La partida del periodista Humberto Rubin significó una profunda tristeza para muchos sectores puesto que su compromiso con el periodismo paraguayo y la realidad nacional impactó a todos los ámbitos. En ese sentido varios gremios industriales y de la producción expresaron su pesar y lamentaron su pérdida.
Desde la Unión Industrial Paraguaya (UIP) extendieron sus condolencias a la familia Rubin Schwartzman a través de un comunicado en el cual señalaron que: “Quien pasó por nuestra vida y dejó luz ha de resplandecer en el alma para toda la eternidad”. Además desde el gremio hicieron llegar las fortalezas a la familia y sus allegados.
Por su parte la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) que nuclea a las industrias aceiteras expresó desde su cuenta oficial de Twitter que lamentaron profundamente la partida del referente del periodismo. “Valoramos su contribución al país como comunicador y su lucha por la búsqueda de la verdad”, señalaron.
También desde la Unión de Gremios de la Producción (UGP) declararon que lamentaron la partida “de un comunicador comprometido como pocos, leal a sus ideales y principios. Hasta pronto querido y admirado Humberto Rubin”, mediante sus cuentas oficiales.
Así también desde la Asociación Rural del Paraguay (ARP) mencionaron que la lucha de Rubin hizo eco en cada uno de los integrantes del gremio. Del mismo modo la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu) lo destacó como un gran hombre y periodista quien hoy se hace eterno, junto con su legado y su lucha por la libertad de prensa.
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Humberto Rubin falleció ayer tras haber estado internado desde hace días en un sanatorio privado de la capital. El ícono del periodismo dejó de existir físicamente pero su legado, enseñanzas y conocimientos quedarán para siempre tal como lo manifestaron referentes de la comunicación, políticos y cientos de paraguayos que lo seguirán recordando a pesar de su partida.
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Daniel Prieto: “La ganadería es parte de la columna vertebral de la economía paraguaya”
Ser uno de los 10 mayores exportadores de carne bovina del mundo, le posiciona a Paraguay como un actor importante dentro de la cadena alimentaria a nivel internacional. Mantener ese prestigio requiere de un compromiso y una fuerte convicción hacia este rubro.
Por eso, en una nueva entrega de Hacedores, La Nación/Nación Media conversó en un mano a mano con el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Daniel Prieto Davey, un amante del campo, un hombre en cuyas venas circula el amor entrañable hacia el sector pecuario gracias a los valores que le inculcaron sus padres, una persona que día a día pone lo mejor de sí para asegurar el pleno bienestar y el próspero crecimiento de la ganadería.
El sector, a pesar de enfrentar desafíos, en la actualidad se posiciona como un actor fundamental dentro de la economía paraguaya. Defender este sector significa contribuir a la estabilidad macroeconómica de Paraguay, porque un campo próspero significa dólar estable, inversiones y empleo, según Prieto.
- ¿Qué lo inspiró a involucrarse en el sector pecuario?
Mi pasión por la ganadería nació en la infancia. Crecí en el campo entre animales, aprendiendo el valor del trabajo de la mano de mi familia. Vengo de “una familia de larga tradición ganadera”, como bien lo describió un historiador en su libro. Mis abuelos y mis padres ya eran ganaderos, y ellos me inculcaron no solo el conocimiento técnico, sino también el respeto por la tierra y por la gente del campo.
Mi padre falleció cuando yo era niño, y de la mano de mamá fuimos cultivando el amor por el gremio con su ejemplo, como directiva de la ARP y dedicó mucho esfuerzo a proyectos sociales del gremio. Ver su entrega seguro fue uno de los ejemplos que encendió mi vocación gremial.
Participar en las ferias ganaderas, ayudar en las tareas cotidianas del campo y convivir con la naturaleza me enseñaron el orgullo de ser productor. Sentí siempre que la ganadería no es solo un negocio, es un estilo de vida y una tradición que se hereda de generación en generación. Es un gran compromiso saber que, con nuestro trabajo, alimentamos al país y al mundo, y generamos progreso para muchas familias. Esa mezcla de pasión familiar y compromiso social fue lo que me impulsó a dedicarme de lleno al sector pecuario.
Con mi señora Patricia, siempre inculcamos este estilo de vida a nuestros hijos, y esto permitió que hoy ellos tengan sus propios proyectos ganaderos. Por eso el lema de la Universidad Rural del Paraguay de la ARP es: estudia con los que saben. Entendemos que ser parte del gremio, formarse en estos espacios genera una red de vínculos que son útiles para toda la vida.
- ¿Qué representa para usted ser presidente de la ARP?
Es, ante todo, un enorme honor y una gran responsabilidad. La ARP es la institución civil más antigua y emblemática del Paraguay, con más de 140 años de historia, y ha sido pilar en la construcción del Paraguay productivo. La ARP es más antigua que los partidos tradicionales o los clubes de futbol.
Ser su presidente representa para mí la confianza de mis colegas productores y el compromiso de redoblar el trabajo en defensa de los reales intereses y necesidades del productor. Significa ponerme al servicio de un gremio que es la voz de miles de ganaderos, desde el pequeño productor hasta el gran exportador, y velar porque sus necesidades sean atendidas.
También lo asumo como una continuación de un legado. Muchos líderes que me precedieron –incluso gente cercana, como mi propia madre– dedicaron su vida a esta asociación. Por eso honrar la confianza depositada en mí implica mantener altos los valores de la ARP: la unidad, la integridad y la visión de futuro. Ser presidente del gremio no es solo presidir reuniones; es estar en cada detalle, desde acompañar a un productor afectado por diferentes tipos de problemas, hasta dialogar con autoridades nacionales buscando soluciones para el sector.
En lo personal, ser titular de la ARP me llena de orgullo patriótico. La ganadería es parte de la columna vertebral de la economía paraguaya, generando alrededor de USD 2.000 millones en exportaciones y más de 360.000 empleos directos.
- ¿Cómo equilibra su vida privada y su rol como presidente de la ARP?
Encontrar el equilibrio es un desafío, pero cuento con el apoyo incondicional de mi familia. Estoy casado hace 30 años con Patricia, mi esposa, quien comprende perfectamente esta vocación y a siempre me acompaña en actividades del gremio. Mis hijos –Luján y Nicolás ya son adultos y Sofia está en el último año del colegio, y son plenamente conscientes que ser presidente de la ARP significa renunciar a algunos espacios en familia, aun así, trato de estar lo más presente posible, manteniendo las tradiciones familiares como el asado de los domingos y las idas al campo que nos permite estar juntos y aprovechar el tiempo.
Organizo mis días de manera de cumplir con mis responsabilidades gremiales, laborales y familiares. Los fines de semana, si no tengo eventos oficiales, me refugio en la tranquilidad del campo con la familia, son momentos sencillos, pero fundamentales para no perder el equilibrio emocional. También creo que es importante involucrar a la familia en este camino.
- ¿Qué legado quiere dejar como presidente de la Asociación Rural del Paraguay?
Pienso a diario en el legado, porque uno está de paso en los cargos, pero las instituciones perduran. Me gustaría que, al terminar mi periodo, la ARP quede fortalecida, moderna y unida. Un legado clave sería haber acercado aún más la ARP a todos los productores, desde el pequeño ganadero del interior hasta el gran exportador, de modo que sientan que el gremio es su casa.
Aspiro a dejar una ARP institucionalmente más sólida y con mecanismos de trabajo eficientes y transparentes. Y si me dejan soñar, me gustaría sentar las bases para el Master Plan de la Rural que plantea un mayor desarrollo del predio durante todo el año, y no solo durante la expo. Espero que al finalizar mi mandato ya sea una realidad el Instituto Paraguayo de la Carne para hacer de este rubro algo más predecible, y donde todos puedan participar.
Quiero que se recuerde este periodo como aquel en que dimos un salto de calidad en varios frentes. Por un lado, en la integración gremial interna: haber fortalecido las regionales de la ARP, creando canales para que cada productor, sin importar su ubicación, tenga voz y voto efectivos en las decisiones.
Por otro lado, en la innovación sectorial: estamos sentando las bases del Instituto Paraguayo de la Carne, un proyecto ambicioso que impulso con mucha convicción, pues creo que dejar constituida esa entidad será transformadora para la cadena cárnica nacional. Un instituto así permitirá promover nuestra carne en el mundo con marca país, generar estadísticas, transparencia y confianza, para poder orientar con previsibilidad políticas de largo plazo.
Asimismo, me gustaría consolidar la alianza público-privada como política de Estado. Si logramos institucionalizar una colaboración fluida entre gremio y Gobierno para atender al sector (en sanidad animal, infraestructura, apertura de mercados, etc.), eso será un legado importante, y de hecho quienes me antecedieron ya trabajaron sobre esta alianza que hoy se ve reflejada en modelos exitosos como los de Fundassa.
¿Cómo ve la evolución del sector pecuario en los próximos 5 años?
Veo con preocupación la baja del stock ganadero, esto nos da la señal de que debemos sentarnos todos los representantes de la cadena de valor, para buscar una salida que vuelva a ampliar el hato. Soy muy optimista y creo que vamos a lograr esta mesa de trabajo y todos juntos vamos a llegar a una solución en beneficio del futuro de la patria.
En los próximos 5 años veo a Paraguay consolidándose como referente mundial en producción de carne sostenible y de alta calidad, ganando nuevos mercados y fortaleciendo su cadena de valor. Proyectamos un crecimiento sostenido en volumen de producción y exportaciones. Ya en el corto plazo, para 2025 vemos un aumento en los envíos al exterior, y esa tendencia debería continuar en los años siguientes a medida que se abran más destinos. Si hacemos bien las cosas, Paraguay podría escalar puestos entre los principales exportadores de carne bovina del mundo. Actualmente estamos entre los 10 países que más carne bovina exportan en todo el mundo.
- ¿Cómo contribuye la ARP al desarrollo económico y social?
Somos custodios de la soberanía nacional, con el cuidado y el desarrollo de la tierra. La contribución de la ARP al país se da en múltiples niveles. En lo económico, como mencioné antes, el sector ganadero aporta divisas vitales y genera cientos de miles de empleos. La ARP, al ser la organización que articula este sector, contribuye directamente impulsando políticas y acciones que sostienen ese aporte.
Cada negociación que hacemos para abrir un mercado, cada programa sanitario que coordinamos con el Estado, o cada inversión que promovemos en ferias y exposiciones repercute en ingresos para Paraguay. Pero quizás la contribución más importante es ser defensora y promotora de la producción nacional.
La ARP ha estado presente históricamente en las grandes decisiones económicas del país abogando por un clima favorable a los negocios rurales: baja de impuestos distorsivos, apertura comercial, incentivos al agro. Esas gestiones han permitido que Paraguay hoy sea competitivo en varios rubros. Un dato: el campo (agropecuaria) es responsable de cerca del 75 % de las divisas que ingresan al país.
- ¿Cómo ve las oportunidades y desafíos del mercado internacional?
El mercado internacional presenta un panorama muy dinámico para nuestra producción pecuaria, con grandes oportunidades, pero también alta competencia. En los últimos años Paraguay dio saltos históricos: logramos el acceso a Estados Unidos y Canadá para nuestra carne bovina, lo cual fue un hito que consolidó a nuestro país en la élite de exportadores de carne premium. Esto nos abrió la puerta a diversificar destinos y reducir la dependencia de mercados tradicionales.
Ahora bien, cada mercado tiene sus propias exigencias y desafíos. En Estados Unidos y Canadá ya estamos exportando, pero debemos seguir ampliando cuotas y compitiendo con calidad y volumen. En Europa, el desafío es adecuarnos a las estrictas normativas de sostenibilidad y trazabilidad; sin embargo, eso puede convertirse en nuestra ventaja competitiva si demostramos que nuestra carne es natural y sostenible.
Por otro lado, está el enorme mercado de Asia. Si bien Paraguay, por motivos geopolíticos, no tiene acceso al mercado de China continental, apuntamos a otros importantes del Asia-Pacífico. Actualmente Taiwán es uno de nuestros grandes compradores y aliado comercial.
Ficha personal
- Cargos anteriores: miembro suplente de la Regional Central Chaco 2015, miembro titular de la Regional Central Chaco 2016 - 2018. Presidente de Central Chaco 2018 - 2020, presidente de Fundassa Central Chaco 2016 - 2017, vicepresidente de la ARP 2020 - 2024, presidente de Fundassa 2023, actualmente presidente de la ARP y de Feprinco.
- Formación académica: médico Veterinario, egresado de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad San Pablo (USP). Complementó su formación con cursos en gestión agropecuaria y liderazgo gremial.
- Pasatiempo: amante de la vida campestre, en su tiempo libre disfruta de montar a caballo y compartir jornadas en la estancia con su familia. Aficionado al deporte. Le gusta compartir alrededor de la parrilla con familia y amigos.
- Vinculación con la ARP: socio de la Asociación Rural del Paraguay desde hace más de 25 años, proviene de una familia con larga trayectoria en el gremio, su madre es miembro de la directiva de la ARP, vicepresidenta de la Regional San Pedro y presidente de la Fundación Pa´i Puku.
- Hijos: Luján, Nicolás y Sofía , quienes también comparten la tradición y valores del campo inculcados por la familia Prieto Quevedo. Casado con Patricia Quevedo, hija de ganaderos.
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“La ganadería es parte de la columna vertebral de la economía paraguaya”
No es solo un negocio, es un estilo de vida y una tradición que se hereda de generación en generación, expresó el ganadero.
Ser uno de los 10 mayores exportadores de carne bovina del mundo le posiciona a Paraguay como un actor importante dentro de la cadena alimentaria a nivel internacional. Mantener ese prestigio requiere de un compromiso y una fuerte convicción hacia este rubro.
Por eso, en una nueva entrega de Hacedores, La Nación/ Nación Media conversó en un mano a mano con el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Daniel Prieto Davey, un amante del campo, un hombre en cuyas venas circula el amor entrañable hacia el sector pecuario gracias a los valores que le inculcaron sus padres, una persona que día a día pone lo mejor de sí para asegurar el pleno bienestar y el próspero crecimiento de la ganadería.
El sector, a pesar de enfrentar desafíos, en la actualidad se posiciona como un actor fundamental dentro de la economía paraguaya. Defender este sector significa contribuir a la estabilidad macroeconómica de Paraguay, porque un campo próspero significa dólar estable, inversiones y empleo, según Prieto.
–¿Qué lo inspiró a involucrarse en el sector pecuario?
–Mi pasión por la ganadería nació en la infancia. Crecí en el campo entre animales, aprendiendo el valor del trabajo de la mano de mi familia. Vengo de “una familia de larga tradición ganadera”, como bien lo describió un historiador en su libro. Mis abuelos y mis padres ya eran ganaderos, y ellos me inculcaron no solo el conocimiento técnico, sino también el respeto por la tierra y por la gente del campo.
Mi padre falleció cuando yo era niño, y de la mano de mamá fuimos cultivando el amor por el gremio con su ejemplo, como directiva de la ARP y dedicó mucho esfuerzo a proyectos sociales del gremio. Ver su entrega seguro fue uno de los ejemplos que encendió mi vocación gremial.
Participar en las ferias ganaderas, ayudar en las tareas cotidianas del campo y convivir con la naturaleza me enseñaron el orgullo de ser productor. Sentí siempre que la ganadería no es solo un negocio, es un estilo de vida y una tradición que se hereda de generación en generación. Es un gran compromiso saber que, con nuestro trabajo, alimentamos al país y al mundo, y generamos progreso para muchas familias. Esa mezcla de pasión familiar y compromiso social fue lo que me impulsó a dedicarme de lleno al sector pecuario.
Con mi señora Patricia, siempre inculcamos este estilo de vida a nuestros hijos, y esto permitió que hoy ellos tengan sus propios proyectos ganaderos. Por eso el lema de la Universidad Rural del Paraguay de la ARP es “Estudia con los que saben”. Entendemos que ser parte del gremio, formarse en estos espacios genera una red de vínculos que son útiles para toda la vida.
–¿Qué representa para usted ser presidente de la ARP?
–Es, ante todo, un enorme honor y una gran responsabilidad. La ARP es la institución civil más antigua y emblemática del Paraguay, con más de 140 años de historia, y ha sido pilar en la construcción del Paraguay productivo. La ARP es más antigua que los partidos tradicionales o los clubes de fútbol.
Ser su presidente representa para mí la confianza de mis colegas productores y el compromiso de redoblar el trabajo en defensa de los reales intereses y necesidades del productor. Significa ponerme al servicio de un gremio que es la voz de miles de ganaderos, desde el pequeño productor hasta el gran exportador, y velar porque sus necesidades sean atendidas.
También lo asumo como una continuación de un legado. Muchos líderes que me precedieron – incluso gente cercana, como mi propia madre– dedicaron su vida a esta asociación. Por eso honrar la confianza depositada en mí implica mantener altos los valores de la ARP: la unidad, la integridad y la visión de futuro. Ser presidente del gremio no es solo presidir reuniones, es estar en cada detalle, desde acompañar a un productor afectado por diferentes tipos de problemas, hasta dialogar con autoridades nacionales buscando soluciones para el sector.
En lo personal, ser titular de la ARP me llena de orgullo patriótico. La ganadería es parte de la columna vertebral de la economía paraguaya, generando alrededor de USD 2.000 millones en exportaciones y más de 360.000 empleos directos.
– ¿Cómo equilibra su vida privada y su rol como presidente de la ARP?
–Encontrar el equilibrio es un desafío, pero cuento con el apoyo incondicional de mi familia. Estoy casado hace 30 años con Patricia, mi esposa, quien comprende perfectamente esta vocación y siempre me acompaña en actividades del gremio. Mis hijos Luján y Nicolás ya son adultos y Sofia está en el último año del colegio, y son plenamente conscientes de que ser presidente de la ARP significa renunciar a algunos espacios en familia, aun así, trato de estar lo más presente posible, manteniendo las tradiciones familiares como el asado de los domingos y las idas al campo que nos permite estar juntos y aprovechar el tiempo.
Organizo mis días de manera de cumplir con mis responsabilidades gremiales, laborales y familiares. Los fines de semana, si no tengo eventos oficiales, me refugio en la tranquilidad del campo con la familia, son momentos sencillos, pero fundamentales para no perder el equilibrio emocional. También creo que es importante involucrar a la familia en este camino.
–¿Qué quiere dejar como presidente de la Asociación Rural del Paraguay?
–Pienso a diario en el legado, porque uno está de paso en los cargos, pero las instituciones perduran. Me gustaría que, al terminar mi periodo, la ARP quede fortalecida, moderna y unida. Un legado clave sería haber acercado aún más la ARP a todos los productores, desde el pequeño ganadero del interior hasta el gran exportador, de modo que sientan que el gremio es su casa.
Aspiro a dejar una ARP institucionalmente más sólida y con mecanismos de trabajo eficientes y transparentes. Y si me dejan soñar, me gustaría sentar las bases para el Master Plan de la Rural que plantea un mayor desarrollo del predio durante todo el año, y no solo durante la Expo. Espero que al finalizar mi mandato ya sea una realidad el Instituto Paraguayo de la Carne para hacer de este rubro algo más predecible, y donde todos puedan participar.
Quiero que se recuerde este periodo como aquel en que dimos un salto de calidad en varios frentes. Por un lado, en la integración gremial interna: haber fortalecido las regionales de la ARP, creando canales para que cada productor, sin importar su ubicación, tenga voz y voto efectivos en las decisiones.
Por otro lado, en la innovación sectorial: estamos sentando las bases del Instituto Paraguayo de la Carne, un proyecto ambicioso que impulso con mucha convicción, pues creo que dejar constituida esa entidad será transformadora para la cadena cárnica nacional. Un instituto así permitirá promover nuestra carne en el mundo con marca país, generar estadísticas, transparencia y confianza, para poder orientar con previsibilidad políticas de largo plazo.
Asimismo, me gustaría consolidar la alianza público-privada como política de Estado. Si logramos institucionalizar una colaboración fluida entre gremio y Gobierno para atender al sector (en sanidad animal, infraestructura, apertura de mercados, etc.), eso será un legado importante, y de hecho quienes me antecedieron ya trabajaron sobre esta alianza que hoy se ve reflejada en modelos exitosos como los de Fundassa.
-¿Cómo ve la evolución del sector pecuario en los próximos 5 años?
–Veo con preocupación la baja del stock ganadero, esto nos da la señal de que debemos sentarnos todos los representantes de la cadena de valor, para buscar una salida que vuelva a ampliar el hato. Soy muy optimista y creo que vamos a lograr esta mesa de trabajo y todos juntos vamos a llegar a una solución en beneficio del futuro de la patria.
En los próximos 5 años veo a Paraguay consolidándose como referente mundial en producción de carne sostenible y de alta calidad, ganando nuevos mercados y fortaleciendo su cadena de valor. Proyectamos un crecimiento sostenido en volumen de producción y exportaciones. Ya en el corto plazo, para 2025 vemos un aumento en los envíos al exterior, y esa tendencia debería continuar en los años siguientes a medida que se abran más destinos. Si hacemos bien las cosas, Paraguay podría escalar puestos entre los principales exportadores de carne bovina del mundo. Actualmente estamos entre los 10 países que más carne bovina exportan en todo el mundo.
–¿Cómo contribuye la ARP al desarrollo económico y social?
–Somos custodios de la soberanía nacional, con el cuidado y el desarrollo de la tierra. La contribución de la ARP al país se da en múltiples niveles. En lo económico, como mencioné antes, el sector ganadero aporta divisas vitales y genera cientos de miles de empleos.
La ARP, al ser la organización que articula este sector, contribuye directamente impulsando políticas y acciones que sostienen ese aporte. Cada negociación que hacemos para abrir un mercado, cada programa sanitario que coordinamos con el Estado, o cada inversión que promovemos en ferias y exposiciones repercute en ingresos para Paraguay. Pero quizás la contribución más importante es ser defensora y promotora de la producción nacional.
La ARP ha estado presente históricamente en las grandes decisiones económicas del país abogando por un clima favorable a los negocios rurales: baja de impuestos distorsivos, apertura comercial, incentivos al agro. Esas gestiones han permitido que Paraguay hoy sea competitivo en varios rubros. Un dato: el campo (agropecuaria) es responsable de cerca del 75 % de las divisas que ingresan al país.
–¿Cómo ve las oportunidades y desafíos del mercado internacional?
–El mercado internacional presenta un panorama muy dinámico para nuestra producción pecuaria, con grandes oportunidades, pero también alta competencia. En los últimos años Paraguay dio saltos históricos: logramos el acceso a Estados Unidos y Canadá para nuestra carne bovina, lo cual fue un hito que consolidó a nuestro país en la élite de exportadores de carne premium. Esto nos abrió la puerta a diversificar destinos y reducir la dependencia de mercados tradicionales.
Ahora bien, cada mercado tiene sus propias exigencias y desafíos. En Estados Unidos y Canadá ya estamos exportando, pero debemos seguir ampliando cuotas y compitiendo con calidad y volumen. En Europa, el desafío es adecuarnos a las estrictas normativas de sostenibilidad y trazabilidad; sin embargo, eso puede convertirse en nuestra ventaja competitiva si demostramos que nuestra carne es natural y sostenible. Por otro lado, está el enorme mercado de Asia. Si bien Paraguay, por motivos geopolíticos, no tiene acceso al mercado de China continental, apuntamos a otros importantes del Asia-Pacífico. Actualmente Taiwán es uno de nuestros grandes compradores y aliado comercial.
FICHA PERSONAL
Cargos anteriores: miembro suplente de la Regional Central Chaco 2015, miembro titular de la Regional Central Chaco 2016 - 2018. Presidente de Central Chaco 2018 - 2020, presidente de Fundassa Central Chaco 2016 - 2017, vicepresidente de la ARP 2020 - 2024, presidente de Fundassa 2023, actualmente presidente de la ARP y de Feprinco.
Formación académica: médico veterinario, egresado de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad San Pablo (USP). Complementó su formación con cursos en gestión agropecuaria y liderazgo gremial.
Pasatiempo: amante de la vida campestre, en su tiempo libre disfruta de montar a caballo y compartir jornadas en la estancia con su familia. Aficionado al deporte. Le gusta compartir alrededor de la parrilla con familia y amigos.
Vinculación con la ARP: socio de la Asociación Rural del Paraguay desde hace más de 25 años, proviene de una familia con larga trayectoria en el gremio, su madre es miembro de la directiva de la ARP, vicepresidenta de la Regional San Pedro y presidente de la Fundación Pa´i Puku.
Hijos: Luján, Nicolás y Sofía , quienes también comparten la tradición y valores del campo inculcados por la familia Prieto Quevedo. Casado con Patricia Quevedo, hija de ganaderos.
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Molienda de oleaginosas bajó 9,5 % en febrero y se mantendrá ociosidad, según Cappro
La molienda acumulada de oleaginosas alcanzó 388.045 toneladas al cierre del segundo mes del año, un valor que representó una caída del 9,5 % con relación al mismo mes del 2024, cuando se registró 428.695 toneladas, según reportó la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro). El descenso en el volumen procesado se mantendría ya que existe una alta competencia con las fábricas de otros países a la hora de adquirir materia prima agrícola.
”Considerando que se espera una disminución en la cosecha de soja para esta campaña y los problemas para la navegación que dificultan las exportaciones habrá que seguir esperando para entender cuál será el desempeño de la industria aceitera nacional, aunque las expectativas siguen siendo de que se mantenga una elevada ociosidad”, mencionaron.
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Con respecto a la industrialización de la soja, indicaron que se llegó a 378.494 toneladas al finalizar febrero, una caída de 29.000 toneladas comparando con el mismo lapso del año pasado, aunque se mantuvo por encima del promedio de los últimos tres años. Este nivel de procesamiento acumulado arrojó una utilización de la capacidad dentro de las industrias nacionales del 50 %.
El gremio señaló que la expectativa del sector es que el agregado de valor a nuestras materias primas agrícolas siga estancado en el país. Sin embargo, el porcentaje de utilización podría mejorar en los próximos meses y superar el 50 % del total del primer bimestre aunque la proyección sigue siendo de que cierre el año nuevamente en torno al 60 %.
Se suma el retraso en la cosecha
Como aspecto resaltante del análisis, afirmaron que se debe entender el impacto que tiene el retraso de la cosecha, que se vio claramente en dos de los últimos cinco años y es un factor que se suma como una dificultad adicional para la industria que ya viene operando en desventaja competitiva con respecto a las fábricas de otros países.
“El gran desafío pendiente sigue siendo mejorar el posicionamiento de nuestro país en la industrialización de esta oleaginosa, donde se encuentra incluso por fuera del listado de los diez principales”, expresaron. Actualmente la capacidad instalada de las agroindustrias es de más de 4 millones de toneladas por año.
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UIP apela a planificación conjunta entre el sector privado y público ante posible déficit energético
La Unión Industrial del Paraguay (UIP) presentó un informe que alerta sobre un déficit de energía para 2030 si no se amplía la matriz energética con al menos una planta termoeléctrica a gas natural. El presidente de la UIP, Enrique Duarte, afirmó que no se trata de alarmar, sino hacer un llamado a la planificación conjunta entre el sector público y el privado.
“El crecimiento de la demanda nacional está superando año a año a las proyecciones iniciales”, explicó el presidente de la UIP a La Nación/Nación Media, subrayando que el aumento del consumo domiciliario, industrial y, más recientemente, de la criptominería, está presionando la capacidad actual de generación.
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Duarte mencionó que, de no tomarse medidas, el país podría enfrentar serios problemas de potencia a fines de esta década o comienzos de la próxima. “Vamos a comenzar a tener problemas de potencia, o sea, que la demanda máxima no va a estar en línea con la capacidad máxima de generación disponible”, dijo a LN.
Señaló que existen proyectos de hidroeléctricas, pero algunos de ellos están detenidos, como es el caso del brazo Añá Cuá de la hidroeléctrica Yacyretá, cuya obra está prácticamente paralizada. También citó otras opciones hidroeléctricas futuras como Itatí-Ita Corá o Corpus Christi, aunque remarcó que estas dependen de acuerdos bilaterales con Argentina y enfrentan obstáculos medioambientales.
Ante este escenario, Duarte explicó que la UIP considera que el gas natural debe convertirse en una de las principales alternativas para enfrentar el desafío. “El gas natural es una opción viable, así como también las fotovoltaicas y las pequeñas centrales hidráulicas”, indicó. Destacó especialmente la generación térmica de ciclo combinado como una solución rápida y realista a corto plazo.
Mesa de trabajo entre el sector público y privado
El presidente del gremio industrial instó a establecer de forma urgente una mesa multisectorial para definir una política energética sostenible a largo plazo, con participación activa del sector privado. “Necesitamos sentarnos a una mesa donde también esté el sector privado involucrado y trabajar en una política energética que nos asegure el abastecimiento en el mediano y largo plazo”, señaló a LN.
Consultado sobre la posibilidad de introducir energía nuclear, el representante de la UIP reconoció su potencial, pero advirtió que requeriría al menos una década de preparación y desarrollo. “Hoy existen pequeñas centrales térmicas nucleares, pero es una tecnología que exige condiciones de seguridad muy avanzadas”, sostuvo.
Finalmente, alertó sobre el impacto que la falta de previsión energética podría tener en la atracción de inversiones. “Este informe no es para alarmar, sino para explicar que las inversiones o las decisiones tomadas con tiempo no van a generar consecuencias sobre la economía”, concluyó.
Datos claves
Demanda en alza: El consumo energético crece más de lo proyectado, por hogares, industrias y criptominería.
Déficit inminente: Hacia 2030, Paraguay podría no cubrir su demanda máxima de energía.
Opciones urgentes: Se propone invertir en gas natural, térmicas, solares y pequeñas hidroeléctricas.
Mesa multisectorial: La OIT pide conformar ya un espacio con el sector privado para planificar el futuro energético.