El ministro de Justicia, Édgar Olmedo, explicó este martes que no existen rastros de violencia en el cuerpo del presunto asesino del mecánico Miguel Rajczakowski Novarchuk. Se espera el informe oficial de la autopsia practicada a Bernardo Soria Lugo, hallado sin vida en la penitenciaría de Tacumbú el pasado lunes.
“No hubo ningún rastro de violencia, ni heridas en el cuerpo y es lo que manejamos preliminarmente en la penitenciaría. Posteriormente, cuando se hace el levantamiento del cadáver, ya quedó a cargo del Ministerio Público”, explicó el ministro en comunicación con la radio 1080 AM.
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Mencionó que la información que se tiene es que Bernardo Soria, alias Michî’íto, fue trasladado por dos compañeros de celda hasta la sanidad de la cárcel de Tacumbú, fue inspeccionado por el médico de guardia y se constató que ya estaba sin signos de vida
Olmedo indicó que todo apunta a una muerte súbita del sindicado como asesino del mecánico Miguel Rajczakowski Novarchuk, pero las autoridades del Ministerio de Justicia continúan esperando el informe oficial de la autopsia practicada al cuerpo, hallado durante la tarde del lunes en la cárcel de Tacumbú.
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“Una vez que el médico forense tenga el informe final de la autopsia, se sabrá la causa de muerte, pero lo que nosotros como institución hemos podido observar con nuestro médico de guardia es que no hubo ningún rastro de violencia. Se vio una muerte tipo súbita por el hecho de que el señor Bernardo fue inspeccionado antes de su ingreso al penal y no se constató que tenía alguna enfermedad”, agregó.
Bernardo Soria Lugo, supuesto autor material del crimen del mecánico Miguel Rajczakowskij, falleció en la penitenciaría de Tacumbú. El hecho ocurrió en el mes de agosto del 2021 en la ciudad de San Lorenzo. El hombre fue detenido el 23 de marzo pasado en el barrio Ricardo Brugada de Asunción, más conocido como la Chacarita.
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Ordenaron captura de presunto “rescatista” de moto usada para asalto y homicidio
- Ciudad del Este. Agencia Regional
Fue identificado y ordenada la captura de un tercer supuesto involucrado en la tentativa de robo agravado con resultado de tres muertes: dos víctimas y uno de los presuntos autores, ocurrido el domingo en una carnicería de Minga Guazú. Se trata de Willian Ríos Enciso (24), quien habría sido el que rescató la moto del lugar del hecho, posterior a la huida de uno de los asaltantes en otra moto.
Es lo que manifestó a La Nación/Nación Media, el fiscal Osvaldo Zaracho, quien explicó que analizaron los vídeos de circuitos cerrados, vieron al presunto autor asaltar a una mujer que pasaba por el frente del local, despojándola de su moto para fugarse del sitio del atraco y homicidio. Es la moto en la que llegaron los dos presuntos autores, pero el que huyó no pudo utilizarlo.
El fiscal refirió que, de acuerdo al vídeo, se lo vio al hombre salir e ingresar varias veces al local del atraco, lo que indica que algo ocurrió afuera por la cual no pudo utilizar la misma moto en la que llegó y despojó a otra víctima de su móvil para huir.
En un allanamiento realizado ayer en la misma zona de la carnicería donde ocurrió el hecho, a unos 800 metros, en una pieza de inquilinato fue encontrada la misma moto “rescatada” del lugar del hecho.
El propietario del inquilinato es el hombre que habría hecho tal rescate, según el vídeo y ahora fue identificado como Willian Ríos Enciso, por quien se dictó orden de captura, informó el agente del Ministerio Público.
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En cuanto al presunto autor de los disparos y luego asaltó a una mujer frente al local asaltado, la Policía tiene una identificación tentativa y está en su búsqueda, confirmó el comisario José Delgado, jefe de Investigación de la Policía de Alto Paraná. “Estamos teniendo buenos datos que nos está ayudando a identificarlo, en cualquier momento se dictará orden de captura”, refirió a La Nación/Nación Media.
Allanamiento en Minga Guazú
A las 12:00 de ayer 16 de junio se realizó el allanamiento de un inmueble, despensa Willian, ubicado en el Km 13 Monday, a unos 700 metros de la Ruta PY02, dirigido por la jueza Paola Nagele y el fiscal Osvaldo Zaracho, con personal policial de la subcomisaría 14, dirigido por el comisario Enrique Velázquez y de Investigación Criminal, a cargo del comisario Hugo Sosa.
Ingresaron a un inquilinato y a una casa contigua, ambos del que habría ayudado en el hecho, según los investigadores. Fue incautada una motocicleta, marca Yamazuky, modelo forte 150 classic/2012, color negro, con chapa 874-CDD Py, utilizado por el presunto autor del robo agravado para su huida del lugar del hecho.
También una escopeta, calibre 12 mm, marca Maverick; 13,9 gramos de marihuana, vestimenta de color negro; dos aparatos celulares de distintas marcas, además de un receptor de cámara de circuito cerrado.
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Médico se declarará culpable por muerte de estrella de “Friends”
- Los Ángeles, Estados Unidos. AFP.
El médico sospechoso de sacar provecho de la adicción a la ketamina del actor Matthew Perry, estrella de la serie “Friends”, antes de su muerte por sobredosis en 2023 aceptó un acuerdo para declararse culpable, informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos. El principal médico procesado en este caso, Salvador Plasencia, planea declararse responsable de distribución de ketamina “en las próximas semanas”, indicó el lunes la fiscalía en un comunicado.
Por ello, enfrenta hasta 40 años de prisión en una cárcel federal. Un segundo médico de Los Ángeles, Mark Chavez, ya admitió haber contribuido ilegalmente a suministrar ketamina al actor y podría pasar hasta 10 años tras las rejas. Perry, famoso por interpretar al sarcástico Chandler Bing en “Friends”, había hablado públicamente sobre sus problemas de adicción, pero su muerte a los 54 años conmocionó a las legiones globales de fans de la serie.
El actor estadounidense-canadiense consumía ketamina bajo supervisión médica como parte de sesiones de terapia contra la depresión que sufría. Pero este anestésico legal a veces se utiliza con fines estimulantes, y volvió a consumirlo descontroladamente en 2023. Su recaída lo llevó a caer en las manos de médicos “sin escrúpulos”, según los investigadores.
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Papel central
El doctor Plasencia está acusado de haber desempeñado un papel central en este caso, aunque no fue él quien proporcionó la ketamina que mató al actor. Este médico se habría aprovechado del comediante enfermo, según la fiscalía. “Me pregunto cuánto va a pagar este idiota”, escribió Plasencia en septiembre de 2023 en un mensaje de texto recuperado por los investigadores.
El acuerdo de culpabilidad difundido el lunes destaca que Plasencia recibía la droga del doctor Chavez e iba personalmente al domicilio de Perry a inyectarle ketamina o dársela al asistente de la estrella. En total, Plasencia “distribuyó 20 frascos” de ketamina al actor en unos quince días en el otoño boreal de 2023, según la fiscalía.
Las autoridades habían dicho antes que los frascos de ketamina costaban alrededor de 12 dólares para los médicos involucrados, pero eran vendidos a Perry por “2.000 dólares”. Perry fue encontrado inconsciente en un jacuzzi en su casa de Los Ángeles el 28 de octubre de 2023. El informe forense concluyó que falleció por una sobredosis accidental de ketamina.
Cinco sospechosos están siendo procesados por su participación en la muerte de Perry. Además de Plasencia y Chávez, otra imputada es Jasveen Sangha, una traficante de drogas conocida en Hollywood como la “reina de la ketamina”. Esta ciudadana estadounidense-británica vendió el frasco de ketamina que mató al actor y enfrenta cadena perpetua. Se declaró no culpable. El asistente personal de Perry, Kenneth Iwamasa, y un intermediario, Eric Fleming, ya aceptaron declararse culpables.
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“Pequeños percances”
“Friends”, emitida entre 1994 y 2004, se convirtió en un verdadero fenómeno cultural. Las peripecias de un grupo de amigos en Nueva York que entran en la adultez marcaron a toda una generación de espectadores. Pero detrás de cámaras, Perry escondía una gran angustia tras su jovial personaje de Chandler. Luchó durante mucho tiempo contra su adicción a los medicamentos y al alcohol.
En sus memorias publicadas en 2022, confesó haber seguido 65 sesiones de rehabilitación, que le costaron más de 9 millones de dólares. También se sometió a varias operaciones quirúrgicas relacionadas con sus problemas de adicción a las drogas, incluida una intervención de siete horas en el colon en 2018. “Debería estar muerto”, llegó a decir.
En una aparición en televisión poco antes de su muerte, el actor sorprendió a la audiencia al admitir que sufría de una grave ansiedad “todas las noches” durante el rodaje de “Friends”. En las memorias, tituladas “Friends, Lovers and the Big Terrible Thing”, Perry describió cómo se desintoxicó decenas de veces. “Llevo casi sobrio desde 2001”, escribió, “salvo por unos sesenta o setenta pequeños percances”.
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Vida, muerte, fantasía, ilusión, deseo… pulsiones y condición humana
- Ricardo Rivas
- Periodista
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
Vida, muerte, ilusión, deseo... pulsiones incrustadas en la condición humana, aunque “reyes y peones, al final de la partida, vuelven a la misma caja”.
“¿Fantasear o desear...?”. Ese era el dilema que, en frecuentes charlas de café, proponía un tan veterano como anónimo polemista que habitaba, cuando la tarde agonizaba, algunas de las selectas mesas en el mítico café La Paz, en la esquina de la avenida Corrientes 1593, cuando esa arteria cordial se cruza con la calle Rodríguez Peña, muy cerca del Obelisco, en Buenos Aires, unos 1.300 kilómetros al sur de mi querida Asunción.
Era los años 70, en el siglo pasado. Enfrente –justo en diagonal– intentaba competir el bar Ramos. En concurrentes habituales estaban cabeza a cabeza. Inolvidables, por cierto. Pero el caso es que, luego de encender la polémica con aquel interrogante, con impostado tono académico, intentaba, aquel sanatero, zamarrearnos.
¡Me parece verlo! Acomodaba prolijamente los dos o tres libros de Sigmund Freud o de Foucault que siempre llevaba con él y lentamente –como buscando las palabras más adecuadas– iba al punto. Fumaba tabaco inglés en una pipa muy gastada y sobre su prominente nariz montaba espejuelos redondos tonalizados verde oscuro.
“El tío Segismundo –ironizaba mientras revoleaba sus manos refiriéndose a Freud– cuando compartíamos algunos puros con amigos en el Café Frauenhuber, en la inolvidable Viena, nos explicaba con claridad, jóvenes amigos, palabra más, palabra menos, que solo fantasean las personas insatisfechas”.
PULSIÓN
Lo seguíamos en silencio. Algunas veces –como la ignorancia nos impedía responder y/o, mucho menos, poner alguno de sus dichos en duda, hacía una pausa que disfrutaba y, si la memoria no me falla, en aquel caso puntual remató: “Cada fantasía surge de una pulsión para cumplir con un deseo insatisfecho, muy deseado, que corrija la realidad”.
Nunca recuerdo su nombre. En verdad, no tengo claro si alguna vez lo supe. Pero sí, sus anécdotas con pretensiones académicas y que se definía como “un libre pensador, diletante”. ¡Nos maravillaba! Aunque –debo admitirlo– teníamos dudas que no confesábamos sobre su presunta sabiduría por aquello de que entre los ciegos un tuerto es rey.
“¡Déjese de joder, farfullante…!”, recuerdo que le dijo –indisimuladamente molesto y a voz en cuello– un reconocido profesional y estudioso freudiano, de quien exclusivamente consignaré sus letras iniciales (G.G.), que incontenible por lo que también escuchó abandonó su café en una mesa cercana y lo increpó sin miramientos.
Un pesado silencio cubrió todas y cada una de las mesas. El increpado no atinó a responder. Se retiró cabizbajo –con sus tres libros bajo el brazo– enmudecido y sin plantarle cara. El increpante nos miró, se disculpó “por interrumpir la conversación sin que nadie me llame” y fue al punto: “Simple y sencillo, muchachos. La fantasía tiene que ver con el imaginario. Con lo que creemos o sabemos que muy difícilmente suceda. Con aquello que suponemos imposible y que, de alcanzarlo, imaginamos sería placentero, pero sabemos que no podrá ser. Desear es converger la fantasía con la realidad más deseada en algún momento de tu vida. ¡No entender esa diferencia es grave… y, pretender explicar desde la ignorancia y la confusión, no lo puedo dejar pasar!”.
Renovó su disculpa y volvió a su mesa. “Como una escuela de todas las cosas...”, como nos enseñó Discépolo cuando escribió aquel tangazo que llamó “Cafetín de Buenos Aires”, así era el bar La Paz. Fantasías. Deseos. Ilusiones. Me atrevo a añadir que, como entonces, en estos tiempos de imágenes exacerbadas y exacerbantes que circulan y atropellan en los avasallantes ecosistemas digitales que facilitan las comunicaciones reticulares contemporáneas, aquellas –junto con la vida y la muerte– emergen como inevitables pulsiones incrustadas en el día a día de nuestros días.
OXÍMORON
Claramente, forman parte de la condición humana. Pese a que, con el correr de los tiempos y a la democratización de las monarquías (¿oxímoron?), con mucho menos frecuencia que algún tiempo atrás y, en aquel contexto, escuchar decir “vida de príncipes”, sorprende porque pareciera ser una expresión que cae en desuso.
Aun así, hay quienes insisten con ella cuando se procura producir sentido respecto de alguna persona que –a juicio de quien así se expresa– tiene allanado el acceso a poderosos y poderosas o cuando dispone de bienes materiales en abundancia o cuando no debe preocuparse por necesidades que –como tales– sí lo son para la mayoría de la humanidad.
En ese contexto, tampoco el futuro debiera ser preocupante para quienes tienen –siempre a la vista de las otredades– tránsitos principescos o, acaso, propios de las realezas. Hambre, desocupación, falta de salud, de educación. En aquel contexto, se suponen alejados de aquellos y aquellas minorías vistosas. Sentires y decires. Pareciera, incluso, que nada ni nadie está exento, alguna vez, de emitir esos juicios o ser depositario de ese tipo de expresiones.
Hasta la muerte –en ciertas ocasiones, por la forma en que se produce y a quien afecta– hace que no sean escasas las voces que se atreven a afirmar que Mengana o Fulano “murió como un príncipe”. En el siglo XIX y buena parte del XX era frecuente que así se significara la partida de este mundo cuando las y los finados eran considerados socialmente como “patricios” o “ricos”.
Curioso, por cierto. Y tanto lo era (y es) que vaya a saber a quién y en qué situación tuvo la lucidez para destacar que “al final de la partida, reyes y peones vuelven a la misma caja”. ¿Sabiduría popular? Tal vez.
LA BODA DEL SIGLO
Aún recuerdo cuando el 29 de julio de 1981 –la tele satelital cuando el mundo era mundial y para nada global– puso “en el aire” (vieja expresión de uso común en la radiotelefonía de entonces, hoy casi olvidada), desde la catedral de San Pablo, en Londres, la que fue llamada como la “boda real o del siglo” porque, aquel día, el príncipe Carlos (32) –hijo primogénito de Isabel Alejandra María Windsor (1926-2022), la reina Isabel II del Reino Unido y de la Commonwealth desde 1952 hasta su muerte– contrajo matrimonio con la joven aristócrata llamada Diana Spencer (20).
Cerca de 800 millones de televidentes lo vimos. “¡Parece un cuento de hadas...!”, escuché decir a dos mujeres que – como otros muchos, frente a una vidriera colmada de televisores– vimos pasar a Carlos, por entonces príncipe de Gales, y Diana recién casados, a bordo del 1902 State Landau, como se conoce al carruaje que, en aquel año, el rey Eduardo VII –tío del contrayente– ordenó construir para ceremonias relevantes.
En la Argentina, desde poco menos de tres años, teníamos tele en colores. La novia, tanto en el ingreso a San Pablo –luego de descender junto con John, su padre, VIII conde de Spencer, de un carruaje vidriado– como en el momento en que salió de esa catedral con su esposo convertida en “alteza real”, tuvo que detenerse varios minutos para que las “damas de honor” acomodaran la cola de su vestido “de casi ocho metros de largo”, relataba la transmisión oficial.
¡Hermoso para ver! Un año y 22 días después –el 21 de julio de 1982– se anunció el nacimiento del príncipe Guillermo, heredero de la corona británica. El 15 de setiembre de 1984 –setecientos ochenta y siete días después que su hermano mayor– nació el príncipe Enrique.
Sin embargo, y como sostiene el dicho popular, “no todo lo que reluce es oro”. El 28 de agosto de 1996 –cinco mil quinientos nueve días después de aquella boda principesca– Diana y Carlos se divorciaron. Con el paso del tiempo la fantasía pública trocó en públicos desatinos vinculares. La princesa descubrió y confirmó que el príncipe tenía como amante a Camilla Parker-Bowles, una amiga de la Casa Real. ¡Crisis!
MULTITUD
Carlos pasó –para muchas y muchos– a ser el “realmente odiado”. Diana, en el transcurso de 1995, decidió no ocultar la situación. Habló con la BBC, la tele pública en el Reino Unido. “¿Cree que Camilla Parker-Bowles fue el factor que desencadenó el fracaso de su matrimonio?”, preguntó el periodista Martín Bashir a “su alteza real”. La respuesta fue simple, breve y clara: “Bueno, éramos tres en mi matrimonio. Y eso es una multitud”. El 31 de agosto de 1997, Diana, Dodi Al-Fayed (1955-1997), multimillonario egipcio, y el chófer, Henri Paul, murieron en un accidente de tránsito ocurrido en el interior del túnel del Pont de l’Alma, en París.
Aquel príncipe, Charles Philip Arthur George (77), desde el 8 de setiembre de 2022, es Carlos III, rey del Reino Unido y de los otros reinos de la Mancomunidad de Naciones. Camilla Rosemary Shand, luego Parker-Bowles (78) –la tercera de aquel matrimonio principesco que “era multitud”, como lo sentenció Diana, “la princesa del pueblo”, como la categorizó para siempre el ex primer ministro Tony Blair, el 31 de agosto de 1997– es reina consorte.
Fantasías. Deseos. Ilusiones. Condición humana. Fantasías. Deseos. Ilusiones. “Cambia, todo cambia”, canta como nadie Mercedes Sosa. Los khasi –una minoría étnica originaria que habita en el estado de Meghalaya, noreste de la India desde antes de las invasiones dravídicas pobladoras del sur en ese mismo país– desconocen quiénes de sus antecesores y cuándo comenzaron a orientar las raíces de los árboles para construir con ellas “puentes vivientes”.
Lejos de aquellas selvas inigualables, recién se supo algo de los que se conocieron entonces también como “los puentes de raíces vivas de Sohra (Cherrapunji)”, cuando era avanzado el siglo XIX. Los exploradores occidentales se asombraron con aquel descubrimiento. En La Sociedad Asiática, un histórico periódico que se publicaba en Calcuta en 1844, se consignó la información. Desde aquellos tiempos, es polo de atracción hasta nuestros días.
“AMOR RECÍPROCO”
Hacia allí, unas tres semanas atrás, partieron en luna de miel el príncipe Raj Raghuvanshi (21) y la princesa Sonam Raghuvanshi (24). Eran marido y mujer porque sus madres –en esa sociedad matrilineal– así lo acordaron. Ambos pertenecían a la misma clase social y casta. Aquel enclave natural que, además, con unos 12.000 milímetros de lluvias anuales es, según Guinness, el lugar más lluvioso de cada año, era perfecto para manifestarse amor recíproco sin interferencias. La actuación crucial de la mehndi, la celebración musical previa, la ceremonia principal, la fiesta posterior quedaron atrás.
Me explican –por Whatsapp, desde Nueva Delhi, tres diplomáticos chimenteros que me pidieron anonimato– que los fastos nupciales se extendieron por cuatro días. Las dos familias en estado de tranquilidad. Espiritual, social y económico. No faltó nada. Se observaron todos los rituales. Homa (la ofrenda al fuego) se concretó. El Panigrahena, los unió como nunca antes. Las siete vueltas al fuego –el Satapadi– hizo celebrar a muchas y muchos, sonreír a las y los más refinados y desear, ilusionarse... soñar, a otros y otras.
Samskara se instaló en la flamante pareja. Luego, silencio. Los días pasaban y... más silencio. Pero irrumpió la angustia. Primero en el que fue el pueblo de ambos, luego en la provincia, la región y, finalmente, en todo el país. “¿Dónde están?” “¿Qué se sabe?”. La falta de novedades fue parte de las informaciones de la agencia de noticias nacional. Se iniciaron las búsquedas. Los supuestos ganaron el espacio público. Las ideas conspiranoides de poderosos y poderosas ingresaron en los circuitos informativos.
Nadie respondía a las incesantes llamadas a los móviles de Raj y Sonam. La policía y los servicios de inteligencia de la India los monitoreaban inútilmente. También el de uno de los hermanos de la princesa. ¡Nada! Pero, cuando nadie lo esperaba, todo cambió. El domingo pasado aquella novia obediente de los acuerdos y mandatos familiares que se mostró alegre, ilusionada, ante los unos y los otros; que fue objeto de los comentarios de sus vecinos e incluso blanco preferente a la vista de aquellas y aquellos que por ser de clases inferiores o de castas poco respetables no debieran haberla mirado, trocaron interrogantes y angustia sociales.
DIMES Y DIRETES
Desde algunos anocheceres en las sacudidas calles de aquel país con 1.400 millones de habitantes, se sabía por trascendidos –que más tarde se confirmaron– que el cadáver de Raj fue encontrado y recuperado de las profundidades de un precipicio con abundante vegetación. Fue el momento de los dimes y diretes. Se conoció el escabroso detalle de que el cuerpo lo encontraron con el cráneo partido con dos golpes duros aplicados con algún objeto contundente y cortante.
¡Horror! Rescatistas e investigadores tuvieron la convicción de que fue asesinado. Así lo dejaron trascender. No murió como un príncipe. Pero las honras fúnebres sí lo fueron para despedir a su alteza real. Sonam, esposa por un breve tiempo –geolocalizada desde el momento en que se comunicó con uno de sus hermanos– supo por quienes la hallaron que era viuda.
Gritó. Se ahogó en llanto. Insistió con el deshilachado argumento de que fueron víctimas de secuestro. Pero no tenía una coartada que generara, por lo menos, una duda. También supo que Rai Kushwaha, un chófer a su servicio, estaba preso en otra celda. Fue apresado en su pueblo natal, Madhya Pradesh. Contrastaron sus respuestas. Eran amantes desde tiempo antes de que Sonam y Raj protagonizaran una boda principesca.
Como en el caso de Carlos y Diana –con Rai– también se constituyeron en multitud. El amante capturado también confesó. Señaló a los tres criminales que asesinaron al príncipe –sus cómplices– a los que convenció para que ejecutaran al joven esposo de la mujer que también amaba.
Los sicarios fueron apresados. Abrumados, admitieron. La exprincesa viuda dejó de ser víctima para ser victimaria. La justicia la acusa de ser quien incitó a su frustrado enamorado de la necesidad de asesinar a Raj. Vida, muerte, ilusión, deseo... pulsiones incrustadas en la condición humana, aunque “reyes y peones, al final de la partida, vuelven a la misma caja”.
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Detienen a policía que intentó introducir casi 500 gramos marihuana al penal de Tacumbú
Este miércoles, la Policía Nacional logró detener a un agente de sus filas que intentó meter cerca de medio kilo de droga al penal de Tacumbú, se presume que sería para la comercialización entre los reos. El hombre fue descubierto por agentes penitenciaros que realizaban el cateo correspondiente.
Según el comisario Alberto Morínigo, jefe de la Comisaría 4ta de la ciudad de Asunción, se trata de un agente de la Agrupación Especializada de la Policía Nacional, quien llevaba un total de 440 gramos de marihuana ocultos entre su campera. Hasta el momento se desconoce con qué finalidad.
“Esta persona ingresó al servicio y pasó por los retenes, donde fue verificado por agentes penitenciarios y policiales, quienes pudieron constatar que llevaba una sustancia, que luego se puedo comprobar que era marihuana”, detalló Morínigo, en el programa “Cuenta Final” de canal Gen y Universo 970/Nación Media.
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Expresó que hasta el momento el detenido se llamó a silencio y que desconocen si este cargamento tenía como destino una persona en común o era para comercializarlo entre los internos. Remarcó que el control se realiza a cualquier persona que ingrese al penal, sin distinción.
“Nosotros estamos luchado contra este flagelo y no podemos ser nosotros los vinculados a esta situación. Es un suboficial ayudante de cuatro años de antigüedad y será investigado por asuntos internos, en este caso es muy seguro que se le dé la baja. No es la primera vez ni la última que pasa esto”, puntualizó.
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