Ante la controversia del déficit fiscal elevado que enfrenta el país, que ya se volvió una especie de puja por quién dice la verdad entre el organismo fiscal estatal y otros entendidos en la materia, lo cierto es que el Estado refleja un excesivo gasto público que está dejando más saldos negativos, de acuerdo a la opinión del economista Hugo Royg.
“Lo que está pasando es que el exceso de gasto público genera mayor tasa de interés que, en consecuencia, impacta en menor inversión de las empresas, y en menor consumo de las personas”, expresó a La Nación/Nación Media el exministro de la Secretaría Técnica de Planificación, que también presidió el Consejo de Administración del Instituto de Previsión Social (IPS), entre otros cargos.
El escenario también presenta una morosidad en deudas, pues muchas personas no pueden pagar por una mayor tasa de interés, es consecuencia directa o culpa del Gobierno que tiene déficit, por lo que el déficit no es bueno, y más allá de debatir si es 3,5 % o 5 %, que es irrelevante en este momento, lo concreto es que “es excesivamente alto”, aseveró Royg.
Es así que la situación real es que se está gastando mucho, y que claramente el sector público tiene gastos de mala calidad, que muchas veces estos gastos no responden a las necesidades puntuales porque se realizan con criterios más políticos, o bien beneficia a ciertos sectores económicos más cercanos, indicó el profesional a Nación Media.
Lo mencionado es solo un aspecto más, ya que el experto consideró también que a la vez, no es bueno que el país esté manteniendo un déficit público por tanto tiempo, debido a que básicamente si el sector público gasta más de lo que ingresa, otro sector debe ingresar más de lo que gasta; es decir, el sector privado y los contribuyentes. “Cuando el sector público gasta mucho, significa que el sector privado está financiando ese exceso de gasto”, subrayó Royg.
Por otro lado, un tercer elemento es que en este contexto, el exceso del gasto público no se financia, que si bien se podría a través de una emisión de bonos que a la larga la termina pagando la población, además de que genera inflación. En ambos casos, repercute en mayores tasas de interés tanto por la emisión de bonos al igual que sucede con la presión inflacionaria cuando el Banco Central del Paraguay (BCP) aumenta las tasas para controlarla, refirió el economista a LN.
Con menor déficit fiscal, pasos más largos al grado de inversión
Pablo Alfredo Herken Krauer
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El gobierno de Marito nos dejó un agujero fiscal –déficit fiscal en términos técnicos– o diferencia entre gastos mayores e ingresos inferiores en el manejo de la maquinaria estatal (cubierto con endeudamiento externo e interno), del tamaño del -4,1 % de la dimensión de la economía (unos USD -1.746 millones), medida con base en los datos y cálculos del producto interno bruto (PIB), que fue confeccionado por el Banco Central del Paraguay (BCP). Al cierre de mayo de 2024 el déficit fiscal anualizado se ubicó en -3,2 %/PIB, siendo el objetivo cerrar el año en -2,6 %/PIB. Cuando se pregunta por qué muchos países latinoamericanos han tenido crisis trágicas por sobreendeudarse y no poder pagar, gran parte de la respuesta tiene que ver con el crecimiento desmesurado y desbordado de sus déficits fiscales (Stroessner en 1986 y González Machi en el 2003).
El no poder pagar los llevó a poner al país en situación de default o cesación de pagos. En el caso del dictador fue secreto, en el ocaso de su decadencia.
El maestro Dionisio Borda recibió en el 2003 la peor herencia jamás recibida desde 1989: un pozo de alrededor de USD 500 millones de dólares en el que caeríamos con perjuicios enormes.
La bomba no explotó por el manejo extraordinario de la “nueva” política económica y de la escuelita que dejara el maestro. Y ya en el 2004 tuvimos superávits fiscales hasta el 2011: ocho años (dos gestiones ministeriales de Borda). Hasta que el Parlamento en el 2011, convertido en hospital psiquiátrico, lo destruyó todo y retrocedimos no menos de cinco años. Por puro populismo, puro estatismo, puro sucio juego electoral, puro autoritarismo.
A partir de 2012 hasta hoy hemos tenido déficits fiscales (más gastos que ingresos= endeudamiento). Muy moderados y equilibrados durante la gestión económica del cartismo con un promedio del -1,1 %/PIB. Ayudó muchísimo que en setiembre de 2013 el Gobierno pudiera sacar la Ley n.º 5098 “De responsabilidad fiscal” que establecía en uno de sus puntos “el déficit fiscal anual de la Administración Central (Gobierno), incluidas las transferencias, no será mayor que el 1,5 % del PIB para dicho año fiscal”. Pero a partir de 2019 las cuentas se desequilibraron, con el covid-19 apuntalando el despegue con un saldo en rojo de -6,1 %/PIB equivalente a USD -2.205 millones, en el 2020. Desde entonces las calificadoras de riesgo país han insistido en la vuelta a la normalidad, como una condición indiscutible para apuntar al grado de inversión.
Hago un breve recuento de los comentarios de las calificadoras. Los de Fitch Ratings el 10 de junio pasado: “Los datos fiscales para 2024 indican que los planes de consolidación de Paraguay van por buen camino, aunque el déficit del sistema de pensiones del sector público del país será un desafío para la reducción del déficit en los próximos años. El déficit fiscal móvil de 12 meses de Paraguay se redujo al 3,4 % del PIB en abril de 2024, desde el 4,1 % de diciembre de 2023. Los últimos datos están en línea con nuestras expectativas.
Pronosticamos una reducción sustancial del déficit de la administración central en línea con el objetivo del 2,6 % del PIB para 2024 y del 1,9 % para 2025 (1,5 % en el 2026). Esto se basa en nuestras expectativas de un menor gasto de capital, un sólido crecimiento del PIB y la liquidación de los atrasos del año pasado (estimados en el 1,1 % del PIB).
Cuando afirmamos la calificación de “BB+”/Estable de Paraguay en noviembre de 2023, destacamos que la capacidad del Gobierno para delinear e implementar una estrategia realista de consolidación fiscal será clave para restaurar la credibilidad de la política fiscal y evitar presiones a la baja sobre la calificación soberana”.
Vayamos a la calificadora Standard and Poor’s Global Ratings que el 1 de febrero de 2024 elevó las calificaciones de largo plazo en moneda extranjera y local de Paraguay a “BB+” desde “BB”. Remarcando que la perspectiva es estable. “Esperamos que una política fiscal pragmática se traduzca en una consolidación fiscal gradual del Gobierno y niveles de endeudamiento estables.
Podríamos bajar las calificaciones en los próximos 12-18 meses si el crecimiento es más lento de lo esperado, debido a mayor frecuencia de choques externos y climáticos, y reduce el potencial de crecimiento y debilita el compromiso del Gobierno con la consolidación fiscal.
Esto podría debilitar la economía y aumentar la carga de la deuda. Podríamos elevar las calificaciones en los próximos 24 meses si una gestión política y económica eficaz conduce a una consolidación fiscal sostenible, de la mano del continuo fortalecimiento de las instituciones políticas y económicas del Paraguay reduciendo las vulnerabilidades del Gobierno al nivel de aquellos con las deudas soberanas con grado de inversión. Esperamos que la nueva administración continúe construyendo sobre el historial políticas macroeconómicas prudentes de Paraguay, centrándose en alcanzar un objetivo de déficit estructural a mediano plazo, conforme a la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF).
El déficit fiscal ha aumentado y la corrección será gradual, pero la carga de la deuda se estabilizará. El Gobierno paraguayo apunta a reducir su déficit fiscal tras un mayor gasto debido a los programas de lucha contra la pandemia Covid-19 y la transición política.
Y la misma Fitch señalaba el 1 de noviembre de 2023: Riesgos fiscales, erosión de la credibilidad: el presupuesto de 2024 tendrá como objetivo un déficit fiscal del 2,6 %, y la senda de consolidación fiscal revisada prevé un déficit del 1,9 % en 2025 y un retorno al límite de la ley de responsabilidad fiscal (LRF) del 1,5 % en 2026. El nuevo gobierno ha evitado cualquier aumento de impuestos, apuntando en cambio a depender principalmente de una mayor eficiencia del gasto, una mejor administración tributaria y un mayor crecimiento. Sin embargo, las autoridades aún no han esbozado claramente las medidas para apoyar la consolidación fiscal. Además del impacto de los atrasos en los pagos, Fitch señala que el mayor déficit y la senda de consolidación fiscal más larga siguen a varias flexibilizaciones en la NRF en los últimos años, que han debilitado el ancla fiscal de Paraguay.
En opinión de Fitch, la capacidad del Gobierno para delinear e implementar una estrategia realista de consolidación fiscal será clave para restaurar la credibilidad de la política fiscal y evitar presiones a la baja sobre la calificación soberana.
En conclusión, para las calificadoras de riesgo país la disciplina fiscal con gastos pocos alejados de los ingresos en el Gobierno, es prueba y señal principal de credibilidad que esperan de nosotros casi con obsesión, porque también frena el endeudamiento. Ya bajamos de -4,1 % a -3,2 % para cerrar en -2,6 % el 2024 (-1,5 % quizás en el 2026). Pero, y un “gran pero”, lo positivo no servirá si no se desarma la bomba de tiempo de la caja fiscal (militares, policías, maestros) que se comería casi USD 500 millones de los impuestos en el 2027. No es justo. Muchos se volverían a plantear ¿para qué pagar impuestos?, ¿y la alimentación escolar de los niños?, ¿y la salud con medicamentos?, ¿y los abuelitos y abuelitas?
Lo malo de los privilegios en el Gobierno es que todos los quieren, como un derecho, por encima de los más necesitados y desprivilegiados. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) dio a conocer el informe de Situación Financiera (Situfin) correspondiente a mayo de 2024. En términos anualizados, el déficit fiscal registrado al quinto mes del año fue de 3,2 % del PIB mostrando una mejora relativa con respecto al cierre fiscal del año 2023, donde el déficit representó el 4,1 %.
El déficit acumulado representó un valor de G. 833,5 mil millones (-0,2% del PIB), equivalente a USD 116,7 millones. Asimismo, un resultado operativo positivo de G. 979,6 mil millones (0,3% del PIB), equivalente a USD 128,3 millones.
El director de Política Macrofiscal reiteró que se mantienen las perspectivas para una evolución fiscal en línea con la meta de convergencia y cumplir con el plan de gastos trazado en el presupuesto.
Ingresos tributarios
Los indicadores revelaron que los tributos registraron un crecimiento acumulado de 26,3%, mientras que los gastos aumentaron a una tasa del 10,2%, principalmente explicado por el aumento registrado en el pago de gastos corrientes (Ministerio de Educación, Ministerio de Salud y otras entidades de la función pública), la compra de medicamentos y el pago de intereses.
Mayo cerró con un aumento acumulado de 20,3 % del ingreso total. Los ingresos con mayor impacto tienen que ver con los tributos (19,4 %), otros ingresos no tributarios (1 %) y las binacionales registraron un ingreso negativo de 0,1 %.
Los ingresos tributarios en lo que va del año representan un aumento de 47,6 % superando el pico de máximo histórico de 2008 que fue de 47,5 %.
Desde el Ministerio de Economía destacaron que esta mayor dinámica de recaudación tributaria ayudó a contrarrestar la caída en los ingresos de las binacionales y de las contribuciones sociales.
Otro dato importante que resaltaron es que, nuevamente, se registró que el uso de ingresos tributarios para financiar salarios se encuentra por debajo del mínimo histórico con 50,4 % (enero a mayo de 2024). El mínimo histórico registrado de 53,5 % fue en 2008.
Déficit: acelerar convergencia traería impacto negativo en crecimiento económico
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La Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) cerró el mes de mayo con un nivel histórico de recaudación, que superó los G. 4 billones, entre impuestos internos y aduaneros. Desde el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) destacan que esto demuestra los beneficios de haber fusionado dos instituciones (Tributación y Aduanas), ya que contribuye al erario, y a su vez a la reducción del déficit fiscal.
Así lo afirmó el viceministro de Economía y Planificación, Javier Charotti, en contacto con La Nación/Nación Media. Sostuvo que la dinámica positiva de los ingresos tributarios está contribuyendo a la reducción del déficit, en línea con el plan de convergencia que habían anunciado al iniciar este Gobierno.
Teniendo en cuenta que se estima llegar al 1,5 % de déficit fiscal en 2026, consultamos al viceministro si es posible llegar a la meta antes de lo previsto, y explicó que no ven necesario acelerar la convergencia por el impacto negativo que podría tener en el crecimiento de la economía.
“Además, la tasa de interés a la que colocamos recientemente nuestros bonos nos señalan que existe confianza de que, para adelante, se mantendrá un manejo prudente de las finanzas públicas del país y nos da la tranquilidad de que el plan anunciado, de volver al límite establecido en la ley de Responsabilidad Fiscal, fue validado como creíble y responsable. No vemos necesario acelerar la convergencia porque se deben considerar el impacto que esto podría tener en el crecimiento de la economía”, precisó Charotti a LN.
La convergencia fiscal para el 2024 se mantiene en 2,6 % y a la fecha, en términos anualizados, se encuentra en 3,4 %. La cartera económica se encamina a mejorar el gasto público y evitar destinar recursos a gastos corrientes, tal como ocurrió en el primer cuatrimestre del año, ya que se destinó solo el 60 % de los ingresos tributarios en el pago de salarios.
DNIT
Fueron más USD 580 millones lo recaudado en el quinto mes del año, 30 % más en comparación a mayo de 2023. La diferencia positiva a favor es de USD 134 millones. El titular de la DNIT, Oscar Orué destacó que con este ingreso registrado en mayo se está llegando ya a los USD 600 millones de aumento, desde el 15 de agosto de 2023.
Datos claves
- La DNIT cerró el mes de mayo con un nivel histórico de recaudación que superó los G. 4 billones.
- La dinámica positiva de los ingresos tributarios está contribuyendo a la reducción del déficit, en línea con el plan de convergencia de 1,5 %.
- La convergencia fiscal para el 2024 se mantiene en 2,6 % y a la fecha, en términos anualizados, se encuentra en 3,4 %.
Déficit fiscal del 0,5 % se ajusta a la convergencia
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El Viceministerio de Economía y Planificación realizó la actualización de su informe sobre la Situación Financiera (Situfin) a abril de 2024, con los principales indicadores fiscales tanto de ingresos como gastos. El reporte reveló un déficit fiscal acumulado de USD 212,4 millones o lo que sería el 0,5 % del producto interno bruto (PIB).
A la vez, el resultado fiscal fue negativo de 0,1 % o su equivalente de USD 36,7 millones, lo cual se debe en gran medida por la deuda pública que se arrastra, conforme indicaron desde el Viceministerio económico. En tanto que el déficit fiscal anualizado al cierre del primer cuatrimestre fue de 3,41 % del PIB, mejor de lo que fue en el periodo 2023 cuando la diferencia incluso llegó a 4,1 %, explicado por el buen desempeño de los ingresos tributarios. Es por ello que desde la cartera fiscal alegan buenas perspectivas respecto a la evolución fiscal para este año, la cual estaría alineada con la meta de convergencia fiscal.
INGRESOS Y GASTOS
Al observar el desglose de los indicadores fiscales, se encuentra que de enero a abril los ingresos crecieron 4,7 %, así como el gasto un 4,8 %, la inversión subió apenas 0,4 %, con lo que se dio el resultado operativo de -0,1 y el resultado fiscal de -0,5 % del PIB. En lo que respecta a los ingresos, destacaron el crecimiento acumulado del 17,4 %, entre los cuales los tributarios se incrementaron 24,3 %, las binacionales con baja del 7,9 % debido a que Yacyretá no registró ingresos, y el componente otros ingresos un 2,7 %, totalizando así G. 15 billones 627mil millones.
En tanto que los gastos aumentaron 9,4 %, debido a los pagos de intereses, remuneraciones de los principales sectores sociales como educación, salud y las fuerzas públicas en un 80 %, así como la compra de medicamentos. En este apartado señalaron el pago de deudas atrasadas en el cuatrimestre de 2024, de unos USD 113 millones, lo que sería un 0,25 % del PIB, direccionados a salud, mientras que el pago de salarios ocupó el 60,2 % de todos los ingresos.