Desde la Cappro reiteraron su compromiso de trabajar en forma coordinada con el sector público para generar las condiciones propicias para atraer más inversiones y consolidar al sector. Foto: Archivo
Consolidar agroindustrias es vital para el desarrollo sostenible de la economía, dicen
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Desde la Cámara Paraguaya de Procesadoras de Oleaginosas (Cappro) explicaron que la industria cuenta con un espacio para seguir repuntando si se considera que la producción de soja se sitúa en alrededor de las 10 millones de toneladas anuales de darse condiciones climáticas normales. En ese sentido, reiteraron el compromiso de trabajar en forma coordinada con el sector público para generar las condiciones propicias para atraer más inversiones y consolidar al sector.
”Estamos convencidos de que la consolidación de este sector será vital para el desarrollo sostenible de nuestra economía, convirtiéndonos en una potencia e incluso potenciando las ventajas que ya hemos desarrollado en nuestras actividades agropecuarias”, manifestaron en su informe del mes de abril. Pidieron que el nuevo gobierno pueda apuntar a una política industrial clara y previsible, que permita a las agroindustrias nacionales competir en igualdad de condiciones con fábricas de otros países, que protegen sus mercados para el ingreso de productos con valor agregado.
Al mes de abril de este año la industrialización de las oleaginosas alcanzó 900.416 toneladas, significando una mejoría de 0,5 % si se compara con el mismo periodo del 2022 y estuvo un 2 % por encima del promedio para el primer cuatrimestre de los últimos tres años. Por ello, el procesamiento del cuarto mes del año volvió a ubicarse más cerca de un nivel relativamente elevado de molienda, refirieron.
No obstante, la industrialización de soja acumulada al cierre del mes de abril fue de 873.145 toneladas, unas 2.400 toneladas por debajo del igual lapso del año pasado. En torno a esto, subrayaron que de mantenerse ese nivel de procesamiento y el ritmo de salida del cereal en estado natural hacia las fábricas del exterior, las industrias aceiteras nacionales podrían volver a enfrentarse al problema del desabastecimiento y la parada prematura de las fábricas, aunque no de una forma tan marcada como se dio el año pasado a causa de la sequía.
La siembra y germinación de cultivos en la región Oriental de Paraguay avanza con optimismo, a pesar de los desafíos que enfrentan los agricultores en la actual campaña agrícola 2024/2025. Los productores rurales, particularmente las familias campesinas, se esfuerzan por obtener rendimientos que no solo cubran los costos de inversión, sino que también generen ganancias en un contexto de fluctuaciones climáticas e incertidumbre en los precios internacionales.
El objetivo principal es mantener un equilibrio entre los costos de producción y los ingresos, mientras se gestionan las presiones del mercado global. La situación no es sencilla, pero la resiliencia del sector sigue siendo un pilar para la economía nacional.
La calidad de las semillas y el desarrollo de los cultivos son aspectos claves que mantienen el optimismo entre los productores. En zonas como Caaguazú, Alto Paraná y otras regiones productivas, los agricultores trabajan arduamente para cumplir con los plazos establecidos en el ciclo de siembra y cosecha. Aunque las condiciones climáticas pueden variar, lo que trae cierta incertidumbre, las expectativas son positivas en cuanto a la productividad.
David Bakes, productor en Mbaracayú, Alto Paraná Norte, subrayó que los rendimientos esperados deben alcanzar entre 2.500 y 3.000 kilogramos por hectárea para cubrir los costos de producción y generar al menos un “empate técnico”, es decir, evitar pérdidas financieras. Este rendimiento es crucial, especialmente para aquellos agricultores que alquilan sus tierras y dependen de una mayor producción para poder solventar sus gastos.
“Todos tenemos gastos asociados a insumos y la gestión de comercialización. Pero hay una diferencia entre los productores que son propietarios de sus campos y los que alquilan. Estos últimos necesitan un mayor volumen de producción para alcanzar el mismo nivel de rentabilidad”, explicó Bakes.
Realidades distintas según la región
La presión de los precios internacionales a la baja ha afectado las expectativas de ganancia en varias zonas productivas del país. Según Aurio Frighetto, productor en el departamento de Caaguazú, la situación actual no permite esperar ganancias significativas. “Esperar grandes márgenes de ganancia es complicado en este contexto. Sin embargo, los agricultores siempre mantienen una visión optimista, esperando que las condiciones sean favorables”, expresó.
Frighetto también señaló que la mayor preocupación para los productores sigue siendo el clima. Las variaciones climáticas, como lluvias irregulares o sequías prolongadas, podrían impactar directamente en el desarrollo de los cultivos, especialmente en variedades de ciclo corto. “El problema radica en que si las condiciones climáticas no son las adecuadas, la cosecha podría prolongarse, afectando no solo el tiempo, sino también la calidad del producto”, añadió.
La incertidumbre en torno a las condiciones climáticas es un factor constante para los productores, quienes deben evaluar diariamente el estado de sus cultivos y aplicar medidas de protección. A pesar de estos desafíos, los agricultores mantienen su compromiso con el trabajo en el campo, con la esperanza de que la cosecha rinda los frutos necesarios para mantener la estabilidad económica de sus familias.
Impacto de los precios internacionales y la exportación de soja
Otro aspecto que incide en las expectativas de los agricultores es la caída en los precios internacionales. A pesar del aumento en los volúmenes de exportación, los precios bajos en el mercado global limitan los ingresos que genera el sector agrícola para el país.
En la campaña de soja 2023/2024, hasta agosto de 2023, Paraguay exportó un total de 6,8 millones de toneladas de granos de soja, un aumento del 46% en comparación con el mismo periodo del año anterior. En términos de valor, las exportaciones alcanzaron los 2.731 millones de dólares, un 6,7% más que en 2023. Esta cifra representa un récord histórico en volumen para el país, superando los 6,5 millones de toneladas exportadas en campañas anteriores, según datos de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
Sin embargo, la caída en los precios internacionales ha limitado los ingresos que el país obtiene por estas exportaciones, lo que genera preocupación entre los productores. Aunque los volúmenes exportados han crecido significativamente, los agricultores no ven reflejado este aumento en sus ingresos debido a los bajos precios que rigen el mercado.
Optimismo cauteloso en el campo
A pesar de la incertidumbre económica y climática, el optimismo sigue siendo una característica central entre los agricultores paraguayos. Desde su perspectiva, la siembra y la cosecha son ciclos que, aunque inciertos, siempre traen consigo la esperanza de buenos resultados.
Dionisio Hildebrand, productor de Caaguazú, expresó que, aunque existe temor por los precios a la baja, los agricultores siguen adelante con su trabajo en el campo. “Cubriremos toda el área y trabajaremos para obtener buenos resultados. Esperamos que todo salga bien, como siempre lo hemos hecho”, comentó Hildebrand.
El enfoque sigue siendo alcanzar un rendimiento que permita a los agricultores cumplir con sus compromisos financieros, pagar deudas y generar algún tipo de beneficio económico para sus familias. Las expectativas para la campaña 2024/2025 son altas, pero también están marcadas por la necesidad de adaptarse a las circunstancias que el clima y el mercado imponen.
La agricultura sigue siendo uno de los sectores más dinámicos y fundamentales para la economía paraguaya. Sin embargo, la sostenibilidad de este sector dependerá en gran medida de la capacidad de los productores para adaptarse a las fluctuaciones del mercado y las condiciones climáticas. En este sentido, la incorporación de tecnologías agrícolas que ayuden a mitigar el impacto del clima, como la irrigación eficiente o el uso de semillas más resistentes, será clave para el éxito a largo plazo.
Las expectativas de éxito están, como siempre, ligadas a la resiliencia de los agricultores, quienes continúan trabajando con esfuerzo y dedicación, incluso en tiempos inciertos.
Avanza nueva campaña sojera, pero preocupa la falta de lluvias
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Las altas temperaturas no afectan a la nueva campaña sojera 2024/25 que ya inició en todos los departamentos, según indicaron desde la Unión de Gremios de la Producción (UGP). El sector agrícola permanecerá atento ante la falta de lluvias, que podría complicar el avance de los cultivos.
Así lo indicó Héctor Cristaldo, presidente del gremio, en comunicación con La Nación/Nación Media, señalando que por ahora la zafra actual no está siendo afectada. También se está sembrando maíz, arroz y cultivos de primavera-verano.
“Siempre que haga calor no le daña tanto a la planta, sí la evapotranspiración, es decir, cuando empieza a perder humedad y no se repone con lluvias”, remarcó. Las proyecciones para la campaña 2024/25 indican una producción de 10,5 millones de toneladas de soja, entre la zafra y la zafriña.
“Tuvimos buenas lluvias la semana pasada, pero distribuidas muy localmente, no fue general. Hay lugares donde llovió muy bien y otros donde llovió menos, pero se está sembrando a full ya ahora”, explicó. El Chaco paraguayo sigue siendo el punto más afectado por la sequía prolongada en la zona.
Panorama desafiante
Cristaldo afirmó que en los lugares donde las precipitaciones alcanzaron 5 mm o 10 mm los agricultores todavía se mantienen cautelosos. “El panorama actual es muy desafiante, se habla de una Niña (con déficit de lluvias), pero si es débil nos permite producir razonablemente bien, todo depende de la distribución más que nada”, aseguró. Escalonar las siembras y manejar las coberturas de las parcelas serán dos factores importantes.
Al mismo tiempo, el sector sigue con preocupación sobre la cotización de la soja, pues el mercado se encuentra deprimido y los números están muy ajustados, a esto se le suma la bajante del río que encarece los costos de las movilizaciones. Ayer viernes, la Bolsa de Chicago cerró con USD 372 por tonelada, una caída del 0,28 % respecto al día anterior.
Datos claves
La nueva campaña sojera 2024/25 ya inició en todos los departamentos del país.
El Chaco paraguayo sigue siendo el punto más afectado por la sequía.
Las proyecciones para la campaña 2024/25 indican una producción de 10,5 millones de toneladas.
IPTA, con exclusiva titularidad de 6 variedades de la soja
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El Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio) culminó la cooperación para el Programa de Fortalecimiento de la Investigación de Soja y cedió a favor del Instituto Paraguayo de Tecnología Agrícola (IPTA) la titularidad de las seis variedades de Sojapar y el germoplasma para la generación de futuras variedades nacionales.
Así lo indicaron en un comunicado en el cual señalaron que el IPTA ejercerá la exclusiva titularidad de la marca de soja y del conjunto de genes en proceso de mejoramiento y selección. Por otra parte, el Inbio dejará de realizar cualquier gestión relativa a la producción y comercialización de semillas de las variedades desde la zafra 2024-2025 en adelante.
Producto del trabajo se generaron las seis variedades del cereal que circula bajo la denominación de Sojapar, más todo el germoplasma en proceso de mejoramiento y selección, que representan en torno de 1.800 líneas para generar futuras variedades, las cuales se encuentran en posesión y custodia del IPTA.
“Se ha comunicado a las autoridades nacionales competentes que el Inbio ha resuelto ceder sin contraprestación monetaria la parte proporcional de la propiedad que le corresponde sobre el germoplasma en proceso de mejoramiento y selección generado durante los 11 años de cooperación interinstitucional”, explicaron en la misiva.
En comunicación con La Nación/Nación Media, el vicepresidente del Inbio, Héctor Cristaldo, manifestó que este es un aporte importante en la investigación pública con el aporte genético por parte de los técnicos paraguayos. “Ya queda a cargo del IPTA seguir trabajando en las líneas, queda mucho material para trabajar y seguir produciendo variedades, además de la gestión comercial”, destacó.
Hasta agosto del 2024 se embarcaron 2 millones de toneladas más que el mismo período del año pasado y generó ingresos por USD 2.731 millones. Foto: Archivo
Envíos de soja superan cifra histórica con 6,8 millones de toneladas
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El complejo sojero registró números más que auspiciosos en cuanto a las exportaciones de la oleaginosa, ya que al octavo mes del año lograron superar el récord histórico de 6,5 millones de toneladas (Tn), alcanzando los 6,8 millones de toneladas en lo que va del 2024, según los registros de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
Con esta cifra, Paraguay alcanza un nuevo récord en exportación de soja, con una cifra histórica para el país en términos de desalijo, ya que hasta agosto se embarcó 2 millones de toneladas más que el mismo período de 2023. De esta manera, se logró superar al récord establecido en la zafra 2019/2020 de las 6,5 millones de toneladas.
En términos monetarios, estos envíos generaron ingresos de divisas por valor de USD 2.731 millones, unos USD 172 millones más que el mismo período de 2023. “Aquí observamos la influencia negativa de la baja de los precios internacionales, donde a mayor volumen se cuenta con menores ingresos”, expresó Sonia Tomassone, asesora de Comercio Exterior del gremio.
Poco saldo exportable
Con relación a la industrialización de la soja, Tomassone mencionó que continúa en ascenso, aunque como sucede con las exportaciones del grano, al haber poco remanente, los envíos de los subproductos también irían disminuyendo en los próximos meses.
Esto, teniendo en cuenta que, si bien se observa una mejora en la salida del grano durante el segundo cuatrimestre del año respecto al mismo período de 2023, para los siguientes meses se prevé una disminución de los envíos al contar ya con poco saldo exportable.
En cuanto a las principales mercados, la Capeco indica que persiste la alta concentración en tres destinos que acaparan el 96 % del total enviado, como lo son Argentina, Brasil y Rusia, de entre los cuales el primero sigue siendo el principal comprador con el 81 % del total exportado.