La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) emitió su mensaje de cierre de año señalando que esperan que el nuevo año traiga el robustecimiento de la agroindustria paraguaya. El gremio solicitó medidas del Gobierno que establezcan políticas públicas enfocadas en una mayor industrialización de la materia prima, estableciendo cinco ejes principales.
De esta manera es que se podrá hacer frente a los incentivos que existen en otros países y que favorecen el procesamiento dentro de sus fronteras y la importación de nuestra producción primaria, mencionaron. Entre los puntos solicitados están: un esquema de equiparación tributaria para la industria aceitera con relación a las otras industrias que exportan, ya que actualmente son el único rubro industrial que no tiene derecho a la devolución del IVA al exportar productos industrializados.
Además, seguir trabajando para lograr la herramienta adecuada para demostrar a los mercados la sustentabilidad ambiental y social de la producción nacional; que la lucha contra el contrabando sea frontal y permanente; mantener y mejorar las condiciones de navegabilidad de nuestra principal vía de conexión al mundo, la Hidrovía Paraguay Paraná.
Y por último, que se establezca por ley el régimen de admisión temporaria para importar materias primas agrícolas, de modo a que las industrias puedan contar con las mismas herramientas que sus pares de otros países.
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Perspectivas para el 2025
“Sobre las perspectivas para el año 2025, desde Cappro también esperamos que se mantengan las buenas condiciones climáticas hasta ahora registradas, para que la producción agrícola pueda alcanzar su mejor potencial”, agregaron.
Todo ello para lograr una buena cosecha de soja a nivel país, considerando que las proyecciones preliminares de varias entidades indican que podría superar los mejores volúmenes conseguidos hasta el momento. “Que la mayor producción pueda impactar positivamente sobre la agroindustria paraguaya”, señaló el gremio.
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Procesamiento de soja repuntó a junio, pero variación sigue siendo negativa
El procesamiento de soja repuntó 150.000 toneladas al cierre del primer semestre del 2025 en comparación al mismo período de los últimos tres años, pero a pesar del incremento la variación interanual sigue siendo negativa, según el reporte de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
Hasta junio la molienda acumulada de soja llegó a 1.648.918 toneladas, cifra que representa más de 150.000 toneladas con relación al promedio para este período en los últimos tres años sin sequía. En el primer semestre del 2024 el procesamiento de la oleaginosa fue de 1.669.030 toneladas, mientras que en el 2023 alcanzó poco más de 1.430.000 toneladas.
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Hay que señalar que el número obtenido en junio en cuanto al procesamiento del grano y la capacidad instalada, el informe destaca que se alcanzó un nivel de utilización del complejo industrial del 78 %, cifra que constituye 2 puntos porcentuales más con respecto a mayo.
Esperan que buen ritmo se mantenga
Desde el gremio esperan que en el segundo semestre la molienda se mantenga a un buen ritmo y consiga superar la variación negativa en la comparación interanual de los acumulados, esto debido principalmente a la disminución de la presión internacional por la compra de soja paraguaya por la estabilización de algunos factores importantes en la Argentina.
Con respecto al país vecino hay que señalar que constituye el principal mercado para la soja local en estado natural, con lo que se generarían más ingresos para la economía, por aumentarse la producción y comercialización de bienes de mayor valor.
Al cierre del primer semestre Paraguay exportó 4,1 millones de toneladas de soja en grano, un número inferior al registrado en el mismo período de 2024 que fue de 5,4 millones de toneladas, de acuerdo a datos de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco). Los envíos suman USD 1.506 millones.
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¿Invertir en agricultura? Las razones para elegir el rubro
Por Melissa Palacios
El sector agrícola en Paraguay exige vocación, conocimiento y perseverancia para quienes buscan emprender en el segmento. Actualmente en el país, entre los rubros agrícolas con mayor potencial de crecimiento se encuentran la soja, maíz, trigo y el arroz, este último con posibilidades de expansión significativa.
En esta edición de Ellos saben, Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), habló con La Nación/Nación Media sobre las principales recomendaciones para emprender en el rubro, el interés de los productores por seguir cultivando, así como las necesidades que enfrentan los agricultores en estos años.
1. Manejo de información
“Para ser agricultor se necesita vocación, conocimiento y perseverancia. Trabajar en el sector agrícola requiere de buena planificación complementada con un manejo correcto de las variables que hacen a la productividad”, empezó diciendo.
Resaltó además que se debe manejar información de clima y mercado, que afectan los resultados y el agricultor no controla, requiere de permanente análisis y manejo de riesgos.
La producción agrícola tiene un comportamiento cíclico de años muy buenos, años regulares y años malos por lo que, para evaluar una rentabilidad se debería analizar por períodos de cinco años y no medir solo el resultado de un año. “Somos eficientes y eso constituye la base de los resultados y de la rentabilidad”, mencionó.
2. Rubros de mayor potencial
En el país existen rubros ya consolidados como soja, maíz, trigo con la rotación de cultivos en la misma parcela que constituyen un combo junto con los abonos verdes y que ocupan en mayor proporción la superficie sembrada; estos rubros aún tienen un potencial de crecimiento importante.
“El arroz tiene un potencial enorme, se siembran unas doscientas mil hectáreas, pero se puede llegar a un millón de hectáreas”, aseguró. Otros rubros en proceso de consolidación y expansión son el sorgo (biocombustible), maní, chía, sésamo y algodón que está en expansión en el Chaco especialmente.
Cristaldo vaticinó que en la medida que no se vea el trabajo del campo como generador de ingresos para llevar una vida digna habrá desestimulo sobre todo entre los jóvenes pequeños productores. No obstante, entre los jóvenes que trabajan en fincas más tecnificadas hay más estímulos para dedicarse al campo, ya sea en forma directa o a través de tareas relacionadas a la prestación de servicio a la producción agropecuaria.
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3. Sostenibilidad en las prácticas
Entre las prácticas agrícolas que se están promoviendo para mantener la competitividad sin comprometer el medio ambiente apuntan al sistema de siembra directa con la rotación de cultivos como práctica de manejo de suelos que se aplica en más del 95 % del área agrícola tecnificada, y constituye el motor del uso y manejo sostenible de los recursos naturales.
“El productor cuida los recursos naturales en su propiedad porque de ellos depende para vivir y producir alimentos para el mundo colaborando con la seguridad alimentaria”, resaltó el presidente de la UGP.
Poniendo en contexto el proceso de 50 años que vivió el desarrollo de la agricultura paraguaya existen tres momentos en su evolución que llevaron al aumento de la eficiencia de la productividad y la producción. En los años 80 la mecanización y tecnificación en la agricultura, los años 90 con la siembra directa y en la década de los 2000 con la introducción y la utilización de variedades mejoradas genéticamente.
En ese lapso pasamos de producir en 1991 unas 2.000.000 de toneladas de granos en cinco rubros a producir 17.000.000 de toneladas en los mismos cinco rubros a partir del 2017.
4. Recursos para iniciar en el rubro
Los principales son: tener profesionales comprometidos con el emprendimiento, recursos humanos capacitados en los roles a desempeñar y un manejo administrativo sólido basado en buena planificación, manejo de riesgos y manejo de información de clima y mercado.
Existen diversos programas, cursos de formación, jornadas de intercambio de experiencia que sirven para mantenerse al día. La sumatoria del conocimiento y de la experiencia es la que permite ir mejorando el manejo y la administración del emprendimiento.
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5. Principales desafíos
Existen desafíos internos y externos. Internamente el prejuicio de ciertos sectores en relación a la actividad agropecuaria, las regulaciones y normas que frenan el desarrollo, según Cristaldo, la burocracia y la consolidación del proceso de incorporación de los pequeños productores a las cadenas de valor.
Externamente, la tendencia a imponer unilateralmente normas y exigencias no basadas en ciencia que distorsionan el comercio creando barreras no arancelarias y dejando de lado las normas y acuerdos logrados en la Organización Mundial del Comercio o el Código Alimentario.
“Quienes trabajan en la economía familiar campesina necesitan oportunidades y no regalos ni ayudas que lo vuelvan cliente del Estado”, dijo, asegurando que necesitan ser actores y sujetos del proceso y no objetos del desarrollo y la política.
6. Incorporar más políticas públicas
Las políticas públicas deberían enfocarse en incorporar a la economía real generando ingresos genuinos al productor para poder salir de la pobreza. “No se puede seguir teniendo como paradigma el mboriahu ryvata (pobre, pero sin hambre)”, puntualizó.
Infraestructura rural: con fuerte inversión en caminos rurales, electrificación, riego y acceso al agua potable (necesidad impostergable) y conectividad digital para mejorar la competitividad del sector.
Acceso al crédito y financiamiento diferenciado: creando líneas específicas para pequeños productores y nuevos emprendedores rurales, con tasas bajas y plazos adecuados a los emprendimientos definidos, inversiones, capital operativo con los períodos de espera correspondientes.
Educación, capacitación y asistencia técnica en el segmento de productores de menos de 50 hectáreas, ya que según el último censo agropecuario, el 84 % no recibe asistencia técnica y el 62 % no terminó la educación escolar básica.
Acceso a tierras y formalización con fuerte apuesta por la titulación de las tierras destinadas a la reforma agraria, donde cerca de dos millones de hectáreas entregadas hace décadas siguen sin ser regularizadas. Organización y capital social: el proceso de formalización sectorial debe extenderse a las organizaciones y asociaciones de productores que hoy se unen “ocasionalmente” para demandar algún bien o servicio al Estado.
7. Reglas claras
“En un escenario tan dinámico y cambiante a nivel global, con episodios externos de alto impacto en economías pequeñas como la nuestra, tan dependiente de los ingresos generados por la actividad agropecuaria, la economía y la política deben ir de la mano, con reglas claras y un mínimo de previsibilidad”, alegó.
Por último, sería indispensable contar en el mercado con ferias y cadenas de valor, pues si todo lo anterior estuviese en marcha, se requerirán programas claros de acceso a mercados locales, participación en ferias agropecuarias y vínculos progresivos con cadenas de valor nacionales con alto potencial de desarrollo.
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Leve caída en la industrialización de soja, pero supera promedio de años sin sequía
La industrialización acumulada de soja al cierre de mayo tuvo una leve reducción del 2,1 % con respecto al mismo periodo del año pasado. Sin embargo, el promedio estuvo por encima de la molienda acumulada a mayo en los últimos tres años sin sequía.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) emitió su boletín mensual sobre el procesamiento de oleaginosas correspondiente al mes de mayo. De acuerdo al reporte, se procesaron al cierre del quinto mes del año 1.341.456 toneladas, frente a las 1.369.559 toneladas registradas en el mismo periodo del 2024, lo que representa una diferencia de 28.102 toneladas.
La molienda de otros granos experimentó una reducción con relación al 2024, pero estuvo en línea con el volumen promedio de los últimos cinco años. En este periodo se procesaron 23.888 toneladas, lo que representa una disminución del 27,6 % frente al mismo periodo del año anterior cuando se registró una cantidad de 32.975 toneladas.
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Según la Cappro, se espera una menor presión internacional por la compra de soja paraguaya para lo que queda del año, debido a que se van normalizando varios factores en nuestro principal destino de soja en granos, la Argentina, que a mayo redujo su importación en 17 % en términos interanuales. Uno de los factores es la brecha cambiaria en el país vecino.
“Si a esta disminución de presiones externas se sumaran políticas públicas para fortalecer a la industria aceitera se podría generar no solamente más divisas por exportar productos de mayor valor, sino también más puestos de trabajo formales y de calidad para nuestro país”, expresa parte del informe.
Con esta cantidad de toneladas industrializadas se observa una mejora en la utilización de la capacidad instalada, que alcanzó el 67 %, dos puntos porcentuales por encima del registro acumulado del pasado mes de abril.
Abril
Entre enero y abril, la soja tuvo una merma del 1,7 %, pasando de 1.044.490 toneladas a 1.026.447 toneladas. No obstante, la mayor caída porcentual se dio en los otros granos, que se desplomaron un 34,1 %, con solo 19.054 toneladas procesadas, frente a las 28.932 del año pasado.
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Cappro plantea necesidad de política industrial para aprovechar producción de soja
El presidente de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), Raúl Valdez, destacó la capacidad que posee actualmente el país en generación de materia prima, sin embargo, remarcó que existe la necesidad de acompañar esta cualidad con una política industrial decidida que transforme la soja en empleos estables, valor agregado y alimentos premium para el mundo.
Paraguay actualmente es el tercer mayor exportador de soja del mundo. El titular del gremio explicó que si bien la producción de soja genera un alto porcentaje de ingreso de divisas para el país, su modelo actual no genera la fuerza de trabajo suficiente durante todo el año.
En este sentido, afirmó que si se logra industrializar de manera uniforme durante todo el año la soja, se estabilizarían los picos que se puede llegar a tener en determinados periodos. “El efecto multiplicador de la industrialización es demasiado grande como para poder dejarlo pasar y no estamos hablando de ir a captar inversiones, sino que eso ya está instalado en nuestro país y lo estamos subutilizando”, indicó Valdez.
Sumado a esto, señaló que la industrialización permitirá que durante todo el año los trabajadores involucrados en la cadena productiva tengan movimiento de dinero. De esta manera, la soja, va a generar un efecto derrame que generará estabilidad y que el circulante de dinero no se concentre solamente en los periodos de la zafra.
“Hablando en términos prácticos, durante todo el año el acopiador en el silo va a tener a los personales contratados para el movimiento y mantenimiento y almacenaje de los productos, el camionero va a transportar durante todo el año los productos a las fábricas, la señora que le vende el yuyo al camionero va a tener trabajo mucho más estable, el personal portuario va a tener un trabajo realmente en condiciones de mucha previsibilidad”, señaló a la 1020 AM.
A criterio de Valdez, las proyecciones son brillantes para nuestro país. “Paraguay tiene la oportunidad histórica de posicionarse como un actor estratégico en la producción de alimentos con valor agregado. No estamos hablando solo de potencial, sino de una oportunidad sin precedentes: diversos estudios indican que en los próximos 30 años el mundo necesitará producir más alimentos que en toda la historia de la humanidad en su conjunto”, explicó.