El presidente de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), Alfred Fast, se refirió acerca del fenómeno El Niño y mencionó que este evento climatológico podría ser beneficioso para el sector agrícola. En ese sentido, manifestó que generalmente da una buena cosecha, teniendo en cuenta que cuando llueve más no hay déficit hídrico en la soja.
Así lo indicó a La Nación/Nación Media, remarcando que de esta manera la producción podrá notar su condición potencial siempre y cuando se controlen las enfermedades que puedan aparecer con la alta humedad. “El Niño es un buen año agrícola, ahora lo que hay que cuidar un poco son las partes bajas en los campos, hay que cuidar un poco para implantar la soja”, sostuvo.
Fast indicó que pueden darse inundaciones, por ello se recomienda sembrar un poco más tarde en el caso de los campos bajos, y hacerla cuando hay más calor. “Yo por ejemplo voy a sembrar en noviembre o diciembre recién porque la semilla sale antes cuando hay un poco de calor”, expresó, pues si se hace en setiembre con el frío y en una zona inundable la semilla no terminaría de germinar. El representante del gremio añadió que en el Chaco son mejores los años cuando hay precipitaciones y que el productor es muy resiliente adaptándose rápido a estos cambios que en el caso del fenómeno climatológico que se avecina puede significar abundancia con los debidos cuidados. No obstante, advirtió que si las lluvias se dan durante la cosecha sí se podrían tener pérdidas, por eso habría que evitar sembrar todas las semillas al mismo tiempo y espaciar las siembras.
Las estimaciones para la campaña sojera 2023-2024 son positivas y apuntan a las 10 millones de toneladas, según había informado el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, lo cual resulta 1,2 millones más a las 8,8 millones de toneladas cosechadas en la campaña pasada. Es por eso que desde el rubro se encuentran expectantes a que no se generen mayores complicaciones que modifiquen dicho escenario.
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Brasil tiene ahora dos veces más riesgo de sufrir inundaciones a causa del cambio climático
El cambio climático duplicó las probabilidades de que ocurrieran las inundaciones que devastaron en mayo el sur de Brasil e intensificó las lluvias causadas por el fenómeno de El Niño, dijeron científicos este lunes.
El equivalente a tres meses de lluvia cayó sobre el estado de Rio Grande do Sul en dos semanas en un “evento extremadamente raro, que se espera que ocurra solo una vez cada 100-250 años”, según un estudio publicado por el grupo World Weather Attribution (WWA).
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El diluvio, que se prolongó varios días desde finales de abril, sumergió ciudades, incluida la capital del estado, Porto Alegre, y su aeropuerto internacional. Afectó a más del 90 % de los municipios de esa región del tamaño de Ecuador. La catástrofe dejó 172 muertos y 600.000 desplazados.
“Los investigadores estimaron que el cambio climático hizo el evento más del doble de probable y entre 6 % y 9 % más intenso”, dijo en un comunicado el WWA.
Por otra parte, los efectos del fenómeno de El Niño hicieron que las precipitaciones fueran hasta un 10 % más intensas, agregó la red mundial de científicos que evalúa la relación entre los fenómenos meteorológicos extremos y el calentamiento.
“Lo aterrador de estas inundaciones es que nos muestran que el mundo necesita estar preparado para eventos tan extremos que no se parecen a nada de lo que hayamos visto antes”, dijo Maja Vahlberg, consultora de riesgo climático del Centro del Clima de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
Regina Rodrigues, investigadora de la Universidad Federal de Santa Catarina, dijo que el desastre mostró que incluso cuando El Niño está en una fase de debilitamiento, como ocurre actualmente, puede ser extremadamente peligroso.
“El cambio climático está intensificando el impacto de El Niño en el sur de Brasil al hacer que un evento extremadamente raro sea más frecuente e intenso”, afirmó.
De las cuatro mayores inundaciones que ha sufrido en su historia Porto Alegre, “tres ocurrieron en los últimos nueve meses”, dijo Rodrigues en una conferencia de prensa. “Esto es muy raro”, precisó.
No hay seguridad
Rio Grande do Sul es particularmente vulnerable a las inundaciones, al albergar un vasto sistema fluvial que recorre buena parte de su territorio.
Porto Alegre se encuentra a orillas del Guaiba, donde convergen cinco ríos antes de desembocar en una de las lagunas de agua dulce más grandes de Sudamérica, la Laguna de los Patos. Pero hasta 2023, la región llevaba seis décadas sin sufrir ninguna inundación importante.
Ello puede haber dado a sus habitantes una falsa sensación de seguridad, estimó Vahlberg.
Un amplio sistema de protección contra inundaciones en Porto Alegre, construido después de graves inundaciones en 1941 y 1967, fue diseñado para soportar niveles de agua de hasta seis metros.
Sin embargo, Vahlberg sostiene que la falta de mantenimiento hizo que comenzara a fallar a los 4,5 metros.
Criticado por algunos habitantes de la ciudad por obstaculizar la vista del Guaiba, hubo falta de inversión y, en los últimos años, presión para desmantelarlo por completo.
Deforestación y urbanización
Una semana antes del evento en Rio Grande do Sul se emitieron alertas, pero es posible que no llegaran a la mayoría y “la población puede no haber comprendido la gravedad del impacto esperado”, sostuvo Vahlberg.
Los científicos subrayaron que la deforestación para dar paso a la agricultura y a la rápida urbanización también “empeoró los efectos”.
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El estudio de WWA citó datos que muestran que el 22 % de la vegetación nativa del estado se ha perdido en menos de cuatro décadas, gran parte de ella sustituida por plantaciones de soja.
Al menos 240 asentamientos informales, 80 comunidades indígenas y 40 de descendientes de africanos esclavizados (conocidas como quilombolas) se vieron gravemente afectadas por las inundaciones.
“Implementar políticas que hagan menos vulnerables a las personas, aumentar la protección contra las inundaciones y restaurar los ecosistemas naturales para amortiguar el impacto de las fuertes lluvias son algunas formas en que los gobiernos pueden evitar pérdidas humanas y limitar los daños de estos eventos”, subrayó Vahlberg.
Fuente: AFP
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La Niña aparecería desde julio con temperaturas más frías
El fenómeno meteorológico La Niña podría llegar próximamente, acompañado de temperaturas más frescas, después de los máximos de calor alimentados por El Niño y batidos mes tras mes desde hace un año. Hay un 60 % de probabilidades de que La Niña aparezca en el periodo julio-setiembre y un 70 % en agosto-noviembre, según la OMM, que considera que “el riesgo de reaparición de El Niño es insignificante durante ese periodo”.
“El fenómeno El Niño 2023/24, que contribuyó a alimentar el aumento de las temperaturas globales y de las condiciones meteorológicas extremas en todo el mundo, muestra signos de estar llegando a su fin. Es probable que haya un regreso a las condiciones de La Niña más adelante este año”, indica la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en su último informe sobre estos dos fenómenos meteorológicos mundiales, que tienen impactos casi opuestos.
Antes, en el periodo junio-agosto, la organización estima que existe la misma probabilidad (50 %) de que se den condiciones neutras -ni Niño ni Niña- o de que se produzca una transición a La Niña. La Niña designa el enfriamiento a gran escala de las temperaturas de la superficie de los océanos en el centro y el este del Pacífico ecuatorial. Este fenómeno está asociado a cambios de la circulación atmosférica tropical: vientos, presión y precipitaciones.
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Los efectos precisos varían en función de la intensidad y la duración, así como de la época del año en que se produce el fenómeno y la interacción con otros fenómenos climáticos, señala la organización de la ONU. Los efectos también varían según las regiones. En los trópicos, La Niña produce impactos climáticos opuestos a los de El Niño.
Sin embargo, estos fenómenos climáticos naturales “se producen ahora en el contexto de un cambio climático inducido por el hombre, que aumenta las temperaturas mundiales, exacerba las condiciones meteorológicas y climáticas extremas y repercute en los regímenes estacionales de precipitaciones y temperaturas”, recuerda la OMM.
Calor y huracanes
Cada mes desde junio de 2023 marcó un nuevo récord de temperatura, y 2023 fue con diferencia el año más cálido jamás registrado. “El final de El Niño no significa una pausa en el cambio climático a largo plazo, ya que nuestro planeta seguirá calentándose debido a los gases de efecto invernadero que atrapan el calor”, declaró Ko Barrett, secretaria general adjunta de la OMM, citada en el comunicado.
La Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA) ya incorporó La Niña a sus previsiones para la temporada 2024 de huracanes en el Atlántico Norte. Esta comenzará a principios de junio y se anuncia “extraordinaria”, con la posibilidad de entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o más, según la NOAA. La OMM también señala que los últimos nueve años fueron los más cálidos jamás registrados, pese al efecto de enfriamiento de una larga La Niña, que duró desde 2020 hasta principios de 2023.
Enfriamiento de temperaturas
El fenómeno meteorológico La Niña regresa al planeta y traerá un enfriamiento de las temperaturas, tras un periodo de El Niño que provocó, junto al cambio climático, récords de calor en 2023. Pero el impacto de este enfriamiento podría ser en promedio muy débil, advierten los climatólogos, a causa del impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya responsables de un aumento de las temperaturas mundiales de al menos 1,2° C en promedio en comparación con finales del siglo XIX. Así es como el ciclo El Niño-oscilación del sur (ENSO, en inglés) influye en el clima mundial.
El Niño se refiere al fenómeno cíclico de calentamiento del agua en el centro y el este del océano Pacífico tropical, que influye en las precipitaciones, los vientos y las corrientes oceánicas, y hace subir el promedio de las temperaturas mundiales. Ocurre cada dos a siete años y generalmente dura de nueve a doce meses. El último El Niño, que comenzó en junio de 2023, se encuentra entre los cinco más intensos jamás registrados, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En condiciones normales, los vientos alisios sobre el Pacífico soplan hacia el oeste a lo largo del ecuador, llevando las aguas cálidas de Sudamérica hacia Asia.
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Para reemplazarlas, el agua fría asciende desde las profundidades. Pero durante El Niño, estos vientos alisios se debilitan y el agua caliente regresa hacia América, alimentando un calentamiento adicional de la atmósfera y el desplazamiento de la corriente en chorro del Pacífico (o jet stream: vientos poderosos situados a la altura donde vuelan los aviones) hacia el sur.
Este desplazamiento de la corriente en chorro generalmente provoca un clima más seco en el Sudeste Asiático, Australia, Sudáfrica y la región septentrional de Sudamérica y, por el contrario, provoca condiciones mucho más húmedas en el Cuerno de África y el sur de Estados Unidos. El cambio climático influye en el ciclo ENSO, pero su efecto aún es incierto, explica Michelle L’Heureux, especialista del fenómeno en la agencia meteorológica estadounidense NOAA.
Las condiciones más secas o más húmedas provocadas por el ENSO “pueden amplificarse” debido al calentamiento global, explica. En todo caso, ese aumento de las temperaturas mundiales sirve como una “ventana al futuro” del cambio climático: “al dar un impulso temporal, el ENSO ofrece un vistazo de cómo es un mundo más cálido”, cuenta la meteoróloga, tras un año sin precedentes.
Período neutro
Aunque El Niño se ha atenuado, los primeros cuatro meses de 2024 han continuado rompiendo récords de calor, lo cual no es una sorpresa ya que su ciclo generalmente hace subir las temperaturas el año siguiente a su aparición. El ENSO no funciona “como un interruptor”, explica Michelle L’Heureux. “Se necesita un tiempo para que la circulación atmosférica mundial se adapte”. Según la OMM, hay una probabilidad del 50 % de que el trimestre junio-agosto sea un período neutro, entre los dos ciclos, o bien se inicie La Niña.
La Niña
El fenómeno La Niña se traduce en un enfriamiento del océano Pacífico oriental durante un período de aproximadamente uno a tres años, produciendo los efectos inversos de El Niño en el clima mundial. La Niña provoca condiciones generalmente más húmedas en algunas regiones de Australia, el Sudeste Asiático, India, el sureste de África y el norte de Brasil, pero condiciones más secas en algunas regiones de Sudamérica. También puede contribuir a una temporada de huracanes más violenta en el Atlántico. La agencia estadounidense NOAA anticipa una temporada 2024 excepcional, con entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o superior.
Un posible regreso de La Niña desde el verano no es suficiente para alimentar la esperanza de un alivio rápido para regiones como el Sudeste Asiático, golpeadas ya desde esta primavera (boreal) por olas de calor extremo. “El planeta se está calentando y el ENSO solo juega un papel secundario”, insiste Michelle L’Heureux. “Incluso con el posible desarrollo de La Niña a partir de este año, todavía esperamos que 2024 se sitúe entre los cinco años más calurosos jamás medidos”.
Fuente: AFP.
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El Niño y el cambio climático causan un récord de desastres en Latinoamérica
El fenómeno natural El Niño y el calentamiento global debido a la actividad humana provocaron un récord de desastres climáticos en Latinoamérica y el Caribe en 2023, indicó el miércoles pasado la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que expresó su solidaridad por la actual “catástrofe” en Brasil.
- Alina Dieste AFP
- Fotos: AFP
En su último informe sobre el estado del clima en la región, esta agencia de la ONU resaltó que el año pasado fue el más cálido del que se tiene registro. Además, señaló que se ha acelerado la subida del nivel del mar y el retroceso de los glaciares, y que se produjo “un gran cambio” en la distribución de las precipitaciones que causó sequías e incendios forestales y también inundaciones y deslaves.
“En todos los tipos de variables climáticas y ambientales se han batido récords durante 2023″, dijo la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, al presentar el reporte. “América Latina y el Caribe se han visto gravemente afectadas por los efectos de El Niño que se suman, por supuesto, a los de cambio climático inducidos por la presencia humana”, agregó.
La OMM describe a El Niño como un patrón climático natural asociado al calentamiento de la superficie oceánica en el Pacífico tropical, que suele producirse cada dos o siete años y durar entre nueve y doce meses, pero remarca que actualmente ocurre en el contexto de un clima alterado por las actividades humanas.
“CATÁSTROFE” EN BRASIL
En la presentación del informe hubo múltiples mensajes de solidaridad para Brasil por las históricas inundaciones en el sur del país, que han provocado más de un centenar de muertos, cientos de heridos y desaparecidos, y decenas de miles de desplazados. “Esta catástrofe es un trágico recordatorio de cómo los peligros climáticos cada vez más intensos y frecuentes socavan el desarrollo socioeconómico”, destacó Saulo.
Paola Albrito, directora de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), dijo que unos 11 millones de personas en Latinoamérica y el Caribe se vieron afectadas por desastres en 2023, la mayoría relacionados con el clima, “lo que resultó en pérdidas económicas de más de 20.000 millones de dólares”. “Lamentablemente, estamos viendo cómo esto ocurre ahora en Brasil”, apuntó, y felicitó al Gobierno brasileño por la operación de socorro.
Entre los desastres climáticos de 2023, la OMM destacó el huracán Otis, que devastó el balneario mexicano Acapulco en octubre. También mencionó la falta y el exceso de agua. Por un lado, dijo, una intensa sequía redujo a un mínimo histórico el nivel del río Negro en la Amazonía brasileña; perturbó “gravemente” el tráfico por el canal de Panamá; y golpeó el norte de Argentina, el sur de Brasil y Uruguay, que vivió su verano más seco en 42 años y sufrió un déficit hídrico crítico.
Por otro lado, la OMM recordó que copiosas lluvias dejaron decenas de muertos por deslizamientos de tierra e inundaciones en febrero en el sudeste de Brasil, y en noviembre en Jamaica, Haití y República Dominicana.
EL AÑO MÁS CÁLIDO
En 2023, la temperatura media fue la más alta registrada hasta ahora en Latinoamérica y el Caribe, indicó la OMM. Estuvo 0,82 °C por encima de la media del período 1991-2020, y 1,39 °C por encima del valor de referencia del período 1961-1990. En México, el verano boreal fue excepcionalmente tórrido, con una máxima de 51,4 ºC en agosto.
En tanto, de agosto a diciembre la región central de Sudamérica experimentó un calor abrasador. En algunas zonas de Brasil el termómetro marcó 41 ºC en agosto, en pleno invierno austral.
Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Perú registraron sus temperaturas más altas para un mes de setiembre y hubo grandes incendios forestales.
La OMM advirtió también que el ritmo de incremento del nivel medio del mar en el Atlántico sur y en las zonas subtropical y tropical del Atlántico norte supera la media mundial. Y apuntó que en Chile, el glaciar Echaurren Norte, de referencia para el servicio de vigilancia de glaciares WGMS, perdió unos 31 metros de equivalente en agua entre 1975 y 2023.
La OMM subrayó los “progresos para aumentar la resiliencia del sector de la salud al cambio climático”, y apuntó que 12 de los 35 países americanos están elaborando planes de adaptación.
Pero consideró “insuficientes” los servicios meteorológicos y climáticos prestados en la región. Albrito recordó que solo cerca del 1 % de la asistencia oficial para el desarrollo en Latinoamérica y el Caribe se destina a la prevención de desastres. “Este bajo nivel de inversión aumenta las vulnerabilidades y deja a muchos de los países menos desarrollados de la región en un estado constante de recuperación de desastres”, dijo.
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Exportación total se incrementó en un 0,2 % a abril de este año
Al mes de abril de este año 2024, la balanza comercial registró un 0,2 % de variación positiva para la exportación total por un valor de USD 5.618 millones comparado a los USD 5.605 millones del 2023, informaron en el reporte de comercio exterior del Banco Central del Paraguay (BCP).
En el informe se detalla también que la exportación total disminuyó 7,8 % interanual en abril y la exportación registrada presentó una reducción del 0,9 % a abril 2024 y una caída del 9,7 % en los últimos 12 meses, explicada principalmente por los menores envíos de granos de soja, maíz y energía eléctrica (51,6 %), que verificaron una variación negativa del 2,7 %.
Por otro lado, indicaron que la importación total se incrementó 12,2 % a abril de 2024, la importación para uso interno también se incrementó un 16 %. Los bienes intermedios se incrementaron impulsados por las mayores compras de sustancias químicas (36 %), nafta (59 %), además del hierro y sus manufacturas (21 %). El saldo de comercio exterior registró un superávit de USD 326,6 millones a abril 2024.
IMPORTACIONES
En cuanto a la importación total, a abril presentó un incremento del 12,2 % por un valor de USD 5.292 millones ante los USD 4.715 millones de 2023. La importación total también registró un incremento del 35,7 % en términos anuales.
Las manufacturas de origen industrial tuvieron la mayor incidencia en el incremento al mes de abril por un valor de USD 4.010 millones, seguidas por los combustibles y lubricantes por USD 681 millones y finalmente las manufacturas de origen agropecuario por USD 336 millones.
El 65,3 % de las importaciones registradas proviene de China, Brasil y Estados Unidos. Los teléfonos móviles celulares provienen en un 26 % de China, al igual que máquinas portátiles para procesar datos (6 %). La cerveza de malta (3,4 %) y tractores (3,2 %) provienen de Brasil y el gasoil (47 %) y naftas (4,7 %) provienen de Estados Unidos.
Condiciones climáticas podrían generar variaciones en envíos
Afirman que este es el motivo, por lo que las proyecciones para mitad de año no son predecibles.
El director del Consorcio de Ventanilla Única de Exportación (Convue), Celso Bareiro, manifestó que aunque las exportaciones a través del certificado de origen subieron 15,2 % en los cuatro primeros meses del año, se podrían dar variaciones debido a las condiciones climáticas, por lo que las proyecciones para mitad de año no son predecibles. Explicó que de acuerdo a los estudios realizados desde el 2016 hasta el 2024, registraron variaciones que fueron un sube y baja constante; los últimos años los precios internacionales o los conflictos bélicos fueron los que más influyeron. “Las guerras también nos afectan, tales como la de Rusia o Ucrania”, manifestó a la 650 AM.
Agregó que si bien se dan repuntes, cuando hay caídas no son muy notorias. “Excepto en el 2019 que bajamos un 15 % en el total del año, con respecto al año anterior”, indicó.
No obstante, durante la pandemia se observó un crecimiento del 20 % en 2020 y 30 % en 2021. Los envíos globales según el certificado de origen emitido tienen importancia porque con ellos los exportadores declaran bajo juramento que la mercancía a ser enviada cumplió con las exigencias. En este primer cuatrimestre sobrepasaron por USD 380 millones a lo registrado en el mismo periodo del año pasado, llegando a un total de USD 2.790 millones.
Mipyme realiza primera venta de sus productos a EE. UU.
Fue posible gracias a los servicios de Exporta Fácil, programa del MIC.
Ñandeté, una microempresa dedicada al rubro del té y perteneciente a Organika SA, ha logrado un importante hito al realizar su primera exportación de productos a Estados Unidos. Este logro fue posible gracias a los servicios de Exporta Fácil, un programa del Viceministerio de Mipymes del Ministerio de Industria y Comercio (MIC) y la Dirección Nacional de Correos del Paraguay (Dinacopa) que simplifica las acciones para las exportaciones. La empresa se destaca por su compromiso con la naturaleza y la sostenibilidad, desarrollando productos con propósito. “Nos enorgullecemos de ser una empresa que honra la riqueza de las hierbas y la yerba mate del monte, mientras nos esforzamos por construir un mundo más equitativo y ecológico”, señala el informe.
Ñandeté establece alianzas con agricultores locales que comparten su visión de manejo natural y calidad agroecológica u orgánica, destacando así la importancia de la mano de obra local en su proceso productivo. La colaboración con la Fundación Moisés Bertoni, la reserva natural más grande del país, refleja el compromiso de Ñandeté con la sostenibilidad ambiental y su objetivo de dejar un impacto positivo en el mundo. El Proyecto Exporta Fácil propicia la formalización e internacionalización de las mipymes a través de la exportación simplificada, utilizando la logística postal y un sistema web de fácil uso. Esta herramienta permite el envío de paquetes de hasta veinte kilos a cualquier destino del mundo.