Con maquila exponen la resiliencia de la producción nacional
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Este jueves por la mañana se dio apertura a la sexta edición de la Expo Maquila 2022, que congrega al sector maquilador durante dos jornadas que se extiende hasta mañana, en la sede de la Unión Industrial Paraguaya (UIP). El evento expone a la producción nacional maquiladora como industria pujante, captadora de inversiones y generadora de empleo formal.
La presidenta de la Cámara de Empresas Maquiladoras del Paraguay (Cemap), Carina Daher, destacó en su discurso la resiliencia del sector ante una pandemia que educó a toda la humanidad, por no haber cerrado las industrias, o perder contratos de ventas ni dar de baja a los empleos
Mencionó que si bien la esencia de la maquila es la exportación neta de la producción, siendo las industrias un eslabón captador de mercados internacionales para otras empresas que venden a nivel local, pues algunas de ellas están integradas como submaquilas en el sector, por lo que invitan a más empresas nacionales a descubrir esta opción de modo a fortalecer las cadenas productivas y la internacionalización de productos.
Daher resaltó igualmente la prórroga de instrumentos importantes considerados como incentivos económicos para la región, acordado en la última Cumbre del Mercosur, entre los que se encuentra el régimen de maquila, que se extendió hasta el 2030 y es motivo de celebración.
Carina Daher, presidenta de la Cámara de Empresas Maquiladoras del Paraguay (Cemap). Foto: Nadia Monges.
Brecha de crecimiento se expande
“Esta extensión de los incentivos económicos como la maquila en el Mercosur, nos brinda una brecha importante para la ampliación de los que ya estamos instalados en Paraguay y para seguir siendo una opción sólida de inversión para los que nos están mirando de afuera”, expresó.
En ese sentido, agradeció al equipo negociador que integran autoridades de las instituciones pertinentes, pues más de 21.000 primeras familias dependen actualmente de forma directa de este régimen preferencial, augurando que en lo que dure la ampliación estos números se estarían quintuplicando con más empleos que redundan en mejor calidad de vida de los compatriotas.
“Tenemos todo para seguir industrializando al Paraguay, y ese es el camino. Si a la industria le va bien, le va bien al país, que es el lema de la UIP, pero debería ser de todos los paraguayos. Esperamos que las autoridades actuales dejen estamentos claros y que la institucionalidad prime sobre cualquier ideología o color”, subrayó.
Y no podía dejar de mencionar a los números que son el reflejo fiel del crecimiento que se está logrando en los últimos años, pues los ingresos de divisas rondan entre US$ 60 a US$ 80 por mes. Con base en estos promedios se cree que al cierre de agosto se estaría llegando a unos US$ 650 millones en el acumulado de este año, y auguran un cierre de año por encima de los US$ 1.000 millones.
Tomaron palabras también el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, y el ministro de Industria y Comercio, Luis Castiglioni, entre otras autoridades. “En este evento queremos reconocer a un sector que impacta positivamente no solo en la industria, sino en la economía paraguaya por el desarrollo del empleo formal y el aumento de las exportaciones de origen industrial que ya llega al 50%. Un sector que sigue invirtiendo y generando empleos, y esto genera el combustible para que podamos seguir luchando”, remarcó Duarte.
Agregó que la maquila viene diversificando la economía, incorporando sectores como lo fue con el rubro de autopartes, luego más recientemente aluminios, hasta alimentos maquilados, logrando así la industrialización del país, acotó el titular de la UIP.
A su vez, el ministro Castiglioni coincidió respecto a la capacidad de resiliencia del país, ya que la industria fue un motor soporte de la economía cuando el clima desvío las proyecciones iniciales para este año, así como la maquila misma por la generación de empleos dignos, pues es otros países el mismo régimen llegó a tomar otro enfoque con relación al factor social.
La apertura de la Expo Maquila contó con representantes del sector privado y autoridades públicas. Foto: Nadia Monges.
Reforma de leyes traerá inversiones e impulsará la industria y los empleos, según viceministro
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Paraguay busca dar un salto adelante con la modernización de varias leyes que pretenden modernizar e impulsar el sector maquilador, el turismo y el ensamblaje de bienes de alta tecnología. El objetivo es que el país se posicione como un hub de servicios y turismo, con un modelo industrial sofisticado y con mayor valor agregado.
El viceministro de Industria del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), Marco Riquelme, explicó los alcances de las reformas en las leyes anunciadas por el Gobierno este miércoles 9 de junio, que buscan una mayor diversificación de la economía nacional y un posicionamiento regional para la manufactura, los servicios y el turismo.
En ese sentido, detalló que la reforma en la Ley de Maquila busca incluir a la actividad conocida como maquila de servicios, que actualmente no cuenta con respaldo legal pese a que ya existen empresas que ofrecen servicios de back office al exterior.
“Hoy día existe maquila de servicios en Paraguay, pero no cuentan con marco jurídico, entonces no se les da la devolución del IVA como a las maquilas de productos. Se les va a dar el marco jurídico necesario para poder crecer y que aquellas que estaban dudando en aterrizar en Paraguay puedan finalmente hacerlo y contratar a cientos de miles de jóvenes”, dijo al programa Así son las cosas, emitido por canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Por otra parte, con una reforma en la ley 60/90, que exonera el pago de aranceles a bienes de capital, se pretende ampliarla para incluir al sector servicios e impulsar el turismo a través de entretenimientos como parques de diversiones y similares, con el objetivo de atraer más visitantes al país, principalmente en Alto Paraná.
“Esta ley está hecha para empresas que producen bienes. No está hecha para empresas que hacen servicios. Un restaurante, por ejemplo, no va a poder comprar maquinaria bajo ese régimen. Entonces lo que estamos haciendo es incorporar el servicio de entretenimiento dentro de esa ley”, explicó.
Además, por medio de esta ley, se permitirá el uso de maquinarias importadas como garantía para acceder a créditos mediante un fideicomiso y una exoneración para inversionistas nacionales del impuesto a los dividendos por diez años, medida que hasta el momento solo beneficiaba a extranjeros con inversiones superiores a los USD 13 millones.
Ley de alta tecnología
El Gobierno pretende dar un paso adelante en materia tecnológica con una ley que permita al sector privado la importación de bienes de alta tecnología con nulos aranceles y bajos impuestos, a fin de propiciar el terreno para que puedan aterrizar empresas que ensamblen tecnología en el país y agregarle un 20 % de industria paraguaya.
“Estamos intentando atraer industrias que puedan venir a ensamblar aquí productos electrónicos, electromecánicos, eléctricos y, a través de eso, dotar a nuestra gente con otro tipo de capacidades. Creemos que las evoluciones industriales se dan prácticamente cada década, quizá se pueden acelerar un poquito más con este tipo de ley de incentivos”, dijo Riquelme.
Si no fortalecemos la productividad y la calidad, la apertura comercial podría perjudicar más que beneficiar a la industria nacional, advirtió Marco Riquelme. Foto: Gentileza
Destacan necesidad de preparar al sector industrial para competir internacionalmente
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El viceministro de Industria, Marco Riquelme, resaltó que es necesario que Paraguay siga avanzando en el mejoramiento de la calidad de sus manufacturas, certificaciones y productividad para aprovechar los beneficios del acuerdo Mercosur-UE y proteger la producción local.
Riquelme afirmó que el acuerdo Mercosur–Unión Europea (UE) representa una oportunidad, pero también un desafío importante para la industria paraguaya.
“El acuerdo tiene riesgos y oportunidades. Pero si no trabajamos en fortalecer nuestras capacidades productivas y estándares de calidad, corremos el riesgo de que la apertura comercial termine afectando más a nuestra industria que beneficiándola”, advirtió durante el Seminario Mercosur–Paraguay, organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Entre los principales desafíos, destacó la necesidad de que la industria local cuente con certificaciones de calidad exigidas por los mercados europeos, algo que actualmente muchas empresas paraguayas no tienen porque no es un requisito en el mercado regional.
Además, señaló que los productos alimenticios deben llegar a Europa con al menos el 80 % de su vida útil, lo que implica mejorar los procesos logísticos y productivos.
Por otro lado, anunció que Paraguay avanza en un acuerdo con la ONUDI para impulsar un proyecto de USD 5 millones, que permitirá desarrollar el ecosistema de productividad y calidad industrial, como parte del proceso de preparación para competir globalmente.
Por su parte, el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Enrique Duarte, sostuvo que el acuerdo Mercosur–Unión Europea representa una oportunidad estratégica para el crecimiento industrial del país, pero requiere una preparación realista y profunda del sector productivo nacional.
“Un país se desarrolla a través de la industria. No podemos seguir exportando materias primas y comprando productos terminados que podríamos fabricar localmente. Es hora de usar nuestra energía y nuestros recursos para generar empleo y riqueza en Paraguay”, afirmó Duarte.|
Adaptándose a los nuevos tiempos que llegan con desafíos más grandes y mayores inversiones, la empresa, presidida por Eduardo Borgognon, demostró con hechos que puede cumplir con una precisión milimétrica cualquier proyecto, sin límite de volumen o peso.
Con su eslogan “La capacidad de hacer”, el CIE S.A. resume todo lo que representa. Y cuando uno conversa con Eduardo Borgognon, presidente de la compañía, se tiende a esbozar el potencial casi ilimitado que esta industria nacional representa y que, a veces, ni los propios paraguayos alcanzan a dimensionar.
Con 18 años en la empresa y una trayectoria vasta en el mundo de los negocios, Eduardo lidera uno de los complejos industriales más avanzados de la región, una planta instalada en Luque que es, a la vez, símbolo de ingeniería avanzada, orgullo nacional y proyección al futuro.
Días atrás, este ingenio fue escenario de un recorrido inédito que sirvió para que autoridades nacionales, empresarios, diplomáticos, inversionistas y alumnos de universidades tuvieran la oportunidad de constatar de primera mano que en Paraguay se puede hacer lo que parece imposible. Y es que CIE no solo forma parte de la historia de Itaipú y Yacyretá; también fabrica remolcadores y barcazas, construye subestaciones, líneas de transmisión eléctrica, estructuras metálicas y montaje industrial, y ha exportado piezas a más de 16 países de cuatro continentes.
“CIE nació en 1978, hace ya 47 años, en el marco de la construcción de Itaipú”. Así comenzó el relato Eduardo, quien recibió en la planta industrial al equipo de FOCO para protagonizar un recorrido exclusivo por las instalaciones. Contó que, en ese entonces, poco más de 300 empresas paraguayas participaron en las obras y que hoy, lastimosamente menos del 10 % de esas compañías siguen vigentes. “No solo participamos, sino que supimos capitalizar esa experiencia y convertirla en una empresa que se mantuvo en el tiempo y que fue evolucionando tecnológicamente”, reveló.
Tras el trabajo hecho para Itaipú, la compañía también tuvo una participación clave en Yacyretá, pero como la competencia ya era internacional tuvieron que participar de una licitación y pugnar por un espacio contra empresas austriacas, alemanas y hasta japonesas. “Ahí fuimos creciendo tecnológicamente, haciendo piezas de gran envergadura, metalmecánicas, pero cada vez con mayor precisión y nivel de complejidad. Esa experiencia local, sumada al trabajo con gigantes internacionales como Toshiba, Voith, Andritz, Siemens, General Electric y otras, nos permitió salir al mundo”, mencionó con orgullo.
Una tornería gigante. CIE ha fabricado piezas de hasta 200 toneladas con una precisión de una décima de milímetro. “Para dimensionarlo, un automóvil pesa alrededor de una tonelada y media, por lo que estamos hablando de piezas que representan el peso de 100 o 150 autos, pero con una tolerancia más fina que un papel. Y eso requiere de muchísima tecnología, inversión en maquinaria y, sobre todo, gente capacitada”, refirió el presidente
Agregó que “hablando mal y pronto, es una tornería gigante”. En la planta industrial tenemos una prensa con capacidad de 2.000 toneladas que se utiliza para deformar chapas. Solo así se puede trabajar con espesores impresionantes. “No es solo cortar, plegar y soldar. Después viene el mecanizado, que es lo que da precisión. Y todo eso lo hacemos con control numérico, es decir, computarizado”, contó.
El nivel de exigencia es tal que deben fabricar piezas que se ensamblan en condiciones climáticas y geográficas completamente distintas. “Hacemos una pieza en Luque, con 80 % de humedad y 30 grados, que luego debe encajar con otra hecha en Japón a 18 grados y con 30 % de humedad, y ambas deben coincidir a la perfección en el sitio de obras ubicado en una montaña de Canadá a 2.800 metros sobre el nivel del mar y con -15 grados. Esa pieza tiene que coincidir. Así de rigurosa es la industria donde trabajamos”, enfatizó Eduardo.
Diversificación estratégica. La compañía se reinventó cuando el mercado de las grandes hidroeléctricas empezó a decaer. “Hoy se habla mucho de pequeñas centrales hidroeléctricas. Tenemos la tecnología y la capacidad para hacerlas en Paraguay, sin necesidad de importar. Eso significa ahorro en fletes, más empleo local y más competitividad”, explicó.
Desde 1988, la empresa también incursiona en la hidrovía Paraguay-Paraná, la tercera más importante del mundo en volumen. “Vimos que las barcazas venían usadas desde Estados Unidos y decidimos fabricarlas nosotros mismos, adaptando el diseño a las condiciones de nuestro río. Así, aunque nuestra planta no esté sobre el agua, fabricamos módulos que luego se ensamblan y botan al río desde un astillero que pertenece a nuestro grupo empresarial”, explicó.
Remolcadores, barcazas para granos o combustibles, contenedores, incluso minerales de hierro provenientes del Brasil; CIE produce todo eso. Pero también participa en la transmisión de energía. “Somos la única empresa paraguaya que ha montado hasta ahora líneas de 500 kV. Hacemos líneas de transmisión, subestaciones, y estructuras metálicas tanto para industrias como para edificaciones. Lo que uno ve en una fábrica -los soportes de tanques, ciclones, cañerías- también los hacemos nosotros”, precisó.
El poder de formar talento local. Otro aspecto llamativo es la capacidad de empleo que tiene CIE. Hoy día la firma emplea a unas 600 personas, incluyendo un staff técnico de alrededor de 100 ingenieros. Pero lo más destacado es su política de formación. Ellos cuentan con una escuela propia de soldadura y montaje para que la gente que entra a trabajar a la fábrica sin saber nada, vaya creciendo ocupando cargos de supervisión, leyendo planos, liderando equipos. “Capacitamos para nosotros y también, en cierto modo, para el mercado. Ese es el costo del liderazgo”, expresó entre risas.
El promedio de antigüedad de los técnicos supera los 17 años, dijo. Además, la empresa tiene programas de becas para hijos de funcionarios y planes sociales. “Algunos no terminaron el colegio, y nosotros les ayudamos a hacerlo. Ya tenemos la primera camada de egresados universitarios gracias a estas becas”, precisó Eduardo.
Montaje, logística y precisión quirúrgica. Otra de las fortalezas de CIE es la logística y el montaje industrial. Al respecto, el presidente explicó que han montado el 100 % una planta cementera en Paraguay, aunque los equipos hayan llegado de China. “Nosotros recibimos, transportamos, montamos y hacemos funcionar esos equipos. Desde el montaje mecánico, eléctrico y electrónico hasta la puesta en marcha”, indicó.
También dijo que brindan servicios más pequeños: “Un rodillo roto en una fábrica no puede esperar al igual que una hélice dañada de un barco. Para estos casos tenemos una unidad de mantenimiento que opera 24/7. Y así como hay proyectos de USD 15 o de USD 20 millones, también hay otros de menor inversión. Nos adaptamos a todo. “Somos prestadores de soluciones”, recalcó.
Como anécdota recordó que en su recorrido internacional, incluso llegaron a exportar piezas por vía aérea. “Enviamos una pieza a Suecia en un Antonov ruso. Tuvimos que evaluar la pista de aterrizaje del Silvio Pettirossi para asegurarnos de que soportara el peso. Así de lejos llega nuestra creatividad logística”, relató Eduardo.
Calidad certificada y mirada al futuro. Como toda empresa que lidera su sector, en CIE la calidad no es negociable. “Fuimos la primera firma en Paraguay en certificar la norma ISO 9000. Eso nos viene de Itaipú y se volvió parte de nuestro ADN. Somos muy rigurosos con la calidad”, destacó Eduardo Borgognon.
Ese mismo rigor se refleja en los proyectos actuales. En el marco de un contrato con Yacyretá, CIE está entregando componentes fundamentales para la intervención de seis de las veinte turbinas de la represa. “Estamos proveyendo el sistema de regulación de potencia, que permite controlar la entrada del agua a la turbina. Son piezas que, en conjunto, pesan 450 toneladas. Todo se ensambla aquí en Luque, se testea con tecnología de láser óptico y luego se desmonta para su traslado al sitio de obras”, explicó.
Para lograr esta escala operativa, la planta cuenta con capacidad para funcionar 24 horas, aunque actualmente lo hace en dos turnos: diurno y nocturno. Disponen de procesos de soldadura automáticos, semiautomáticos y manuales, además de tecnologías avanzadas como la soldadura por arco sumergido, que agiliza enormemente la productividad.
En el pabellón C se fabrican módulos estructurales -de fondo, costado, proa y popa- que son transportados en camión hasta el astillero Chaco, en Villa Hayes, donde se ensamblan las barcazas. “Hoy estamos produciendo dos modelos de barcazas, tipo Jumbo y Mississippi. Toda la mano de obra es 100 % paraguaya y proviene de distintas regiones del país”, remarcó Eduardo y dijo también que la planta opera con grúas que, combinadas, tienen capacidad para mover hasta 100 toneladas dentro del complejo.
La fábrica se organiza en sectores especializados, por un lado, están los de montaje y soldadura, mecanizado, corte y deformación plástica, pintura y granallado. En el área de mecanizado se encuentran tornos y fresadoras de gran porte, con las que se procesan componentes de turbinas. “Contamos con un área interna que realiza el mantenimiento preventivo y correctivo de todo el equipamiento”, precisó.
La formación técnica es un pilar esencial. Cada operario pasa por la escuela de soldadura del CIE, donde se capacita desde cero. Tras una certificación interna, se integra al proceso productivo. Si el proyecto lo requiere, se gestionan certificaciones específicas. “Se trata de un programa anual de formación individualizado, que se actualiza cada año según las necesidades de cada sector”, explicó el presidente.
En pintura, CIE opera con cabinas climatizadas, lo que permite garantizar la calidad del acabado sin depender de las condiciones climáticas. “La aplicación de pinturas técnicas requiere controlar factores como temperatura, humedad y punto de rocío. Nuestros pintores están altamente calificados y aplican pinturas específicas, según lo exige cada cliente, sobre todo en el rubro naval”, explicó.
También se realizan tratamientos térmicos como el alivio de tensiones, un paso fundamental para componentes hidroeléctricos. “Este tratamiento mejora el rendimiento del mecanizado y evita deformaciones posteriores”, agregó.
Más allá de la planta en sí, el CIE se organiza por unidades de negocio: servicios (alquiler de grúas y transporte especializado), líneas y subestaciones eléctricas, y obras civiles e industriales. “Todas estas unidades operan desde este mismo complejo industrial”, detalló Eduardo.
En cuanto al procesamiento de materia prima, la planta cuenta con equipos de corte por plasma y oxicorte para el tratamiento de chapas. “El aprovechamiento del material lo diseña el área de ingeniería, maximizando cada chapa y optimizando los costos”, explicó. Aquello que no puede reutilizarse se clasifica como chatarra y se comercializa con empresas habilitadas ambientalmente.
La división de industrias e infraestructura dispone de maquinaria de alta capacidad para trabajar perfiles de alma llena -comunes en obras civiles- y procesar chapas de hasta 85 milímetros de espesor, indispensables en proyectos hidroeléctricos.
Cada etapa está sometida a estrictos controles de calidad, llevados adelante por técnicos calificados bajo la norma estadounidense SNTTC-1A. “Nuestro equipo de calidad supervisa desde el corte inicial hasta la soldadura final, asegurando que cada pieza cumpla con los más altos estándares internacionales”, afirmó.
El recorrido por la planta concluye con una visión clara: grúas monumentales, maquinaria de última generación, y una estructura capaz de abastecer las industrias más exigentes. “Estamos preparados para responder tanto al mercado nacional como a proyectos internacionales de gran envergadura. Esa fue la visión que dio origen al CIE y que hoy lo convierte en un verdadero motor de la industria paraguaya”, puntualizó con convicción.
El futuro se construye hoy. Como un dato no menor, Eduardo también mencionó que CIE ya está trabajando con empresas interesadas en proyectos de biocombustibles, hidrógeno verde y celulosa. “Paraguay está recibiendo inversiones de cientos de millones de dólares, algo inédito para nosotros. Y esas inversiones necesitan un aliado local. No como socio, pero sí como facilitador, alguien que ayude a aterrizar esos proyectos de forma eficiente. Ahí entramos nosotros”, reflexionó.
Con una cultura organizacional que apuesta al talento local, una infraestructura de clase mundial y un liderazgo técnico de excelencia, CIE no solo mira al futuro, sino que lo está construyendo. Y es que Paraguay se está convirtiendo en receptor de inversiones, y ellos están en condiciones para acompañar esos desafíos. “La historia nos trajo hasta aquí. Ahora, vamos a mostrarle al país y al mundo lo que podemos hacer”, aseguró con la tranquilidad de la empresa que, con hechos, desde hace décadas marca una huella de progreso imborrable.
Desde São Paulo, Criss Díaz Sanabria impulsa una estrategia comercial audaz para atraer capital, abrir mercados y consolidar la presencia de Paraguay en cadenas globales de valor. Brasil, Bolivia e India ya miran al país como una plataforma estratégica para producir y exportar con eficiencia.
En un contexto donde Brasil y Bolivia concentran más del 60% del PIB de América del Sur, Paraguay apuesta por una integración económica estratégica con sus países vecinos. Y al frente de ese objetivo está Criss Díaz Sanabria, designada agregada comercial de Paraguay ante Brasil y Bolivia, con base en São Paulo.
Su misión es posicionar a Paraguay como un hub logístico, productivo y confiable para el comercio y las inversiones internacionales. Desde este punto neurálgico, lidera una agenda integral que combina inteligencia comercial, promoción sectorial, alianzas con cámaras binacionales y participación en ferias internacionales de alto nivel.
“Es una gran responsabilidad y, al mismo tiempo, una oportunidad única para mostrar a Paraguay como un socio confiable, innovador y abierto al mundo”, destacó Criss.
Tres ejes estratégicos. Ella confesó que en su hoja de ruta destacan tres grandes prioridades: En primer lugar, laatracción de inversiones extranjeras que generen empleo de calidad y transferencia tecnológica, destacando ventajas como la estabilidad macroeconómica, acceso preferencial a mercados, abundancia de energía limpia y costos competitivos.
El siguiente eje es el fortalecimiento de las exportaciones paraguayas, en sectores con alto potencial como agroindustria, manufactura liviana, agritech y servicios basados en conocimiento. Acompaña personalmente a empresas interesadas en internacionalizarse y conecta con potenciales distribuidores y aliados en Brasil y Bolivia.
Por último, pero no menos importante, el posicionamiento de la marca país, impulsando una diplomacia económica basada en evidencia, articulación público-privada y promoción de Paraguay como destino atractivo para negocios, turismo e innovación sostenible.
Conectando con el mundo desde São Paulo. Uno de loshitos recientes fue la organización de la primera misión comercial paraguaya en São Paulo, con presencia de los viceministros de Industria y de REDIEX. El resultado fue inmediato, pues se notó el interés creciente de empresas brasileñas, indias y taiwanesas en establecerse en Paraguay, atraídas por sus incentivos y su ubicación estratégica.
Paraguay también despertó el interés de una importante farmacéutica brasileña, y defabricantes de insumos médicos de la India, que ya lo evalúan como plataforma de producción para América Latina. Ferias como APAS Show y Hospitalar han sido escenarios clave para abrir nuevas puertas.
“El mundo necesita lo que Paraguay tiene para ofrecer: energía limpia, talento humano calificado y una economía estable”, remarcó Criss. De allí que desde su agregaduría, impulsa sectores que combinan alto valor agregado, sostenibilidad y proyección global, entre ellos, la energía limpia, alimentos, economía circular, textil-confección, agritech, servicios digitales, biotecnología, y también servicios de BPO (tercerización), que aprovechan el capital humano joven y competitivo del país.