Las mejores condiciones macroeconómicas del Paraguay y las ventajas comparativas en la región generan cierta atracción de parte de inversionistas de varios países, incluyendo a la Argentina. Una alta inflación y una crisis financiera en el país vecino ahuyentan el capital hacia zonas en donde se observa mayor seguridad.
En comunicación con La Nación/Nación Media, el economista y excanciller Rubén Ramírez Lezcano habló acerca de la complicada situación económica en el país vecino y sobre sus efectos para el Paraguay. En cuanto al impacto negativo, indicó que genera una importante pérdida del poder adquisitivo, lo que recae en el envío de remesas por parte de los paraguayos residentes en este país.
Por otro lado, se pronunció respecto a la atracción que los inversionistas argentinos sienten sobre Paraguay debido a las condiciones macrodifíciles que atraviesan allá y aseguró que representa una oportunidad para el país.
Explicó que el capital argentino, específicamente el destinado a proyectos inmobiliarios, está cayendo en tierra guaraní, aumentando la oferta que existe en nuestro país y generando mayor dinamismo en todo el sector, ayudando incluso a que Paraguay pueda consolidarse con grandes proyectos.
Desde hace algunos años, Paraguay está recibiendo inversiones importantes en este rubro mediante empresarios argentinos que ven en el país condiciones positivas que probablemente no se visualizan en la Argentina, por lo que optan por traer el capital y convertirlo en grandes edificios que buscan solucionar el problema habitacional existente específicamente en la capital.
Paraguay, a través de su estabilidad económica, no solo se convirtió en una atracción para los empresarios argentinos, sino también para los demás países de la región como Brasil y Uruguay, por lo cual siguen naciendo más proyectos en todos los rubros económicos ubicándolo cada vez más cerca de ser un país grado de inversión.
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El crédito creció 21 % a mayo, con el sector inmobiliario como uno de los protagonistas fuertes
Los créditos totales, es decir, en moneda nacional y extranjera, totalizaron en mayo G. 184,7 billones, equivalentes a unos USD 23.843 millones, cifra que representa un incremento, comparado con abril, del 1,05 % y del 21,16 %, con respecto a mayo de 2024, según el último informe de Indicadores Financieros del Banco Central del Paraguay (BCP).
Los créditos con mayor crecimiento interanual en mayo fueron los otorgados a la administración pública, con un crecimiento del 57,51 % comparado con mayo de 2024, mientras que mensualmente creció 13,71 %. Le siguen las actividades inmobiliarias, con un aumento interanual del 39,21 %, aunque con un leve retroceso mensual del 3,51 %.
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Los servicios también tuvieron un importante incremento interanual del 35 %, y comparado con abril pasado el aumento es del 1,67 %. Los créditos para la industria también aumentaron 30,6 % con respecto a mayo de 2024, pero versus abril pasado cayeron 0,09 %.
Los préstamos para el sector financiero tuvieron un aumento del 4,9 % entre abril y mayo, además de un incremento del 21,64 % versus el volumen de crédito de mayo de 2024. Los créditos para el consumo crecieron levemente en el quinto mes, con un 0,58 % con respecto al mes anterior, pero fue un 21,11 % más que en mayo del año pasado.
Agro y vivienda
La agricultura tuvo una reducción del 0,19 % en los créditos en mayo, pero fue mayor en un 20,32 % al mismo periodo del año anterior. Los créditos para la vivienda, por su parte, tuvieron una variación positiva en mayo, con 1,24 % más que en abril. En términos interanuales, el crecimiento fue del 17,09 % frente a mayo del año anterior.
El comercio al por mayor creció en sus créditos 0,38 % entre abril y mayo, y 19,18 % con respecto a mayo del año pasado. El comercio al por menor, por su parte, tuvo una desaceleración mensual del 0,27 %, pero con un leve incremento interanual del 4,01 %.
El único sector con cifras negativas, tanto mensuales como interanuales, fue la construcción, cuyos créditos se redujeron en mayo 2,92 % y 0,57 % frente a mayo del 2024.
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Peña ejerce una gestión dentro y fuera del país, ratifica Latorre
El presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre, defendió la diplomacia presidencial que encabeza Santiago Peña, explicando que dará resultados a largo plazo en inversiones y desarrollo para el país. El legislador afirmó que el mandatario realiza su gestión tanto dentro como fuera del país.
“El presidente trabaja cuando está en Paraguay y trabaja cuando está fuera de Paraguay, y la visión del presidente, por un lado, es fortalecer nuestras capacidades productivas y como fruto de esta gestión en el extranjero hablamos de la apertura de los nuevos mercados”, aseveró Latorre en el programa de Mina Feliciángeli, ayer domingo.
La atracción de inversiones y la apertura del mercado a nivel mundial para la producción paraguaya y el fortalecimiento de las capacidades productivas son los grandes objetivos del presidente Peña, de acuerdo a las expresiones del parlamentario.
“Es importante recordar que Paraguay es un país que, con un poco más de 6 millones de habitantes, produce alimentos para más de 80 millones, y es fundamental en ese entendimiento seguir fortaleciendo nuestras capacidades productivas, abrir más y mejores mercados, y con mejores precios para nuestros productos. Y hablaba él en ese marco de la apertura de más de 60 nuevos mercados”, destacó.
Así también, mencionó que esta producción debe pasar por el proceso de la industrialización. “Ninguna nación del mundo, salvo Singapur probablemente, pudo llegar a un verdadero estado de desarrollo sin pasar por un proceso de industrialización y, en ese sentido, hay dos cuestiones fundamentales, una es el fortalecimiento de la inversión en Paraguay en base a capital extranjero, que es otro componente muy importante de los viajes del presidente”, refirió.
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Como siguiente cuestión fundamental citó la mirada hacia adelante y a dónde realmente irá el país para poder llegar a un estatus de producción de tecnología. “Estamos hablando de inteligencia artificial, innovación tecnológica, ¿esto es imposible? De ninguna manera, porque tenemos disponibilidad energética, por un lado, y, por otro lado, tenemos los aliados estratégicos como Israel y Taiwán que lideran sus respectivas regiones en términos de desarrollo tecnológico y de inteligencia artificial”, puntualizó el diputado.
Destacó que el presidente Santiago Peña expone como atractivos de inversión, en términos de disponibilidad energética en base a energía renovable, en términos de bono demográfico, de baja presión tributaria, de baja tasa inflacionaria, “y ese es otro componente muy importante en la gestión del presidente en los viajes”.
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El éxito de Paraguay no pasa desapercibido
Con una estabilidad macroeconómica envidiable, abundancia energética, incentivos estratégicos y una ubicación privilegiada, el país se posiciona como un gran imán para inversiones globales que van desde la forestación sostenible hasta el real estate de alto nivel, pasando por energías renovables, manufactura avanzada y servicios logísticos.
En esta edición, FOCO ofrece una conversación exclusiva con Stavros Siokos, managing partner de Astarte Capital Partners, firma británica que acaba de anunciar la duplicación de su inversión en Paraguay a través de un fondo destinado al desarrollo forestal sostenible como una señal clara de la confianza que despierta el país en los grandes jugadores del capital natural.
No es un caso aislado. Inversionistas asiáticos también apuntan a Paraguay como una tierra fértil para proyectos de largo plazo. Esto se debe al gran trabajo de su agregaduría comercial que va sembrando oportunidades en toda la región Asia-Pacífico. A esto se suma la entrada de nuevos jugadores en el sector asegurador, ampliando la sofisticación del sistema financiero local y ofreciendo mayor respaldo a la actividad económica en crecimiento.
Pero si hay una historia que resume el espíritu industrial paraguayo, esa es la de nuestra nota central. Presentamos a una firma nacional con un ingenio que lleva décadas construyendo el país desde las entrañas de su infraestructura. En Luque fabrican gigantescos componentes para hidroeléctricas, construyen barcazas e impulsan una industria con estándares internacionales. Se trata de CIE, una empresa que ha sido testigo de los grandes hitos del país y sigue siendo protagonista de su proyección al mundo.
El boom del sector hotelero también acompaña esta expansión. En agosto, Asunción recibirá oficialmente al renovado Sheraton, que reabre sus puertas con nuevos amenities y espacios diseñados para quienes buscan combinar el confort con la modernidad y la eficiencia logística de estar en un punto neurálgico de la ciudad.
Otro punto a destacar es el sector logístico, parte esencial de una estrategia de desarrollo que conecta inversiones, industrias y sueños en movimiento. Todo esto va acompañado de una nueva generación de líderes que emprende y se anima a innovar, propiciando un ecosistema de bienestar.
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CIE, acostumbrada a vencer imposibles
Por: Adelaida Alcaraz
Adaptándose a los nuevos tiempos que llegan con desafíos más grandes y mayores inversiones, la empresa, presidida por Eduardo Borgognon, demostró con hechos que puede cumplir con una precisión milimétrica cualquier proyecto, sin límite de volumen o peso.
Con su eslogan “La capacidad de hacer”, el CIE S.A. resume todo lo que representa. Y cuando uno conversa con Eduardo Borgognon, presidente de la compañía, se tiende a esbozar el potencial casi ilimitado que esta industria nacional representa y que, a veces, ni los propios paraguayos alcanzan a dimensionar.
Con 18 años en la empresa y una trayectoria vasta en el mundo de los negocios, Eduardo lidera uno de los complejos industriales más avanzados de la región, una planta instalada en Luque que es, a la vez, símbolo de ingeniería avanzada, orgullo nacional y proyección al futuro.
Días atrás, este ingenio fue escenario de un recorrido inédito que sirvió para que autoridades nacionales, empresarios, diplomáticos, inversionistas y alumnos de universidades tuvieran la oportunidad de constatar de primera mano que en Paraguay se puede hacer lo que parece imposible. Y es que CIE no solo forma parte de la historia de Itaipú y Yacyretá; también fabrica remolcadores y barcazas, construye subestaciones, líneas de transmisión eléctrica, estructuras metálicas y montaje industrial, y ha exportado piezas a más de 16 países de cuatro continentes.
“CIE nació en 1978, hace ya 47 años, en el marco de la construcción de Itaipú”. Así comenzó el relato Eduardo, quien recibió en la planta industrial al equipo de FOCO para protagonizar un recorrido exclusivo por las instalaciones. Contó que, en ese entonces, poco más de 300 empresas paraguayas participaron en las obras y que hoy, lastimosamente menos del 10 % de esas compañías siguen vigentes. “No solo participamos, sino que supimos capitalizar esa experiencia y convertirla en una empresa que se mantuvo en el tiempo y que fue evolucionando tecnológicamente”, reveló.
Tras el trabajo hecho para Itaipú, la compañía también tuvo una participación clave en Yacyretá, pero como la competencia ya era internacional tuvieron que participar de una licitación y pugnar por un espacio contra empresas austriacas, alemanas y hasta japonesas. “Ahí fuimos creciendo tecnológicamente, haciendo piezas de gran envergadura, metalmecánicas, pero cada vez con mayor precisión y nivel de complejidad. Esa experiencia local, sumada al trabajo con gigantes internacionales como Toshiba, Voith, Andritz, Siemens, General Electric y otras, nos permitió salir al mundo”, mencionó con orgullo.
Una tornería gigante. CIE ha fabricado piezas de hasta 200 toneladas con una precisión de una décima de milímetro. “Para dimensionarlo, un automóvil pesa alrededor de una tonelada y media, por lo que estamos hablando de piezas que representan el peso de 100 o 150 autos, pero con una tolerancia más fina que un papel. Y eso requiere de muchísima tecnología, inversión en maquinaria y, sobre todo, gente capacitada”, refirió el presidente
Agregó que “hablando mal y pronto, es una tornería gigante”. En la planta industrial tenemos una prensa con capacidad de 2.000 toneladas que se utiliza para deformar chapas. Solo así se puede trabajar con espesores impresionantes. “No es solo cortar, plegar y soldar. Después viene el mecanizado, que es lo que da precisión. Y todo eso lo hacemos con control numérico, es decir, computarizado”, contó.
El nivel de exigencia es tal que deben fabricar piezas que se ensamblan en condiciones climáticas y geográficas completamente distintas. “Hacemos una pieza en Luque, con 80 % de humedad y 30 grados, que luego debe encajar con otra hecha en Japón a 18 grados y con 30 % de humedad, y ambas deben coincidir a la perfección en el sitio de obras ubicado en una montaña de Canadá a 2.800 metros sobre el nivel del mar y con -15 grados. Esa pieza tiene que coincidir. Así de rigurosa es la industria donde trabajamos”, enfatizó Eduardo.
Diversificación estratégica. La compañía se reinventó cuando el mercado de las grandes hidroeléctricas empezó a decaer. “Hoy se habla mucho de pequeñas centrales hidroeléctricas. Tenemos la tecnología y la capacidad para hacerlas en Paraguay, sin necesidad de importar. Eso significa ahorro en fletes, más empleo local y más competitividad”, explicó.
Desde 1988, la empresa también incursiona en la hidrovía Paraguay-Paraná, la tercera más importante del mundo en volumen. “Vimos que las barcazas venían usadas desde Estados Unidos y decidimos fabricarlas nosotros mismos, adaptando el diseño a las condiciones de nuestro río. Así, aunque nuestra planta no esté sobre el agua, fabricamos módulos que luego se ensamblan y botan al río desde un astillero que pertenece a nuestro grupo empresarial”, explicó.
Remolcadores, barcazas para granos o combustibles, contenedores, incluso minerales de hierro provenientes del Brasil; CIE produce todo eso. Pero también participa en la transmisión de energía. “Somos la única empresa paraguaya que ha montado hasta ahora líneas de 500 kV. Hacemos líneas de transmisión, subestaciones, y estructuras metálicas tanto para industrias como para edificaciones. Lo que uno ve en una fábrica -los soportes de tanques, ciclones, cañerías- también los hacemos nosotros”, precisó.
El poder de formar talento local. Otro aspecto llamativo es la capacidad de empleo que tiene CIE. Hoy día la firma emplea a unas 600 personas, incluyendo un staff técnico de alrededor de 100 ingenieros. Pero lo más destacado es su política de formación. Ellos cuentan con una escuela propia de soldadura y montaje para que la gente que entra a trabajar a la fábrica sin saber nada, vaya creciendo ocupando cargos de supervisión, leyendo planos, liderando equipos. “Capacitamos para nosotros y también, en cierto modo, para el mercado. Ese es el costo del liderazgo”, expresó entre risas.
El promedio de antigüedad de los técnicos supera los 17 años, dijo. Además, la empresa tiene programas de becas para hijos de funcionarios y planes sociales. “Algunos no terminaron el colegio, y nosotros les ayudamos a hacerlo. Ya tenemos la primera camada de egresados universitarios gracias a estas becas”, precisó Eduardo.
Montaje, logística y precisión quirúrgica. Otra de las fortalezas de CIE es la logística y el montaje industrial. Al respecto, el presidente explicó que han montado el 100 % una planta cementera en Paraguay, aunque los equipos hayan llegado de China. “Nosotros recibimos, transportamos, montamos y hacemos funcionar esos equipos. Desde el montaje mecánico, eléctrico y electrónico hasta la puesta en marcha”, indicó.
También dijo que brindan servicios más pequeños: “Un rodillo roto en una fábrica no puede esperar al igual que una hélice dañada de un barco. Para estos casos tenemos una unidad de mantenimiento que opera 24/7. Y así como hay proyectos de USD 15 o de USD 20 millones, también hay otros de menor inversión. Nos adaptamos a todo. “Somos prestadores de soluciones”, recalcó.
Como anécdota recordó que en su recorrido internacional, incluso llegaron a exportar piezas por vía aérea. “Enviamos una pieza a Suecia en un Antonov ruso. Tuvimos que evaluar la pista de aterrizaje del Silvio Pettirossi para asegurarnos de que soportara el peso. Así de lejos llega nuestra creatividad logística”, relató Eduardo.
Calidad certificada y mirada al futuro. Como toda empresa que lidera su sector, en CIE la calidad no es negociable. “Fuimos la primera firma en Paraguay en certificar la norma ISO 9000. Eso nos viene de Itaipú y se volvió parte de nuestro ADN. Somos muy rigurosos con la calidad”, destacó Eduardo Borgognon.
Ese mismo rigor se refleja en los proyectos actuales. En el marco de un contrato con Yacyretá, CIE está entregando componentes fundamentales para la intervención de seis de las veinte turbinas de la represa. “Estamos proveyendo el sistema de regulación de potencia, que permite controlar la entrada del agua a la turbina. Son piezas que, en conjunto, pesan 450 toneladas. Todo se ensambla aquí en Luque, se testea con tecnología de láser óptico y luego se desmonta para su traslado al sitio de obras”, explicó.
Para lograr esta escala operativa, la planta cuenta con capacidad para funcionar 24 horas, aunque actualmente lo hace en dos turnos: diurno y nocturno. Disponen de procesos de soldadura automáticos, semiautomáticos y manuales, además de tecnologías avanzadas como la soldadura por arco sumergido, que agiliza enormemente la productividad.
En el pabellón C se fabrican módulos estructurales -de fondo, costado, proa y popa- que son transportados en camión hasta el astillero Chaco, en Villa Hayes, donde se ensamblan las barcazas. “Hoy estamos produciendo dos modelos de barcazas, tipo Jumbo y Mississippi. Toda la mano de obra es 100 % paraguaya y proviene de distintas regiones del país”, remarcó Eduardo y dijo también que la planta opera con grúas que, combinadas, tienen capacidad para mover hasta 100 toneladas dentro del complejo.
La fábrica se organiza en sectores especializados, por un lado, están los de montaje y soldadura, mecanizado, corte y deformación plástica, pintura y granallado. En el área de mecanizado se encuentran tornos y fresadoras de gran porte, con las que se procesan componentes de turbinas. “Contamos con un área interna que realiza el mantenimiento preventivo y correctivo de todo el equipamiento”, precisó.
La formación técnica es un pilar esencial. Cada operario pasa por la escuela de soldadura del CIE, donde se capacita desde cero. Tras una certificación interna, se integra al proceso productivo. Si el proyecto lo requiere, se gestionan certificaciones específicas. “Se trata de un programa anual de formación individualizado, que se actualiza cada año según las necesidades de cada sector”, explicó el presidente.
En pintura, CIE opera con cabinas climatizadas, lo que permite garantizar la calidad del acabado sin depender de las condiciones climáticas. “La aplicación de pinturas técnicas requiere controlar factores como temperatura, humedad y punto de rocío. Nuestros pintores están altamente calificados y aplican pinturas específicas, según lo exige cada cliente, sobre todo en el rubro naval”, explicó.
También se realizan tratamientos térmicos como el alivio de tensiones, un paso fundamental para componentes hidroeléctricos. “Este tratamiento mejora el rendimiento del mecanizado y evita deformaciones posteriores”, agregó.
Más allá de la planta en sí, el CIE se organiza por unidades de negocio: servicios (alquiler de grúas y transporte especializado), líneas y subestaciones eléctricas, y obras civiles e industriales. “Todas estas unidades operan desde este mismo complejo industrial”, detalló Eduardo.
En cuanto al procesamiento de materia prima, la planta cuenta con equipos de corte por plasma y oxicorte para el tratamiento de chapas. “El aprovechamiento del material lo diseña el área de ingeniería, maximizando cada chapa y optimizando los costos”, explicó. Aquello que no puede reutilizarse se clasifica como chatarra y se comercializa con empresas habilitadas ambientalmente.
La división de industrias e infraestructura dispone de maquinaria de alta capacidad para trabajar perfiles de alma llena -comunes en obras civiles- y procesar chapas de hasta 85 milímetros de espesor, indispensables en proyectos hidroeléctricos.
Cada etapa está sometida a estrictos controles de calidad, llevados adelante por técnicos calificados bajo la norma estadounidense SNTTC-1A. “Nuestro equipo de calidad supervisa desde el corte inicial hasta la soldadura final, asegurando que cada pieza cumpla con los más altos estándares internacionales”, afirmó.
El recorrido por la planta concluye con una visión clara: grúas monumentales, maquinaria de última generación, y una estructura capaz de abastecer las industrias más exigentes. “Estamos preparados para responder tanto al mercado nacional como a proyectos internacionales de gran envergadura. Esa fue la visión que dio origen al CIE y que hoy lo convierte en un verdadero motor de la industria paraguaya”, puntualizó con convicción.
El futuro se construye hoy. Como un dato no menor, Eduardo también mencionó que CIE ya está trabajando con empresas interesadas en proyectos de biocombustibles, hidrógeno verde y celulosa. “Paraguay está recibiendo inversiones de cientos de millones de dólares, algo inédito para nosotros. Y esas inversiones necesitan un aliado local. No como socio, pero sí como facilitador, alguien que ayude a aterrizar esos proyectos de forma eficiente. Ahí entramos nosotros”, reflexionó.
Con una cultura organizacional que apuesta al talento local, una infraestructura de clase mundial y un liderazgo técnico de excelencia, CIE no solo mira al futuro, sino que lo está construyendo. Y es que Paraguay se está convirtiendo en receptor de inversiones, y ellos están en condiciones para acompañar esos desafíos. “La historia nos trajo hasta aquí. Ahora, vamos a mostrarle al país y al mundo lo que podemos hacer”, aseguró con la tranquilidad de la empresa que, con hechos, desde hace décadas marca una huella de progreso imborrable.