en el viacrucis, Simón de Cirene, que lleva la cruz de Jesús sin saber que era Dios, sin saber que era el hijo de Dios al que estaba ayudando. Aunque nosotros no sepamos, de alguna manera cuando le ayudamos al otro que está caído, le estamos ayudando al mismo Dios.
–Para ir cerrando, pa’i, ¿podría darnos un minuto de esa reflexión en guaraní que hace antes de las misas pensando en este Domingo de Pascuas?
–Mba’ehína la tema ko domingo. Osêtahína Ñandejára oikovejeyhague ha mba’épa péva he’i ñandéve ha mba’éichapa nde, nde rekovépe, eñandu tekove pyahu. Eñandúpa térã mba’éichapa ikatu nde embohape pe tekove pyahu nde rekovépe.