Hoy se conmemora el Día Mundial del Animal y la feligresía católica festeja a San Francisco de Asís, considerado santo patrono de las mascotas y protector del medioambiente. De esta forma y como todos los años los Hermanos Franciscanos Capuchinos están bendiciendo a las mascotas.
Así también están realizando la colecta anual de artículos de higiene personal para hombres, las personas que quieran bendecir a sus mascotas o quieran colaborar con los artículos de higiene pueden acudir a cualquiera de las capillas de los capuchinos.
Puede asistir con sus mascotas en la capilla San Leopoldo de Lambaré, ubicada en calle El Trabajador 390 casi Perón, donde bendicen desde 6:00 hasta las 20:00 y en la capilla San Pío de Trinidad, de 7:00 a 17:00.
Ayer los hermanos capuchinos realizaron una bendición adelantada en las capillas San Pío de Trinidad, situada en calle San Juan esquina Tte. Benítez; en Ciudad del Este, en el km 8 Acaray, en la Iglesia Conventual y en la ciudad de Mariano Roque Alonso en la capilla San Pío Surubi´í, de esta forma las mascotas hoy disfrutan de un bendecido día con sus familias.
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Automisa
Hay que destacar que las bendiciones también se realizarán en la modalidad de automisa en el Complejo Barrail Costanera, a las 11:00 y 15:00. Explicaron que en este caso se tiene prevista la bendición de mascotas, permaneciendo cada uno en sus vehículos y también se realizará la colecta anual de artículos de higiene personal.
“Si querés que tu mascota sea bendecida por los hermanos religiosos y no vas a poder participar de las automisas, en ninguno de los horarios, podés acercarte a cualquiera de las capillas y bendecir a tu mascota”, expresaron en redes sociales.
Las personas interesadas en participar de la automisa aún tienen tiempo de inscribirse en el link www.sanpiopietrelcina.com. Mientras que para la tradicional bendición de animales solo se deben acercar al punto más cercano.
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“La Selva Escondida” de una anciana indígena en Lima
- Lima, Perú. AFP.
En la ladera de una colina, en uno de los barrios más áridos y pobres de Lima, se alza un frondoso bosque. Esther Rodríguez, una indígena migrante, ha cultivado por años este oasis en la capital peruana, considerada la más desértica del mundo después de El Cairo. Rodríguez llegó a este lugar en la década de los ochenta tras huir de su natal Ayacucho, en la sierra sur de Perú, entonces azotada por el conflicto armado con la extinta guerrilla de Sendero Luminoso.
Movida por la nostalgia, quiso recrear el verde de su tierra. Hoy, a sus 85 años, es el alma de este singular bosque urbano de 4.000 m² —casi la mitad de un campo profesional de fútbol- en el corazón del distrito de San Juan de Lurigancho. “Me gusta vivir rodeada de mis plantas”, se regodea Rodríguez, una anciana de amplia sonrisa, en entrevista con la AFP.
Este paisaje con más de cien especies, incluidos árboles frutales y plantas medicinales, creó un llamativo microclima en Lima, ciudad de 10 millones de habitantes y una de las más contaminadas de América Latina. San Juan de Lurigancho, con 1,2 millones de habitantes, es a su vez el distrito más poblado y poluído, principalmente por su parque automotor obsoleto, según un estudio del Instituto de la Naturaleza, Tierra y Energía de la Universidad Católica. Rodríguez recuerda que mientras sus hijos iban a la escuela comenzó a sembrar plantas en su terreno rocoso, un refugio que se popularizó como una “selva escondida”.
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“Cubos de agua”
En este oasis de flores, plátanos, mandarinas, aguacates y maracuyá zumban las abejas y revolotean las mariposas. Cerca, en un estanque lleno de peces, un colibrí se acicala. Antes “no había nada ni nadie en los cerros, así que poco a poco empecé a cargar cubos de agua”, para nutrir el naciente verde, sostiene Esther. Esther no se amilanó y pudo abrir tres pozos que hoy se conectan a la red de suministro de Lima. En la capital, el 6 % de la población no tiene aún acceso al agua potable, según estadísticas oficiales.
Cuatro de sus hijos ahora gestionan y mantienen la selva escondida, que desde 2020 recibe visitantes, especialmente escolares. “Queremos que este lugar sea una fuente de inspiración”, explica una de las hijas de la octogenaria, también llamada Esther. Abrirlo al público ha revitalizado la zona: se crearon senderos e instalaron bombas eléctricas para mejorar el riego, entre otras cosas. Cada visitante debe pagar seis soles (1,60 dólares). Más allá del aspecto turístico, la iniciativa también ofrece beneficios ecológicos.
Esta casi media “hectárea de bosque regula la temperatura y la humedad y mejora las condiciones sanitarias, especialmente en una zona donde las enfermedades respiratorias son comunes”, señala Fernando Regalo, ingeniero forestal de la ONG Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sustentable (FCDS). Y la familia que cuida este oasis todavía tiene una parcela por sembrar. “Se siente como si estuvieras en la selva, con los sonidos, los animalitos, los pájaros y los árboles”, se entusiasma Constantina Zevallos Mora, una de las visitantes del lugar.
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Escuelas verdes: cuando la educación ambiental cambia familias y ciudades
Por Lourdes Torres (lourdes.torres@nacionmedia.com)
Aplicar de manera trasversal la educación ambiental desde la primaria puede significar importantes cambios en la sociedad. Así lo confirman padres, docentes y alumnos de instituciones educativas que desde hace años están implementando un programa de estudio ambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay.
Son poco más de las 7 de la mañana, la densa neblina otoñal se va disipando con los primeros rayos del sol. En el aula del 8° grado se preparan con mucha ansiedad por salir al patio trasero de la Escuela Salesiana Pedro Ignacio Morínigo de la ciudad de Fernando de la Mora. Allí tienen una pequeña huerta escolar. Los acompaña el profesor Adolfo Ramírez, ingeniero agrónomo. La tarea del día es revisar cómo han quedado los pequeños plantines y el drenaje correcto del agua tras la intensa lluvia que se registró el día anterior.
El desarrollo de la huerta escolar forma parte del proyecto de formación y educación medioambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay gracias al apoyo de la Cooperación Alemana y el Engagement Global. Este programa es aplicado en 16 instituciones educativas salesianas y dos escuelas públicas del país.
La Nación/Nación Media conversó con la coordinadora del programa, ingeniera María José Llamosas, quien señaló que arrancaron en el 2021 con un plan piloto en 5 escuelas salesianas. Precisó que cerrar con éxito el primer año permitió asegurar el financiamiento para los siguientes periodos y agregó que a la fecha ya se está ejecutando en un total de 18 instituciones educativas, llegando a más de 11.000 estudiantes.
“Desarrollamos un documento que sirve a los docentes como base para poner en práctica la educación ambiental en los colegios. Y aparte de ese documento también se realizan ciertas medidas concretas en favor del cuidado del medio ambiente”, indicó.
Detalló que desde la red salesiana dan seguimiento al proceso de aplicación del programa educativo medioambiental, acompañando al docente en el aula, colaborando en las prácticas a fin de que el desarrollo ambiental sea sostenible en el tiempo. Además, involucra a padres y otros actores de la comunidad educativa.
Probar, experimentar y aprender
El programa se está aplicando en todos los niveles educativos de la escuela Pedro Ignacio Morínigo permitiendo el desarrollo de un importante número de competencias y disciplinas, además de probar, experimentar y aprender haciendo.
La directora de la institución, licenciada Rosa Marengo, destacó a La Nación/Nación Media que la huerta escolar les permite promover una conciencia de cuidado y respeto al medio ambiente. Sumado al aprendizaje sobre alimentación saludable, impulsando valores como la paciencia, responsabilidad, compañerismo, y compromiso.
Indicó que a la par del cultivo de hortalizas, también siembran plantas medicinales para que los alumnos las conozcan y aprendan sobre sus propiedades. Asimismo, continúan con el programa de reciclados que ya desarrollaron con mucho éxito el año pasado.
“Hace 4 años que trabajamos con este programa medioambiental y creo que ya es sostenible en el tiempo. Los chicos están muy entusiasmados, al igual que sus padres, que están muy pendientes del desarrollo de las actividades. Es muy interesante la forma en la que los chicos aprenden sobre el cultivo de hortalizas, porque ellos no tienen ese contacto agrícola, entonces, se sorprenden de donde provienen ciertas verduras u hortalizas”, indicó.
En tanto la profesora Fabiola Gómez, docente del 5° grado de los turnos mañana y tarde, destacó la importancia de trabajar con los alumnos la idea del cuidado del medio ambiente, enfatizando la importancia del reciclaje y el cultivo de la huerta para una alimentación saludable.
Mencionó que actualmente están con los plantines de lechuga, cebollitas, perejil, espinacas, acelgas; mientras que las plantas medicinales son boldo, menta, cedrón.
“Es importante porque ellos ven el proceso de crecimiento, de desarrollo de las plantas. Considero que es un programa muy enriquecedor para las escuelas, en general. Permite que los niños repliquen lo aprendido en sus hogares, es así que varios ya comenzaron a tener sus pequeñas huertas en las casas”, comentó la directora.
Educación trasversal
Llamosas, coordinadora del Equipo Inspectorial, señaló que para un mejor aprovechamiento del programa de estudio se volvió transversal al resto de la malla curricular.
Indicó que para su implementación en las escuelas se firmaron convenios de cooperación con las instituciones. Así también, cuenta con la revisión por parte del Ministerio de Educación y Ciencias a través de la Dirección de Desarrollo Educativo, que hace el control y la verificación del plan, certificando que es apto para el uso en escuelas en Paraguay.
“A la par de trabajar con el MEC, coordinan con el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) los contenidos ambientales acordes a la actualidad. Esto, tras notar una falencia en la educación ambiental en cuanto a trazabilidad, como bien lo establece el currículum de la educación paraguaya. Justamente, la red Salesiana ha colaborado para mejorar la trazabilidad”, precisó.
La profesora María Cristina Snead agregó, por su parte, que no hubo necesidad de alterar mucho los indicadores de cada una de las materias para lograr la trasversalidad del programa.
Cambio de hábitos
La ingeniera Llamosas mencionó que si bien al principio costó un poco que el programa se trasversal, con el paso del tiempo tanto alumnos como docentes fueron comprendiendo la temática y les resultó más fácil ponerla en ejecución.
“Es un proceso ambiental, generalmente a largo plazo; pero, a corto plazo también se ven cambios, sobretodo en los estilos de vida. Son pequeñas cosas o acciones, cambio de hábitos, de actitud y estilos de vida en las personas”, acotó.
La profesora María Cristina Snead, docente y referente del Equipo Inspectorial Medioambiental del Colegio Don Bosco de Ypacaraí, resaltó que desde que comenzaron a implementar el programa están observando cambios de hábito en los alumnos, que se han convertido en celosos agentes de cuidado del medio ambiente.
Es así que ya han experimentado varias acciones por iniciativas de sus propios alumnos, que luego de aprender la importancia de la clasificación de los residuos comenzaron a colocar tachos de basuras diferenciados frente a sus hogares.
Recordó que los alumnos, al ver que los recolectores de basura no respetaban la clasificación y al final los residuos terminaban todos de vuelta mezclados en los camiones, volvieron enojados a la escuela, pero no se quedaron con los brazos cruzados.
“Por iniciativa de ellos, llegaron a los intendentes municipales de Itauguá, Ypacaraí, Pirayú, Areguá y Caacupé -rango de influencia del colegio Don Bosco de Ypacaraí- para plantear y buscar soluciones con las autoridades locales”, comentó.
La docente contó otro caso, la queja de una alumna de la institución por la quema de basura por parte de su vecina y la generación de humo. Así fue que sus compañeros decidieron escribir cartas a la vecina. En total, se juntaron 30 misivas en las que se explicaban los efectos nocivos de la quema de basura.
Resiliencia al cambio climático
Dentro de este programa de estudio ambiental, la ingeniera Llamosas destacó que trabajan en un total de 10 ejes temáticos, de los cuales dos están directamente enfocados al cambio climático y la gestión de riesgos de recursos con enfoque en la resiliencia.
Explicó que el objetivo es que la comunidad educativa aprenda a identificar los factores de riesgos y luego sepa cómo sobrevivir al cambio climático.
“El primer factor es identificar cuáles son los riesgos y después ir viendo cómo mitigar, o cómo tener resiliencia al cambio climático. Por ejemplo, las escuelas del Chaco tienen problemas tangibles, como la sequía, las inundaciones y los incendios forestales, que les llegan prácticamente a las escuelas y a las casas. Buscamos que desarrollen el pensamiento crítico y de parte de ellos mismos salga esa identificación de factores de riesgo, que hagan su diagnóstico ambiental o su diagnóstico de riesgo, su mapa de riesgo”, ejemplificó.
Por último, precisó que se trata de una experiencia maravillosa trabajar con los chiquitos, porque están interesados en aprender lo que es educación ambiental. “Ellos asumen el compromiso y se vuelven celosos vigilantes del medio ambiente. Realmente, para nosotros, ha sido una experiencia maravillosa trabajar con los niños en educación ambiental. Creo que nos dará un futuro ecológico seguro y que está generando verdaderos cambios en los niños y en sus familias”, concluyó.
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Escuelas verdes: cuando la educación ambiental cambia familias y ciudades
- Lourdes Torres
- lourdes.torres@nacionmedia.com
- Fotos Matías Amarilla / Gentileza
Aplicar de manera trasversal la educación ambiental desde la primaria está demostrando que puede generar importantes cambios en la sociedad. Así lo confirman padres, docentes y alumnos de algunas instituciones educativas donde desde hace unos años están implementando un programa de estudio ambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay.
Son poco más de las siete de la mañana y la densa neblina otoñal se va disipando con los primeros rayos del sol. En el aula del octavo grado se preparan con mucha ansiedad por salir al patio trasero de la Escuela Salesiana Pedro Ignacio Morínigo, de la ciudad de Fernando de la Mora, donde tienen su pequeña huerta escolar. Los acompaña el profesor Adolfo Ramírez, ingeniero agrónomo. La tarea del día es revisar cómo han quedado los pequeños plantines, así como el drenaje correcto del agua tras la intensa lluvia que se registró el día anterior.
El desarrollo de la huerta escolar forma parte del proyecto de formación y educación medioambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay, gracias al apoyo de la Cooperación Alemana y el Engagement Global. Este programa educativo medioambiental es aplicado además en 16 instituciones educativas salesianas y dos escuelas públicas.
Para conocer más acerca del programa, La Nación/Nación Media conversó con la coordinadora, la ingeniera María José Llamosas, quien señaló que el programa arrancó en 2021 con un plan piloto con cinco escuelas salesianas. Explicó que cerrar con éxito ese primer año permitió asegurar el financiamiento para los siguientes años. A la fecha ya se está ejecutando en un total de 18 instituciones educativas llegando a más de 11.000 estudiantes.
“Desarrollamos un documento que sirva a los docentes como base para poner en práctica la educación ambiental en los colegios. Y aparte de ese documento, también se realizan ciertas medidas concretas en favor del cuidado del medioambiente”, indicó.
Agregó que desde la red salesiana dan seguimiento al proceso de aplicación del programa educativo medioambiental, acompañando al docente en el aula, colaborando en las prácticas a fin de que el desarrollo ambiental sea sostenible en el tiempo. Además, involucra a padres y otros actores de la comunidad educativa.
PROBAR, EXPERIMENTAR Y APRENDER
Una de las instituciones que lleva adelante este programa es justamente la escuela Pedro Ignacio Morínigo, donde el programa educativo se está aplicando en todos los niveles escolares. La ejecución de esta iniciativa desarrolla un importante número de competencias y disciplinas, permitiendo probar, experimentar y aprender haciendo.
Al respecto, la directora de la institución, la Lic. Rosa Marengo, destacó que el desarrollo de la huerta escolar les permite promover una conciencia de cuidado y respeto al medioambiente. Además del aprendizaje sobre alimentación saludable, impulsando valores como la paciencia, responsabilidad, compañerismo y compromiso.
Indicó que a la par del cultivo de hortalizas, también cultivan plantas medicinales para que los alumnos conozcan y aprendan sobre sus propiedades. Asimismo, continúan con el programa de reciclados que ya desarrollaron con mucho éxito el año pasado.
“Hace cuatro años que trabajamos con este programa medioambiental y creo que ya es sostenible en el tiempo. Los chicos están muy entusiasmados, al igual que sus padres están muy pendientes del desarrollo de las actividades. Es muy interesante la forma como los chicos aprenden sobre el cultivo de hortalizas, porque ellos no tienen ese contacto agrícola. Muchas veces ocurrió que se han sorprendido de dónde provienen ciertas verduras u hortalizas”, indicó.
En tanto, la profesora Fabiola Gómez, docente del quinto grado de los turnos mañana y tarde, destacó la importancia de trabajar con los alumnos la idea del cuidado del medioambiente, subrayando la importancia del reciclaje y el cultivo de la huerta para una alimentación saludable. Mencionó que actualmente están con los plantines de lechuga, cebollitas, perejil, espinacas, acelgas, entre otros. Además, de las plantas medicinales, como ser el boldo, la mentita, cedrón.
“Es importante porque ellos ven el proceso de crecimiento y desarrollo de las plantas. Por eso, considero muy enriquecedor para las escuelas en general. Además, permite que los niños repliquen lo aprendido en sus hogares, es así que varios chicos ya comenzaron a tener sus pequeñas huertas en las casas”, comentó la directora Marengo.
EDUCACIÓN TRASVERSAL
Al respecto, Llamosas, coordinadora del Equipo Inspectorial, señaló que, para un mejor aprovechamiento del programa de estudio, se ha trabajado para que el mismo sea transversal al resto de la malla curricular. Indicó que para su implementación en las escuelas se firmaron convenios de cooperación con las instituciones. Así también, cuenta con la revisión por parte del Ministerio de Educación y Ciencias, a través de la Dirección de Desarrollo Educativo, que hace el control y la verificación del plan, certificando que es apto para el uso en escuelas en Paraguay.
“A la par de trabajar con el MEC, también colabora el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) con los contenidos específicamente ambientales que estén acordes a la actualidad. Es así que notaron la falencia de que la educación ambiental necesitaba una mayor trazabilidad con las demás asignaturas, como bien establece el currículum de la educación paraguaya. Justamente es donde la red salesiana ha colaborado para mejorar esa trazabilidad”, precisó.
RESILIENCIA AL CAMBIO CLIMÁTICO
Dentro de este programa de estudio ambiental, la ingeniera Llamosas destacó que trabajan con un total de 10 ejes temáticos. De estos, dos de ellos están directamente enfocados en lo que es el cambio climático y la gestión de riesgos de recursos con enfoque en la resiliencia. Explicó que el objetivo es que la comunidad educativa aprenda a identificar esos factores de riesgos y luego sepa cómo sobrevivir al cambio climático.
“El primer factor es identificar cuáles son los riesgos y después ir viendo cómo mitigar o de usar ese término que ahora se solicita, que es el de la resiliencia al cambio climático. Por ejemplo, las escuelas del Chaco tienen problemas más tangibles como la sequía, las inundaciones y lo mismo los incendios forestales que les llegan prácticamente a las escuelas y a las casas. Buscamos que desarrollen el pensamiento crítico y de parte de ellos mismos salga esa identificación de factores de riesgo, que hagan su diagnóstico ambiental o su diagnóstico de riesgo, su mapa de riesgo”, concluyó.
CAMBIO DE HÁBITOS
La ingeniera Llamosas mencionó que si bien al principio costó un poco bajar el programa trasversal ambiental, primero con los docentes y luego en el aula con los estudiantes, con el paso del tiempo tanto alumnos como docentes van comprendiendo la temática y ya les está resultando mucho más fácil ponerlas en ejecución.
“Todo proceso ambiental es generalmente a largo plazo, pero a corto plazo vemos también cambios en los estilos de vida. Son pequeñas cosas o acciones, pero ya es un cambio de hábito, de actitud y estilos de vida en las personas”, acotó.
Al respecto, la profesora María Cristina Snead, docente y referente del Equipo Inspectorial Medioambiental del Colegio Don Bosco de Ypacaraí, resaltó que desde que comenzaron a implementar el programa están observando esos cambios de hábitos, primero en sus alumnos, que se han convertido en celosos agentes de cuidado del medioambiente.
Es así que ya ha experimentado varias acciones por iniciativa de sus propios alumnos, que luego de aprender la importancia de la clasificación de los residuos comenzaron a colocar tachos de basuras diferenciados frente a sus hogares. Recordó que esto generó a su vez un problema nuevo al ver que los recolectores de basura no respetaban la clasificación y al final los residuos terminaban todos de vuelta mezclados en los camiones.
“Los alumnos volvieron enojados a la escuela, pero no se quedaron con los brazos cruzados, sino que, por iniciativa de ellos, llegaron a los intendentes municipales de Itauguá, Ypacaraí, Pirayú, Areguá y Caacupé –porque es el rango de influencia del colegio Don Bosco de Ypacaraí y recibe alumnos de estos distritos– para plantear y buscar soluciones con las autoridades locales”, comentó.
La docente recordó también otra situación en la que una alumna de la institución se quejó porque todos los días su vecina quemaba su basura en su casa, generando mucho humo. Entonces, sus compañeros decidieron escribir cartas a la vecina, un total de 30 misivas en las que le explicaban cada uno los efectos nocivos de la quema de basuras.
La profesora Snead agregó que ha sido fácil implementar el programa de estudio ambiental, que a su vez es trasversal al resto de las asignaturas en los distintos grados. Esto sin necesidad de que se alteren mucho los correspondientes indicadores de cada una de las materias.
“Es una experiencia maravillosa trabajar con los chiquitos porque están interesados en aprender lo que es educación ambiental porque realmente ellos asumen el compromiso y se vuelven unos celosos vigilantes de no tirar los residuos, de cuidar el medioambiente. Realmente para nosotros ha sido una experiencia maravillosa. Trabajar con los niños en educación ambiental creo que nos dará un futuro ecológico asegurado y vemos que está generando verdaderos cambios en los niños y en sus familias”, remarcó.
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El pangolín es el mamífero más traficado del mundo
- Washington, Estados Unidos. AFP.
Estados Unidos decidió reforzar la protección federal de todas las especies de pangolines, los únicos mamíferos de piel escamosa y los que sufren más tráfico ilegal en el mundo. Presentes en las selvas, bosques y sabanas de África y Asia, los pangolines son pequeñas criaturas nocturnas conocidas por su peculiar aspecto, su lentitud, su comportamiento pacífico y su costumbre de hacerse un ovillo cuando se sienten amenazados.
Utilizan sus largas y pegajosas lenguas para alimentarse de hormigas y termitas y tienen una sola cría al año. Sus escamas de queratina son codiciadas en la medicina tradicional, y su carne también se considera un manjar en algunas regiones. A pesar del declive de su población debido a la caza furtiva, la pérdida de hábitat y la endogamia, sólo una especie, el pangolín de Temminck de África, está protegida por la Ley de Especies Amenazadas de Estados Unidos.
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La propuesta presentada este lunes por el Servicio de pesca y vida silvestre de Estados Unidos extendería ese estatus a las ocho especies conocidas. La agencia se propone incluir en la lista a las cuatro asiáticas (pangolín chino, indio, de Sunda y filipino) y las otras tres africanas: pangolín de vientre blanco, de vientre negro y pangolín gigante.
“Estoy encantada de que Estados Unidos ponga de su parte para salvar a estas adorables y extrañas criaturas”, declaró Sarah Uhlemann, directora del programa internacional del Centro para la Diversidad Biológica. “Los pangolines están en el filo de la navaja de la extinción y tenemos que cerrar por completo cualquier mercado estadounidense de sus escamas. No hay ninguna buena razón para que nadie ingiera ninguna parte de un pangolín”, sostiene en un comunicado.
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Los pangolines están actualmente protegidos por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que prohíbe el comercio internacional con fines comerciales y sólo lo permite en circunstancias excepcionales. Pero el tráfico ilegal persiste.
En abril, las autoridades nigerianas se incautaron de casi cuatro toneladas de escamas de pangolín traficadas, lo que equivale a unos 2.000 animales sacrificados. En noviembre, Indonesia interceptó otras 1,2 toneladas. La demanda estadounidense sigue siendo un factor. Entre 2016 y 2020, los funcionarios de fronteras interceptaron 76 envíos de partes de pangolín, incluidas escamas y productos comercializados para la medicina tradicional, según datos oficiales.