Referentes nacionales e internacionales coincidieron en la necesidad de abordar la carbonización como realidad urgente, tanto desde el sector privado, público así como la sociedad civil. Foto: Gentileza.
Congreso ADEC: concluyó en sinergia de ideas para buscar la eficiencia energética
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Referentes nacionales e internacionales que aportaron con sus ideas y conocimientos en la última jornada de la 13ra. edición del Congreso Internacional de RSE y Sostenibilidad de la ADEC, sobre lo que se debe hacer para enfrentar el cambio climático y las consecuencias que trae consigo no solo al medio ambiente, sino también a la sociedad misma y a la manera de hacer negocios.
Como conclusión de los temas abordados, coincidieron en la necesidad de abordar el flagelo de la carbonización como realidad urgente, tanto desde el sector privado, público así como la sociedad civil, más aún cuando la crisis climática podría derivar en aumento de la temperatura mundial en 2,6 grados para el año 2050, si no se toman las medidas y decisiones necesarias.
Es lo indicó Daniel Vercelli, co-Fundador y Managing Partner Consultora Manuia (Chile), quien expuso que en Paraguay, a causa del cambio climático, el costo de las interrupciones de los negocios producto del corte de energía eléctrica y de transporte, alcanza el 1,5 % del PIB.
Es por ello que instó a adaptar los modelos de negocio a la naturaleza y a las necesidades de las personas, y no al revés, pues esta es la década en la que se verifican ya los efectos concretos del cambio climático, con los riesgos operativos de suministro como ser que un aeropuerto se cierre temporalmente por mal tiempo, o que un puente se dañe por fuertes riadas.
El doctor Victorio Oxilia, investigador de la Facultad Politécnica (UNA), destacó que Paraguay tiene un pie en el futuro con las posibilidades de la energía eléctrica; pero otro pie en el pasado, porque su uso representa menos del 20% de la matriz energética, con más preponderancia en los combustibles fósiles y la biomasa.
En este sentido, dijo que en el país hay 159 mil hectáreas (ha) de bosques reforestados, pero las necesidades superan las 400 mil ha, por lo que, si bien es renovable, no puede decirse que sea sostenible.
Cogeneración de energía
Por su parte, el gerente de sustentabilidad ambiental de Paracel, Cyro Croce, recalcó que la energía que generará la empresa, procesada ya la madera y la celulosa, podrá brindar cobertura a las 200 mil familias del departamento de Concepción, puse será el primer caso en Paraguay de cogeneración de energía eléctrica, en convenio con la Ande.
En tanto que Leticia Telesca, de la firma DHL, compartió aspectos de la estrategia de sostenibilidad global de la compañía, con la meta de llegar a cero emisiones de carbono para el 2050, mediante la adquisición de un camión eléctrico logístico y cinco motos con fuente de generación eléctrica. “El mayor desafío fue encontrar proveedores que se animen a importar los productos, pero luego aparecieron más oferentes, que dan la pauta de un crecimiento en las opciones”, dijo.
Martín Cubilla, presidente de la Federación Paraguaya de Siembra Directa para una Agricultura Sustentable, aportó que desde la organización trabajan por la siembra directa y por el secuestro de carbono en el suelo, para lograr una agricultura sustentable. “Para alimentar al mundo, primero hay que alimentar el suelo”, acotó entre los puntos de vista más relevantes en el tema.
Hace tiempo que el clima viene registrando variaciones y no se comporta de manera “habitual”, como dirían los expertos. Algunos sostienen que es un proceso natural del planeta que ya habría pasado por una situación similar, mientras que otros aseguran que esto es producto de la actividad humana.
Lo cierto es que estos cambios van dejando huellas, sean los fenómenos climáticos severos como sus efectos. Mientras las tormentas y raudales causan estragos en el campo y en la ciudad, la sequía pone en jaque a la naturaleza debido a los grandes incendios que arrasan con la flora y fauna de los espacios consumidos.
Sabiendo esto nos preguntamos, ¿cómo nos afecta realmente el cambio climático? El cambio climático afecta de diversas maneras a la población y uno de los sectores más vulnerables es la niñez y adolescencia, así como los adultos mayores.
Por un lado, cuando hace calor se siente mucho más, al igual que cuando hace frío. Es lo que se ve ahora, por ejemplo, en la Argentina, donde las bajas temperaturas causan estragos, mientras que en el Hemisferio Norte, las olas de calor están arrasando. La inversa vivimos en enero y febrero, con las olas de calor que llegaron a temperaturas récords, mientras el norte se llenaba de nieve.
Por otro lado, los fenómenos climáticos como La Niña, (sequía), así como El Niño (inundaciones y lluvias) son cada vez más frecuentes. En cuanto a las precipitaciones, estas ocurren más, pero en menos tiempo, en otras palabras, en un día puede llover lo que debería en un mes.
Sergio Gonzalo, de 17 años, sugiere mitigar los efectos “creando conciencia voluntaria, no como una obligación ni con miedo”. Dice que el cambio climático está asociado con “las nuevas enfermedades que están llegando”.
Los malos hábitos de consumo (la cultura del descarte que genera toneladas de basuras) y la mala utilización de los recursos naturales (el uso indiscriminado de combustible fósil, la deforestación, el cambio del uso del suelo, etc.) nos llevaron al punto que estamos, asegura Sergio Gonzalo.
Para Victoria, de 13 años, si la situación sigue así, llegaremos a no tener aire puro para respirar. Le preocupa la tala indiscriminada de los bosques nativos. Laura Luján y Dara, ambas de 15 años, dicen que los fenómenos de El Niño y La Niña es parte del cambio climático.
“El cambio climático se está acelerando con impactos muy significativos en todos los aspectos y se siente más en los países menos desarrollados”, asegura Julián Báez, director de la Oficina Regional de la Organización Meteorológica Mundial para las Américas, con sede en Asunción.
La sequía tiene efectos sumamente negativos, no solo para la generación de alimentos, sino además, en la navegabilidad y la provisión de agua potable. Foto: Nación Media
La crisis climática tiene un efecto directo sobre la salud, la educación, la seguridad alimentaria, la provisión de agua potable y saneamiento. Aunque el aporte de Paraguay en la crisis climática sea ínfima, al ser un país en vías de desarrollo y sin infraestructura adecuada apenas llueve con intensidad las calles quedan inundadas y se genera caos.
“El cambio climático implica una responsabilidad intergeneracional con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Esta responsabilidad está consagrada en el preámbulo del Acuerdo de Parísde la Convención Marco de las Naciones Unidas, ratificado por Paraguay. Teniendo en cuenta esto, los jóvenes deben mantenerse activos y los tomadores de decisión deben instalar espacios reales de participación”, sostuvo Óscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF-Paraguay.
Incidencia en la salud y la educación
La proliferación de enfermedades causadas por vectores es una muestra de cómo el cambio climático incide en la salud. Cuando tenemos olas de calor, las larvas de los mosquitos aceleran su metabolismo, que, con una lluvia genera el ambiente ideal la infestación, causando epidemias como dengue y Chikunguña.
Las altas temperaturas afectan con los golpes de calor, insolación, deshidratación, diarrea y vómito, indica la doctora Adelaida Portillo. Las alergias por el aire contaminado debido a las quemazones o incendios forestales son efectos adversos, explica el doctor Ricardo Meza, especialista en Alergia e Inmunología Pediátrica del Hospital de Clínicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción.
La falta de agua potable afecta directamente a la calidad de vida, sobre todo a las niñas y adolescentes en lo que respecta a la higiene menstrual. No tener acceso al agua potable, ya sea para beber o para una adecuada higiene, es un derecho lesionado.
El otro extremo, el exceso de lluvia trae consecuencias como la búsqueda de lugares secos. En los refugios las condiciones de vida son precarias, proliferando las enfermedades por el hacinamiento.
El peligro latente con cada tormenta es que los árboles caigan sobre casas, escuelas incluso vehículos que están en movimiento, causando así accidentes e incluso la muerte de personas. Foto: Archivo.
Seguridad alimentaria amenazada
Paraguay es un país altamente vulnerable al cambio climático y eso pone en riesgo la seguridad alimentaria. “El cambio climático es cuando pasa de ser un clima estable, predecible, donde uno puede cultivar, producir verduras, frutas, soja, ganadería”, explica Julián Báez.
Tanto las sequías con olas de calor, las lluvias con inundaciones y las tormentas significan peligros para la seguridad alimentaria, debido a que la agricultura y la ganadería dependen de las precipitaciones. “Para la producción de alimentos, sean de origen animal o vegetal, se necesita de un clima estable”, indicó Báez
La sequía tiene efecto adverso en la producción de frutas y cultivos en el campos, así como en la provisión de agua potable. En el interior, las comunidades sin servicio se debe recorrer distancias considerables para obtener el líquido vital.
La falta de infraestructura hace que con una lluvia considerable las calles colapsen debido a las precipitaciones. Foto: Nación Media
¿Cómo mitigamos?
Forestar, reforestar, la disposición correcta de los residuos, la conciencia en el uso de la energía eléctrica, evitar la impermeabilización del suelo son pequeñas acciones que pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático, explicó Julián Báez.
No quemar basuras ni botarlas en las calles, cuidar los recursos hídricos, los bosques, y asegurar la sobrevivencia de la fauna, la flora ayudan a crear equilibrio, además de cuidar los humedales, son acciones que deben emprenderse para mitigar los efectos adversos del cambio climático.
Sergio Gonzalo (17) plantea el uso de “fuentes de energía renovable, como la eólica o solar” y la práctica del “reciclado y la reutilización de los objetos biodegradables”. Sofía Aramí, de 13 años, dice que “todo debe partir de uno mismo” para cuidar el medio ambiente y asegura que eso puede generar motivación en otros, como, por ejemplo, el uso racional del agua.
Aunque la mayor responsabilidad para mitigar el calentamiento global está en manos de las autoridades, cada uno puede aportar su grano de arena. Si cada uno aporta, podríamos ser millones quienes estemos contribuyendo a buscar el equilibrio para mantener el mundo habitable.
Temas claves como el concepto emergente de la Economía Regenerativa, la difusión de estrategias empresariales para la resiliencia climática, la innovación y el debate sobre rol de las empresas en la superación de las barreras laborales, serán parte de la agenda del XV Congreso Internacional de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Sostenibilidad, que se desarrollará este miércoles 3 y jueves 4 de julio, en el Centro de Eventos del Paseo La Galería (avda. Santa Teresa 1827).
Una intensa agenda espera a los participantes del Congreso Internacional de RSE y Sostenibilidad de la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC). Este encuentro, que llega a su 15.° aniversario, se ha consolidado como un espacio de referencia donde las empresas y organizaciones comparten aprendizajes y desarrollan estrategias para implementar prácticas sostenibles. Los temas que guían la agenda de este año, bajo el lema “Innovar, implementar e impactar”, son la economía circular y su potencial para reducir el impacto ambiental de las empresas; la innovación para la sostenibilidad y cómo las empresas pueden desarrollar productos y servicios más sostenibles; el cambio climático y el papel del sector privado en la lucha contra este fenómeno; y la gestión de la responsabilidad social empresarial y cómo las empresas pueden crear valor compartido con sus stakeholders (personas y organizaciones con las que se involucra).
El congreso contará con la presencia de expertos nacionales e internacionales que compartirán sus conocimientos y experiencias en materia de sostenibilidad.
Muchas definiciones y características solemos escuchar a diario sobre el dinero. Algunos dicen de él que es sucio, que la gente que lo posee es codiciosa, que es tramposa, que el amor al dinero es la raíz de todos los males, entre tantas otras cosas.
Sin analizarlo en profundidad tendríamos la creencia que se ajusta a la verdad, pero la realidad es que constituye un dilema de mucha gente por falta de educación financiera que en muchos casos venimos arrastrando desde nuestra niñez.
Cuántas veces nuestros padres, abuelos o tíos nos obsequian de pequeños con un billete y los que observan el acto siempre dejan salir de su boca una exclamación de festejo por lo que acabamos de recibir.
No es bueno ser amarrete, pero su buen y racional uso nos puede dar satisfacciones en la vida, pues nos permite conseguir los bienes que estaríamos precisando en un momento dado o incluso ser “nuestra salvación” ante coyunturas desfavorables que se pudieran presentar.
Muchos padres empresarios desde chiquitos le dan una tarea específica a sus hijos y les dicen. Pepe, una vez que concluyas el trabajo que te encomendé te voy a pagar X guaraníes.
Se constituye en una de las formas mágicas que nos permite ir apreciando en su debida magnitud el valor del trabajo y saber que como recompensa recibiríamos una paga.
Gracias a las buenas lecciones aprendidas de sus progenitores, muchos de ellos han sido excelentes continuadores naturales del negocio familiar, que se han iniciado como pymes y hoy ya están al frente de una empresa de tamaño corporativo.
Tengamos claro que el dinero en sí no es malo. Constituye una herramienta, como lo es un martillo, que puede ser utilizado para diversos propósitos. Lo que marca la diferencia no es el objeto, sino el motivo de quien usa el martillo o el dinero.
No hace sentido seguir en pleno siglo XXI manteniendo a la gente en la ignorancia sobre el buen uso del dinero y la importancia intrínseca que encierran los principios básicos de una buena educación financiera.
Sería recomendable indagar más sobre el mismo, y conocer en mayor profundidad acerca del porqué dentro de nuestro sistema educativo, desde el preescolar y hasta el último curso de la Media, no tenemos como una materia primaria el manejo de nuestras finanzas personales.
Hasta hoy muchos maestros se resisten a enseñar a los chicos acerca de la importancia que reviste el manejo racional del dinero cuando que muchos de ellos viven sobreendeudados.
Seguimos autoconvencidos de que el dinero en sí es sucio y que puede traer complicaciones a los seres humanos, lo cual dista de ser verdad.
Se impone hacer cambios estructurales y que temas sobre el correcto manejo de nuestras finanzas personales sea incluido dentro de la malla curricular como materia obligatoria desde el preescolar y hasta el último año de la Educación Media y no darle tanto énfasis al nombre de todos los ríos y arroyitos que tenemos en el mundo que no aportan mucho valor agregado y tampoco nos “sacarán de apuro” en un momento dado.
Los efectos colaterales acerca del buen uso del dinero muchas veces no aparecen, sino después de varios años de haber culminado la universidad. Es allí cuando muchos de nosotros nos damos cuenta de que nuestras expectativas de carrera no están evolucionando como hubiéramos deseado, lo cual hace que los sueños que uno podía haber tenido antes de graduarse sigan posponiéndose en el tiempo.
Los principios que rigen el éxito económico-financiero son sencillos. No hace falta ser un genio ni demasiado culto para poder tener la capacidad económica necesaria para la cobertura de nuestras obligaciones y necesidades.
Cuántas personas en nuestro país poseen títulos de doctorado o maestrías en diversas disciplinas, pero, sin embargo, no logran despegar para lograr su éxito e independencia económica-financiera que le pueda dar estabilidad y tranquilidad a futuro.
El dinero proporciona una red de seguridad que nos protege de las incertidumbres de la vida.
Saber que tenemos los recursos para afrontar emergencias o gastos inesperados contribuye significativamente a nuestro bienestar general.
En Pantanal brasileño declaran emergencia a causa de los incendios que no pueden ser controlados
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El estado brasileño de Mato Grosso do Sul decretó este lunes la “situación de emergencia” debido a los incendios forestales “fuera de control” en el Pantanal, el mayor humedal del mundo, en el centro-oeste del país.
La medida, con validez de seis meses, permite desplegar más rápidamente nuevos medios para combatir esos incendios que los especialistas atribuyen a una sequía extrema, pero también a la acción humana, especialmente la expansión agrícola.
Del 1° de enero al 23 de junio, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) registró 3.262 focos de incendios en el Pantanal, 33% más que en el mismo periodo de 2020, que resultó ser el peor año desde que se realizan estos registros en 1998.
Según datos del Laboratorio de Aplicaciones de Satélites Ambientales (Lasa) de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, las llamas arrasaron 627.000 hectáreas en el Pantanal desde enero.
“Estamos ante una de las peores situaciones vistas en el Pantanal”, dijo a periodistas la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, tras reunirse con el gabinete de crisis en el palacio de Planalto.
De acuerdo con Silva, la emergencia es resultado de los efectos del cambio climático, El Niño y La Niña, que han producida una sequía extrema, y las quemas para renovación de pastos o cultivos.
La ministra dijo que los gobiernos estatales decretaron la prohibición hasta final de año de quemas controladas, que serán tratadas como “delitos”.
Videos que circularon en las redes sociales el fin de semana mostraron una larga muralla de fuego alumbrando la noche en la selva, como imagen de fondo de las festividades de San Juan en la ciudad de Corumbá, en Mato Grosso do Sul.
Las imágenes de los incendios en Pantanal son impactantes. Foto: AFP
El viernes Silva viajará junto a otros ministros a Corumbá, para reunirse con el gobernador, Eduardo Riedel, y elaborar un diagnóstico de las consecuencias de los incendios.
Ubicado al sur de la Amazonía, el Pantanal se halla entre los estados Mato Grosso y Mato Grosso do Sul y se extiende a Bolivia y Paraguay.
Este año, Mato Grosso do Sul concentra 78% de la zona afectada por los incendios, es decir, 480.775 hectáreas.
A título de comparación, cerca de 267.000 hectáreas se habían quemado en el primer semestre de 2020, cuando se rompieron todos los récords, y 30% del bioma fue afectado en todo el año.
“¿Eso quiere decir que el Pantanal va a arder más que en 2020? No necesariamente, pero eso va a depender de la acción de los poderes públicos, que deberán emplear el máximo de recursos desde ya para evitar una tragedia como la que vimos”, dijo Gustavo Figueiroa, de la ONG SOS Pantanal, en un video publicado en Instagram.