El segmento industrial apunta a un modelo de producción responsable, rentable e inclusivo, teniendo como reto transformar los desechos en oportunidades para este sector económico. Así lo indicaron desde la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (Cispy), en el marco de la Feria Empresarial del Paraguay (FEPY) y del primer Foro de Sostenibilidad y Economía Circular, organizado por la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y el Circular Economy Innovation Hub.
Sostienen que las industrias no solo reducen la contaminación y las emisiones de CO₂, sino que también generan cadenas de valor que crean empleo, atraen inversiones y benefician a miles de recicladores y ciudadanos.
En ese sentido, el presidente del gremio, Carlos Mangabeira, indicó que “miles de paraguayos están cambiando el destino de nuestros residuos”. Resaltó el esfuerzo del sector, la innovación y compromiso por construir un país más limpio, competitivo y justo de la mano del reciclaje.
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Mangabeira informó que estos 45 años, las industrias han consolidado cadenas de reciclaje especializadas en distintos sectores. Precisó que el papel y cartón se recupera unas 6.000 toneladas mensuales, transformándose en cajas, placas de yeso y envases flexibles. En metales, la tasa de recuperación anual supera el 95 %, mientras que el reciclaje de envases larga vida alcanzó más de 4 millones de unidades en 2024, reutilizadas en chapas, mobiliarios e incluso instrumentos musicales.
Reciclaje de neumáticos
De acuerdo con los datos del gremio, el reciclaje de neumáticos fuera de uso también mostró avances significativos: una de las empresas de la cámara, a través de procesos 100 % mecánicos y alimentados por energía renovable, logró reciclar 8.000 toneladas de neumáticos en los últimos años, mientras otra transforma aproximadamente 720 toneladas anuales de caucho reciclado en baldosas, utilizada en plazas, canchas y parques, proyectando llegar a 2.400 toneladas en 2026.
Es así que solo entre 2019 y 2024 se procesaron 1,29 millones de kilos de residuos electrónicos, incluyendo placas, baterías y computadoras. Este segmento emplea a unas 7.000 personas de manera directa, generando un aporte al fisco de USD 100 millones anuales al fisco y consume USD 10 millones en energía eléctrica al año, destacó el titular del gremio.
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Una industria que apuesta a su gente y al ambiente
En el marco del Día de la Industria que será este lunes 8 de setiembre, el sector demuestra que más allá de la producción, apuesta a aspectos tan importantes como el factor humano y la sostenibilidad.
La industria paraguaya atraviesa un proceso de cambio profundo, marcado por la innovación, la generación de empleo formal y una apuesta firme por la sostenibilidad. En distintos rubros, las empresas están invirtiendo en tecnología, infraestructura y procesos limpios, con resultados que ya se reflejan en la economía nacional.
En ese sentido, solo el sector formal de reciclaje recupera más de 200.000 toneladas de materiales al año, genera más de 7.000 empleos directos y aporta alrededor de USD 100 millones anuales al fisco, conforme datos de la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (Cispy).
Para Carlos Mangabeira, presidente del gremio, estos avances marcan un antes y un después: “Estamos demostrando que la sostenibilidad no es un gasto, sino una herramienta de competitividad que abre mercados y fortalece a nuestras empresas”, afirma.
En los últimos cinco años, el sector industrial destinó más de USD 85 millones en inversiones para fortalecer la infraestructura del reciclaje en Paraguay. Con estas apuestas estratégicas, se posiciona a Paraguay en el mapa regional y confirman que la economía circular no solo es viable, sino también rentable y esencial para el desarrollo del país.
Otra arista más que importante es el impacto social, pues más de 25.000 recicladores de base forman parte de esta cadena, que articula con 2.500 centros de acopio y beneficia indirectamente a unas 130.000 personas en el país.
En este contexto de transformación, el Día de la Industria Nacional, que se conmemora cada 8 de septiembre, trasciende lo simbólico y cobra un sentido renovado. No se trata solo de una fecha en el calendario, sino de un espacio para valorar el esfuerzo de miles de paraguayos que, con visión y compromiso, sostienen uno de los pilares del desarrollo del país, la industria.
Hoy el sector industrial no se limita a producir; apuesta por prácticas responsables, la apertura de nuevos mercados y una participación activa en iniciativas que posicionan a Paraguay como un referente regional en sostenibilidad.
“La visión es clara: consolidar una industria que no solo mueva la economía, sino que también impulse la innovación, el empleo verde y la construcción de un futuro con responsabilidad social y ambiental”, agrega el titular de Cispy.
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Sostenibilidad no es gasto, sino inversión con impacto
Por: Adelaida Alcaraz
Paraguay emerge como un referente regional en economía circular. Gracias al liderazgo de Carlos Mangabeira, presidente de la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (Cispy), el país transforma residuos en recursos estratégicos, generando empleo, innovación y aportes económicos que demuestran que la sostenibilidad no es un costo, sino una oportunidad de crecimiento rentable.
Hoy, el mundo demanda simultáneamente sostenibilidad y competitividad, y Paraguay no permanece al margen de este desafío. El país trabaja intensamente para posicionarse como un actor clave en la región, liderado por Carlos Mangabeira, presidente de la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (Cispy).
En este mano a mano, el titular del gremio reveló que el sector no solo genera empleo, sino también innovación y más de USD 100 millones anuales en aporte fiscal.
Su gestión se centra en fortalecer la formalización del sector, promover políticas de trazabilidad y manejo de residuos, fomentar la educación ambiental y expandir la red de empresas comprometidas con prácticas circulares. “El objetivo es crear valor económico con impacto social y ambiental, y consolidar un modelo de desarrollo sostenible que inspire a toda la región”, anticipó.
Paraguay logró atraer inversiones millonarias en reciclaje. ¿Cuáles son los hitos más recientes que muestran ese cambio de paradigma?
En los últimos cinco años, el sector concretó inversiones significativas por más de USD 85 millones para el fortalecimiento de la infraestructura del reciclaje en Paraguay. Entre los hitos más importantes se encuentra la puesta en marcha de Circular PET, una planta de resina reciclada desarrollada por Paresa-Coca Cola, Coresa e INPET, con una operación de USD 25 millones.
También la ampliación de la Fábrica Paraguaya de Vidrios del Grupo Cervepar, que incorporó tecnología eléctrica renovable mediante un desembolso de USD 43 millones. Estas apuestas estratégicas marcan un antes y un después, posicionando a Paraguay en el mapa regional y demostrando que la economía circular es viable, rentable y estratégica para el desarrollo de un país.
¿Qué impacto real tiene esta industria en la economía paraguaya?
La industria sustentable constituye un motor estratégico para el desarrollo económico, al generar empleo formal, atraer inversiones, impulsar la innovación y contribuir de manera significativa a la recaudación fiscal.
En Paraguay, este sector no solo promueve la protección del ambiente, sino que transforma los residuos en recursos estratégicos, optimiza procesos productivos y abre nuevas oportunidades de mercado. Brinda sustento directo a más de 25.000 recicladores de base, articula su labor con 2.500 centros de acopio y beneficia de manera indirecta a más de 130.000 personas.
Estos resultados reflejan la magnitud del impacto social y económico derivado de la economía circular. Asimismo, la dimensión ambiental y la competitividad empresarial se encuentran estrechamente vinculadas. Las compañías que incorporan prácticas sostenibles no solo incrementan su eficiencia operativa, sino que también fortalecen su reputación institucional, acceden a mercados internacionales y consolidan su posición en un entorno global creciente y exigente en materia de estándares ambientales.
Las industrias que integran la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (Cispy), fundada en el 2020, no solo promueven la protección del ambiente, sino que también transforman los residuos en recursos estratégicos, optimizan procesos productivos y abren nuevas oportunidades de mercado.
En la práctica, ¿qué materiales se están reciclando y con qué resultados?
El sector recupera más de 200.000 toneladas de materiales al año, incluyendo papel, cartón, metales, plásticos y vidrio.
En plásticos tipo PET, más del 70 % del material generado es reciclado e incorporado a nuevos productos de consumo y embalaje. En metales -ferrosos y no ferrosos- la tasa de recuperación supera el 95 % anual, posicionando al país como referente regional.
La recuperación de envases tipo larga vida alcanzó 4 millones de unidades en 2024. En residuos electrónicos, entre 2019 y 2024 se reciclaron más de 1,2 millones de kilos.
¿Qué tipo de empresas integran la Cispy y cuál es su peso en la economía nacional?
Actualmente, la Cámara nuclea a empresas líderes en reciclaje y valorización de residuos: vidrio, papel, cartón, metales, plásticos, neumáticos fuera de uso, residuos electrónicos, envases de agrofértiles, larga vida y más.
Estas empresas, con más de 45 años de trayectoria, generan 7.000 empleos directos, aportan al menos USD 100 millones al fisco cada año y son clave en la cadena de valor de la economía circular. Entre ellas figuran referentes como Cartones Yaguareté, Coresa, Brassur, TyD Recycling, Neo Holding, FyF, Ecocur, Darnel, Tecnomyl, Replas S.A., Envamas S.A. y Neoplast S.A.
Para un inversor extranjero, ¿qué define a una industria sustentable en Paraguay? ¿Cómo hace para ser parte de Cispy?
En nuestro contexto, una industria sustentable es aquella que incorpora criterios ambientales, sociales y económicos en su modelo de negocio, priorizando la eficiencia en el uso de recursos, la valorización de residuos y el compromiso con el desarrollo sostenible.
Para formar parte de la Cámara, una empresa debe demostrar compromiso con la economía circular, aplicar procesos productivos responsables y alinearse con principios de sustentabilidad. Además, debe estar dispuesta a trabajar en conjunto para fortalecer el sector y contribuir al posicionamiento de Paraguay como referente en prácticas industriales sostenibles. Nuestro objetivo es que las compañías operen y compitan con confianza, con respaldo gremial sólido y una voz influyente que aboga por su desarrollo.
¿Qué desafíos persisten para acelerar la transición hacia la economía circular?
Existen barreras importantes tales como la informalidad, el contrabando y la subfacturación de materiales reciclables que debilitan la cadena formal y provocan pérdidas significativas para el país.
También es necesario mejorar la separación de residuos en origen. Es fundamental educar al consumidor y fomentar una cultura de clasificación desde el hogar para que los materiales lleguen a la industria en condiciones óptimas.
¿Cómo se vincula la sostenibilidad con la competitividad de las empresas?
La dimensión ambiental y la competitividad están estrechamente vinculadas. Las compañías que incorporan prácticas sostenibles no solo incrementan su eficiencia operativa, sino que también fortalecen su reputación, acceden a mercados internacionales y consolidan su posición en un entorno global cada vez más exigente en materia de estándares ambientales.
¿Qué rol cumple la Cispy en la formación y el desarrollo de capacidades en este sector?
La Cámara impulsa diversas acciones para fortalecer las buenas prácticas ambientales y sociales entre sus asociados. En su rol como plataforma de representación gremial, promueve activamente programas de formación, alianzas estratégicas y espacios de diálogo técnico y político.
Entre sus iniciativas recientes, destaca la firma de un convenio con la Universidad Politécnica Taiwán Paraguay (Uptp), que permite a estudiantes realizar pasantías en empresas del sector, promoviendo una formación técnica alineada con los principios de sostenibilidad y economía circular.
Cispy también acompaña iniciativas para el desarrollo de la cadena de valor de los materiales valorizables, como, por ejemplo, en la formación y educación de recicladores y centros de acopio. Participa también, en la elaboración y revisión de normativas clave para el sector, y mantiene relaciones con organizaciones nacionales e internacionales para intercambiar conocimientos y abrir nuevas oportunidades para la industria paraguaya.
Finalmente, ¿qué mensaje le daría al empresariado que aún ve la sostenibilidad como un costo?
A quienes aún tienen dudas y ven a la sustentabilidad como un costo, les invito a observar los hechos. El sector formal de reciclaje industrial en Paraguay no solo recupera unas 200.000 toneladas de materiales al año –como papel, cartón, metales plásticos y vidrio-, sino que genera más de 7.000 empleos directos, beneficia a cerca de 130.000 personas y aporta más de USD 100 millones al fisco cada año.
Esto no es un gasto. Es inversión con impacto social, ambiental y económico. Apostar por la sostenibilidad es apostar por un Paraguay más competitivo, más justo y con visión de futuro.
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“Lo viejo funciona”: Cybercirujas reciclan aparatos obsoletos en Argentina
Una consola de juegos hecha con un ventilador o una terminal de pago devenida cámara de fotos son algunos inventos de los “cybercirujas”, un colectivo de hacktivistas argentinos que reciclan dispositivos electrónicos para desafiar la obsolescencia y la basura electrónica que genera. “Experimentamos con tecnología, tratando de reciclarla, refuncionalizar elementos que otras personas tirarían”, dice Esteban Palladino, conocido bajo el seudónimo Uctumi.
El resultado son metamorfosis electrónicas como consolas de videojuegos fabricadas a partir de terminales de tarjetas de crédito o controladas por teléfonos de línea. “Es un movimiento que tiene un costado solidario, un costado tecnopolítico y también un costado lúdico”, explica a la AFP. El término “ciruja” refiere en Argentina a quien busca cosas en la basura para vender o utilizar.
Frente a “la inmoralidad de un equipo tirado en la basura, el cyberciruja se rebela ante la autoridad del mercado”, clama el manifiesto del colectivo cyberciruja de 2021. Se estima que Argentina produce 520.000 toneladas de basura electrónica al año, quinta en las Américas después de Estados Unidos, Brasil, México y Canadá, según un reporte de 2024 del instituto de la ONU para las investigaciones (Unitar).
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En 2022 el mundo generó un récord de 62 millones de toneladas, detalla el informe. Ante este fenómeno, los cybercirujas argentinos juegan con la retórica revolucionaria: llaman “células” a los grupos de las provincias, su manifiesto toma la estructura del de Karl Marx y exhiben carteles con la cara de un Che Guevara cyborg.
El movimiento se inició en 2019 con “ollas populares de hardware” donde se intercambiaban piezas, pero su labor se potenció durante la pandemia, cuando muchos necesitaron dispositivos para estudiar o trabajar. “Recibimos máquinas que nos dona gente, las refuncionalizamos con software libre, y las donamos a personas u organizaciones”, cuenta Uctumi.
Obsolescencia
El colectivo lleva la idiosincrasia del software libre a la práctica: por ejemplo, su tercer encuentro anual en Buenos Aires el fin de semana pasado incluyó un taller para darle sobrevida a teléfonos. Uno de los expositores fue el ingeniero electrónico Juan Carrique, que viajó 470 Km desde la provincia central de Santa Fe para presentar el “roboticlaje”.
Esta iniciativa crea, a partir de residuos informáticos, kits de robótica para educación primaria. “Con basura electrónica, les hago armar sensores de temperatura, o controles de motores”, dice. “No es lo mismo comprar algo hecho que funciona que tener que hacerlo incluso desde la basura”.
Carrique es diabético y usa una aplicación de software libre para que su sensor de glucemia sea compatible con su teléfono. Así logra prolongar varios días la vida útil del dispositivo prevista por el fabricante. Se trata de “reclamar el derecho a reconocer cuándo las cosas sirven o no sirven, no que me digan que sirven o no sirven”, explica.
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“Lo viejo funciona”
Los visitantes del encuentro hacían fila para jugar con el “Ventilastation”, una consola hecha a partir de un ventilador industrial. En su pantalla de inicio puede leerse “lo viejo funciona”, una referencia a la popular serie de Netflix “El Eternauta” y una declaración de principios cyberciruja.
“Una de las disputas lindas que estamos dando es el tiempo de ocio. Ese tiempo que está tan mediado hoy por un consumo de red social corporativa”, dijo Cristián Rojo, de Córdoba (centro). Una “actualización doctrinaria” del manifiesto cyberciruja incluye una crítica a las aplicaciones para celulares: “Es ese ecosistema el que está reventando el tejido social, destruyendo la psiquis de jóvenes”, leyó Rojo.
“No se trata de erradicar el teléfono, como no se trata de erradicar a las computadoras, podemos generar acciones para cambiar la forma de habitar y usar los teléfonos celulares. La forma en que los usamos está completamente mediada, por no decir determinada, por los oligarcas del cómputo”, prosiguió.
En el encuentro, también enseñaron a ejecutar localmente motores de IA en computadoras viejas. Para Carrique, que desarrolla una IA latinoamericana en la Universidad Nacional del Litoral, el movimiento llama a “habitar la tecnología como un lugar de disputa, que no es heredar solamente lo que viene”.
Fuente: AFP.
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Economía circular toma impulso en las industrias
El segmento industrial apunta a un modelo de producción responsable, rentable e inclusivo, teniendo como reto transformar los desechos en oportunidades para este sector económico.
Así lo indicaron desde la Cámara de Industrias Sustentables del Paraguay (Cispy), en el marco de la Feria Empresarial del Paraguay (FEPY) y del primer Foro de Sostenibilidad y Economía Circular, organizado por la Unión Industrial Paraguaya (UIP) y el Circular Economy Innovation Hub.
Sostienen que las industrias no solo reducen la contaminación y las emisiones de CO₂, sino que también generan cadenas de valor que crean empleo, atraen inversiones y benefician a miles de recicladores y ciudadanos.
En ese sentido, el presidente del gremio, Carlos Mangabeira, indicó que “miles de paraguayos están cambiando el destino de nuestros residuos”. Resaltó el esfuerzo del sector, la innovación y compromiso por construir un país más limpio, competitivo y justo de la mano del reciclaje.
Mangabeira informó que estos 45 años, las industrias han consolidado cadenas de reciclaje especializadas en distintos sectores. Precisó que el papel y cartón se recuperan unas 6.000 toneladas mensuales, transformándose en cajas, placas de yeso y envases flexibles. En metales, la tasa de recuperación anual supera el 95 %, mientras que el reciclaje de envases larga vida alcanzó más de 4 millones de unidades en 2024, reutilizadas en chapas, mobiliarios e incluso instrumentos musicales.
RECICLAJE DE NEUMÁTICOS
De acuerdo con los datos del gremio, el reciclaje de neumáticos fuera de uso también mostró avances significativos: una de las empresas de la cámara, a través de procesos 100 % mecánicos y alimentados por energía renovable, logró reciclar 8.000 toneladas de neumáticos en los últimos años, mientras otra transforma aproximadamente 720 toneladas anuales de caucho reciclado en baldosas, utilizada en plazas, canchas y parques, proyectando llegar a 2.400 toneladas en 2026.