El sábado último se cumplió un año de un hecho histórico que tiene que ser valorado suficientemente por los paraguayos, debido a su alta significación económica y porque es un premio al trabajo realizado por nuestro país desde hace décadas. El 26 de julio de 2024, la calificadora de riesgos Moody’s Ratings concedió al Paraguay el grado de inversión con una calificación de Baa3, que es una de las más altas.
La entidad financiera señalaba en su informe que el perfil crediticio de nuestro país equilibraba un fuerte crecimiento económico con una limitada vulnerabilidad externa. Y resaltaba la baja carga de la deuda pública, el fuerte desarrollo del producto interno bruto (PIB), entre los principales elementos de la realidad económica. La decisión financiera fue una de las mejores noticias del año, que muchos celebraron con euforia y que algunos opositores al Gobierno prefirieron no comentar, porque preferían ignorar la realidad.
La obtención del grado de inversión no es solo para celebrar con alegría, por lo que implica para la imagen del país. Constituye sobre todo un logro de gran importancia que ayudará a la economía, para atraer más inversiones y consolidar lo que se ha alcanzado hasta ahora.
Con esto se hace más fuerte la posición de Paraguay como marco atractivo para hacer negocios, con un régimen tributario de bajo peso, con una estabilidad macroeconómica de varias décadas y leyes muy ventajosas para realizar inversiones.
El presidente Santiago Peña recordó el acontecimiento en los siguientes términos: “Hace un año, Paraguay alcanzó un sueño largamente anhelado: el grado de inversión. Esto significa que el mundo nos reconoce como una economía seria, confiable y con futuro”. Agregó que esta calificación de confianza internacional pone al país en una vitrina del mundo como una nación segura, con finanzas estables, bajo riesgo y un manejo responsable de la economía. Destacó que la decisión de la calificadora pone al Paraguay en el grupo más sólido de las economías de la región sudamericana, con Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay.
Esta calificación hará que haya más beneficios para la gente, pues se crearán más puestos de trabajo, ya que las empresas paraguayas y de otros países buscarán invertir, instalando nuevas fábricas industriales y comercios varios. A lo que se agrega la existencia de un sistema financiero más blando con créditos favorables en costos para los interesados
El grado de inversión que se consiguió hace un año es relevante, pero no es el fin de la historia, sino apenas el comienzo. Como señaló el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos: “Mantenerse es difícil, pero con el trabajo de todos los paraguayos vamos a sostener este logro que se traducirá en más oportunidades para todos nuestros compatriotas”.
Esto implica que el país debe seguir en el esfuerzo de trabajar con fuerza y dentro de los parámetros establecidos. Como siempre, los organismos públicos deben mantenerse dentro de las normas y cánones de rigor, para que la macroeconomía siga con su equilibrio y se puedan ir ajustando a las referencias requeridas para una mayor armonía, como se tenía antes de la pandemia, con un déficit fiscal más bajo.
A un año de ese acontecimiento positivo, hay que ponerse a trabajar con más entusiasmo recordando que lo que se ha alcanzado se debe justamente al esfuerzo que se realizó hasta entonces.
El país y su gente son capaces de obtener nuevas conquistas, así como en el pasado reciente. Por lo que se debe renovar el compromiso de continuar en la tarea que permitió conseguir el grado de inversión, que hoy día constituye un desafío para alcanzar mayor progreso con más ventajas para todos.
La vida de un país es una historia en constante movimiento, con realizaciones y proyectos que se tienen como objetivos, logros que se van alcanzando de manera progresiva. Es como una carrera que nunca se acaba, que requiere convertir en realidad lo que al principio eran solo ilusiones. Para ello hay que tener voluntad firme y ganas de trabajar para concretar las propuestas de crecimiento.
Todo lo que se ha alcanzado hasta ahora fue gracias al trabajo de la gente a través de las empresas, corporaciones, entidades de toda índole, y la clara visión de las autoridades que mostraron el rumbo. Solo resta continuar el camino.