La Planta Alcoholera de Mauricio José́ Troche alcanzó un nuevo récord histórico desde el 2013, con las 400 mil toneladas de caña molida y 23,5 millones de litros de alcohol. Foto: Gentileza.
Zafra 2020 de caña molida llegó a 400 mil toneladas y benefició a 30 mil familias
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La planta alcoholera de Mauricio José Troche logró un nuevo récord histórico en la zafra durante el 2020, luego de 7 años, con 400.000 toneladas de caña molida, que resultaron en más de 23.500.000 litros de alcohol y unas 30 mil familias de la zona beneficiadas.
Así lo anunciaron desde Petropar, que administra la planta, resaltando que la mencionada cifra no se daba desde el 2013, llegando así a la meta propuesta, para lo cual también fueron inyectados más de G. 88.000 millones.
El hecho se dio como resultado del trabajo y esfuerzo de los productores cañeros, peladores, transportistas y zafreros, quienes día a día se dedican a abastecer y a producir para la planta, junto con los más de 100 camiones que ingresaron diariamente, generando un efecto multiplicador a las familias de la zona.
Desde la estatal señalan que el volumen de producción pudo ser alcanzado gracias al plan de modernización que se lleva adelante, que fue ejecutado en los períodos de entre zafra y cuyas dos primeras etapas ya fueron concluidas.
La petrolera resalta además que el proyecto de modernización es impulsado por el presidente de la República, que tiene como objetivo principal mejorar la productividad de la planta y la economía de las familias y localidades que se dedican al cultivo de caña de azúcar.
Así, la planta alcoholera es el sustento de más de 30.000 familias de los departamentos Guairá, Caaguazú y Caazapá, y la zafra cañera representa para las mismas un movimiento económico interesante a nivel regional, que permite fortalecer un sector productivo importante para el país.
La planta alcoholera es el sustento de más de 30.000 familias de los departamentos Guairá, Caaguazú y Caazapá. Foto: Gentileza.
En ese sentido, solo para el corte de caña trabajan más de 6.000 personas y 600 camiones en el transporte de la materia prima, además que durante el período de zafra trabajan en la planta más de 400 personas entre zafreros y funcionarios técnicos que hacen posible el funcionamiento.
Al respecto, el titular de Petropar, Denis Lichi, ratificó el compromiso de la institución y de todos los que conforman la empresa para con el país, teniendo en cuenta la complicada situación de emergencia sanitaria que se sigue atravesando.
“Este compromiso y esfuerzo se tradujo como primera medida en la baja del precio de los combustibles de Petropar, y en un siguiente paso fue lograr una mayor producción en la planta alcoholera de Troche, beneficiando a la economía nacional y sobre todo a los productores de la zona, sus familias y las comunidades que viven del cultivo de caña”, precisó.
La siembra y germinación de cultivos en la región Oriental de Paraguay avanza con optimismo, a pesar de los desafíos que enfrentan los agricultores en la actual campaña agrícola 2024/2025. Los productores rurales, particularmente las familias campesinas, se esfuerzan por obtener rendimientos que no solo cubran los costos de inversión, sino que también generen ganancias en un contexto de fluctuaciones climáticas e incertidumbre en los precios internacionales.
El objetivo principal es mantener un equilibrio entre los costos de producción y los ingresos, mientras se gestionan las presiones del mercado global. La situación no es sencilla, pero la resiliencia del sector sigue siendo un pilar para la economía nacional.
La calidad de las semillas y el desarrollo de los cultivos son aspectos claves que mantienen el optimismo entre los productores. En zonas como Caaguazú, Alto Paraná y otras regiones productivas, los agricultores trabajan arduamente para cumplir con los plazos establecidos en el ciclo de siembra y cosecha. Aunque las condiciones climáticas pueden variar, lo que trae cierta incertidumbre, las expectativas son positivas en cuanto a la productividad.
David Bakes, productor en Mbaracayú, Alto Paraná Norte, subrayó que los rendimientos esperados deben alcanzar entre 2.500 y 3.000 kilogramos por hectárea para cubrir los costos de producción y generar al menos un “empate técnico”, es decir, evitar pérdidas financieras. Este rendimiento es crucial, especialmente para aquellos agricultores que alquilan sus tierras y dependen de una mayor producción para poder solventar sus gastos.
“Todos tenemos gastos asociados a insumos y la gestión de comercialización. Pero hay una diferencia entre los productores que son propietarios de sus campos y los que alquilan. Estos últimos necesitan un mayor volumen de producción para alcanzar el mismo nivel de rentabilidad”, explicó Bakes.
Realidades distintas según la región
La presión de los precios internacionales a la baja ha afectado las expectativas de ganancia en varias zonas productivas del país. Según Aurio Frighetto, productor en el departamento de Caaguazú, la situación actual no permite esperar ganancias significativas. “Esperar grandes márgenes de ganancia es complicado en este contexto. Sin embargo, los agricultores siempre mantienen una visión optimista, esperando que las condiciones sean favorables”, expresó.
Frighetto también señaló que la mayor preocupación para los productores sigue siendo el clima. Las variaciones climáticas, como lluvias irregulares o sequías prolongadas, podrían impactar directamente en el desarrollo de los cultivos, especialmente en variedades de ciclo corto. “El problema radica en que si las condiciones climáticas no son las adecuadas, la cosecha podría prolongarse, afectando no solo el tiempo, sino también la calidad del producto”, añadió.
La incertidumbre en torno a las condiciones climáticas es un factor constante para los productores, quienes deben evaluar diariamente el estado de sus cultivos y aplicar medidas de protección. A pesar de estos desafíos, los agricultores mantienen su compromiso con el trabajo en el campo, con la esperanza de que la cosecha rinda los frutos necesarios para mantener la estabilidad económica de sus familias.
Impacto de los precios internacionales y la exportación de soja
Otro aspecto que incide en las expectativas de los agricultores es la caída en los precios internacionales. A pesar del aumento en los volúmenes de exportación, los precios bajos en el mercado global limitan los ingresos que genera el sector agrícola para el país.
En la campaña de soja 2023/2024, hasta agosto de 2023, Paraguay exportó un total de 6,8 millones de toneladas de granos de soja, un aumento del 46% en comparación con el mismo periodo del año anterior. En términos de valor, las exportaciones alcanzaron los 2.731 millones de dólares, un 6,7% más que en 2023. Esta cifra representa un récord histórico en volumen para el país, superando los 6,5 millones de toneladas exportadas en campañas anteriores, según datos de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
Sin embargo, la caída en los precios internacionales ha limitado los ingresos que el país obtiene por estas exportaciones, lo que genera preocupación entre los productores. Aunque los volúmenes exportados han crecido significativamente, los agricultores no ven reflejado este aumento en sus ingresos debido a los bajos precios que rigen el mercado.
Optimismo cauteloso en el campo
A pesar de la incertidumbre económica y climática, el optimismo sigue siendo una característica central entre los agricultores paraguayos. Desde su perspectiva, la siembra y la cosecha son ciclos que, aunque inciertos, siempre traen consigo la esperanza de buenos resultados.
Dionisio Hildebrand, productor de Caaguazú, expresó que, aunque existe temor por los precios a la baja, los agricultores siguen adelante con su trabajo en el campo. “Cubriremos toda el área y trabajaremos para obtener buenos resultados. Esperamos que todo salga bien, como siempre lo hemos hecho”, comentó Hildebrand.
El enfoque sigue siendo alcanzar un rendimiento que permita a los agricultores cumplir con sus compromisos financieros, pagar deudas y generar algún tipo de beneficio económico para sus familias. Las expectativas para la campaña 2024/2025 son altas, pero también están marcadas por la necesidad de adaptarse a las circunstancias que el clima y el mercado imponen.
La agricultura sigue siendo uno de los sectores más dinámicos y fundamentales para la economía paraguaya. Sin embargo, la sostenibilidad de este sector dependerá en gran medida de la capacidad de los productores para adaptarse a las fluctuaciones del mercado y las condiciones climáticas. En este sentido, la incorporación de tecnologías agrícolas que ayuden a mitigar el impacto del clima, como la irrigación eficiente o el uso de semillas más resistentes, será clave para el éxito a largo plazo.
Las expectativas de éxito están, como siempre, ligadas a la resiliencia de los agricultores, quienes continúan trabajando con esfuerzo y dedicación, incluso en tiempos inciertos.
Preocupa a Biocap que ajuste de cupo obligatorio en gasolinas distorsione el mercado
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La Cámara Paraguaya de Biocombustibles y Energías Renovables (Biocap) comparte su preocupación tras la reciente aprobación por la Cámara de Diputados de modificaciones en la ley n.º 5444/2015, de fomento de consumo de alcohol absoluto y alcohol carburante, que dan preferencia al alcohol derivado de la caña de azúcar en un mínimo del 50 %, no así de otras materias primas, en la mezclas para obtener gasolinas de menos de 97 octanos. La ley vigente establece que el porcentaje sea definido en función a estudios técnicos realizados por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
“Consideramos que esta legislación podría generar problemas significativos, como la especulación de precios, al establecer cupos obligatorios, por la intervención en el libre mercado, que además distorsiona la oferta y la demanda”, expresó el presidente del gremio, Massimiliano Corsi, en conversación con el diario La Nación/Nación Media. Dijo que el factor del porcentaje obligatorio del 50 % como mínimo en el uso de caña de azúcar puede generar más conflictos además de poner en riesgo la seguridad y soberanía energética del país.
En la sesión del martes 17 de setiembre, con 70 votos de los diputados se aprobó con nuevos ajustes el proyecto para modificar los artículos 7 y 11 de la ley 5444, que, en junio pasado, el Senado había aprobado fijando un cupo de “50 % etanol cuya materia prima sea caña de azúcar, y 50 % proveniente de otras materias primas”. Por su parte, Diputados aprobó una “preferencia al alcohol derivado de la caña de azúcar producido en el mercado interno nacional, garantizando un mínimo de 50 % de origen de caña de azúcar”. El proyecto original fue presentado por los senadores Lizarella Valiente, Antonio Barrios, Luis Pettengill, Gustavo Leite, Natalicio Chase, Patrick Kemper y Zenaida Delgado. Ahora vuelve al Senado para tratar las polémicas modificaciones introducidas.
Para el titular de la Biocap, la ambigüedad regulatoria que representa la modificación aprobada, podría llevar a decisiones arbitrarias y aumentar la incertidumbre para los inversores a la hora de querer incursionar en el rubro de los biocombustibles. Fundamenta a la vez que la ley como quedó, podría desincentivar la innovación al limitar la diversidad de materias primas.
“Es importante destacar que hasta ahora se ha vendido más etanol de maíz que de caña, con un 71.7 % en 2022 y 68.3 % en 2023, lo que resalta la desconexión de la ley con las realidades del mercado”, remarca Corsi. De ahí que sacan a luz las interrogantes como, por qué no dejan al libre mercado decidir cuál materia primar utilizar más para hacer un determinado tipo de biocombustible, o por qué condicionar algo que naturalmente debería pasar. Como medida alternativa, se debería poner énfasis en atajar el contrabando de azúcar, de unas 120.000 toneladas al año aproximadamente o casi toda la producción de caña de azúcar.
El empresario azucarero Carlos Morínigo indicó que existe una amplia aprobación por parte de los cañeros en torno a los cambios introducidos en Diputados a la norma 5444/2015 de fomento al consumo de alcohol absoluto y alcohol carburante. Foto: Archivo
Ley de biocombustibles: “Dinamizará el sector y hará que el mercado sea previsible”
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El empresario azucarero Carlos Morínigo manifestó que existe una amplia aprobación por parte de los 80.000 cañeros de los departamentos del Guairá, Caaguazú, Paraguarí y Caazapá, en torno a los cambios introducidos en la Cámara Diputados a la norma 5444/2015 de fomento al consumo de alcohol absoluto y alcohol carburante.
“Esto dará una estabilidad a nuestra comercialización, se dinamizará mucho más a nuestro sector y hará que nuestro mercado sea previsible, que las industrias puedan recibir y procesar toda la caña de los pequeños y medianos productores en tiempo de zafra”, dijo en entrevista con el programa “Así son las cosas” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Los cambios hechos en la Cámara Baja establecen que las naftas de menos de 97 octanos deberán mezclarse en el máximo porcentaje con etanol anhidro, dando preferencia al alcohol derivado de la caña de azúcar en un mínimo del 50 %, no así de otras materias primas, como se determinaba en la versión de los senadores.
“Estamos muy agradecidos y de acuerdo en la forma en que salió el proyecto de ley”, sostuvo Morínigo. Las correcciones realizadas a la iniciativa fueron satisfactorias para los cañicultores, quienes desconvocaron las movilizaciones que tuvieron lugar en varios puntos del país.
Determina además que las mezclas se dispondrán en volumen y en función de estudios técnicos a ser realizados por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC). Uno de los puntos centrales del proyecto de modificación se refiere a un efectivo fomento a la industria nacional del alcohol absoluto y alcohol carburante.
El documento refiere que para el 2025, las naftas menores a 97 octanosdeberán contener un mínimo del 30 % de alcohol anhidro, porcentaje que se incrementará al 32 % una vez alcanzado el 2030. Esto teniendo en cuenta que la versión de los senadores fijaba un contenido mínimo del 35 % de alcohol anhidro para el 2030.
Cañicultura: ministro recomienda no fijar por ley un cupo de preferencia definitivo
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Un grupo de cañicultores se moviliza en Asunción para exigir la aprobación del proyecto que modifica la ley 5444/2015 de fomento de consumo del alcohol absoluto y alcohol carburante, que pretende establecer un cupo preferencia a la caña de azúcar en la producción de alcohol; sin embargo, el ministro de Industria y Comercio (MIC), Javier Giménez, explicó el contexto, la problemática y las posibles alternativas para sacar adelante la producción de caña de azúcar.
Ante todo, enfatizó en que el MIC hará cumplir la ley vigente en cuanto a la preferencia, pero señaló que la modificación pretendida no tiene en cuenta todos los factores, y que pretende limitar a a la cartera de Estado. “Los cañicultores están reclamando que en el ministerio se establezca un mínimo de cupo de compra al alcohol que ellos producen a base de la caña de azúcar. Ya existe una ley que establece en un artículo una suerte de preferencia, pero no establece porcentajes exactos ni mecanismo para que el MIC defina esa preferencia”, expresó Giménez en conversación con el programa “Arriba hoy” del canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Giménez comentó que la actividad de la cañicultura está atravesando por momento no tan bueno, debido a que el rendimiento que tiene Paraguay en la producción de caña de azúcar no es adecuado. “La principal problemática radica en la falta de mayor inversión en tecnología que pueda elevar la productividad”, dijo.
Por dar un ejemplo, el ministro indicó que un cañicultor de Brasil cosecha el doble que uno paraguayo, lo cual es una realidad y ante esta situación es que no pueden competir con la producción local de etanol a base del maíz, que sí es un rubro más dotado de tecnología y altos rendimientos. Respecto al proyecto de ley que busca la modificación, ya con media sanción en el Senado, explicó que pretende delimitar esa preferencia y los mecanismos, pero inició una disputa entre el alcohol con base caña de azúcar y el alcohol base maíz.
El ministro comentó que justamente se pretende cumplir la ley de darle preferencia a la caña de azúcar, mediante una resolución ministerial, adaptando a las situaciones pues cada año es diferente, además del factor precio, calidad, zafra. Mientras que el proyecto de ley intenta limitar a la cartera la potestad de establecer por cuenta propia tales preferencias.
Uno de los aspectos que no se tiene en cuenta en el proyecto de modificación, es que si establece un cupo 50 %, pero si operan pocas empresas, el precio podría dispararse, dijo el ministro Javier Giménez. Foto: Emilio Bazán
Regla de libre mercado
Giménez expuso un posible escenario que, si como se pretende con el proyecto de establecer un cupo del 50 %, pero que operen pocas empresas y el precio se dispare. Esto conllevará a obligar a Petropar a comprar alcohol a un precio muy distorsionado, más alto, y finalmente se traducirá en el consumidor final.,“Hay que tener mucho cuidado con estos proyectos de ley, porque está la regla de libre mercado, y si bien nosotros apoyamos incentivos a la industria y ciertos sectores, hay que hacerlo con cuidado. Vamos a hacer cumplir la ley de la preferencia, pero se debe agregar otros factores”, remarcó.
En este sentido, el titular del MIC señaló que se debe trabajar conjuntamente con el Ministerio de Agricultura, de modo a propiciar las condiciones en cuanto a lo relacionado a la asistencia para que los cañicultores ganen mayor eficiencia en la producción. Se necesita de políticas que doten de tecnología, maquinarias, abonos para que eleven su producción en el campo.
Una alternativa a todo este contexto, podría ser la apertura de mercado, ya que la producción actual de etanol tanto de caña de azúcar como de maíz, duplica la necesidad de mezcla de estos biocombustibles con el combustible fósil que usa Paraguay. Entonces, una salida es la exportación, pero se debe trabajar en todo ya que son varios factores.