Barrio Paraíso es un nuevo modelo de desarrollo inmobiliario basado en la sostenibilidad del medio ambiente que invita a vivir en la tranquilidad. Foto: Gentileza.
Nace un nuevo concepto de casas ecológicas que brindarán tranquilidad
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Con la premisa de ofrecer una propuesta única de viviendas, emerge un nuevo proyecto inmobiliario residencial con estándares de calidad ecológica que, además, proporcionará bienestar por la tranquilidad que promete, pues el proyecto se encuentra en una zona de baja emisión de ruidos y elementos contaminantes.
Se trata del Barrio Paraíso, un nuevo modelo de desarrollo basado en la sostenibilidad del medio ambiente, para lo cual el proyecto se encuentra en un terreno de 3,5 hectáreas lleno de árboles y cuya consigna es la de no echar ninguno. Así lo indicó Alessandro Grillón, presidente de la Constructora Grillón Alvarenga, que, junto con Sergio Chase de Rent & Travel y propietario del terreno, llevan adelante el emprendimiento inmobiliario.
“Hoy hicimos el lanzamiento, es un barrio ecológico que no tiene parecido con ningún otro. Es un proyecto único con una calidad arquitectónica ambiental incomparable porque lo convertimos en una zona de bajas emisiones sonoras. Contará con una planta de tratamientos de agua y algo muy importante, no se echó un solo árbol y plantamos 300 más”, expresó.
Es así que será un barrio LEZ (Low Emission Zone) o zonas de baja emisión de ruidos y elementos contaminantes, a más de que el diseño condiciona el acceso de vehículos que no sean del barrio, garantizando las bajas emisiones contaminantes.
El Barrio Paraíso se encuentra en un terreno de 3,5 hectáreas, en la ciudad de Luque, y será una propuesta ecológica. Foto: Gentileza.
Bienestar garantizado
Asimismo, se garantiza un bienestar inigualable, de paz y tranquilidad, pues las casas que ya están previamente diseñadas que no tendrán la necesidad de tener murallas, cuyos terrenos ya cuentan con cuentas catastrales, gozarán de una carpintería de aluminio y vidrio templado a diferencia de los tradicionales blíndex.
El proyecto está ubicado en el barrio Primavera de Luque, cercano al Palacio de Justicia, a 15 minutos del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, estratégicamente posicionado con accesos directos al barrio e interconectados a todo, a minutos de la ruta que conecta a Luque con San Bernardino, Areguá y San Lorenzo.
En el mismo están diseñadas unas 50 casas, ubicadas entre los árboles y siguiendo a la topografía del lugar, es decir, la casa tiene que adaptarse al terreno, definiendo la arquitectura por el entorno mágico en donde se implanta manteniendo un mismo lenguaje, lo que tampoco significa que serán todas iguales.
Si bien será un barrio, Grillón aclara que no será uno cerrado, pero contará con especificaciones como las amplias veredas de 4 metros, plazas públicas que serán construidas por ellos mismos, a más de poseer provisión segura de agua potable, todas las casas estarán conectadas a la planta de tratamiento, sistemas de seguridad que incluirán 6 cámaras por cada casa.
El proyecto en sí se estima que demandaría una inversión de unos US$ 4 a US$ 5 millones, mientras que las viviendas dependiendo de los metros cuadrados, entre 100 a 135, costarían unos G. 600 millones a G. 950 millones, según el desarrollador.
Reafirman que Paraguay avanza hacia una producción ganadera responsable
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Desde la Asociación Rural del Paraguay (ARP) destacaron el trabajo de la Mesa Paraguaya de Carne Sostenible en el país. Calixto Saguier, miembro del gremio, mencionó que actualmente ya hay ganaderos que invitan a ver cómo producen con responsabilidad ambiental y social.
“La sostenibilidad no es un discurso: se demuestra con hechos. Lo que se hace es medir, demostrar y publicar”, explicó a la 800 AM, agregando que hoy se tiene una función muy importante como mesa que reúne a todos los sectores incluso enfrentados.
Por otro lado, consideró que levantar la vacunación contra la fiebre aftosa sería un error, además los productores todavía no olvidan lo sucedido en el 2011 cuando se registró un brote de fiebre aftosa. “No vamos a arriesgar 2.000 millones de dólares por una posibilidad en carne porcina”, añadió.
Saguier sostuvo que el Estado debe ser árbitro y fijar normas a los sectores productivos, señalando que se percibe que existe intención de imponer el fin de la vacunación antiaftosa. “Uruguay vacuna y vende a Japón. Paraguay también puede. No necesitamos eliminar la vacuna para abrir mercados. Necesitamos coherencia y seguridad, afirmó.
Además, expuso que si bien vacunando uno no se libra de la aftosa se está evitando un gran riesgo, pues el sector además está saliendo de cuatro años de sequía, y ahora de inundaciones. “Tiene mucho justificativo, pero se está poniendo en riesgo una ganadería que genera 30 millones versus una ganadería que genera 2.000 millones de dólares”, enfatizó el miembro de la ARP.
A modo de ejemplo, apuntó que actualmente la deuda a los bancos es de unos USD 2.000 millones. “Todos en la ARP y los ganaderos tenemos el consenso único de mantener la vacunación, según asamblea se decidió continuar vacunando y eso no se puede cambiar”, puntualizó.
Según datos de la Fundación Servicios de Salud Animal (Fundassa) las vacunas contra la fiebre aftosa y la brucelosis continúan aplicándose con altos niveles de cobertura. En Paraguay se mantienen precios accesibles, con dosis que van desde los 2.000 a 3.600 guaraníes, muy por debajo de países vecinos.
En la ladera de uno de los barrios más pobres y áridos de la capital peruana se alza el frondoso bosque de Esther Rodríguez. Foto: Ernesto Benavides/AFP
“La Selva Escondida” de una anciana indígena en Lima
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Lima, Perú. AFP.
En la ladera de una colina, en uno de los barrios más áridos y pobres de Lima, se alza un frondoso bosque. Esther Rodríguez, una indígena migrante, ha cultivado por años este oasis en la capital peruana, considerada la más desértica del mundo después de El Cairo. Rodríguez llegó a este lugar en la década de los ochenta tras huir de su natal Ayacucho, en la sierra sur de Perú, entonces azotada por el conflicto armado con la extinta guerrilla de Sendero Luminoso.
Movida por la nostalgia, quiso recrear el verde de su tierra. Hoy, a sus 85 años, es el alma de este singular bosque urbano de 4.000 m² —casi la mitad de un campo profesional de fútbol- en el corazón del distrito de San Juan de Lurigancho. “Me gusta vivir rodeada de mis plantas”, se regodea Rodríguez, una anciana de amplia sonrisa, en entrevista con la AFP.
Este paisaje con más de cien especies, incluidos árboles frutales y plantas medicinales, creó un llamativo microclima en Lima, ciudad de 10 millones de habitantes y una de las más contaminadas de América Latina. San Juan de Lurigancho, con 1,2 millones de habitantes, es a su vez el distrito más poblado y poluído, principalmente por su parque automotor obsoleto, según un estudio del Instituto de la Naturaleza, Tierra y Energía de la Universidad Católica. Rodríguez recuerda que mientras sus hijos iban a la escuela comenzó a sembrar plantas en su terreno rocoso, un refugio que se popularizó como una “selva escondida”.
En este oasis de flores, plátanos, mandarinas, aguacates y maracuyá zumban las abejas y revolotean las mariposas. Cerca, en un estanque lleno de peces, un colibrí se acicala. Antes “no había nada ni nadie en los cerros, así que poco a poco empecé a cargar cubos de agua”, para nutrir el naciente verde, sostiene Esther. Esther no se amilanó y pudo abrir tres pozos que hoy se conectan a la red de suministro de Lima. En la capital, el 6 % de la población no tiene aún acceso al agua potable, según estadísticas oficiales.
Cuatro de sus hijos ahora gestionan y mantienen la selva escondida, que desde 2020 recibe visitantes, especialmente escolares. “Queremos que este lugar sea una fuente de inspiración”, explica una de las hijas de la octogenaria, también llamada Esther. Abrirlo al público ha revitalizado la zona: se crearon senderos e instalaron bombas eléctricas para mejorar el riego, entre otras cosas. Cada visitante debe pagar seis soles (1,60 dólares). Más allá del aspecto turístico, la iniciativa también ofrece beneficios ecológicos.
Esta casi media “hectárea de bosque regula la temperatura y la humedad y mejora las condiciones sanitarias, especialmente en una zona donde las enfermedades respiratorias son comunes”, señala Fernando Regalo, ingeniero forestal de la ONG Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sustentable (FCDS). Y la familia que cuida este oasis todavía tiene una parcela por sembrar. “Se siente como si estuvieras en la selva, con los sonidos, los animalitos, los pájaros y los árboles”, se entusiasma Constantina Zevallos Mora, una de las visitantes del lugar.
Desde Taiwán, la agregada comercial Macarena Barboza impulsa una nueva era de oportunidades para Paraguay. Con foco en la innovación, la sostenibilidad y la atracción de inversiones, trabaja para posicionar al país como un socio estratégico en Asia, llevando productos nacionales al mundo y trayendo desarrollo al corazón de Sudamérica.
Con la mirada puesta en abrir nuevos caminos para el comercio exterior y atraer capitales estratégicos, Paraguay fortalece su vínculo con Taiwán a través de una figura clave, la agregada comercial Macarena Barboza, recientemente designada en la isla asiática. Su nombramiento representa no solo una decisión geopolítica acertada, sino también una apuesta concreta por el crecimiento económico paraguayo a través de alianzas inteligentes.
“Es una gran responsabilidad y, al mismo tiempo, el honor de mi vida. Representar a Paraguay en Taiwán, una economía dinámica y estratégica en Asia, me permite trabajar en lo que más me apasiona: fortalecer los lazos entre ambos países”, expresó Macarena, quien desde su llegada a Taipéi despliega una agenda intensa centrada en promover productos paraguayos con valor agregado, atraer inversiones en sectores clave y posicionar al país como un socio confiable en el corazón de Asia.
Entre sus principales objetivos destaca la intención de impulsar el comercio bilateral, tender puentes con empresas taiwanesas de alto impacto y “promover una imagen moderna y confiable de Paraguay como socio estratégico en Sudamérica”.
Los sectores que Macarena está priorizando desde la agregaduría abarcan áreas de alto potencial tales como alimentos y bebidas, biotecnología, energías renovables, agroindustria y tecnología. En estos rubros, la complementariedad entre ambos países es evidente. “Taiwán tiene una sólida experiencia tecnológica y Paraguay, recursos estratégicos y una economía abierta al mundo. Podemos trabajar juntos en proyectos de energía limpia, desarrollo agrícola inteligente, biotecnología aplicada a la salud y producción de alimentos sostenibles”, señaló.
Desde su llegada, la agregada se propuso activar misiones comerciales y alianzas que permitirán a empresas paraguayas estar presentes en ferias como Food Taipei, así como avanzar en la atracción de inversiones en tecnologías limpias como paneles solares y nuevos mercados como los créditos de carbono.
En paralelo, desarrolla una estrategia inteligente de promoción país basada en la inteligencia comercial, las redes de contacto, las presentaciones a medida para inversionistas y una comunicación constante de las ventajas competitivas de Paraguay que se resumen en estabilidad macroeconómica, ubicación geoestratégica, un régimen impositivo atractivo y abundantes recursos naturales.
“Busco activar oportunidades que generen beneficios concretos y sostenibles, como misiones comerciales, participación en ferias internacionales, acuerdos económicos y acercamientos con empresas e instituciones clave de Taiwán”.
De allí que envía un mensaje a los empresarios paraguayos: “Les diría que el mundo está lleno de oportunidades y que Paraguay tiene todo para competir. Tiene calidad, talento y una historia de resiliencia. Anímense a salir, que desde las agregadurías comerciales estamos para apoyar”, sostuvo.
Y a los inversores extranjeros, animó a mirar a Paraguay con atención, pues es un país joven, con estabilidad, recursos estratégicos y una gran vocación de apertura.
Un total de 18 escuelas llevan adelante un programa educativo medio ambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay. Foto: Matías Amarilla.
Escuelas verdes: cuando la educación ambiental cambia familias y ciudades
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Por Lourdes Torres (lourdes.torres@nacionmedia.com)
Aplicar de manera trasversal la educación ambiental desde la primaria puedesignificar importantes cambios en la sociedad. Así lo confirman padres, docentes y alumnos de instituciones educativas que desde hace años están implementando un programa de estudio ambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay.
Son poco más de las 7 de la mañana, la densa neblina otoñal se va disipando con los primeros rayos del sol. En el aula del 8° grado se preparan con mucha ansiedad por salir al patio trasero de la Escuela Salesiana Pedro Ignacio Morínigo de la ciudad de Fernando de la Mora. Allí tienen una pequeña huerta escolar. Los acompaña el profesor Adolfo Ramírez, ingeniero agrónomo. La tarea del día es revisar cómo han quedado los pequeños plantines y el drenaje correcto del agua tras la intensa lluvia que se registró el día anterior.
El desarrollo de la huerta escolar forma parte del proyecto de formación y educación medioambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay gracias al apoyo de la Cooperación Alemana y el Engagement Global. Este programa es aplicado en 16 instituciones educativas salesianas y dos escuelas públicas del país.
La Nación/Nación Media conversó con la coordinadora del programa, ingeniera María José Llamosas, quien señaló que arrancaron en el 2021 con un plan piloto en 5 escuelas salesianas. Precisó que cerrar con éxito el primer año permitió asegurar el financiamiento para los siguientes periodos y agregó que a la fecha ya se está ejecutando en un total de 18 instituciones educativas, llegando a más de 11.000 estudiantes.
“Desarrollamos un documento que sirve a los docentes como base para poner en práctica la educación ambiental en los colegios. Y aparte de ese documento también se realizan ciertas medidas concretas en favor del cuidado del medio ambiente”, indicó.
Detalló que desde la red salesiana dan seguimiento al proceso de aplicación del programa educativo medioambiental, acompañando al docente en el aula, colaborando en las prácticas a fin de que el desarrollo ambiental sea sostenible en el tiempo. Además, involucra a padres y otros actores de la comunidad educativa.
El desarrollo de pequeñas huertas escolares permite el desarrollo de competencias y disciplinas, permitiendo a los alumnos probar, experimentar y aprender haciendo. Foto: Matías Amarilla
Probar, experimentar y aprender
El programa se está aplicando en todos los niveles educativos de la escuela Pedro Ignacio Morínigo permitiendo el desarrollo de un importante número de competencias y disciplinas, además de probar, experimentar y aprender haciendo.
La directora de la institución, licenciada Rosa Marengo, destacó a La Nación/Nación Media que la huerta escolar les permite promover una conciencia de cuidado y respeto al medio ambiente. Sumado alaprendizaje sobre alimentación saludable, impulsando valores como la paciencia, responsabilidad, compañerismo, y compromiso.
Indicó que a la par del cultivo de hortalizas, también siembran plantas medicinales para que los alumnos las conozcan y aprendan sobre sus propiedades. Asimismo, continúan con el programa de reciclados que ya desarrollaron con mucho éxito el año pasado.
“Hace 4 años que trabajamos con este programa medioambiental y creo que ya es sostenible en el tiempo. Los chicos están muy entusiasmados, al igual que sus padres, que están muy pendientes del desarrollo de las actividades. Es muy interesante la forma en la que los chicos aprenden sobre el cultivo de hortalizas, porque ellos no tienen ese contacto agrícola, entonces, se sorprenden de donde provienen ciertas verduras u hortalizas”, indicó.
En tanto la profesora Fabiola Gómez, docente del 5° grado de los turnos mañana y tarde, destacó la importancia de trabajar con los alumnos la idea del cuidado del medio ambiente, enfatizando la importancia del reciclaje y el cultivo de la huerta para una alimentación saludable.
Mencionó que actualmente están con los plantines de lechuga, cebollitas, perejil, espinacas, acelgas; mientras que las plantas medicinales son boldo, menta, cedrón.
“Es importante porque ellos ven el proceso de crecimiento, de desarrollo de las plantas. Considero que es un programa muy enriquecedor para las escuelas, en general. Permite que los niños repliquen lo aprendido en sus hogares, es así que varios ya comenzaron a tener sus pequeñas huertas en las casas”, comentó la directora.
Educación trasversal
Llamosas, coordinadora del Equipo Inspectorial, señaló que para un mejor aprovechamiento del programa de estudio se volvió transversal al resto de la malla curricular.
Indicó que para su implementación en las escuelas se firmaron convenios de cooperación con las instituciones. Así también, cuenta con la revisión por parte del Ministerio de Educación y Ciencias a través de la Dirección de Desarrollo Educativo, que hace el control y la verificación del plan, certificando que es apto para el uso en escuelas en Paraguay.
El desarrollo de la huerta escolar les permite promover una conciencia de cuidado y respeto al medio ambiente. Foto: Gentileza
“A la par de trabajar con el MEC, coordinan con el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) los contenidos ambientales acordes a la actualidad. Esto, tras notar una falencia en la educación ambiental en cuanto a trazabilidad, como bien lo establece el currículum de la educación paraguaya. Justamente, la red Salesiana ha colaborado para mejorar la trazabilidad”, precisó.
La profesora María Cristina Snead agregó, por su parte, que no hubo necesidad de alterar mucho los indicadores de cada una de las materias para lograr la trasversalidad del programa.
Cambio de hábitos
La ingeniera Llamosas mencionó que si bien al principio costó un poco que el programa se trasversal, con el paso del tiempo tanto alumnos como docentes fueron comprendiendo la temática y les resultó más fácil ponerla en ejecución.
“Es un proceso ambiental, generalmente a largo plazo; pero, a corto plazo también se ven cambios, sobretodo en los estilos de vida. Son pequeñas cosas o acciones, cambio de hábitos, de actitud y estilos de vida en las personas”, acotó.
La profesora María Cristina Snead, docente y referente del Equipo Inspectorial Medioambiental del Colegio Don Bosco de Ypacaraí, resaltó que desde que comenzaron a implementar el programa están observando cambios de hábito en los alumnos, que se han convertido en celosos agentes de cuidado del medio ambiente.
Es así que ya han experimentado varias acciones por iniciativas de sus propios alumnos, que luego de aprender la importancia de la clasificación de los residuos comenzaron a colocar tachos de basuras diferenciados frente a sus hogares.
Recordó que los alumnos, al ver que los recolectores de basura no respetaban la clasificación y al final los residuos terminaban todos de vuelta mezclados en los camiones, volvieron enojados a la escuela, pero no se quedaron con los brazos cruzados.
“Por iniciativa de ellos, llegaron a los intendentes municipales de Itauguá, Ypacaraí, Pirayú, Areguá y Caacupé -rango de influencia del colegio Don Bosco de Ypacaraí- para plantear y buscar soluciones con las autoridades locales”, comentó.
La docente contó otro caso, la queja de una alumna de la institución por la quema de basura por parte de su vecina y lageneración de humo. Así fue que sus compañeros decidieron escribir cartas a la vecina. En total, se juntaron 30 misivas en las que se explicaban los efectos nocivos de la quema de basura.
Los alumnos aprenden la importancia del cuidado del medio ambiente, asumiendo el compromiso de ser celosos vigilantes. Foto: Gentileza
Resiliencia al cambio climático
Dentro de este programa de estudio ambiental, la ingeniera Llamosas destacó que trabajan en un total de 10 ejes temáticos, de los cuales dos están directamente enfocados al cambio climático y la gestión de riesgos de recursos con enfoque en la resiliencia.
Explicó que el objetivo es que la comunidad educativa aprenda a identificar los factores de riesgos y luego sepa cómo sobrevivir al cambio climático.
“El primer factor es identificar cuáles son los riesgos y después ir viendo cómo mitigar, o cómo tener resiliencia al cambio climático. Por ejemplo, las escuelas del Chaco tienen problemas tangibles, como la sequía, las inundaciones y los incendios forestales, que les llegan prácticamente a las escuelas y a las casas. Buscamos que desarrollen el pensamiento crítico y de parte de ellos mismos salga esa identificación de factores de riesgo, que hagan su diagnóstico ambiental o su diagnóstico de riesgo, su mapa de riesgo”, ejemplificó.
Por último, precisó que se trata de una experiencia maravillosa trabajar con los chiquitos, porque están interesados en aprender lo que es educación ambiental. “Ellos asumen el compromiso y se vuelven celosos vigilantes del medio ambiente. Realmente, para nosotros, ha sido una experiencia maravillosa trabajar con los niños en educación ambiental. Creo que nos dará un futuro ecológico seguro y que está generando verdaderos cambios en los niños y en sus familias”, concluyó.