La campaña de soja zafriña muestra rendimientos variables de 600 hasta casi 3.000 kilos por hectárea (ha) en los distintos departamentos productivos del país, según reportaron productores de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP). En ese sentido, desde la Unión de Gremios de la Producción (UGP) manifestaron que esto fue ocasionado por los atrasos en la cosecha, que se dieron por la falta de lluvias durante la etapa de crecimiento.
En contacto con La Nación/Nación Media, Héctor Cristaldo, titular del gremio, afirmó que la situación no es habitual, pero que puede ocurrir. “La zafriña es una siembra con menor rendimiento que la zafra normal de verano al ser una prolongación de la época de siembra que tiene esas peculiaridades”, sostuvo, y agregó que también en casos de climas fríos la planta no se desarrolla normalmente porque los días son más cortos.
Usualmente los rendimientos van de 1.500 a 2.000 kilos por ha, pero se aguardará a la culminación de la cosecha para hacer la evaluación final. “Están muy variados, dependiendo de la región y cada productor pudo sembrar dependiendo de lo que le dio su parcela por el atraso”, advirtió. El cereal lleva un proceso de 120 a 130 días, pero esta vez se desarrolló en 150 a 160 días, ocasionando el rinde disparejo.
Por otra parte, comentó que el sector se encuentra con buenas perspectivas gracias a la recuperación agrícola que los apalancó financieramente con la cosecha de febrero y marzo, y les dio un respiro. “Ya nos estamos preparando para la próxima siembra, haciendo los pedidos. también dinamizó el flujo de venta de maquinarias y hay otro panorama con mejor ánimo para seguirnos consolidando”, añadió.
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Pausa fitosanitaria
Días atrás, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) extendió para el 20 de junio como fecha máxima el inicio de la pausa fitosanitaria por solicitud de la UGP. En torno a ello, el representante dijo que si no se prolongaba el arranque se podrían ver afectados a raíz de que todavía quedan parcelas por cosechar, pero con la nueva fecha se podrá cumplir con el ritmo de trabajo sin mayores inconvenientes. La misma, será hasta el 30 de agosto.
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Alto Paraná es la región con mayor área sembrada de soja y maíz zafriña
En el primer trabajo de análisis geoespacial de área sembrada de maíz y soja zafriña 2025 de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) se reveló que Alto Paraná es la región con mayor cantidad de hectáreas cubiertas en el país para ambos cultivos.
Según el relevamiento, se registraron 874.885 hectáreas cubiertas del cereal y 541.289 hectáreas de la oleaginosa. Se obtuvieron datos cercanos a la superficie sembrada en el periodo de entre zafra de esta campaña, totalizando de esta manera unas 1,4 millones de hectáreas que fueron cubiertas.
En cuanto a soja:
- Alto Paraná presentó una cobertura de 251.213 hectáreas
- seguido de Itapúa que registró 110.703 hectáreas
- Caaguazú 55.212 hectáreas
- Canindeyú llegó a las 44.864 hectáreas
También sembraron soja de segunda zafra los departamentos de:
- Caazapá con 42.561 hectáreas
- San Pedro con 15.527 hectáreas
- Amambay 13.383 hectáreas
- Misiones 6.120 hectáreas
- Guairá 1.600 hectáreas
- Paraguarí con 106 hectáreas
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Maíz
Sobre el maíz, el informe señaló que se sembraron
- en Alto Paraná 287.011 hectáreas
- en segundo lugar estuvo Canindeyú con 227.522 hectáreas
- Caaguazú con 129.656 hectáreas
- Itapúa con 108.643 hectáreas.
También sumaron áreas destinadas al maíz los departamentos de:
- San Pedro con 50.449 hectáreas
- Caazapá 41.732 hectáreas
- Amambay 21.594 hectáreas
- Misiones 5.422 hectáreas
- Guairá 2.045 hectáreas
- Concepción con 811 hectáreas dedicadas al cereal
Desde el gremio señalaron que el objetivo es elaborar mediciones de los principales cultivos desarrollados en el país para fortalecer la disponibilidad de información de la agricultura paraguaya. “El propósito de este informe es sumar datos precisos que puedan ayudar a la toma de decisiones de los productores y miembros de la cadena de valor agropecuaria”, aseguraron.
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UGP destaca tres aspectos clave a tener en cuenta para el fortalecimiento agrícola
La agricultura sigue siendo uno de los pilares del desarrollo económico y social de nuestro país, pero su fortalecimiento requiere mucho más que trabajo diario en el campo, explican desde la Unión de Gremios de la Producción (UGP), agregando que este trabajo demanda preparación, información precisa, sostenibilidad en las prácticas y políticas públicas efectivas que respondan a la realidad rural.
Cada uno de estos elementos actúa como un engranaje para que la producción agrícola pueda sostenerse, crecer y generar oportunidades para miles de familias campesinas, expresó el Ing. Héctor Cristaldo, presidente de la UGP.
Manejo de información
Para quienes buscan trabajar en el campo, Cristaldo explicó que es fundamental cultivar la vocación, adquirir conocimientos y mantener la perseverancia. Sostuvo que trabajar en el sector agrícola requiere de una buena planificación complementada con un manejo correcto de las variables que hacen a la productividad.
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“Teniendo en cuenta el comportamiento cíclico, con años buenos, regulares y malos, es clave gestionar información sobre el clima y el mercado para realizar un análisis adecuado y manejar los riesgos”, precisó. Además, dijo que para evaluar la rentabilidad se recomienda analizar los resultados en períodos de cinco años y no centrarse únicamente en el resultado de un solo ciclo.
Políticas públicas
La agricultura reúne a un sector que necesita mejorar su calidad de vida, y las políticas públicas deberían enfocarse en incluir plenamente en la economía real y en las cadenas de valor, señaló Cristaldo. “No se puede seguir teniendo como paradigma el mboriahu ryguatã (pobre, pero sin hambre)”, enfatizó.
Estas políticas deben abordar el déficit de infraestructura rural, como caminos, sistemas de riego, acceso a electricidad, agua y conectividad digital, facilitar el acceso al crédito y financiamiento diferenciado, además de promover la educación, capacitación y asistencia técnica gratuita para los pequeños productores.
Sostenibilidad
La modernización de la agricultura es lo que permite mantener la competitividad sin comprometer los recursos naturales. Cristaldo mencionó que este proceso comenzó en los años 80 con la mecanización y tecnificación, continuó en los 90 con la siembra directa y se consolidó en los 2000 con la introducción de variedades mejoradas genéticamente.
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Finalmente, expuso que el productor agrícola tiene un compromiso inquebrantable con las buenas prácticas en sus fincas, porque de ello depende la conservación de sus principales recursos para garantizar el consumo propio y la generación de ingresos.
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Proponen declarar el azúcar como producto de excepción dentro del Mercosur
El Centro Azucarero y Alcoholero (CAAP) manifestó su posición en declarar el azúcar como producto de excepción dentro del Mercado Común del Sur (Mercosur) a fin de proteger a una de las cadenas productivas más sensibles para la economía y el empleo de nuestro país.
Así lo indicaron a través de un comunicado, ante la propuesta de incorporar el producto al régimen de libre comercio del bloque regional. “El ingreso del azúcar al libre comercio regional es inaceptable para el Paraguay”, según señalaron.
En la misiva refirieron que el presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, durante la Cumbre del Mercosur señaló la necesidad de superar obstáculos con la inclusión de los sectores automotriz y azucarero en la unión aduanera.
En ese sentido, mencionaron que se considera inaceptable la inclusión del sector azucarero en el régimen de libre comercio bajo las condiciones actuales, ya que ello implicaría un golpe severo a la estructura social, económica y productiva del Paraguay.
“La apertura del mercado sin medidas compensatorias, salvaguardas, ni un cronograma justo de transición, afectaría directamente a más de 25.000 pequeños productores cañeros, pilares del sector agrícola nacional y de la economía rural”, afirmaron.
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El cultivo de caña de azúcar y su industrialización sostienen a más de 300.000 paraguayos de forma directa e indirecta, en zonas con alta vulnerabilidad económica y social. Es por eso que una competencia desigual con países como Brasil, que gozan de economías de escala, subsidios estatales y ventajas estructurales, perjudicaría a miles de familias paraguayas que viven del trabajo rural.
De acuerdo al gremio, incluir el azúcar en la unión aduanera sin atender las profundas asimetrías dentro del bloque equivaldría a sacrificar el desarrollo rural. Por ello, solicitaron al Gobierno mantener una postura firme y coherente en defensa del rubro, expresando con claridad en las instancias del Mercosur que la propuesta no es viable ni aceptable en las condiciones actuales.
Beneficiaría a la industria brasileña
Advirtieron además que una apertura sin restricciones beneficiaría principalmente a la industria brasileña, mientras que empobrecería aún más a comunidades que dependen casi exclusivamente del cultivo y procesamiento de la caña de azúcar.
La Unión de Gremios de la Producción (UGP) explicó que el reclamo central es mantener invariable la postura nacional, debiéndose sostener un arancel del 30 % y aplicar medidas administrativas como la licencia previa para la importación de azúcar. Las disposiciones se enmarcan en los acuerdos internacionales vigentes y buscan amortiguar el impacto de las distorsiones persistentes en el mercado.
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¿Invertir en agricultura? Las razones para elegir el rubro
Por Melissa Palacios
El sector agrícola en Paraguay exige vocación, conocimiento y perseverancia para quienes buscan emprender en el segmento. Actualmente en el país, entre los rubros agrícolas con mayor potencial de crecimiento se encuentran la soja, maíz, trigo y el arroz, este último con posibilidades de expansión significativa.
En esta edición de Ellos saben, Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), habló con La Nación/Nación Media sobre las principales recomendaciones para emprender en el rubro, el interés de los productores por seguir cultivando, así como las necesidades que enfrentan los agricultores en estos años.
1. Manejo de información
“Para ser agricultor se necesita vocación, conocimiento y perseverancia. Trabajar en el sector agrícola requiere de buena planificación complementada con un manejo correcto de las variables que hacen a la productividad”, empezó diciendo.
Resaltó además que se debe manejar información de clima y mercado, que afectan los resultados y el agricultor no controla, requiere de permanente análisis y manejo de riesgos.
La producción agrícola tiene un comportamiento cíclico de años muy buenos, años regulares y años malos por lo que, para evaluar una rentabilidad se debería analizar por períodos de cinco años y no medir solo el resultado de un año. “Somos eficientes y eso constituye la base de los resultados y de la rentabilidad”, mencionó.
2. Rubros de mayor potencial
En el país existen rubros ya consolidados como soja, maíz, trigo con la rotación de cultivos en la misma parcela que constituyen un combo junto con los abonos verdes y que ocupan en mayor proporción la superficie sembrada; estos rubros aún tienen un potencial de crecimiento importante.
“El arroz tiene un potencial enorme, se siembran unas doscientas mil hectáreas, pero se puede llegar a un millón de hectáreas”, aseguró. Otros rubros en proceso de consolidación y expansión son el sorgo (biocombustible), maní, chía, sésamo y algodón que está en expansión en el Chaco especialmente.
Cristaldo vaticinó que en la medida que no se vea el trabajo del campo como generador de ingresos para llevar una vida digna habrá desestimulo sobre todo entre los jóvenes pequeños productores. No obstante, entre los jóvenes que trabajan en fincas más tecnificadas hay más estímulos para dedicarse al campo, ya sea en forma directa o a través de tareas relacionadas a la prestación de servicio a la producción agropecuaria.
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3. Sostenibilidad en las prácticas
Entre las prácticas agrícolas que se están promoviendo para mantener la competitividad sin comprometer el medio ambiente apuntan al sistema de siembra directa con la rotación de cultivos como práctica de manejo de suelos que se aplica en más del 95 % del área agrícola tecnificada, y constituye el motor del uso y manejo sostenible de los recursos naturales.
“El productor cuida los recursos naturales en su propiedad porque de ellos depende para vivir y producir alimentos para el mundo colaborando con la seguridad alimentaria”, resaltó el presidente de la UGP.
Poniendo en contexto el proceso de 50 años que vivió el desarrollo de la agricultura paraguaya existen tres momentos en su evolución que llevaron al aumento de la eficiencia de la productividad y la producción. En los años 80 la mecanización y tecnificación en la agricultura, los años 90 con la siembra directa y en la década de los 2000 con la introducción y la utilización de variedades mejoradas genéticamente.
En ese lapso pasamos de producir en 1991 unas 2.000.000 de toneladas de granos en cinco rubros a producir 17.000.000 de toneladas en los mismos cinco rubros a partir del 2017.
4. Recursos para iniciar en el rubro
Los principales son: tener profesionales comprometidos con el emprendimiento, recursos humanos capacitados en los roles a desempeñar y un manejo administrativo sólido basado en buena planificación, manejo de riesgos y manejo de información de clima y mercado.
Existen diversos programas, cursos de formación, jornadas de intercambio de experiencia que sirven para mantenerse al día. La sumatoria del conocimiento y de la experiencia es la que permite ir mejorando el manejo y la administración del emprendimiento.
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5. Principales desafíos
Existen desafíos internos y externos. Internamente el prejuicio de ciertos sectores en relación a la actividad agropecuaria, las regulaciones y normas que frenan el desarrollo, según Cristaldo, la burocracia y la consolidación del proceso de incorporación de los pequeños productores a las cadenas de valor.
Externamente, la tendencia a imponer unilateralmente normas y exigencias no basadas en ciencia que distorsionan el comercio creando barreras no arancelarias y dejando de lado las normas y acuerdos logrados en la Organización Mundial del Comercio o el Código Alimentario.
“Quienes trabajan en la economía familiar campesina necesitan oportunidades y no regalos ni ayudas que lo vuelvan cliente del Estado”, dijo, asegurando que necesitan ser actores y sujetos del proceso y no objetos del desarrollo y la política.
6. Incorporar más políticas públicas
Las políticas públicas deberían enfocarse en incorporar a la economía real generando ingresos genuinos al productor para poder salir de la pobreza. “No se puede seguir teniendo como paradigma el mboriahu ryvata (pobre, pero sin hambre)”, puntualizó.
Infraestructura rural: con fuerte inversión en caminos rurales, electrificación, riego y acceso al agua potable (necesidad impostergable) y conectividad digital para mejorar la competitividad del sector.
Acceso al crédito y financiamiento diferenciado: creando líneas específicas para pequeños productores y nuevos emprendedores rurales, con tasas bajas y plazos adecuados a los emprendimientos definidos, inversiones, capital operativo con los períodos de espera correspondientes.
Educación, capacitación y asistencia técnica en el segmento de productores de menos de 50 hectáreas, ya que según el último censo agropecuario, el 84 % no recibe asistencia técnica y el 62 % no terminó la educación escolar básica.
Acceso a tierras y formalización con fuerte apuesta por la titulación de las tierras destinadas a la reforma agraria, donde cerca de dos millones de hectáreas entregadas hace décadas siguen sin ser regularizadas. Organización y capital social: el proceso de formalización sectorial debe extenderse a las organizaciones y asociaciones de productores que hoy se unen “ocasionalmente” para demandar algún bien o servicio al Estado.
7. Reglas claras
“En un escenario tan dinámico y cambiante a nivel global, con episodios externos de alto impacto en economías pequeñas como la nuestra, tan dependiente de los ingresos generados por la actividad agropecuaria, la economía y la política deben ir de la mano, con reglas claras y un mínimo de previsibilidad”, alegó.
Por último, sería indispensable contar en el mercado con ferias y cadenas de valor, pues si todo lo anterior estuviese en marcha, se requerirán programas claros de acceso a mercados locales, participación en ferias agropecuarias y vínculos progresivos con cadenas de valor nacionales con alto potencial de desarrollo.
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