El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) levantó las barreras sanitarias que habían sido instaladas en los accesos del Chaco paraguayo tras la detección de influenza aviar (IA) en la zona. Esto, teniendo en cuenta que las fuentes de infección principales fueron eliminadas en su totalidad, según confirmó a este medio Carlos Ramírez, director general de Epidemiología de la institución.
“Hemos levantado de la zona de las colonias y Mariscal Estigarribia. Lo que estamos haciendo son los rastreos epidemiológicos, visitando las granjas de las mismas características que se encuentran en la zona”, manifestó en comunicación con La Nación/Nación Media. Refirió que se hicieron 15 días de vacíos sanitarios y desinfecciones, por lo cual el riesgo de difusión ya es improbable, pero se continúan ubicando los establecimientos y realizando llamadas telefónicas para atender las notificaciones.
Añadió que los focos fueron encontrados en la misma área geográfica y que la enfermedad no trascendió; no obstante, se siguen recibiendo notificaciones de distintos puntos del país. Otra variable fue que el rastreo epidemiológico que se hizo en la zona no detectó patologías en aves enfermas de ningún tipo, por ello se procedió a eliminar los controles en ruta.
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De esta manera, los focos detectados y ya eliminados corresponden a las zonas de Mariscal Estigarribia, Colonia Neuland, Colonia Fernheim, Faro Moro y La Patria. A la fecha se llevan contabilizadas 366 aves sacrificadas en los predios donde se detectó la IA, que fueron patos, gallinas y pavos de traspatio. “De los 17 departamentos recibimos notificaciones y atendemos todas. Hasta el momento la enfermedad esta circunscripta geográficamente en el departamento de Boquerón”, acotó.
Recordó a la ciudadanía que es totalmente seguro el consumo de carne de pollo y huevos. “La población tiene que quedarse tranquila, obviamente previa cocción como todo producto de ese origen, pero con este cuidado es totalmente factible el consumo”, dijo. Pidió que sea comunicada cualquier tipo de sospecha en aves, ya sean gallinas, pavos, guineas, loros, a fin de que los profesionales le den un seguimiento.
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Hay consenso en avanzar hacia el máximo estatus sanitario, pero no en plazos
Los productores y el Gobierno se encuentran en pleno debate acerca del momento en el que se debe dejar de vacunar contra la fiebre aftosa y dar el salto al máximo estatus sanitario: el de país libre de aftosa sin vacunación.
En general, tanto el sector productivo como el industrial y el Gobierno están de acuerdo en avanzar en el estatus, pero discrepan en términos de plazos.
El sector público considera que las condiciones están dadas para dar un paso adelante y dejar atrás casi 60 años de inmunización, de los cuales en los últimos 12 años se realizó de forma sistemática, según explicó a La Nación/Nación Media el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin.
El principal argumento en favor del cese de la vacunación es que países de la región como Bolivia y Brasil ya se encuentran con el máximo estatus sanitario y no tienen circulación del virus de la aftosa, mientras que en Paraguay también la circulación es nula, lo que propicia, según el titular de Senacsa, el escenario correcto para dar el salto.
La entidad maneja un cronograma que apunta a que el 2026 sea el último año de vacunación antiaftosa, para luego proceder a un monitoreo de 24 meses en los que, de no ocurrir escenarios adversos, se podrá presentar en 2027 los resultados ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que validaría el máximo estatus para Paraguay en 2028.
Martin considera que tal estatus es coherente con el trabajo realizado tanto por el Senacsa como el sector privado, que desde el último brote en 2011 trabajó de forma más profesional y científica, con resultados a la vista.
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“Venimos trabajando con el sector privado de manera muy seria y con base técnica, en base a ciencia, hace alrededor de 12 años. Entendiendo que en estos 12 años se ha mejorado muchísimo y los planes de vacunación son procesos finitos”, explicó a LN.
Igualmente, recordó que en todo el continente, tanto América del Norte como América del Sur, el 85 % del ganado se encuentra inmunizado y en Paraguay, alrededor del 95 % se encuentra vacunado, por lo que insistió que en el país, la circulación viral es nula.
Respaldo de la academia
Desde la academia, la decana de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción, la doctora Viviana María Ríos Morínigo, explicó que tienen una postura técnica a favor, pero consideró importante un consenso con el sector productivo y con un plan bien diseñado con principios técnicos y científicos.
“Hay evidencia de que no hay una circulación activa y yo creo que hay posibilidad ahora de invertir los esfuerzos que se están haciendo a nivel nacional, ya sea en vigilancia pasiva y activa, o desde el punto de vista del control de los hatos para hacer una detección temprana y demás”, dijo a LN.
Mencionó que la vacuna no incide en absoluto en la calidad de la carne, ya que su función es meramente de inmunizar a los animales contra el virus de la fiebre aftosa.
Igualmente, señaló que al dejar de concentrar esfuerzos en la aftosa, los recursos podrían centrarse más en otras enfermedades como la brucelosis, que es una zoonosis, es decir, es transmisible a los humanos.
“La aftosa no es una zoonosis. La aftosa tiene una repercusión en el precio del ganado y en los mercados, pero no se transmite al hombre. O sea, el hombre no sufre de aftosa. A diferencia de la brucelosis, que tiene repercusiones importantes en la salud humana, es transmitida por la leche, por ejemplo, o por el contacto con carne no bien cocinada”, explicó.
Postura de la industria cárnica
Daniel Burt, gerente general de la Cámara Paraguaya de la Carne, señaló que están de acuerdo con la postura de Senacsa, pero coincidió en que la decisión no podría ser tomada sin un consenso con todos los actores.
Recordó que en 2011, durante el último brote de aftosa en el país, se comprometió el estatus internacional y se afectaron las exportaciones, por tanto, consideran vital agotar las instancias de diálogo para garantizar procesos bien definidos y una evaluación costo-beneficio para el país.
Consultado sobre los beneficios comerciales del estatus de país libre de aftosa sin vacunación, Burt consideró que es relativo, ya que existen mercados en los que no es un requisito el máximo estatus.
“Categóricamente es una elevación de estatus y un reconocimiento sanitario internacional. Ahora, hay muchos otros factores que entran a jugar a la parte comercial, que hace que eso no sea una respuesta demasiado obvia. tenemos países en donde si hay una ventaja comercial y tenemos países donde no”, dijo a La Nación.
Ganaderos piden más tiempo
La Asociación Rural del Paraguay (ARP), que nuclea a los principales productores del país, tampoco se opone al plan, pero pide más tiempo para afianzar el proceso y convencer a la base productiva.
“Nuestra propuesta es mantener la vacunación hasta el 2030”, explicó a LN Mario Apodaca, vicepresidente de la ARP y presidente de Fundación Servicios de Salud Animal (Fundassa).
Apodaca afirmó que el estatus sanitario actual es óptimo, con animales sanos, con alta inmunidad y nula circulación viral. No obstante, mencionó que los ganaderos necesitan mayor confianza para dejar la inmunización, que resultó esencial para la producción durante décadas.
“La vacunación le da seguridad al productor, y esa seguridad no se reemplaza fácilmente. Hay que fortalecer aún más la vigilancia, el banco de vacunas, las contingencias e indemnizaciones”, sostuvo.
En ese sentido, insistió en que están de acuerdo con alcanzar el máximo estatus sanitario, pero piden vacunar unos años más, evaluar el entorno internacional, principalmente de los países vecinos y luego avanzar. “Estamos totalmente de acuerdo con el objetivo, pero discrepamos en el plazo. Queremos llegar al 2030 con todos los deberes hechos, sin apuros”, añadió.
Hoy Paraguay exporta carne bovina a más de 50 países, incluyendo destinos exigentes como Israel, Taiwán, Chile y Estados Unidos, y la visión del Estado es consolidar la competitividad de la producción nacional con el máximo estatus sanitario.
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Hay acuerdo en avanzar al máximo estatus sanitario, pero no en plazos
Los productores y el Gobierno se encuentran en pleno debate acerca del momento en el que se debe dejar de vacunar contra la fiebre aftosa y dar el salto al máximo estatus sanitario: el de país libre de aftosa sin vacunación. En general, tanto el sector productivo como el industrial y el Gobierno están de acuerdo en avanzar en el estatus, pero discrepan en términos de plazos.
El sector público considera que las condiciones están dadas para dar un paso adelante y dejar atrás casi 60 años de inmunización, de los cuales en los últimos 12 años se realizó de forma sistemática, según explicó a La Nación/Nación Media el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin.
El principal argumento en favor del cese de la vacunación es que países de la región como Bolivia y Brasil ya se encuentran con el máximo estatus sanitario y no tienen circulación del virus de la aftosa, mientras que en Paraguay también la circulación es nula, lo que propicia, según el titular de Senacsa, el escenario correcto para dar el salto. La entidad maneja un cronograma que apunta a que el 2026 sea el último año de vacunación antiaftosa, para luego proceder a un monitoreo de 24 meses en los que, de no ocurrir escenarios adversos, se podrá presentar en 2027 los resultados ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), que validaría el máximo estatus para Paraguay en 2028.
Martin considera que tal estatus es coherente con el trabajo realizado tanto por el Senacsa como el sector privado, que desde el último brote en 2011 trabajó de forma más profesional y científica, con resultados a la vista.
“Venimos trabajando con el sector privado de manera muy seria y con base técnica, con base en ciencia, hace alrededor de 12 años. Entendiendo que en estos 12 años se ha mejorado muchísimo y los planes de vacunación son procesos finitos”, explicó a LN. Igualmente, recordó que en todo el continente, tanto América del Norte como América del Sur, el 85 % del ganado se encuentra inmunizado y en Paraguay, alrededor del 95 % se encuentra vacunado, por lo que insistió que en el país, la circulación viral es nula.
RESPALDO DE LA ACADEMIA
Desde la academia, la decana de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de Asunción, la doctora Viviana María Ríos, explicó que tienen una postura técnica a favor, pero consideró importante un consenso con el sector productivo y con un plan bien diseñado con principios técnicos y científicos.
“Hay evidencia de que no hay una circulación activa y yo creo que hay posibilidad ahora de invertir los esfuerzos que se están haciendo a nivel nacional, ya sea en vigilancia pasiva y activa, o desde el punto de vista del control de los hatos para hacer una detección temprana y demás”, dijo a LN.
Acotó que la vacuna no incide en absoluto en la calidad de la carne, ya que su función es meramente de inmunizar a los animales contra el virus de la fiebre aftosa. Señaló que al dejar de concentrar esfuerzos en la aftosa, los recursos podrían centrarse más en otras enfermedades como la brucelosis, que es una zoonosis, es decir, es transmisible a los humanos. “La aftosa no es una zoonosis. La aftosa tiene una repercusión en el precio del ganado y en los mercados, pero no se transmite al hombre. O sea, el hombre no sufre de aftosa. A diferencia de la brucelosis, que tiene repercusiones importantes en la salud humana, es transmitida por la leche, por ejemplo, o por el contacto con carne no bien cocinada”, explicó.
POSTURA DE LA INDUSTRIA CÁRNICA
Daniel Burt, gerente general de la Cámara Paraguaya de la Carne, señaló que están de acuerdo con la postura de Senacsa, pero coincidió en que la decisión no podría ser tomada sin un consenso con todos los actores. Recordó que en 2011, en el último brote de aftosa en el país, se comprometió el estatus internacional y se afectaron las exportaciones, por tanto, consideran vital agotar las instancias de diálogo para garantizar procesos bien definidos y una evaluación costo-beneficio para el país.
Consultado sobre los beneficios comerciales del estatus de país libre de aftosa sin vacunación, Burt consideró que es relativo, ya que existen mercados en los que no es un requisito el máximo estatus. “Categóricamente es una elevación de estatus y un reconocimiento sanitario internacional. Ahora, hay muchos otros factores que entran a jugar a la parte comercial, que hace que eso no sea una respuesta demasiado obvia. Tenemos países en donde si hay una ventaja comercial y tenemos países donde no”, dijo a La Nación.
GANADEROS PIDEN MÁS TIEMPO
La Asociación Rural del Paraguay (ARP), que nuclea a los principales productores del país, tampoco se opone al plan, pero pide más tiempo para afianzar el proceso y convencer a la base productiva. “Nuestra propuesta es mantener la vacunación hasta el 2030”, explicó a LN Mario Apodaca, vicepresidente de la ARP y presidente de Fundación Servicios de Salud Animal (Fundassa).
Apodaca afirmó que el estatus sanitario actual es óptimo, con animales sanos, con alta inmunidad y nula circulación viral. No obstante, mencionó que los ganaderos necesitan mayor confianza para dejar la inmunización, que resultó esencial para la producción durante décadas. “La vacunación le da seguridad al productor, y esa seguridad no se reemplaza fácilmente. Hay que fortalecer aún más la vigilancia, el banco de vacunas, las contingencias e indemnizaciones”, sostuvo.
Insistió en que están de acuerdo con alcanzar el máximo estatus sanitario, pero piden vacunar unos años más, evaluar el entorno internacional, principalmente de los países vecinos y luego avanzar.
“Estamos totalmente de acuerdo con el objetivo, pero discrepamos en el plazo. Queremos llegar al 2030 con todos los deberes hechos, sin apuros”, añadió.
Hoy Paraguay exporta carne bovina a más de 50 países, incluyendo destinos exigentes como Israel, Taiwán, Chile y Estados Unidos, y la visión del Estado es consolidar la competitividad de la producción nacional con el máximo estatus sanitario.
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Sector cárnico cerró el semestre con más ingresos y nuevos destinos
La exportación de carne bovina, menudencias y productos de origen animal alcanzó los USD 1.305 millones al cierre del primer semestre de 2025, lo que representó un crecimiento del 18 % en ingresos con relación al mismo periodo del año pasado, según informó el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa). El volumen exportado fue de 349.728 toneladas.
El principal destino de la carne paraguaya fue Chile, que absorbió el 32 % del total con compras por 57.130 toneladas y un valor de USD 343 millones. Le siguieron Taiwán, con 14 % de participación (25.350 toneladas por USD 151 millones), y Estados Unidos, con el 11 % (19.825 toneladas por USD 111 millones).
Israel se ubicó en cuarto lugar con una participación del 10 %, tras adquirir 15.855 toneladas por USD 100,5 millones, mientras que Brasil quedó en quinta posición con 6 %, equivalente a USD 63,9 millones y 10.003 toneladas. Completan la lista Rusia (4 %), Canadá (3 %), Unión Europea (3 %) y otros mercados (17 %). El presidente del Senacsa, José Carlos Martin, calificó como auspicioso el primer semestre para el complejo cárnico nacional, destacando el impulso generado por la apertura de nuevos mercados. “Vemos crecimiento no solo en carne bovina, que representa el 85 % del total exportado, sino también en carne porcina y avícola”, afirmó.
NUEVOS MERCADOS
Uno de los destinos clave habilitado este año fue Singapur, tras negociaciones que comenzaron en 2021 y concluyeron tras una auditoría oficial y la visita del presidente de la República a ese país asiático. La apertura de ese mercado representa un paso importante para diversificar las exportaciones cárnicas nacionales.
Recientemente también se anunció la aprobación del certificado zoosanitario para el envío de carne bovina a El Salvador, sumando otro destino al mapa exportador. Desde el Senacsa señalaron que esto es resultado del trabajo conjunto entre el sector público y privado, que busca consolidar la presencia de Paraguay en mercados internacionales cada vez más exigentes.
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Sector cárnico cerró el primer semestre con más ingresos y nuevos mercados
La exportación de carne bovina, menudencias y productos de origen animal alcanzó los USD 1.305 millones al cierre del primer semestre de 2025, lo que representó un crecimiento del 18 % en ingresos con relación al mismo periodo del año pasado, según informó el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa). El volumen exportado fue de 349.728 toneladas.
El principal destino de la carne paraguaya fue Chile, que absorbió el 32 % del total con compras por 57.130 toneladas y un valor de USD 343 millones. Le siguieron Taiwán, con 14 % de participación (25.350 toneladas por USD 151 millones), y Estados Unidos, con el 11 % (19.825 toneladas por USD 111 millones).
Israel se ubicó en cuarto lugar con una participación del 10 %, tras adquirir 15.855 toneladas por USD 100,5 millones, mientras que Brasil quedó en quinta posición con 6 %, equivalente a USD 63,9 millones y 10.003 toneladas. Completan la lista Rusia (4 %), Canadá (3 %), Unión Europea (3 %) y otros mercados (17 %).
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El presidente del Senacsa, José Carlos Martin, calificó como auspicioso el primer semestre para el complejo cárnico nacional, destacando el impulso generado por la apertura de nuevos mercados. “Vemos crecimiento no solo en carne bovina, que representa el 85 % del total exportado, sino también en carne porcina y avícola”, afirmó.
Nuevos mercados
Uno de los destinos clave habilitado este año fue Singapur, tras negociaciones que comenzaron en 2021 y concluyeron tras una auditoría oficial y la visita del presidente de la República a ese país asiático. La apertura de ese mercado representa un paso importante para diversificar las exportaciones cárnicas nacionales.
Recientemente también se anunció la aprobación del certificado zoosanitario para el envío de carne bovina a El Salvador, sumando otro destino al mapa exportador. Desde el Senacsa señalaron que esto es resultado del trabajo conjunto entre el sector público y privado, que busca consolidar la presencia de Paraguay en mercados internacionales cada vez más exigentes.