Secuestradores tenían ropa parapara’i con insignia de la ACA-EP, dicen familiares
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El hermano de Juan Carlos Olmedo, Porfirio Olmedo, aseguró que los secuestradores vestían ropa camuflada y que en todo momento se pasaron caminando por el monte, hasta producirse la liberación de la víctima durante la noche del miércoles, hacia la zona de Horqueta, departamento de Concepción.
“Gracias a Dios ya está en casa (Juan Carlos Olmedo), vino muy desgastado, pero los médicos dicen que está bien de salud. Los secuestradores vestían uniforme parapara’i con una insignia roja en el brazo y decía ACA-EP (Agrupación Campesina Armada - Ejército del Pueblo), eso contó mi hermano”, manifestó este jueves Porfirio Olmedo en comunicación con la radio 1080 AM.
Sostuvo que su hermano comentó que caminaron todo el tiempo por el monte y llegaban a distintos campamentos de los secuestradores, quienes supuestamente lo trataron “bien” e incluso le ofrecieron para ser un integrante de ellos por su condición física y su capacidad para desplazarse por el bosque.
Olmedo aseguró también que no se pagó rescate y durante la negociación él explicó a los secuestradores el monto de dinero que disponía la familia, pero como estaba lejos de lo solicitado se cortó la comunicación y horas más tarde fue liberado Juan Carlos Olmedo en una zona cercana al distrito de Horqueta, departamento de Concepción.
“Ellos (secuestradores) me llamaron y les dije el monto del dinero que tenía, allí me dijeron que había sido nosotros no teníamos nada y me cortaron. Siempre estuvo en el bosque, lo trataron bien y cada una hora le daban agua para tomar, comían cosas enlatadas, salame, y todo el tiempo caminaron”, agregó el hermano de la víctima.
Explicó también que a Juan Carlos Olmedo lo vistieron con el uniforme que usan los captores (ropa camuflada) y la instrucción que le dieron es ponerse su ropa y salir del grupo en caso de haber un enfrentamiento con la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC). La familia es humilde y ahora está con mucho miedo por la situación atravesada.
Juan Carlos Olmedo fue liberado durante la noche del miércoles en las inmediaciones de la estancia Pindoty, de donde fue secuestrado el lunes en horas de la tarde. El hermano, Porfirio Olmedo, es administrador del establecimiento ganadero, pero no son una familia adinerada.
El presidente de la República, Santiago Peña, junto con el vicepresidente de la República, Pedro Alliana, acompañados de otras autoridades nacionales, realizaron la entrega de 354 viviendas en varios distritos del departamento de San Pedro. El mandatario y toda la comitiva de Gobierno pasó primero por la ciudad de Guaicá, donde varias familias habían sido afectadas por el temporal hace más de un año.
“Llegamos al departamento de San Pedro, comenzamos en Guaicá, una comunidad que había sido golpeada el año pasado por un evento climatológico tremendo, y gracias al trabajo conjunto de varias instituciones, principalmente las Fuerzas Militares, se pudieron reconstruir estas viviendas y voy a entregar esta última parte que todavía faltaba”, dijo Peña.
Posteriormente, se trasladaron a otras ciudades del segundo departamento, San Estanislao, Guayaibí, Capiibary e Yrybycuá, donde se realizaron las entregas de las viviendas, obras que fueron ejecutadas con recursos provenientes del Fondo Nacional de la Vivienda Social (Fonavis).
“Quiero que el departamento cambie, que los sampedranos se sientan orgullosos de que hay un Gobierno que está trabajando incansablemente, sé que no puedo solo por eso tengo a mi compañero Pedro Alliana, un gran aliado en este gran trabajo para que San Pedro pueda avanzar tenga mayores oportunidades”, señaló el presidente.
Ratificó el compromiso de reforzar los esfuerzos para que, a través del Gobierno, paraguayos que se encuentren en una situación de vulnerabilidad, tengan acceso a un hogar digno. “Me comprometo a transformar las lágrimas de sufrimiento en lágrimas de felicidad en beneficio de cada uno de los paraguayos”, sentenció.
Contrabando: decomisan megacarga de cebolla en San Pedro
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Desde Brasil habría ingresado, de manera ilegal, un camión con más de 28 mil kilos de cebollas distribuidas en más de 1.400 bolsas, cuando fue interceptado anoche en la localidad de Guayaibí, departamento de San Pedro, por funcionarios de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT).
La DNIT, a través de su Dirección Anticontrabando, interceptó el cargamento que ingresó al Paraguay de manera ilegal, presumiblemente, a través del cruce fronterizo de Capitán Bado-Sapucaia.
Según las investigaciones, el vehículo se dirigía al Mercado de Abasto de Asunción, esquivando los controles mediante rutas en las serranías. Una vez en la capital, el producto sería introducido en el mercado interno como si fuera de origen nacional.
Durante los controles, el conductor del vehículo no contaba con la documentación pertinente para el traslado y la comercialización del producto, que se presume es de procedencia brasileña.
Es de señalar que esta incautación fue posible gracias al trabajo conjunto de los agentes de la DNIT, los técnicos del Senave, el fiscal de la zona y la Policía Nacional.
“Ahora mismo, el producto frutihortícola es una materia muy sensible para el país, cuando hablamos del contrabando. Esta intervención es a favor de nuestra producción nacional”, declaró Pablo Montiel, jefe de Logística Operacional, de la Dirección Anticontrabando, en conversación con medios de prensa.
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Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Foto: Archivo
A 20 años del secuestro y muerte de Cecilia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos ¿por qué ella?”
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Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay.
El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos ¿por qué ella? ¿por qué le hicieron esto? ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana, Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los cuatro meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla.
“Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
Terminó la esperanza
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató.
Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
Once personas fueron condenadas por el secuestro y muerte de Cecilia. Foto: Archivo
Primera víctima fatal del EPP
Cecilia Cubas es la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país.
“Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN.
“Era una luz”
Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y muy inocente, que nunca veía malicia en las demás personas. Explicó que Cecilia pensaba que todas las personas eran como ella, buenas, jamás hubiera imaginado que unos criminales iban a acabar con su vida.
“Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona súper sensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
Cecilia falleció en diciembre del 2004. Foto: Archivo
“La Justicia hizo su parte”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.
“En el caso de Cecilia todos los detenidos ya fueron juzgados y están cumpliendo su pena o siguen siendo juzgados. Podemos decir que la Justicia hizo su parte, pero nos queda mucho por delante y aún quedan muchos prófugos. Nuestra batalla está lejos de terminar, pero claramente tengo que decir que nos gustaría que el EPP desapareciese”, acotó Silvia.
En la familia no pierden la esperanza y creen que hay instituciones que se están formando correctamente y que están trabajando bien. “En algún momento va a dar resultado visible todo el trabajo que se está haciendo. Hay que tener en cuenta también que muchas veces para que se llegue a algo con un grupo como el EPP hay mucho trabajo por detrás y no es un simple golpe de suerte para que sucedan las cosas”, manifestó.
Justicia por los secuestrados
Silvia pidió justicia para las familias de los que están secuestrados, con quienes mantienen un contacto muy estrecho, porque es una situación que no se puede dejar pasar. “No tenemos que olvidar que hay todavía personas desaparecidas, cuyas familias aún siguen esperando noticias de ellos, esto no toca mucho. Tenemos que unirnos para luchar de manera correcta no solo por un futuro, sino por un presente mejor para cada uno de los compatriotas”, apuntó.
Instó a la población a luchar contra este grupo criminal, a no apañar estos crímenes. “Acá la lucha debería ser siempre de los buenos contra los malos. Todo lo que ellos predican de que han luchado por los más necesitados son mentiras, porque han secuestrado y asesinado a miembros de la sociedad paraguaya sin distinción de ningún tipo”, concluyó.
La “casa del terror”, el lugar donde encontraron el cuerpo de Cecilia Cubas. Foto: Archivo
Datos clave
El cuerpo sin vida de la joven fue hallado 5 meses después, en febrero de 2005, en una fosa cavada en una vivienda ubicada en Ñemby.
Su familia pagó 300.000 dólares por su liberación, a mediados de noviembre de 2004.
Osmar Martínez y Anastasio Mieres Burgos fueron condenados a 25 años de prisión y 10 años de seguridad por el secuestro y homicidio de Cecilia Cubas; luego de afirmarse que cometieron los delitos de homicidio doloso, privación de libertad, secuestro, extorsión, extorsión agravada y asociación criminal.
Silvia Cubas: “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?”
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Por Karina Ríos
karina.rios@nacionmedia.com
Hoy se conmemora dos décadas del secuestro de Cecilia Mariana Cubas Gusinky, hija mayor del expresidente Raúl Cubas y la exsenadora Mirta Gusinky. Cecilia era una persona alegre y con muchas ganas de vivir, cuya vida fue truncada por el grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Con solo 31 años, Cecilia fue tomada de rehén por el grupo criminal que tres meses después decidió acabar con su vida. Su familia aún se pregunta por qué la mataron y acompaña en el dolor a cada uno de los secuestrados en Paraguay. El 21 de setiembre del 2004 Cecilia estaba por llegar a su casa cuando fue interceptada por el EPP, que en medio de disparos y mucha violencia la secuestró. “Hasta ahora nos preguntamos, ¿por qué ella?, ¿por qué le hicieron esto?, ¿por qué le mataron? Son preguntas que nunca van a tener respuesta porque no hay forma de justificar lo que le hicieron”, expresó su hermana Silvia Cubas, en entrevista con La Nación/Nación media.
Resaltó que recuerda todo como si fuese ayer y que los tres meses que Cecilia estuvo secuestrada fueron de esperanza, de que pudiera volver con vida de aquella terrible pesadilla. “Nadie está preparado para atravesar una situación como la que nos tocó vivir a nosotros y les toca vivir a otras familias acá, en Paraguay, pero llega un momento en el que te das cuenta de que lo que te mantiene en pie durante un secuestro es la esperanza de que tu familiar, en este caso mi hermana, sea liberado y pueda volver sano y salvo”, subrayó Silvia.
La familia Cubas Gusinky quedó destrozada tras la terrible noticia de que su querida hija Cecilia fue hallada muerta en una casa de la ciudad de Ñemby, pero entregarse al dolor no era una opción por lo que se propusieron a buscar justicia. Durante estos 20 años hubo logros importantes, fueron condenadas varias personas, pero aún hay prófugos.
“Cuando esa esperanza se termina, lo único que uno piensa es ¿qué vamos a hacer ahora? En nuestro caso, como familia, decidimos que no íbamos a entregarnos al dolor que nos produjo lo que le hicieron a Ceci. Sobre todo mi mamá, Mirta Gusinky, que dedicó su vida a pelear por una justicia verdadera para mi hermana”, relató. Silvia profundizó que aprendió a convivir con lo que vivieron como familia, “uno no se olvida, no es que pasa, es una marca, una herida que uno lleva de por vida” y para la que nadie está preparado, “que le pongan precio a la vida de un familiar y que decidan matarlo porque no cumpliste con las expectativas o simplemente porque era el plan que tenían diseñado”, lamentó.
PRIMERA VÍCTIMA
Cecilia Cubas fue la primera víctima fatal de secuestro del EPP, su trágico desenlace conmocionó a la sociedad y marcó la historia del país. “Fue la primera víctima mortal del EPP y es impresionante cómo el país sufrió con lo que le pasó. Creo que, a través de nuestras palabras, es como que toda la gente la pudo conocer y hasta quererle. Entonces, es como que esto fue un golpe realmente para todos los paraguayos, no solo para la familia y los amigos de Cecilia”, indicó Silvia a LN. Recordó a su hermana mayor como una persona alegre, auténtica, cariñosa, generosa y que nunca veía malicia en las demás personas. “Era una luz, brillaba siempre y no necesitaba decir ni hacer nada, transmitía muchísima alegría donde quiera que vaya. Era una persona supersensible y las situaciones dolorosas le afectaban muchísimo. Era mi hermana mayor, pero a la vez era como la más chica de la casa, siempre la cuidamos y protegimos más, porque no veía malicia en nadie”, afirmó.
“LA JUSTICIA HIZO SU PARTE”
Tras el fatal desenlace, el Ministerio Público inició las investigaciones logrando condenar a 11 personas por el secuestro y muerte de Cecilia. Entre ellos Osmar Martínez, Anastasio Mieres Burgos, Francisca Andino, Vaciano Acosta, Pedro Chamorro, José Domingo Hidalgo, Manuel Portillo, Roberto Otazú, Rosalba Jara Drackeford, Lidia Samudio y Aldo Meza.