Desde la Cappro consideran que la situación puede ser aprovechada para formalizar a los camioneros, ya que de 60 mil, solo 14 mil están registrados. Foto: Archivo/Pánfilo Leguizamón.
Paro de camioneros: “Para nada tiene un trasfondo económico, sino más bien político”
Compartir en redes
Tras el anuncio del retiro de los camioneros del Comité Técnico del Transporte Terrestre de Carga, creado por el Gobierno; desde la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) lamentaron dicha decisión y alegaron que desde el gremio tuvieron toda la predisposición en brindar respuestas, a lo que en teoría estaban buscando, para analizar los costos operativos referenciales del flete.
“Es una verdadera pena, y ahí se ve el verdadero objetivo de esta movilización, que para nada tiene un trasfondo económico, sino más bien político, que es la lectura que sacamos de la gravedad de esta situación”, expresó la gerente general de la Cappro, Sandra Noguera.
Desde el sector agroexportador se presentaron desde un primer momento con las intenciones de negociar, y seguirán asistiendo a las reuniones cada vez que las autoridades lo soliciten, y si los camioneros no se presentan, de todas maneras seguirán trabajando para establecer el precio referencial, indicó Noguera.
En cuanto a alguna posible alternativa de modo de solucionar en un menor tiempo, Noguera señaló que tanto la Dirección Nacional de Transporte (Dinatran) como la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) ya tienen las herramientas para hacer los controles de las empresas transportadoras que no están habilitadas para operar, y que contratan a camioneros que tampoco están formalizados.
“Lo que nosotros proponemos como solución a corto plazo es el diálogo, y los camioneros deberían estar más interesados en formar parte de las reuniones y plantear todos los problemas que ellos consideran”, agregó la gerente general de la Cappro.
Al respecto, Noguera indicó que no es un número menor que solamente 14.000 camioneros estén inscritos en la SET de los 60.000 que actualmente ofrecen servicios, ya que eso genera una competencia desleal respecto a los que trabajan formalmente.
En este aspecto es que ven una oportunidad de mejora en los servicios de transporte, lo cual va a ayudar también a transparentar más el trabajo, y aseguró que no se puede hablar de incumplimiento por parte de las agroexportadoras, ya que vienen trabajando con precios referenciales, a efectos de que prime la libre oferta y demanda, cuya tabla se viene aplicando, acotó.
Cappro apunta a agregar valor industrial a alimentos
Compartir en redes
El Paraguay del futuro debe continuar la estrategia de consolidarse como productor mundial de alimentos, pero como uno inteligente que se desarrolla y agrega el valor industrial dentro de sus fronteras, según expuso la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) ante técnicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), por sus siglas en inglés.
En un conversatorio técnico, explicaron que la industria de la molienda de soja es un proceso crítico para el desarrollo de la industria alimenticia y la de biocombustibles, sectores donde Paraguay puede diferenciarse agregando valor, incorporando además mano de obra local que requiere mayor especialización.
“A nivel productivo, si bien se están realizando estudios para intentar realizar agricultura en zonas marginales, Paraguay ha encontrado límites en la expansión de su frontera agrícola. Sin embargo, a nivel industrial, es donde Paraguay tiene aún mucho por crecer”, expresó el presidente de la Cappro, Antonio Iati, asegurando que esto es posible con la implementación de algunas medidas concretas por parte del Estado que busquen aumentar la competitividad del sector.
En ese sentido, recordó que las industrias aceiteras son las únicas que no tienen derecho a la devolución del crédito fiscal del IVA cuando exportan productos industrializados, lo cual se convierte en un costo elevado dejándolas fuera de competencia en el mercado internacional.
Añadió que Paraguay es el único país productor de soja en el mundo que no tiene políticas activas en favor de la industrialización dentro de su territorio. Y con los cambios en las reglas e inequidad fiscal se resta competitividad al sector.
Cappro: apuntan a agregar valor industrial a los alimentos dentro de Paraguay
Compartir en redes
El Paraguay del futuro debe continuar la estrategia de consolidarse como productor mundial de alimentos, pero como uno inteligente que se desarrolla y agrega el valor industrial dentro de sus fronteras, según expuso la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro) ante técnicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), por sus siglas en inglés.
En un conversatorio técnico, explicaron que la industria de la molienda de soja es un proceso crítico para el desarrollo de la industria alimenticia y la de biocombustibles, sectores donde Paraguay puede diferenciarse agregando valor, incorporando además mano de obra local que requiere mayor especialización.
“A nivel productivo, si bien se están realizando estudios para intentar realizar agricultura en zonas marginales, Paraguay ha encontrado limites en la expansión de su frontera agrícola. Sin embargo, a nivel industrial, es donde Paraguay tiene aún mucho por crecer”, expresó el presidente de la Cappro, Antonio Iati, asegurando que esto es posible con la implementación de algunas medidas concretas por parte del Estado que busquen aumentar la competitividad del sector.
En ese sentido, recordó que las industrias aceiteras son las únicas que no tienen derecho a la devolución del crédito fiscal del Impuesto al Valor Agregado (IVA) cuando exportan productos industrializados, lo cual se convierte en un costo elevado dejándolas fuera de competencia en el mercado internacional.
Añadió que Paraguay es el único país productor de soja en el mundo que no tiene políticas activasen favor de la industrialización dentro de su territorio. Y con los cambios en las reglas e inequidad fiscal se resta competitividad al sector, reduciéndose la capacidad instalada a 4,23 millones de toneladas/año y actualmente operan a niveles de 30 % de ociosidad.
Los analistas del USDA fueron Eric Gero y Katie McGaughey, que pertenecen a las oficinas de Washington, quienes dieron a conocer datos estadísticos e informaciones que podrán ser de utilidad para la toma de decisiones a los productores y a los diferentes actores de la cadena productiva del país, en vista a que en este mes se tuvo el inicio de la nueva campaña agrícola 2024/2025.
Cappro apunta a la consolidación de la industria aceitera dentro del país
Compartir en redes
El gremio aglutina a las diez aceiteras más importantes del Paraguay.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), desde sus inicios (hace 18 años) hasta la fecha, ha tenido un desempeño destacado en la sustentabilidad ambiental, la logística fluvial, el combate al contrabando y coadyuvando con el esfuerzo de los productores de materias primas para la industria aceitera.
La Cappro es un gremio que agrupa a las 10 industrias aceiteras más importantes del Paraguay, cuyo volumen de producción representa el 95 por ciento de la cantidad de aceites y harinas oleaginosas producidas y exportadas por el país. Las firmas asociadas a Cappro son:
ADM, Bisa, Bunge, Caiasa, Cargill, Conti Paraguay, Copagra, LDC, Mercantil Comercial y Oleaginoza Raatz; las mismas canalizaron aproximadamente más del 60 por ciento de la soja cosechada en el país en la última década. Algunos de los asociados realizan otros procesos industriales conexos, como envasado de aceites comestibles, producción de grasas y margarinas, balanceados y aceite de coco.}
“Luego del gran flujo de inversiones en el sector, a inicios de la década pasada, la industria aceitera paraguaya se posicionó como la principal actividad industrial en términos de saldo de inversión directa, con 861 millones de dólares al cierre de la última actualización realizada por el Banco Central del Paraguay”, comenzó diciendo Sandra Noguera, gerente general de Cappro, a La Nación/Nación Media.
Explicó que en ese periodo surgieron nuevas industrias y otras fueron ampliadas y mejoradas, con lo que la capacidad para industrializar se triplicó. Sin embargo, los constantes cambios de reglas redujeron la competitividad del sector, modificando de manera significativa los planes iniciales.
“Esto puso freno a las inversiones, ya que el escenario se volvió incierto, con lo cual actualmente no existe la previsibilidad necesaria para los inversionistas y el año se está volviendo crítico para la agroindustria”, explicó.
Las agroindustrias en el Paraguay, además de los beneficios directos en generación de empleos formales y de calidad, la creación de polos de desarrollo, el mayor ingreso de divisas al exportar productos industrializados de mayor valor que las materias primas, aportes fiscales, entre otros, indirectamente a lo largo de los años han impactado positivamente en rubros conexos, propiciando y facilitando el crecimiento de la cría de cerdos y aves, ganado lechero, piscicultura y otros.
Entre los planes de Cappro está la consolidación de la industria aceitera dentro del territorio como eslabón fundamental para el desarrollo del resto de la cadena. Sobre este último punto, las industrias asociadas a Cappro, con las políticas públicas adecuadas, pueden colaborar con los planes del Gobierno de convertir al Paraguay en capital del biocombustible, ya que son las proveedoras naturales del aceite crudo necesario para la producción de este.
Agregó que el desafío para este segundo semestre del año, y para los próximos años, es encontrar mecanismos que permitan a la industria local aprovechar su capacidad instalada y recuperar rentabilidad que se ha ido erosionando sistemáticamente en estos últimos años.
“Las previsiones de industrialización para el cierre de este año no superan los 2,5 millones de toneladas, representando una capacidad ociosa de más de 1,8 millones de toneladas, lo que pone en evidencia cómo van profundizando aún más las condiciones de competitividad negativas para la subsistencia de las industrias aceiteras nacionales que apostaron por el país”, comentó.
Explicó que para enfrentar un nivel más competitivo es crucial robustecer la agroindustria con políticas públicas enfocadas en lograr una mayor industrialización de la materia prima agrícola dentro del territorio nacional. “Se requiere de una política industrial clara que nos ayude a concretar el potencial del sector”, sostuvo.
Como gremio, la mayor satisfacción es haber adquirido un desempeño destacado en la cooperación integral en las actividades de las industrias aceiteras, en ocupar un espacio cada vez mayor en la instalación del diálogo abierto con las autoridades del Gobierno y con los otros actores de la economía nacional, entre otros aspectos.
“Otro punto que enorgullece a Cappro es el haberse convertido en un ente de referencia a nivel local e internacional en la generación de estadísticas del sector agroindustrial”, comentó. Asimismo, dijo que se debe reforzar el diálogo entre el Gobierno y los sectores que invirtieron o desean invertir en el país, con miras a transformar las ventajas comparativas del Paraguay en verdaderas ventajas competitivas.
“La Cámara tiene por misión impulsar la industrialización de oleaginosas y cereales en coordinación con el sector público, fomentando el crecimiento de la producción agrícola e industrial, generando mayores ingresos de divisas y puestos de trabajo, con responsabilidad social y medioambiental”, aseguró.
Cappro apunta a la consolidación de la industria aceitera dentro del país
Compartir en redes
El gremio aglutina a las diez aceiteras más importantes del Paraguay.
La Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), desde sus inicios (hace 18 años) hasta la fecha,ha tenido un desempeño destacado en la sustentabilidad ambiental, la logística fluvial, el combate al contrabando y coadyuvando con el esfuerzo de los productores de materias primas para la industria aceitera.
La Cappro es un gremio que agrupa a las 10 industrias aceiteras más importantes del Paraguay, cuyo volumen de producción representa el 95 por ciento de la cantidad de aceites y harinas oleaginosas producidas y exportadas por el país. Las firmas asociadas a Cappro son: ADM, BISA, BUNGE, CAIASA, CARGILL, CONTIPARAGUAY, COPAGRA, LDC, MERCANTIL COMERCIAL y OLEAGINOSA RAATZ; las mismas canalizaron aproximadamente más del 60 por ciento de la soja cosechada en el país en la última década. Algunos de los asociados realizan otros procesos industriales conexos, como envasado de aceites comestibles, producción de grasas y margarinas, balanceados y aceite de coco.
“Luego del gran flujo de inversiones en el sector, a inicios de la década pasada, la industria aceitera paraguaya se posicionó como la principal actividad industrial en términos de saldo de inversión directa, con 861 millones de dólares al cierre de la última actualización realizada por el Banco Central del Paraguay”, comenzó diciendo Sandra Noguera, gerente general de Cappro, a La Nación/Nación Media al hablar de la evolución de la industria nacional.
Explicó que en ese periodo surgieron nuevas industrias y otras fueron ampliadas y mejoradas, con lo que la capacidad para industrializar se triplicó. Sin embargo, los constantes cambios de reglas redujeron la competitividad del sector, modificando de manera significativa los planes iniciales.
“Esto puso freno a las inversiones, ya que el escenario se volvió incierto, con lo cual actualmente no existe la previsibilidad necesaria para los inversionistas y el año se está volviendo crítico para la agroindustria”, explicó.
Las agroindustrias en el Paraguay, además de los beneficios directos en generación de empleos formales y de calidad, la creación de polos de desarrollo, el mayor ingreso de divisas al exportar productos industrializados de mayor valor que las materias primas, aportes fiscales, entre otros, indirectamente a lo largo de los años han impactado positivamente en rubros conexos, propiciando y facilitando el crecimiento de la cría de cerdos y aves, ganado lechero, piscicultura y otros.
Entre los planes de Cappro está la consolidación de la industria aceitera dentro del territorio como eslabón fundamental para el desarrollo del resto de la cadena. Sobre este último punto, las industrias asociadas a Cappro, con las políticas públicas adecuadas, pueden colaborar con los planes del Gobierno de convertir al Paraguay en capital del biocombustible, ya que son las proveedoras naturales del aceite crudo necesario para la producción de este.
Agregó que el desafío para este segundo semestre del año, y para los próximos años, es encontrar mecanismos que permitan a la industria local aprovechar su capacidad instalada y recuperar rentabilidad que se ha ido erosionando sistemáticamente en estos últimos años.
“Las previsiones de industrialización para el cierre de este año no superan los 2,5 millones de toneladas, representando una capacidad ociosa de más de 1,8 millones de toneladas, lo que pone en evidencia cómo van profundizando aún más las condiciones de competitividad negativas para la subsistencia de las industrias aceiteras nacionales que apostaron por el país”, comentó.
Explicó que para enfrentar un nivel más competitivo es crucial robustecer la agroindustria con políticas públicas enfocadas en lograr una mayor industrialización de la materia prima agrícola dentro del territorio nacional. “Se requiere de una política industrial clara que nos ayude a concretar el potencial del sector”, sostuvo.
SATISFACCIÓN
Como gremio, la mayor satisfacción es haber adquirido un desempeño destacado en la cooperación integral en las actividades de las industrias aceiteras, en ocupar un espacio cada vez mayor en la instalación del diálogo abierto con las autoridades del Gobierno y con los otros actores de la economía nacional, entre otros aspectos.
“Otro punto que enorgullece a Cappro es el haberse convertido en un ente de referencia a nivel local e internacional en la generación de estadísticas del sector agroindustrial”, comentó.
Asimismo, dijo que se debe reforzar el diálogo entre el Gobierno y los sectores que invirtieron o desean invertir en el país, con miras a transformar las ventajas comparativas del Paraguay en verdaderas ventajas competitivas.
“La Cámara tiene por misión impulsar la industrialización de oleaginosas y cereales en coordinación con el sector público, fomentando el crecimiento de la producción agrícola e industrial, generando mayores ingresos de divisas y puestos de trabajo, con responsabilidad social y medioambiental”, aseguró.