Este martes, vendedores del Mercado 4 se mostraron muy preocupados ya que ante la quema indiscriminada empiezan a faltar los remedios yuyos o naturales. Confirmaron que en las últimas semanas tuvieron que subir los precios a los revendedores ante la escasez de los mismos y esto hace que los precios suban para los compradores.
Según datos ofrecidos por los comerciantes, esta semana tuvieron que subir 2.000 guaraníes los remedios, por lo que aquellos que costaban 5.000 guaraníes la docena pasaron a G. 7.000 para los que compran al por mayor. “La falta es porque no llueve y cuesta más sacar los remedios de debajo de la tierra. A todo esto, se suma la gente inconsciente que quema los campos”, dijo la vendedora Verónica Pérez, en canal Trece.
Detalló que en esta temporada siempre se dificulta poder extraer los remedios, especialmente los refrescantes que son raíces, ya que ante la sequía la tierra está mucho más dura y en algunos casos ni siquiera crecen las plantitas. “Entonces sacan muy poquito y conlleva un gran trabajo”, confirmó.
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Resaltó que actualmente algunos vendedores que se encuentran en las calles preparando tereré venden los remedios por unidad ya que no dan los precios para vender como se hacía anteriormente. Los costos van de G. 1.500 o G. 2.000 cada uno para los que quieran preparar su tereré con las hierbas.
Cabe destacar que algunos locales que se encuentran apostados en el Paseo de los Yuyos tuvieron que cerrar sus puestos por un tiempo teniendo en cuenta la escasez de los remedios y que los mismos elevaron sus precios haciendo que las ventas se reduzcan ante la falta de compradores.
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Incendios en Amazonía baten récord negativo
Brasil registró 13.489 focos de incendios en la Amazonía en el primer semestre, la peor cifra en dos décadas y un incremento de 61 % con respecto al año pasado, según datos satelitales.
Desde que estos datos comenzaron a ser compilados en 1998 por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), la mayor selva tropical del mundo sufrió en el primer semestre más incendios solo en 2003 (17.143) y 2004 (17.340).
El total de incendios ocurridos en el primer semestre está muy por encima que el mismo período del año pasado (8.344).
Se trata de una mala noticia para el gobierno del presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, que debe hacer frente a este incremento de incendios mientras la deforestación continúa disminuyendo en la Amazonía.
Según los datos del INPE, del 1 de enero al 21 de junio (última fecha disponible) fueron deforestados 1.525 kilómetros cuadrados, en comparación con 2.649 km2 en el primer semestre de 2023, una reducción de 42 %. El año pasado, la deforestación ya se había reducido a la mitad con respecto a 2022.
Lula prometió poner fin a la deforestación ilegal en la Amazonía para 2030, que había aumentado durante el gobierno de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).
Según Romulo Batista, portavoz de Greenpeace Brasil, “el cambio climático contribuye” a este aumento de incendios forestales causados particularmente por una sequía excepcional que afectó a la Amazonía el año pasado.
“Lamentablemente, buena parte de los biomas brasileños se encuentran bajo estrés hídrico por falta de lluvias”, explicó a la AFP. “El ambiente se vuelve más seco y la vegetación más seca favorece más los incendios”, dijo.
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¿Cómo nos afecta el cambio climático?
Por Carolina Vanni
carolina.vanni@nacionmedia.com
Hace tiempo que el clima viene registrando variaciones y no se comporta de manera “habitual”, como dirían los expertos. Algunos sostienen que es un proceso natural del planeta que ya habría pasado por una situación similar, mientras que otros aseguran que esto es producto de la actividad humana.
Lo cierto es que estos cambios van dejando huellas, sean los fenómenos climáticos severos como sus efectos. Mientras las tormentas y raudales causan estragos en el campo y en la ciudad, la sequía pone en jaque a la naturaleza debido a los grandes incendios que arrasan con la flora y fauna de los espacios consumidos.
Sabiendo esto nos preguntamos, ¿cómo nos afecta realmente el cambio climático? El cambio climático afecta de diversas maneras a la población y uno de los sectores más vulnerables es la niñez y adolescencia, así como los adultos mayores.
Por un lado, cuando hace calor se siente mucho más, al igual que cuando hace frío. Es lo que se ve ahora, por ejemplo, en la Argentina, donde las bajas temperaturas causan estragos, mientras que en el Hemisferio Norte, las olas de calor están arrasando. La inversa vivimos en enero y febrero, con las olas de calor que llegaron a temperaturas récords, mientras el norte se llenaba de nieve.
Por otro lado, los fenómenos climáticos como La Niña, (sequía), así como El Niño (inundaciones y lluvias) son cada vez más frecuentes. En cuanto a las precipitaciones, estas ocurren más, pero en menos tiempo, en otras palabras, en un día puede llover lo que debería en un mes.
Sergio Gonzalo, de 17 años, sugiere mitigar los efectos “creando conciencia voluntaria, no como una obligación ni con miedo”. Dice que el cambio climático está asociado con “las nuevas enfermedades que están llegando”.
Los malos hábitos de consumo (la cultura del descarte que genera toneladas de basuras) y la mala utilización de los recursos naturales (el uso indiscriminado de combustible fósil, la deforestación, el cambio del uso del suelo, etc.) nos llevaron al punto que estamos, asegura Sergio Gonzalo.
Para Victoria, de 13 años, si la situación sigue así, llegaremos a no tener aire puro para respirar. Le preocupa la tala indiscriminada de los bosques nativos. Laura Luján y Dara, ambas de 15 años, dicen que los fenómenos de El Niño y La Niña es parte del cambio climático.
“El cambio climático se está acelerando con impactos muy significativos en todos los aspectos y se siente más en los países menos desarrollados”, asegura Julián Báez, director de la Oficina Regional de la Organización Meteorológica Mundial para las Américas, con sede en Asunción.
La crisis climática tiene un efecto directo sobre la salud, la educación, la seguridad alimentaria, la provisión de agua potable y saneamiento. Aunque el aporte de Paraguay en la crisis climática sea ínfima, al ser un país en vías de desarrollo y sin infraestructura adecuada apenas llueve con intensidad las calles quedan inundadas y se genera caos.
“El cambio climático implica una responsabilidad intergeneracional con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Esta responsabilidad está consagrada en el preámbulo del Acuerdo de París de la Convención Marco de las Naciones Unidas, ratificado por Paraguay. Teniendo en cuenta esto, los jóvenes deben mantenerse activos y los tomadores de decisión deben instalar espacios reales de participación”, sostuvo Óscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF-Paraguay.
Incidencia en la salud y la educación
La proliferación de enfermedades causadas por vectores es una muestra de cómo el cambio climático incide en la salud. Cuando tenemos olas de calor, las larvas de los mosquitos aceleran su metabolismo, que, con una lluvia genera el ambiente ideal la infestación, causando epidemias como dengue y Chikunguña.
Las altas temperaturas afectan con los golpes de calor, insolación, deshidratación, diarrea y vómito, indica la doctora Adelaida Portillo. Las alergias por el aire contaminado debido a las quemazones o incendios forestales son efectos adversos, explica el doctor Ricardo Meza, especialista en Alergia e Inmunología Pediátrica del Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción.
La falta de agua potable afecta directamente a la calidad de vida, sobre todo a las niñas y adolescentes en lo que respecta a la higiene menstrual. No tener acceso al agua potable, ya sea para beber o para una adecuada higiene, es un derecho lesionado.
El otro extremo, el exceso de lluvia trae consecuencias como la búsqueda de lugares secos. En los refugios las condiciones de vida son precarias, proliferando las enfermedades por el hacinamiento.
Seguridad alimentaria amenazada
Paraguay es un país altamente vulnerable al cambio climático y eso pone en riesgo la seguridad alimentaria. “El cambio climático es cuando pasa de ser un clima estable, predecible, donde uno puede cultivar, producir verduras, frutas, soja, ganadería”, explica Julián Báez.
Tanto las sequías con olas de calor, las lluvias con inundaciones y las tormentas significan peligros para la seguridad alimentaria, debido a que la agricultura y la ganadería dependen de las precipitaciones. “Para la producción de alimentos, sean de origen animal o vegetal, se necesita de un clima estable”, indicó Báez
La sequía tiene efecto adverso en la producción de frutas y cultivos en el campos, así como en la provisión de agua potable. En el interior, las comunidades sin servicio se debe recorrer distancias considerables para obtener el líquido vital.
¿Cómo mitigamos?
Forestar, reforestar, la disposición correcta de los residuos, la conciencia en el uso de la energía eléctrica, evitar la impermeabilización del suelo son pequeñas acciones que pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático, explicó Julián Báez.
No quemar basuras ni botarlas en las calles, cuidar los recursos hídricos, los bosques, y asegurar la sobrevivencia de la fauna, la flora ayudan a crear equilibrio, además de cuidar los humedales, son acciones que deben emprenderse para mitigar los efectos adversos del cambio climático.
Sergio Gonzalo (17) plantea el uso de “fuentes de energía renovable, como la eólica o solar” y la práctica del “reciclado y la reutilización de los objetos biodegradables”. Sofía Aramí, de 13 años, dice que “todo debe partir de uno mismo” para cuidar el medio ambiente y asegura que eso puede generar motivación en otros, como, por ejemplo, el uso racional del agua.
Aunque la mayor responsabilidad para mitigar el calentamiento global está en manos de las autoridades, cada uno puede aportar su grano de arena. Si cada uno aporta, podríamos ser millones quienes estemos contribuyendo a buscar el equilibrio para mantener el mundo habitable.
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Comerciantes del Mercado 4 están a favor de mantener dos horarios
Tras la media sanción al proyecto de ley que establece el horario de verano como el único durante todo el año en Paraguay, los comerciantes del Mercado 4 manifestaron que sea cual fuera la temporada resulta más conveniente que el amanecer sea más temprano ante la intensa actividad de la zona, estando a favor de mantener dos horarios.
“El horario de invierno me conviene más, el que quieren dejar de lado ahora, porque nosotros nos movilizamos temprano y no nos conviene que oscurezca tarde”, comentó al canal Gen/Nación Media una permisionaria.
Asimismo, dijo que también conviene que el sol caiga más tarde porque podrán seguir haciendo sus compras, pero en el amanecer será más complicado. Otra de las consultadas en la zona comercial aseguró que prefería el horario de verano, teniendo en cuenta que oscurece “muy rápido” y facilitará el ingreso de los estudiantes que cursan el turno noche.
Por su parte, otra dueña de local explicó que su preferencia es el horario de invierno para invierno, y el del verano para esa estación. “Porque yo tengo nietos y me levanto a las 4:30 de la mañana para salir de mi casa a las 5:30 y poder traerles a la guardería”, apuntó.
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Las declaraciones se dieron teniendo en cuenta el proyecto de ley aprobado ayer en Cámara de Senadores que establece el horario de verano permanente para que rija en la República del Paraguay. La propuesta legislativa avanzó con 25 votos a favor y 8 en contra, pasó a la Cámara de Diputados para su consideración.
Durante el tratamiento, también señalaron que el informe de la Ande, sobre el impacto del cambio de uso del horario de verano en la demanda energética, es más conveniente ya que esta no afectará de manera negativa establecer un mismo horario todo el año.
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Caótica situación de habitantes del Pantanal frente a incendios
Miedo a perderlo todo o a enfermar. Los habitantes de la región brasileña del Pantanal hacen frente a unos incendios históricos atizados por una sequía severa que ponen en jaque el mayor humedal del mundo.
“Es caótico”, explica a la AFP Érica Cristina, en el puerto de la ciudad de Corumbá (centro-oeste), donde el fuego tiñó de rojo intenso el cielo.
“Respiro humo todo el día”, asegura esta propietaria de un bar ribereño que se llenó de hollín por un gran foco decretado la semana pasada al otro lado del río Paraguay.
Expertos y autoridades coinciden en que los incendios actuales en el Pantanal, Patrimonio Natural de la Humanidad y conocido por su rica biodiversidad, están relacionados con el cambio climático que propició una intensa sequía en los últimos meses.
Entre el 1 de enero y el 25 de junio se detectaron 3.372 focos en la región, lo que supera el récord de 2.523 registrados en el mismo periodo de 2020, según datos oficiales.
“Este año los incendios y la sequía llegaron antes. Generalmente empiezan en agosto, pero en la región no llueve desde hace 50 días”, explica a la AFP el ganadero Bruno Bellan, de 25 años.
Este brasileño administra la hacienda de su familia, en la zona rural de Corumbá, del estado Mato Grosso do Sul, en estado de emergencia desde el lunes por los fuegos.
La propiedad donde cría 900 cabezas de ganado está a casi dos kilómetros de un gran foco de incendio, al que bomberos y militares trataban de acceder esta semana mediante una acción coordinada.
“Nos preocupa que el fuego entre en la hacienda y cause destrucción. El ganado tiene miedo y puede perderse en medio de las llamas. Vamos a traer a los animales más cerca de la hacienda”, dice Bellan. La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, alertó el lunes de que el Pantanal se enfrenta a “una de las peores situaciones nunca vistas”.
“Toda la cuenca del Paraguay sufre una escasez hídrica severa. No tuvimos las inundaciones habituales ni el intersticio entre El Niño y La Niña”, dos fenómenos climatológicos que inciden en las precipitaciones, dijo.