Artesanos de la ciudad de Itá registraron un incremento en sus ventas durante el fin de semana, previo al Día del Folclore que se celebra hoy en nuestro país. Los productos más buscados fueron los cántaros de diversos tamaños y el ñandutí en presentaciones coloridas. No obstante, sostienen que las compras realizadas durante el año provienen en su mayoría de ciudadanos extranjeros.
La presidenta del Centro de Artesanos y Pequeñas Industrias de la Ciudad de Itá (Capici), Albina Diarte, expresó que desde el sábado y domingo pasado las personas se acercaron a adquirir piezas tradicionales para celebrar la fecha. “Las familias y los colegiantes vinieron, hubo más movimiento de gente llevando artesanías”, comentó a la Nación. “Vinieron a llevar cántaros o cantarillas de a 10 o 15 para armar stands en los colegios. En los últimos días nosotros tuvimos bastante venta local pero los otros meses los compueblanos poco y nada están llevando”, indicó.
Señaló que las familias llegaron hasta la ciudad para buscar los distintos modelos en barro que ofrecen, incluso gracias a las redes sociales lograron concretar ventas, mencionó. Igualmente manifestó que se encuentran en plena elaboración de un proyecto junto a la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) y otras instituciones para realizar la “Ruta del Alfarero” con el fin de incentivar la compra local.
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Extranjeros son los que más valoran
En contrapartida, agregó que los turistas son los que mueven la economía de la zona a lo largo del año. “Ellos compran figuras más pequeñas como burreritas, cántaros decorativos para pared, figuras o miniaturas. También los que viven acá llevan grandes cántaros para sus quintas o hacen pedidos de figuras de músicos tradicionales”, contó.
Además dijo que alemanes, brasileros, uruguayos, estadounidenses, entre otros, llegan para comprar las piezas y llevarlas hasta sus países como así también para observar el proceso de elaboración de las figuras de barro. “Queremos que la gente se interese, que las familias se acerquen a conocer más y poder continuar con esta tradición”, finalizó.
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Panamericanos Junior ASU 2025 generarán una fuerte inyección económica
Asunción se prepara para recibir a cerca de 6.000 extranjeros durante los Juegos Panamericanos Junior ASU 2025, un evento que promete dinamizar la economía local y proyectar al país como un destino turístico de primer nivel, según manifestó la titular de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), Angie Duarte.
La cita deportiva, que se desarrollará del 9 al 23 de agosto, ya está generando un importante movimiento desde finales de junio. La ocupación hotelera rondará el 80 %, lo que evidencia el impacto positivo que el encuentro tendrá en servicios como la hotelería, la gastronomía y el transporte.
La ministra de Turismo destacó que estos números reflejan la magnitud del evento y su efecto directo sobre la economía. “La hotelería, la gastronomía, el transporte y otros servicios turísticos se verán directamente beneficiados”, expresó en entrevista con la agencia IP. También contó que ya se designaron los hoteles oficiales que albergarán a las delegaciones, cumpliendo con estándares internacionales de calidad.
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Se estima que los juegos reunirán a 4.014 atletas, 762 jueces internacionales, 300 autoridades deportivas, más de 500 miembros de staff, 46 delegados técnicos y 300 participantes de la Asamblea Panam Sports, que se desarrollará en paralelo. Estos visitantes no solo generarán un importante movimiento económico, sino que contribuirán a posicionar a Paraguay como anfitrión de grandes encuentros deportivos en el plano internacional.
Oportunidad
Los Juegos Panamericanos Junior representan, además, una oportunidad clave para fortalecer la imagen del país como un destino preparado y confiable para el turismo de eventos, sostuvo Duarte. “La sinergia entre deporte y turismo se convierte en un motor que impulsa el desarrollo económico y proyecta la hospitalidad paraguaya ante los ojos del continente”, destacó.
La realización de los juegos es fruto de una planificación interinstitucional liderada por la Senatur, que trabaja bajo el Plan Estratégico de Turismo de Reuniones. Esta hoja de ruta apunta a consolidar al Paraguay como un destino competitivo en el segmento MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions), así como en el ámbito de los grandes eventos deportivos y sociales.
Se espera que Asunción viva dos semanas de intensa actividad que dejarán un legado económico y de posicionamiento internacional, confirmando los frutos de una política pública enfocada en el crecimiento sostenible del turismo nacional.
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El ñandutí: una tradición que lleva el pan a los hogares
- Jimmi Peralta
- Fotos: Matías Amarilla
El ñandutí, tejido tradicional del Paraguay, presenta en sí misma una sutil metáfora de su naturaleza dentro de la ciudad que sin dudas es su hogar, Itauguá. Situado a 30 kilómetros de Asunción, el distrito es conocido como el centro de producción de vestidos, cuadros, blusas y manteles confeccionados a base de este tejido artesanal, que representa al suelo guaraní en todo el mundo en diversas instancias y certámenes. Las artesanas redoblan la apuesta y ahora van por el Récord Guinness.
El ñandutí es realizado generalmente de manera individual por manos de mujeres. En su desarrollo, tejen más allá del bastidor una trama de producción en comunidad que traza formas, líneas rectas y curvas interconectadas en la diversidad de colores y direcciones.
Como artesanía, el ñandutí se aprende en la casa, con la magia de la formación no sistemática, que da vuelo y vida a su esencia. Al mismo tiempo, pone el sentido de la transmisión de conocimiento de madres a hijas y de hijas a madres, entretanto se cimenta parte del sustento familiar. Este tejido primero pone pie en la función más elemental: llevar el plato de comida a los hogares de los itaugüeños para después barnizar el vínculo colectivo de una ciudad que cuenta con varios centenares de tejedores y tejedoras.
“Mi abuela no sé si tejía, pero yo aprendí de mi mamá, de muy chiquita, y ni bien cuando yo empecé a hacer los bordados, me daba la plata mi mamá. ‘Este es tu trabajo. Te va a servir para comprar otra vez tus materiales’, me solía decir mi mamá. Y así nunca dejé de hacer. Este trabajo también ayudó para criar a mis tres hijas”, comenta Antonia Morínigo, tejedora itaugüeña que esta semana se sumó a la Red Tejiendo Cultura, una plataforma que nuclea a más de 500 artesanas del ñandutí del Paraguay y de países como Australia, Puerto Rico, Chile, Reino Unido, España y Argentina.
Más de 150 de estas artesanas son de Itauguá, algunas jóvenes y otras de más de 90 años. Ahora forman parte de este proyecto que busca sumar el trabajo individual para armar el tejido de ñandutí más grande el mundo, que será de 120 metros de largo por 5 metros de ancho, buscando el récord mundial.
TEMPRANA INICIACIÓN
Como la mayoría de las tejedoras, Antonia empezó de niña. Ahora es abuela y ya no puede producir en bastidores grandes como antes. Ella tiene a su cargo las labores del hogar y todos los días, después del almuerzo, se sienta en su dormitorio a dibujar con el hilo y la aguja sobre su tela. “Este bastidor armado yo termino en un día, porque yo soy ama de casa, tengo que cocinar todo, yo soy la mamá de la casa. A la tarde, puede comer la comida, me suelo sentar acá en mi pieza y hago mi ñandutí, a la noche ya quiero descansar”, comenta. El proceso de producción arranca con el dibujo sobre el papel “y regla”, recuerdan las tejedoras. Luego se estira la tela en el bastidor, se dibuja en la tela y se comienza a tejer. Terminado el trabajo, se separa el tejido de la tela, se lo lava y finalmente se le pone el almidón para que se endurezca.
“Hay gente que tuvo que migrar a otros países, pero se llevaron parte de sus culturas y otras que se dedicaron a enseñar y así esparcir por todo el mundo. La ciudad de Itauguá es conocida como la capital del ñandutí y cuna de la misma. En cada compañía de Itauguá te encontrarás con un o una artesana elaborando su trabajo porque la técnica fue otorgada de generación a generación y se ha vuelto una tradición para las familias. Es por ello que hay más cantidad de artesanos en la localidad de Itauguá”, comenta Guillermo Acosta, coordinador de la Red, itaugüeño y profesor de ñandutí, quien en su propio perfil vital narra la historia del tejido y las familias de su ciudad.
“Todo se inició desde la tristeza de mi querida Maximina Quiñónez. En una tarde se puso triste y observaba su ñandutí y me dice ‘qué pena que ninguna de mis hijas va a legar esto que yo hago, ninguna de ellas dos sabe hacer’. Sentí tanta pena al oírla decir eso que entonces le pregunté cuál era el dechado más difícil y complicado de hacer. A lo que ella me respondió el arasape y la filigrana, que coincidentemente estaba haciendo. Entonces me fijo en sus idas y vueltas que realizaba sin decirle nada en absoluto. Como ella trabajaba cama adentro y venía a casa los fines de semana, la sorprendí con un trabajo que estaba realizando sin decirle nada. Era una imagen de san Blas, pero en ñandutí. Me pregunta quién hizo y le digo que yo.
Me mira y dice que no me cree. Para que me pudiera creer, me siento y le muestro que sí lo podía hacer y desde entonces le tomé como hobby”, narra Acosta sobre cómo en el ñandutí se reafirma el tejido social y el empoderamiento económico de las mujeres de una ciudad.
TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL
Juliana Centurión (88) y Esmérita Antonia Centurión (91) son dos hermanas tejedoras que viven junto a la hija de la segunda en una humilde casa en el centro de Itauguá, donde las tres comparten además el amor al ñandutí y su creación.
Las hermanas aprendieron el oficio desde pequeñas. Su madre transmitía el conocimiento a su descendencia femenina, “porque los varones buscaban otras formas de aportar, como trabajando en la carpintería y otras cosas”.
“Cuando teníamos entre 7 u 8 años nosotros mirábamos a escondidas cómo trabajaba nuestra mamá y hacíamos que practicábamos en papel. No podías hacerlo bien porque ella no quería que nosotras trabajemos. Pero cuando se dio cuenta de que ya lo hacíamos, finalmente decidió mostrarnos cómo hacerlo bien”, comenta Esmérita.
“Cuando me siento puedo producir rápido, pero ahora ya no puedo sentarme por mucho tiempo, ya estoy grande”, explica Juliana.
“Antes valía más nuestro trabajo, se pagaba mejor por el ñandutí. Nosotras ya no salimos a vender ahora, no nos vamos a ninguna parte. Vienen a hacernos el pedido y hacemos. Antes salíamos, ahora tenemos una patrona. Antes producíamos muchísimo más”, explica Esmérita.
El oficio que le legó su madre le sirvió para sostenerse durante una larga vida y para la crianza de su hija, que también teje. Las hermanas se sumaron esta semana al proyecto que busca batir el récord mundial con un tejido de producción colectiva.
ENSAMBLE
Actualmente la producción de las tejedoras se realiza de diversas maneras, pero la preferida es la realización individual de piezas que después son acopiadas e integradas a vestidos, manteles y otras piezas.
Los precios pueden variar y los productos se realizan en algunos casos bajo pedido y en otros es un proceso a la espera de clientes. Las pequeñas piezas se suman entre sí y de esta manera diversas tejedoras pueden finalmente articular sus trabajos en un producto final, que provee a sus hogares de sustento y de prendas a las principales tiendas especializadas de la ciudad o, como varias de ellas dicen, “a mi patrona”.
Entre tanto, para el proyecto del tejido más grande del mundo se les proveerá a todas las artesanas de insumos (bastidores, lienzos, hilos, agujas) y ellas decidirán cuántos módulos realizarán de acuerdo a sus capacidades y habilidades. Las piezas serán posteriormente certificadas para el ensamble. Como es dable esperar, la producción del tejido significará un ingreso económico.
Se estima que se juntarán unas 2.200 piezas a través de la red. Esta será de los diez dechados (dibujos) seleccionados para la ocasión: jazmín poty, mbokaja poty, buey pypore, machete punta, arasape, arapaho un lado, estrella de cuatro puntas con kurusu’i, takuru con karê’i doble, margarita y pensamiento. A los costados la pieza contará con randas con cadenilla doble y en las esquinas estrellas de cuatro puntas con filete. La puesta en valor del ñandutí a través de este proyecto genera un aporte inmediato mediante la generación de pedidos para las tejedoras. A mediano plazo centralizará una red de trabajadoras, lo que podría facilitar a futuro la producción, la adquisición de insumos y la comercialización. A largo plazo se busca la valoración cultural y pecuniaria a nivel nacional e internacional de este tejido que data del XVI, y que surgió en estas tierras de la unión de una técnica europea y la creatividad de la mujer paraguaya.
“CADA VEZ QUE TE TENGO PEDIDO VENDO TODO MI ÑANDUTÍ”
Porfiria González (61), de Itauguá Guasu Costa Dulce, teje desde los 13 años. Ella valora la iniciativa del proyecto y celebra que significará más trabajo para ella.
“Aprendí a hacer ñandutí viendo a mi tía y mi prima. Al darle el primer trabajo que hice, mi tía ya lo llevó, vendió y me trajo ya directamente materiales para hacer más”, comenta Porfiria, quien trabaja mechando su artesanía con las labores domésticas con la ayuda de su hija.
“Yo me levanto a la mañanita y en medio de mi mate hago mi ñandutí. Después me levanto a hacer para el almuerzo, hago todo eso y ya me siento otra vez a trabajar. Si no hay pedido, igual nomás hago yo. En algún momento va a venir el pedido. Cada vez que tengo pedido vendo todo mi ñandutí; si no hago mi ñandutí, hago chipa”, comenta.
Relata que para ella la parte más difícil es el dibujo. “Eso se hace primero, el dibujo, con la regla se hace, se hace bien eso en el papel, después tenés que estirar con el bastidor la tela y dibujar. Ahí se trabaja”, narra sobre el proceso de producción.
“DESDE MUY CHIQUITA ME PAGABAN POR MI TRABAJO”
Felipa López (63) desde los 7 años se sumó a su mamá, su abuela y sus hermanas, todas de la ciudad del ñandutí, en el oficio de tejedora.
“Hago diferentes dibujos, con hilo fino y con hilo grueso, de ambas formas. Eso también me enseñó mi mamá. A ella le enseñó mi abuela. Desde muy chiquita me pagaban por mi trabajo. La plata me servía para mi escuela, para mis útiles. Tengo siete hijos, ahora conmigo ya solo vive uno. A tejer le enseñé solo a dos hijas mías”, comenta Felipa, quien desde sus manos y el arte dio de comer a su familia junto con su marido, quien es constructor.
“JAGANA´I, PERO JAGANA, UPÉA LA HE´ISÉVA”
Filemona Figueredo (68) arrancó como tejedora a los 12 años con su madre y sus seis hermanas. Ella también se sienta con su bastidor entre las actividades de cuidado y de la labor doméstica en su hogar itaugüeño.
“Recuerdo que cuando era chiquita cada 15 días nos tocaba a cada una ir a vender. De esa plata comprábamos para nuestra ropa para farrear”, comenta entre risas.
“Nunca trabajamos para otra persona”, refiere acentuando que nunca tuvo un trabajo en situación de dependencia.
“Siempre jagana’i, pero jagana, upéa la he’iséva. Igusto remba’apo, revende ha rejúma nde platamíre” (siempre ganamos poco, pero ganamos, eso es lo que importa. Da gusto trabajar, vender y venir con tu platita), explica Filemona, quien es madre de tres hijos.
SOBRE EL PROYECTO
Tejiendo Cultura – El Ñandutí Más Extenso del Mundo es una iniciativa impulsada por Innovaciones Comerciales y la Asociación de Ñandutí en Japón, con el acompañamiento de la Municipalidad de Itauguá y la alianza estratégica de la EBA.
Su objetivo no solo es confeccionar de forma colaborativa la pieza de ñandutí más grande del mundo, sino también visibilizar el trabajo artesanal, fortalecer el turismo cultural y abrir nuevas oportunidades económicas para las tejedoras del país a través del arte textil.
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Este finde, abrígate con artesanía
Una oportunidad perfecta para apoyar el talento nacional y llevarse piezas con historia, ideales para regalar o disfrutar.
Este sábado 05 y domingo 06 de julio, el Centro Cultural del Puerto se convertirá en el punto de encuentro ideal para quienes buscan abrigo con identidad propia. Se trata de la feria de Invierno “Artesanías que abrigan” en el Centro Cultural del Puerto.
Artesanas de diferentes puntos del país se reúnen este fin de semana para celebrar el talento y el abrigo hecho a mano, en una nueva edición de la Feria de Invierno, con propuestas únicas para esta temporada.
El evento invita a disfrutar de una experiencia que combina arte, tradición y diseño. Se podrá encontrar tejidos, cueros, lanas, cerámica, indumentaria, objetos decorativos y mucho más, todo creado de manera artesanal, pero con el valor agregado del trabajo hecho a mano.
La feria reunirá a artesanos de las ciudades de San Miguel, Santiago, Carapeguá, Caacupé, Itacurubí de la Cordillera, Atyrá, Capiatá, Areguá, Tobatí e Itá.
Además de la variada oferta de productos, la feria contará con un espacio gastronómico para compartir sabores invernales y actividades para toda la familia.
Habrá talleres para los más pequeños, con enfoque en la cultura y artesanía, así como demostraciones de las técnicas de artesanía, que sumarán como atractivos en esta gran fiesta de invierno.
De esta manera, la actividad se convierte en una oportunidad perfecta para apoyar el talento nacional, a más de llevarse piezas con historia, ideales para regalar o disfrutar. No te pierdas la cita con el talento en artesanía local, este sábado y domingo de 09:00 a 20:00, en el Centro Cultural del Puerto, con acceso libre y gratuito.
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Panamericanos Jr generarán impacto económico y alta ocupación hotelera con más de 5.700 visitantes
Asunción se prepara para vivir una de las citas deportivas más importantes de su historia reciente: los Juegos Panamericanos Junior ASU2025.
Con una proyección de más de 5.700 visitantes extranjeros, entre atletas, jueces, delegados, autoridades y personal técnico, la capital paraguaya se convertirá en el epicentro del deporte juvenil continental y, al mismo tiempo, en un motor de reactivación para el sector turístico y hotelero.
El evento será del 9 al 23 de agosto, pero congregará a miles de turistas desde finales de julio. Según datos proporcionados por la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) y el Comité Olímpico Paraguayo (Cop), el evento movilizará a:
• 4.014 atletas
• 762 jueces internacionales
• 300 autoridades deportivas
• Más de 500 miembros de staff
• 46 delegados técnicos internacionales
• Además de 300 participantes de la Asamblea Panam Sports, que se celebrará en paralelo.
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Este flujo de visitantes representa una ocupación hotelera estimada del 80 % en Asunción, lo que implica un desafío logístico de gran envergadura, pero también una oportunidad estratégica para el turismo nacional.
“Estos números reflejan no solo la magnitud del evento, sino también el impacto positivo que tendrá en la economía local. La hotelería, la gastronomía, el transporte y otros servicios turísticos se verán directamente beneficiados”, destacó la ministra de Turismo, Angie Duarte en entrevista con La Nación /Nación Media.
Por su parte, Ángel Bogado, director de Gabinete de Senatur y punto focal del evento, subrayó que ya se han designado hoteles oficiales para alojar a las delegaciones, garantizando estándares internacionales de calidad y diversidad en la oferta.
Más que un evento deportivo
Los Juegos Panamericanos Junior no solo posicionan a Paraguay como anfitrión de un evento de alto nivel, sino que también consolidan su imagen como destino turístico confiable y preparado.
La sinergia entre deporte y turismo se convierte así en una herramienta poderosa para el desarrollo económico y la proyección internacional del país.
Con la cuenta regresiva en marcha, Asunción se alista para recibir al continente con los brazos abiertos, en una fiesta que promete dejar huella tanto en lo deportivo como en lo económico.
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Economía del Turismo
La llegada masiva de visitantes internacionales vinculados a los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025 y a la Asamblea Panam Sports tendrá un efecto dinamizador directo en sectores clave de la economía del turismo, tales como: alojamiento, gastronomía, transporte, agencias de viajes, comercios y servicios conexos.
Además de consolidar al Paraguay como destino sede de eventos deportivos de alto nivel, este movimiento generará oportunidades para la promoción del país, el fortalecimiento de la oferta turística nacional y la consolidación positiva de la ya reconocida hospitalidad paraguaya ante los ojos del continente.
Estos logros son el resultado de una planificación interinstitucional sostenida, liderada por la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), en el marco de la ejecución del Plan Estratégico de Turismo de Reuniones, que contribuye al fortalecimiento del segmento MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions) o SMERF (Social, Military, Educational, Religious and Fraternal).
Esta hoja de ruta busca posicionar al Paraguay como destino competitivo para congresos, eventos deportivos y grandes reuniones internacionales. Sus frutos ya comienzan a traducirse en resultados tangibles para el sector turístico nacional, confirmando que la política pública planificada e integrada da paso al crecimiento sostenido de este segmento estratégico.
La realización de los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025 constituye una oportunidad única para proyectar la imagen del Paraguay a nivel regional e internacional.
La Secretaría Nacional de Turismo reafirma su compromiso con el acompañamiento integral a este evento, trabajando de forma articulada con el Comité Olímpico Paraguayo y las demás instituciones involucradas, en la preparación de una experiencia turística y organizativa que esté a la altura de este importante acontecimiento.