El microcentro de Asunción anoche fue escenario de una manifestación pacífica que exigía el cese de la corrupción en todo el sistema estatal y especialmente en el de salud pública. Sin embargo, terminó en una batalla campal entre fuerzas del orden y supuestos manifestantes, que se presume serían infiltrados.

Como saldo de esta batalla campal, Asunción hoy amanece sucia y destrozada, según muestran las cámaras de La Nación. Con basuras en varios rincones, escombros esparcidos y cenizas dan cuenta de una tensa noche de manifestación que a consecuencia de la represión policial y la presencia de infiltrados, lo que se esperaba como una movilización pacífica terminó siendo una violenta contienda donde los policías retrocedieron y tiraron la toalla pidiendo paz.

Escombros y piedras de obras de construcción del microcentro sirvieron como balas para los grupos antagónicos que se hicieron pasar de manifestantes en la movilización. Foto: Nadia Monges.

Las obras de construcción por inmediaciones del Congreso propiciaron la introducción de cascotes como armas de defensa de los grupos antagónicos que recorrían en medio de los manifestantes, incluso utilizaron vallados de chapas de las construcciones para cubrirse de los balines de goma con los que respondía la policía y cascos azules que llegaron horas más tarde para apoyar en el conflicto.

Estos grupos que se presumen son vandálicos dejaron esparcidos los escombros, juntaron todo tipo de basuras para quemar e incluso destrozaron veredas sacando las baldosas de los pisos para utilizarlos como bala. Según se puede observar en las imágenes.

La Municipalidad de Asunción desde tempranas horas de esta jornada sabatina se encuentra retirando los residuos de las principales calles del microcentro capitalino, que fueron sitios en donde la turba de seudos manifestantes obraron con violencia, quizá con el objetivo de desvirtuar la verdadera manifestación.

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Señalizaciones y vallados de construcción sirvieron de escudo durante en el enfrentamiento. Foto: Nadia Monges.


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