Innovar es una de las razones por las que Despensa Cero pasó a convertirse a Despencero y ser la primera tienda del país en trabajar con el concepto zero waste o residuo cero, explicó Horacio Ruidias a La Nación/Nación Media, quien es dueño del local junto a su esposa Paola Martínez.

Ruidias recordó que la idea de emprender con este formato nació desde una pregunta que se hicieron con su esposa. “¿Cómo podemos generar menos residuo?”, ya que ellos siempre practicaron el hábito de reciclar, pero llegó un momento en el que se dieron cuenta de que eso ya no era suficiente.

“Nos dimos cuenta de que no era suficiente, que no todo se puede reciclar y que además no parábamos de generar residuos. Ahí dimos con las tiendas que arrancaron en Europa, las zero waste store o conocidas como las que no generan residuos. Esos lugares volvieron a poner en el centro la práctica de venta a granel, algo que acá en Paraguay conocemos muy bien, pero que lamentablemente lo tenemos como degradado y casi siempre asociado a productos de baja calidad o para animales”, manifestó.

En la búsqueda de una tienda parecida en Paraguay, no encontraron algo igual, por ende, decidieron que ellos marcarían la diferencia creando la primera. Fueron conscientes de que debían formar un nicho de cero y trabajarlo de a poco, por lo que se armaron de valor y emprendieron en octubre de 2021.

Actualmente la tienda cuenta con tres trabajadores, los dueños (Horacio y Paola) y Liz Penayo quien atiende a los clientes. La misma está ubicada sobre las calles Martínez Ramella casi Defensores del Chaco en el barrio Mburicao de Asunción. El emprendimiento cuenta con un solo local y una despensa ambulante, uno debe llevar sus propios frascos, bolsas o envases para cargar. Es decir que, para disfrutar de esta experiencia, quedarse en el sofá esperando no es una opción.

Desde un principio fueron claros en que querían dar vida a una despensa de barrio, pero totalmente a granel, con productos de calidad y a su vez, elevar la idea de “lo a granel”. Comenzaron con un mostrador lleno de productos de la canasta básica, sin empaques. Hoy también cuentan con una despensa móvil en el que Ruidias se encarga de acercar a diferentes barrios de la capital ciertos productos para que los interesados puedan acceder a ellos.

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“No queríamos ser una tienda de frutos secos, tampoco una dietética, queríamos ser una despensa a granel. Entonces si bien encontrás frutos secos, también encontrás harinas, legumbres, aceite, miel, productos orgánicos, productos de cuidado personal y de limpieza del hogar, casi todo sin empaques, sin plásticos, para nosotros meter un producto nuevo a la tienda es una pequeña victoria”, expresó.

Uno de los principales desafíos para el emprendimiento es el paradigma de que la incomodidad es “algo malo”, expuso Ruidias a LN. Enfatizó en que por mucho tiempo la comodidad fue el único norte del ser humano, haciendo caso omiso a los efectos adversos o daños colaterales que pudiera provocar, ya que mientras se diseñe productos que les de comodidad a todos, “todo está bien”.

“Pusimos al hombre en el centro de todo el universo, todo gira alrededor del ser humano y debe ser a medida del humano. Nos dimos cuenta de que casi todo lo que tiene ver con el consumo consciente es incómodo de pensar, hablar y hacer. El desafío es repensar todo y volver a prácticas más sanas y también más antiguas que dejamos atrás. Es redescubrirlas, desempolvarlas y traerlas de nuevo a la vida, aunque sean incómodas. Vernos más, no como los dueños de casa, sino más bien como los administradores que tenemos una responsabilidad en el cuidado de esta casa, para las generaciones que van a venir.

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Ruidias señaló que las personas que acuden al local lo hacen por diferentes motivos, algunas porque concuerdan totalmente con el concepto, otras porque hallan ciertos productos que no encuentran en otros lugares y están los que por curiosidad quieren experimentar una nueva forma de comprar.

“A todos ellos incomodamos de manera positiva, en todos ellos tenemos un impacto y ellos impactan en nosotros con su respuesta. Si bien la venta a granel existe hace mucho, como dijimos antes lamentablemente asociado a productos de mala calidad, de marcas baratas, muy mal tenidos o expuestos de mala manera. Nosotros decidimos elevar el concepto de la venta a granel, presentando productos de excelente calidad, de primeras marcas, expuestos en envases herméticos y bien presentados al público”, precisó.

A parte de ser la primera despensa zero waste y ahora son la primera despensa ambulante zero waste. El Despencero Pop Up no es un simple delivery, es toda un almacén que se va a domicilio para que las personas puedan hacer sus recargas directo a sus envases de vidrio o plástico. “La idea es no generar residuos en tus compras”, resaltó.

De momento, la despensa ambulante se encuentra los martes de 8:00 a 13:00 en el barrio Las Mercedes sobre las calles Juan de Salazar, esquina Tte. Jara Troche. Los miércoles en el mismo horario están en el barrio Ykua Satí en el mercado Vy’a Karu. “La idea es llegar a más barrios con este hábito de compra que es más saludable y amigable con el medio ambiente”, finalizó.

• El emprendimiento desarrolla el concepto zero waste o residuo cero.
• La tienda ofrece productos a granel de calidad, de primeras marcas, expuestos en envases herméticos.
• El emprendimiento cuenta con un solo local y una despensa ambulante.

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Ciudad del Este. Agencia Regional.

La perseverancia y la persistencia en proyectos van consolidando los pequeños negocios que se mantienen en el tiempo con avances graduales. Es el caso de Tu Plantera, un emprendimiento familiar que se inició con algunas piezas de cerámica, unas 200 unidades y hoy ya cuenta con un stock de 1.500 productos aproximadamente. Desde las redes sociales cuenta con una clientela formada y una relación estrecha con los artesanos de Areguá.

Gabriela Silvero es la emprendedora que hace ocho años comenzó un pequeño proyecto de venta de planteras de cerámica, como una opción de negocios, a partir de visitas que realizó a la citada ciudad y tuvo la oportunidad de contactarse con artistas de la arcilla en piezas. Es así como empezó, según compartió con La Nación/Nación Media, sobre su negocio propio.

“Lo primero que me apasionó fue la artesanía, me enamoré de las planteras, me enamoré del trabajo de los artesanos, vi el trabajo que hay detrás de los productos de arcilla, empecé a comunicarme con ellos, a tratar con ellos detrás de un sueño, el crear mi propio emprendimiento con esas piezas que encierran tanto arte”, expresó.

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Tu Plantera tiene un quincho completamente cubierto por los recipientes para plantas y en medio de ellas todo un jardín, visualizándose no solo los objetos de cerámica. “El fuerte son las planteras, pero con el tiempo fuimos incorporando las plantas a pedido de los clientes”, dijo la emprendedora.

Manifestó que, en la medida en que fueron contando con más clientes, surgieron pedidos más amplios y la gente ya empezó a buscar también las hojas que usarán en las piezas que llevan. A las vasijas para plantas se sumaron objetos de decoración en cerámicas, veladores y otros productos para el hogar.

“Hay mucha gente que no tiene tiempo, no tiene experiencias con plantas, quiere su jardín, pero no sabe qué plantas necesita para diferentes ambientes; nosotros les ayudamos con eso y eso hizo que incorporemos también las plantas y otros productos como soportes para planteras, lo que nos lleva a trabajar con carpinteros y viveros”, sostuvo Silvero.

“Haber fusionado las piezas con las plantas mejoraron nuestras rentas”, enfatizó, indicando que fue un acierto hacer caso a los clientes. En cuanto al público al que llega, dijo que trabajan con el cliente final en gran parte, pero también ya recibieron a arquitectos, decoradores y otros, como intermediarios para el cliente.

La empresa se nutre de distintos fabricantes de Areguá, hoy son seis proveedores, no solamente con las piezas que ellos preparan, sino con pedidos personalizados por ellos, según Gabriela Silvero. “Están trabajando sobre nuestros modelos, nos están proveyendo piezas en base a nuestros diseños”, remarcó la emprendedora. Mencionó que los clientes buscan, si es factible, productos personalizados.

Entre las dificultades que citó para el desarrollo del proyecto, Gabriela Silvero mencionó que, “en un principio fue la comunicación con artesanos, ellos tienen un idioma diferente a los comerciantes, eso fue los más difícil al inicio, pero creo que me gané el afecto porque respeto y valoro mucho el trabajo de ellos y fue superada esa etapa”.

Contó que, pasando los años, el desafío sigue siendo “que mis clientes valoren el trabajo de los artesanos, porque la falta de ella hace que, muchas veces, no quieran pagar el precio que vale una pieza, detrás de cada producto hay demasiado trabajo, hay arte”.

Resaltó que los proveedores con los que trabaja, son gente que siguen utilizando los hornos tradicionales con leñas, sin recurrir a las industriales para las piezas de arcilla, “lo cual hace que los productos que ofrecemos hacen honor a lo que representan, con mucha mano de obra detrás”.

Silvero no desaprovecha espacios como exposiciones de emprendedores y afines para dar a conocer su negocio y señala que sirven para visualizar los emprendimientos, contar con más tiempo para explicarles a los clientes sobre lo que disponen para ellos y a la vez, interactuar con otros proyectos que pueden hacer surgir nuevos negocios.

También mencionó que desde estos espacios pueden tener acceso a programas estatales de apoyo a los emprendedores. Tu Plantera fue parte de la Expo Emprender realizada recientemente en Ciudad del Este, con apoyo del Viceministerio de Mipymes.

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Annel nació de la mano de Ana Belén Giménez, quien decidió crear una tienda virtual que comercializa pijamas personalizados, donde el cliente puede elegir tamaños, colores y otros aspectos de sus prendas para dormir, pensando en su comodidad y gusto personal.

Con gran conocimiento en el rubro del marketing y la publicidad, la profesional conquistó a sus clientes por la calidad de sus confecciones, la atención diferencial y logró la fidelidad de los mismos, por lo que ahora se encuentra planeando expandir su negocio.

Sin imaginar que se convertiría en un emprendimiento, Giménez empezó a comercializar kimonos en 2018 entre sus amigas y familiares cercanos. Fue entonces cuando las redes sociales la ayudaron a dar el gran salto y descubrió un nicho comercial para vender sus kimonos.

“En ese entonces, nos fue súper bien, hicimos la producción y nos fuimos expandiendo. Luego, ya tenía kimonos para playa, elegantes e invernales, hasta que llegó la pandemia”, contó a La Nación/Nación Media.

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Ante las restricciones que se implementaron en aquella época y con la población pasando la mayoría del tiempo en sus hogares, la emprendedora decidió reinventarse y así fue como empezó a comercializar pijamas personalizados, una actividad que mantiene hasta ahora. “Tuvo otra vez tanta aceptación que empezamos a promocionar más el producto en las redes como para tener otro alcance con los clientes”, expresó.

Con el paso del tiempo, el emprendimiento fue ganándose la fidelidad de los clientes, destacándose por una atención y confección personalizada, que les permite a los compradores elegir medidas, tamaños, colores y más, priorizando su comodidad.

“Tratamos siempre de dar ese punto diferencial, de que las prendas sean realmente a medida, por lo que escuchamos a los clientes y los asesoramos para luego pasar a la confección”, indicó.

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Ana Belén Giménez destacó que su negocio es “prometedor” atendiendo que ya se ganó la fidelidad de los clientes, aprovechando la calidad que siempre caracterizó a sus productos. De ahí que pretende seguir sumando esfuerzos para mantenerse vigente en el nicho comercial que logró conquistar con el paso de los años.

La emprendedora es además licenciada en marketing y publicidad, por lo que ha utilizado sus conocimientos para diseñar y actualizar permanentemente los detalles que hacen a su marca.

“Soy desde la ‘brand’ de negocios hasta la que selecciona las telas. Soy todo en uno, especialmente en lo que hace al manejo de las redes sociales, donde siempre estoy realizando análisis y poniendo en práctica lo que aprendí”, destacó a LN/NM.

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De cara al futuro, Giménez proyecta seguir expandiendo su emprendimiento y agrandar su equipo de trabajo a fin de abarcar una mayor demanda y alcanzar a más clientes. “Quiero seguir explorando este nicho comercial para impulsar las ventas, con ayuda ya de un equipo más grande”, resaltó.

En este sentido, la emprendedora se mostró muy agradecida con todos los clientes que siempre apuestan por sus productos.

“Estoy muy feliz por la confianza que depositan en el emprendimiento y por la fidelización de todos estos años. Mis clientes siguen siendo los mismos desde hace 6 años atrás”, remarcó.

• Ana Belén comenzó con la comercialización de kimonos en el 2018, entre sus amigas y familiares, y su emprendimiento fue creciendo fuera de su círculo.
• Actualmente, los clientes de Annel tienen la opción de personalizar sus pijamas.
• La propietaria proyecta seguir expandiéndose y agrandar su equipo de trabajo.

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Oh! Lala Tufting es un emprendimiento de arte en hilo y lana que innova en el mercado decorativo con alfombras y tapices personalizados hechos a mano. Su propietaria es Anabel Schaerer (42), quien hoy es una productora de alfombras freelance, además de ser licenciada en diseño gráfico.

Impulsada por su amor a las manualidades comenzó a buscar referencias hasta dar con la técnica del tufting que atrapó su interés en emprender. Esta es una técnica en la que se trabaja con una pistola que lleva dos hebras de lana y se teje en una tela tensada a un marco, similar a un bastidor, para ir armando los diseños.

El emprendimiento iniciaba como hobby en agosto del 2022 y actualmente es su principal fuente de ingreso. “Empecé a subir fotos, a la gente le empezó a gustar y así nació Oh! Lala. Mi primera alfombra fue a mano con esta técnica que precisa de una aguja mágica”, explicó Schaerer en entrevista con La Nación/Nación Media. Los productos son decorativos y considerados unas piezas de arte que pueden colocarse en el interior de la casa, tapices, o incluso colgarse.

Luego de realizar muchos trabajos a mano, tejiendo punto por punto, finalmente reunió el capital necesario para adquirir la pistola para bordar, con la cual se trabaja de manera sistemática. “Es un trabajo súper laborioso, pero con la práctica todo se alcanza. Yo sola estoy emprendiendo y realizo a través de una agenda abierta a medida que llegan los pedidos”, remarcó.

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La emprendedora dijo que sus diseños son personalizados y exclusivos, hechos para cada gusto específico. Precisó que en Estados Unidos y países de Europa son un boom y que en Paraguay todavía se está descubriendo la técnica. “Yo importo mis materiales, la tela para tejer no existe acá y es cuestión de hacerle seguimiento siempre, porque es un trabajo de todo el día”, añadió.

El trabajo más largo que realizó fue una alfombra de seis metros por un metro y medio, que fue tejida en un mes. Detalló que sus diseños pueden ir desde un tamaño de 2x2, con flecos, colores y tienen diferentes usos, desde espejos, posa objetos, formas de logos, dibujos animados, o todo lo que solicite el cliente.

“Yo estaba buscando referencias y caí con una foto de esta técnica. Empecé a probar viendo videos de YouTube por mi propia cuenta. Aprendí sin ningún curso y ahora ya me dedico solo a eso prácticamente”, dijo Schaerer. La emprendedora cuenta con un estudio/taller donde realiza la producción e incluso brinda talleres para que los interesados en la técnica aprendan a utilizar los materiales. “Dentro de poco quiero abrir un showroom y ahí voy a tener todas mis alfombras expuestas”, añadió.

Anabel sostuvo que hoy el consumidor debe valorar el trabajo detrás de un producto artesanal, que lleva un proceso muy minucioso y cansador. “Ese es el problema de todos los emprendedores y una lucha colectiva, es cuestión de apuntar mejor el público, porque hay gente que invierte en arte exclusivo para sus hogares”, indicó.

Los precios son fijados por metro cuadrado, de acuerdo a los detalles y la complejidad, pero como ejemplo, precisó que una alfombra de entrada de 80 x 45 centímetros puede rondar desde los 500.000 a 800.000 guaraníes. La inversión se realiza en dos pagos, 50 % para iniciar con la producción, remarcó.

• Los productos son elaborados con la técnica del tufting, que permite crear artículos tupidos agregando lana a una tela tensada.
• Los diseños con esta técnica de tejido son un boom en Estados Unidos y países de Europa.
• Los productos son decorativos y considerados piezas de arte que pueden colocarse en el interior de la casa, tapices, o incluso colgarse.

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