Existen miles de historias de fe en las que María Felicia Guggiari Echeverría, más conocida como Chiquitunga, es la gran protagonista siendo intercesora de gracias y hechos considerados milagros por quienes lo vivieron en carne propia. Hoy, a tres años de la beatificación, luego de un largo proceso de estudio de su primer milagro comprobado, Chiquitunga es recordada como la monjita milagrosa que incluso aparece y habla con quienes claman auxilio.

Ana María Morales contó a La Nación que sufría de leucemia galopante y asegura que Chiquitunga la sanó. Ella fue diagnosticada en el 2006 con leucemia del tipo LMA3 aguda, tras caer desvanecida sin poder moverse, los médicos no le daban ni 24 horas más de vida. Sin embargo, a 15 años de ese episodio, ella vive para contarlo y al mismo tiempo para hacer conocer la obra de la beata paraguaya en su vida, a través de su testimonio.

Ana María Morales, se curó de Leucemia y el milagro lo atribuye a Chiquitunga. Foto: Gentileza.

“Sangraba por todos lados. Le dijeron a mi hija que era una bomba de tiempo. Ella –Chiquitunga– me dijo que me iba sanar y bueno, acá estamos, recibí un milagro demasiado grande de ella”, recordó Ana María, de cuando la internaron de urgencia quedando paralítica, sin poder mover nada.

La mujer recuerda que otra mujer mayor de edad ya le había regalado una de las primeras estampas en imprimirse de Chiquitunga y que esta le dijo: “Esta monjita es muy milagrosa, rézale un poco”, ella tomó la estampa muy incrédula, incluso respondió en su mente: “Que va a hacer esta monjita en mi vida, que milagrosa va ser”.

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Y desde que dijo esas palabras afirma que Chiquitunga la persiguió en cierto sentido, porque la veía siempre al abrir un periódico donde se publicaba su vida y sus obras, pero que ella siempre daba vuelta la página sin préstale mucha atención.

Relató que el milagro llegó una madrugada, cuando los otros pacientes y acompañantes a su alrededor descansaban. En un momento, la monja carmelita se le acerca para cortarle las uñas y tres veces le menciona: “Ana María, vos te vas a sanar, vas a caminar y vas a atender muchísima gente”.

Ella relaciona que la carmelita descalza le reiteró en tres ocasiones esta frase por la Santísima Trinidad. “Cuando la vi, no sabía quién era y le dije que me tiene cara conocida. No paró de sonreír”, recordó. Tras este episodio, su estado mejoró y finalmente en el 2015, constataron que no tiene ningún mal. Refiere que tiene pruebas médicas y relatos de profesionales de la salud que avalan su testimonio.

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Cuando se recuperó y pudo caminar, fue al Convento de las Carmelitas por primera vez, donde tuvo la oportunidad de conocer a una de las monjas a quien entregó una carta contando su testimonio. Al poco tiempo, Ana María no dejaba de participar de las misas en honor a Chiquitunga los días 28 de cada mes y un día, entre los boletines de comedores de Chiquitunga de Remansito, de Coronel Oviedo y pensó, porqué no hacer un comedor de Chiquitunga en Limpio, su ciudad.

“Vas a atender a muchísima gente”

Tras ver esos boletines sobre los comedores que tiene Chiquitunga en los sectores vulnerables del país, Ana María se puso como propósito montar un comedor en Limpio, con mucha gestión e inquebrantable fe en que ese era el deseo de la hoy beata cuando le dijo que atendería a mucha gente. finalmente, lo logró y el pasado 8 de junio, el Comedor Chiquitunga de Limpio cumplió nueve años.

Chiquitunga encomendó a Ana María que atendería a muchísima gente y así lo hace desde hace nueve años en el comedor Chiquitunga de Limpio, en compensación al milagro de su vida. Foto: Gentileza.

“Empecé a hablar con los padres Carmelitas, cuando eso con el hermano Restituto Palmero Rodríguez y es cierto aplané el Monasterio Carmelo Tupa Roga de Lambaré y conseguí el sí, que se puede hacer un comedor de Chiquitunga en Limpio. La satisfacción mía era inmensa. Después me movilicé para buscar una villa, de personas que necesitan ayuda, un barrio pobre, hablé con la gente, muchos de ellos incrédulos pero lo hice”, recordó con gran satisfacción Ana María.

Empezó a cocinar en el asentamiento La Victoria de Limpio debajo de un tanque de agua ya que no tenía ni siquiera un local para entregar los alimentos o que los niños puedan sentarse a comer pero, al poco tiempo de eso lograron comprar una propiedad para erigir lo que hoy es el comedor de Chiquitunga. Hoy es un enorme tinglado con seis baños sexados para los niños y niñas.

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“Bajo mucho sacrificio empezamos de cero y estamos avanzando mucho, pero aún nos falta muchas cosas porque queremos una capilla, estamos aguardando donaciones para hacer la construcción, ya estábamos iniciando las clases de catequesis con los niños pero se vino la pandemia y tuvimos que parar todo y ahora estamos empezando de vuelta”, señaló.

Beatificación de Chiquitunga

Hoy, 23 de junio, se celebra el tercer aniversario de la beatificación de la monja paraguaya católica de la Orden de los Carmelitas Descalzas, María Felicia Guggiari Echeverría, conocida como María Felicia de Jesús Sacramentado o “Chiquitunga”.

Para la celebración de su beatificación llegó de Italia el cardenal Angelo Amato, prefecto para la Congregación de la Causa de los Santos, enviado especial del Papa Francisco para presidir la Santa Misa de consagración, un acto memorable que desplegó a miles de personas dentro y fuera del Estadio “General Pablo Rojas” del Club Cerro Porteño, que tenía capacidad de albergar a unas 45.000 personas y que se llenó totalmente desde las gradas hasta la zona del césped con toda la gente que llegó de distintos puntos de todo el territorio nacional, algunos para presentar sus testimonios de fe y otros para contemplar este acto emotivo e histórico para la feligresía católica nacional.

Imponente retablo hecho de rosarios

El artista plástico Koki Ruíz recuerda esta fecha con mucha emoción y cariño hacia la que sería la primera Santa paraguaya. Recordó que para confeccionar los 9,60 metros por 6,40 metros del rostro de Chiquitunga se juntaron unos 70.000 rosarios y cada uno de ellos guardaba consigo un testimonio de fe que las familias paraguayas se desprendieron de ellas para homenajear a la beata.

El retablo recorrió ciudades como Asunción, estuvo por 15 días en la Catedral Metropolitana, en Ciudad del Este (CDE) y en la ciudad natal de Chiquitunga, Villarrica. Actualmente, se encuentra desmontado y guardado en un deposito de Koky Ruíz en la espera de ser expuesta en lo que sería el Santuario de Chiquitunga que se erigiría en la Costanera de Asunción, proyecto parado por la pandemia del COVID-19, según el artista.

Los rosarios, convertidos en retablo, fueron parte de la misa de beatificación de Chiquitunga, habían de todos los colores y tamaños fueron donados para esta obra. Foto: Gentileza.

“Fueron 70.000 rosarios que recibimos, llegamos a contar 40.000 pero fueron llegando en cantidades incontables y ya por las numerosas cajas sabemos que duplicamos lo que en principio habíamos contado. Se utilizaron cerca de 20.000 rosarios para su rostro y lo que sería el enmarcado y después empezamos a decorar ya el entorno y el lugar donde se haría la misa con los rosarios restantes que hacían de techo colgante”, recordó Koky Ruíz.

Sobre el rostro de Chiquitunga que pertenecía a su figura dentro de la acción católica en su juventud antes de consagrarse, Ruíz señaló que esa imagen del retablo se decidió en una conferencia de laicos y religiosos en Ypacaraí y que luego le informaron de cual de las imágenes se iba a utilizar, para todos fue una sorpresa cuando se echaron al piso los telones y se reveló el grandioso retablo hecho de rosarios y de la fe paraguaya.

Un nuevo milagro

El joven salesiano José Zaván Vaccari que sobrevivió a tragedia aérea y que se recupera a pasos agigantados, podría convertirse en el milagro que Chiquitunga necesita para llegar a los altares. Más que nunca, hoy el pueblo paraguayo la tiene presente en sus oraciones y peticiones a Dios.

Hace poco fue noticia que, por la intercesión de María Felicia de Jesús, el único sobreviviente del terrible accidente aéreo logró salir con vida del hospital, donde superó los peores pronósticos. Fue el obispo de Fuerte Olimpo, Gabriel Narciso Escobar Ayala, quien encomendó la vida de Zaván a Chiquitunga y pidió a la madre del joven, Blanca Vaccari que le rece a ella y le pida su intercesión para la sanación de Zaván.

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Blanca Vaccari en su desesperación como madre no solo encomendó la vida de su hijo a Chiquitunga sino más bien la desafió. Ambas necesitaban un milagro y allí estaba José Zaván para ser el milagro que la lleve a los altares. A cuatro meses de ese desafío, el joven salesiano que no tenía probabilidades de vida, hoy se encuentra recuperándose en su casa con deseos y ánimos de volver a su vida normal y a la universidad.

Futuro Santuario de Chiquitunga

Respecto al Santuario de Chiquitunga que se pretende edificar en la Costanera de Asunción, el presbítero Óscar González manifestó que el proyecto ya está casi completo, que falta la aprobación por parte de la Municipalidad de Asunción y los fondos para su construcción. Para ello, aseguró que se pedirá a la ciudadanía la colaboración para poder construir tal monumento en honor a la beata paraguaya.

“Estamos contentos por el aniversario de la Beatificación de nuestra Chiquitunga. Estamos esperando que el proyecto que se había hecho con Koky Ruíz, donde se estableció un trabajo básico con el proyecto que prácticamente está concluyendo, falta la aprobación de la Municipalidad para la ejecución de esa obra”, señaló el presbítero González.

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