Este lunes, el gabinete del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) dio a conocer el informe de Situación Financiera (Situfin) correspondiente al mes de octubre y también números respecto a los últimos 12 meses, respecto a la coyuntura macroeconómica.
El director de Política Macro Fiscal del MEF, Rolando Sapriza, precisó que octubre cerró con un déficit fiscal anualizado que asciende a -3,20 % en comparación al -3,25 % registrado en setiembre. Acerca del resultado operativo e inversión, indicó que lo acumulado en 12 meses en operativo se ubica en -1,03 % y la inversión en 2,17 %.
Sapriza explicó que este resultado fiscal anualizado, de acuerdo a la evolución desde enero, comenzó con un déficit en torno al 3 %, luego tuvo una mayor dinámica de ejecución por el lado de gasto y menores ingresos que se fueron agudizando hasta mayo. “Actualmente este componente del resultado anualizado se está normalizando en torno al 3,2 % del PIB”, dijo.
También, resaltó que los indicadores del resultado operativo se comparan con los números que fueron ejecutados en el mismo periodo de 2022, hoy existe un mayor déficit, niveles de inversión levemente inferiores y una operación negativa.
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Ingresos
Con respecto a los ingresos totales, se registró un aumento de 4,6 % en octubre, que en términos anualizados representa el 13,3 % del PIB. Esto se explica por los ingresos tributarios, las transferencias de las binacionales y otros ingresos no tributarios no especificados.
El gasto total mostró un incremento del 14,2 % con respecto a lo acumulado en octubre de 2022. Esto responde al uso de bienes y servicios (2,1 %), la remuneración a los empleados (3,6 %), intereses (3,6 %), prestaciones sociales (3,6 %) y donaciones (1,2 %).
Durante la exposición del informe, el director de Política Macro Fiscal fue consultado con respecto a la incidencia que tendrá la financiación de las deudas a las constructoras y farmacéuticas, en el déficit fiscal. Sapriza señaló que una vez que esas deudas sean auditadas y lleven su debido proceso en el Ministerio de Salud y Obras Públicas, para que sean verificadas y reconocidas, “en ese momento eso tendría un impacto en el déficit”.
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Ministerio de Economía colocó bonos por USD 38,91 millones en el mercado local
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) realizó ayer miércoles la segunda emisión de bonos del Tesoro del año, según el calendario previsto, por un valor de G. 293.500 millones, equivalente a unos USD 38,91 millones. La emisión se llevó a cabo a través del Banco Central del Paraguay (BCP) con el objetivo de fortalecer al mercado local y promover la desdolarización.
Desde el MEF afirman que son inversiones seguras a 5, 8 y 10 años con rendimientos de hasta 7,60 %. Estos recursos pasarán a formar parte de la deuda pública y se utilizarán para cubrir las necesidades establecidas en el Presupuesto General de la Nación (PGN) 2024.
La primera subasta se realizó el 26 de marzo pasado, ocasión en que la demanda de los bonos en moneda local ascendió a un total aproximado de G. 2,7 billones (USD 369,74 millones), triplicando el monto finalmente adjudicado. Esta emisión primaria se volvió a realizar a través del Banco Central del Paraguay, luego de 8 años, tomando en cuenta que la última emisión se realizó finales del año 2016.
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Las fechas en las que se prevé realizar nuevamente emisiones son el 25 de setiembre y 10 de diciembre de 2024. Aclaran que este calendario de subastas está sujeto a posibles modificaciones, ampliaciones y que los montos a licitar en cada subasta serán anunciados por el Ministerio de Economía.
Según datos de la Dirección General de Política de Endeudamiento del MEF, hasta abril último, el 77,23 % de los bonos emitidos en el mercado local se encuentra en manos de bancos, financieras y cooperativas. El 10,09 % está en manos del Fondo de Garantía de Depósitos, el 8,68 % lo tienen los inversores institucionales y el 0,37 % personas físicas. Actualmente, los Bonos Soberanos suman un total de USD 7.130,9 millones y representan el 45,5 % de la deuda pública de la Administración Central.
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Ejecución del presupuesto vigente alcanzó 34 % al cierre de mayo
El Presupuesto General de la Nación (PGN) 2024, aprobado por G. 66,4 billones, aumentó un 3 % al cierre del quinto mes del año y la ejecución alcanzada se ubicó en 34,1 %, según los principales indicadores financieros de entidades de la administración central, informó el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
El presupuesto vigente quedó en G. 68,342 billones y la ejecución representa un valor de G. 23,300 billones, donde la mayor participación con el 36,9 % y 27,3 %, corresponde a los grupos de gastos de servicios personales y transferencias.
Del total de G. 23,3 billones al término del mes de mayo del ejercicio fiscal, el 77 % (G. 18 billones) corresponden a las siguientes 4 entidades: Ministerio de Economía, Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS) y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (Mopc).
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La obligación financiera del Ministerio de Economía asciende a un total de G. 8,2 billones, de los cuales, G. 4,2 billones fueron destinados para el pago a jubilados y pensionados de la función pública, transferencia monetaria a gobiernos subnacionales, pago de pensión alimentaria a adultos mayores, y G. 3,7 billones para honrar la deuda pública del país.
En Educación, cuya obligación total asciende a G. 3,8 billones, G. 2,5 billones se destinaron para los servicios educativos del primer y segundo ciclo, tercer ciclo de la educación escolar básica y educación media, así como para educación de jóvenes y adultos de 15 años y más. La institución destinó G. 42.000 millones en concepto de alimentación escolar para la distribución en zonas de Asunción, y G. 67.000 millones para la entrega de canastas de útiles escolares.
Obras Públicas utilizó un total de G. 1,9 billones, de los cuales, G. 1,1 billones fueron destinados al programa red vial pavimentada, siendo los de mayores recursos, los proyectos: ampliación y duplicación de las rutas 2 y 7, y habilitación y mantenimiento ruta PY09 y acceso Colonia Menonita.
Los datos indican que el 64 % de la ejecución presupuestaria de los tres poderes del Estado, y las demás entidades de la administración central, fue financiada con recursos del Tesoro, provenientes en su mayoría de la recaudación de los impuestos.
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Con menor déficit fiscal, pasos más largos al grado de inversión
El gobierno de Marito nos dejó un agujero fiscal –déficit fiscal en términos técnicos– o diferencia entre gastos mayores e ingresos inferiores en el manejo de la maquinaria estatal (cubierto con endeudamiento externo e interno), del tamaño del -4,1 % de la dimensión de la economía (unos USD -1.746 millones), medida con base en los datos y cálculos del producto interno bruto (PIB), que fue confeccionado por el Banco Central del Paraguay (BCP). Al cierre de mayo de 2024 el déficit fiscal anualizado se ubicó en -3,2 %/PIB, siendo el objetivo cerrar el año en -2,6 %/PIB. Cuando se pregunta por qué muchos países latinoamericanos han tenido crisis trágicas por sobreendeudarse y no poder pagar, gran parte de la respuesta tiene que ver con el crecimiento desmesurado y desbordado de sus déficits fiscales (Stroessner en 1986 y González Machi en el 2003).
El no poder pagar los llevó a poner al país en situación de default o cesación de pagos. En el caso del dictador fue secreto, en el ocaso de su decadencia.
El maestro Dionisio Borda recibió en el 2003 la peor herencia jamás recibida desde 1989: un pozo de alrededor de USD 500 millones de dólares en el que caeríamos con perjuicios enormes.
La bomba no explotó por el manejo extraordinario de la “nueva” política económica y de la escuelita que dejara el maestro. Y ya en el 2004 tuvimos superávits fiscales hasta el 2011: ocho años (dos gestiones ministeriales de Borda). Hasta que el Parlamento en el 2011, convertido en hospital psiquiátrico, lo destruyó todo y retrocedimos no menos de cinco años. Por puro populismo, puro estatismo, puro sucio juego electoral, puro autoritarismo.
A partir de 2012 hasta hoy hemos tenido déficits fiscales (más gastos que ingresos= endeudamiento). Muy moderados y equilibrados durante la gestión económica del cartismo con un promedio del -1,1 %/PIB. Ayudó muchísimo que en setiembre de 2013 el Gobierno pudiera sacar la Ley n.º 5098 “De responsabilidad fiscal” que establecía en uno de sus puntos “el déficit fiscal anual de la Administración Central (Gobierno), incluidas las transferencias, no será mayor que el 1,5 % del PIB para dicho año fiscal”. Pero a partir de 2019 las cuentas se desequilibraron, con el covid-19 apuntalando el despegue con un saldo en rojo de -6,1 %/PIB equivalente a USD -2.205 millones, en el 2020. Desde entonces las calificadoras de riesgo país han insistido en la vuelta a la normalidad, como una condición indiscutible para apuntar al grado de inversión.
Hago un breve recuento de los comentarios de las calificadoras. Los de Fitch Ratings el 10 de junio pasado: “Los datos fiscales para 2024 indican que los planes de consolidación de Paraguay van por buen camino, aunque el déficit del sistema de pensiones del sector público del país será un desafío para la reducción del déficit en los próximos años. El déficit fiscal móvil de 12 meses de Paraguay se redujo al 3,4 % del PIB en abril de 2024, desde el 4,1 % de diciembre de 2023. Los últimos datos están en línea con nuestras expectativas.
Pronosticamos una reducción sustancial del déficit de la administración central en línea con el objetivo del 2,6 % del PIB para 2024 y del 1,9 % para 2025 (1,5 % en el 2026). Esto se basa en nuestras expectativas de un menor gasto de capital, un sólido crecimiento del PIB y la liquidación de los atrasos del año pasado (estimados en el 1,1 % del PIB).
Cuando afirmamos la calificación de “BB+”/Estable de Paraguay en noviembre de 2023, destacamos que la capacidad del Gobierno para delinear e implementar una estrategia realista de consolidación fiscal será clave para restaurar la credibilidad de la política fiscal y evitar presiones a la baja sobre la calificación soberana”.
Vayamos a la calificadora Standard and Poor’s Global Ratings que el 1 de febrero de 2024 elevó las calificaciones de largo plazo en moneda extranjera y local de Paraguay a “BB+” desde “BB”. Remarcando que la perspectiva es estable. “Esperamos que una política fiscal pragmática se traduzca en una consolidación fiscal gradual del Gobierno y niveles de endeudamiento estables.
Podríamos bajar las calificaciones en los próximos 12-18 meses si el crecimiento es más lento de lo esperado, debido a mayor frecuencia de choques externos y climáticos, y reduce el potencial de crecimiento y debilita el compromiso del Gobierno con la consolidación fiscal.
Esto podría debilitar la economía y aumentar la carga de la deuda. Podríamos elevar las calificaciones en los próximos 24 meses si una gestión política y económica eficaz conduce a una consolidación fiscal sostenible, de la mano del continuo fortalecimiento de las instituciones políticas y económicas del Paraguay reduciendo las vulnerabilidades del Gobierno al nivel de aquellos con las deudas soberanas con grado de inversión. Esperamos que la nueva administración continúe construyendo sobre el historial políticas macroeconómicas prudentes de Paraguay, centrándose en alcanzar un objetivo de déficit estructural a mediano plazo, conforme a la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF).
El déficit fiscal ha aumentado y la corrección será gradual, pero la carga de la deuda se estabilizará. El Gobierno paraguayo apunta a reducir su déficit fiscal tras un mayor gasto debido a los programas de lucha contra la pandemia Covid-19 y la transición política.
Y la misma Fitch señalaba el 1 de noviembre de 2023: Riesgos fiscales, erosión de la credibilidad: el presupuesto de 2024 tendrá como objetivo un déficit fiscal del 2,6 %, y la senda de consolidación fiscal revisada prevé un déficit del 1,9 % en 2025 y un retorno al límite de la ley de responsabilidad fiscal (LRF) del 1,5 % en 2026. El nuevo gobierno ha evitado cualquier aumento de impuestos, apuntando en cambio a depender principalmente de una mayor eficiencia del gasto, una mejor administración tributaria y un mayor crecimiento. Sin embargo, las autoridades aún no han esbozado claramente las medidas para apoyar la consolidación fiscal. Además del impacto de los atrasos en los pagos, Fitch señala que el mayor déficit y la senda de consolidación fiscal más larga siguen a varias flexibilizaciones en la NRF en los últimos años, que han debilitado el ancla fiscal de Paraguay.
En opinión de Fitch, la capacidad del Gobierno para delinear e implementar una estrategia realista de consolidación fiscal será clave para restaurar la credibilidad de la política fiscal y evitar presiones a la baja sobre la calificación soberana.
En conclusión, para las calificadoras de riesgo país la disciplina fiscal con gastos pocos alejados de los ingresos en el Gobierno, es prueba y señal principal de credibilidad que esperan de nosotros casi con obsesión, porque también frena el endeudamiento. Ya bajamos de -4,1 % a -3,2 % para cerrar en -2,6 % el 2024 (-1,5 % quizás en el 2026). Pero, y un “gran pero”, lo positivo no servirá si no se desarma la bomba de tiempo de la caja fiscal (militares, policías, maestros) que se comería casi USD 500 millones de los impuestos en el 2027. No es justo. Muchos se volverían a plantear ¿para qué pagar impuestos?, ¿y la alimentación escolar de los niños?, ¿y la salud con medicamentos?, ¿y los abuelitos y abuelitas?
Lo malo de los privilegios en el Gobierno es que todos los quieren, como un derecho, por encima de los más necesitados y desprivilegiados. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885
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Exponen avances económicos a Moody’s, a la espera de alcanzar el grado de inversión
En el marco de la revisión anual de la calificación país de Paraguay 2024, el ministro de Economía y Finanzas (MEF), Carlos Fernández Valdovinos, acompañado del viceministro de Economía, Carlos Javier Charotti, se reunió con representantes de la calificadora de riesgos Moody’s, integrado por la vicepresidente Samar Mazaid y el analista Dylan Walsh, para exponer los avances del país en materia económica y fiscal durante el último año.
Fernández Valdovinos y Charotti resaltaron los logros en cuanto a reformas estructurales, mejoras en la estrategia de financiamiento y acciones para la consolidación del plan de convergencia fiscal, ante la consulta de los representantes de la calificadora, quienes pidieron detalles sobre la evolución y las perspectivas macroeconómicas, así como también otros aspectos relacionados a la gestión del gobierno desde agosto de 2023. Moodys por su parte, destacó los resultados que se obtuvieron en la negociación con Brasil para la fijación de la tarifa de Itaipú, para el periodo 2024-2026.
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El ministro precisó toda la bondad de la economía paraguaya en términos de diversificación de la estructura productiva y recordó la potencia de la matriz energética de Paraguay, la cual viene generando interés de inversionistas internacionales para el desarrollo de proyectos de inversión, que servirán para promover el desarrollo económico-sostenible del país.
Calificación
Luego de cuatro años consecutivos desafiantes, Paraguay es uno de los pocos países de la región que logró mantener su calificación con tres agencias calificadoras de riesgo (Moody`s, Fitch y Standard & Poor’s, S&P), a pesar de los sucesivos choques externos, tales como la pandemia del covid-19, el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania, y dos sequías.
Incluso, Paraguay tuvo una revisión al alza en febrero 2024 por parte de la calificadora S&P ubicándose a un peldaño del grado de inversión. La calificación actual que otorga Moody´s a Paraguay es Ba1, con perspectiva positiva, lo cual coloca al país a un escalón del grado de inversión.