El expresidente estadounidense Donald Trump urgió a la Suprema Corte el miércoles para anular una sentencia del más alto tribunal de Colorado (oeste) que lo mantendría fuera de las primarias en ese estado. La Corte Suprema de Colorado vetó a Trump el mes pasado de figurar en las papeletas de las elecciones primarias republicanas en ese estado por su presunto papel en el asalto al Capitolio en Washington que partidarios suyos llevaron a cabo el 6 de enero de 2021.
La defensa del expresidente pidió a la máxima Corte dominada por los conservadores, incluidos tres magistrados designados por Trump, acceder a escuchar el caso y “anular de forma sumaria la decisión de la Corte Suprema de Colorado”. Argumentaron que el fallo “de mantenerse, marcará la primera vez en la historia de Estados Unidos en que una decisión judicial impida a los electores votar por el candidato líder de uno de los partidos principales”.
“La cuestión de la elegilibilidad para servir como Presidente de Estados Unidos está debidamente reservada al Congreso, no a las cortes estatales, para su consideración y decisión”, agregaron. La petición ocurre un día después de que Trump presentara un recurso contra una resolución de la máxima autoridad electoral del estado de Maine que lo mantendría fuera de las primarias en ese estado del noreste.
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Los abogados del expresidente instaron al Tribunal Superior de Maine a anular la resolución de la secretaria de Estado de Maine, la demócrata Shenna Bellows, a quien calificaron de “sesgada” y acusaron de actuar “de forma arbitraria y caprichosa”. Tanto la Corte Suprema de Colorado como Bellows determinaron que Trump, favorito para la nominación de su partido en las primarias de 2024, era inelegible para figurar en el tarjetón de las primarias invocando la 14ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos.
La sección tres de dicha enmienda prohíbe a cualquier persona ocupar un cargo público si ha participado en una “insurrección o rebelión” después de haberse comprometido a apoyar y defender la Carta Magna. La enmienda, ratificada en 1868 después de la Guerra Civil, tenía como objetivo impedir que los partidarios de la Confederación esclavista fueran elegidos para el Congreso u ocuparan cargos federales.
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En otros estados también se han presentado impugnaciones similares a la 14ª Enmienda a la elegibilidad de Trump. Los tribunales de Minnesota y Michigan dictaminaron recientemente que Trump debe figurar en las papeletas de estos estados. Está previsto que el expresidente sea juzgado en Washington en marzo por conspirar para alterar los resultados de las elecciones de 2020, que ganó el demócrata Joe Biden.
Trump se enfrenta asimismo a cargos de extorsión en Georgia por presunta conspiración para alterar los resultados electorales en este estado sureño. Maine y Colorado celebran primarias el 5 de marzo durante el llamado “supermartes”, cuando los votantes de más de una decena de estados, incluidos California y Texas, acuden a las urnas.
Fuente: AFP.
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Irán: un reformista y un ultraconservador disputarán balotaje presidencial
El candidato reformista Masud Pezeshkian y el ultraconservador Said Jalili se disputarán la presidencia de Irán el 5 de julio, tras encabezar los resultados de la primera vuelta, marcados por la participación más baja desde la revolución islámica de 1979. “Ninguno de los candidatos obtuvo mayoría absoluta” en la primera vuelta el viernes pasado, por lo que habrá balotaje entre los dos más votados el 5 de julio próximo, declaró el sábado a la prensa Mohsen Eslami, portavoz de la oficina electoral del ministerio del Interior.
De las 24,54 millones de papeletas escrutadas, el diputado Masud Pezeshkian obtuvo 10,41 millones de sufragios, un 42 % del voto, y Said Jalili, que participó en las negociaciones internacionales sobre el programa nuclear iraní, 9,47 millones, un 38 %. De las 14 elecciones presidenciales celebradas desde la revolución islámica de 1979, sólo una se ha decidido hasta ahora en segunda vuelta, en 2005. Ambos candidatos se situaron claramente por delante del presidente conservador del Parlamento, Mohamad Bagher Ghalibaf, con 3,38 millones de votos, y del cuarto aspirante, Mostafa Purmohammadi, el único religioso en liza, con 206.397 sufragios.
Jalili obtuvo el sábado el apoyo de Ghalibaf para la segunda vuelta. “Pido a todas las fuerzas revolucionarias y a mis seguidores” tratar de “elegir al candidato del frente revolucionario”, declaró. Otros dos candidatos conservadores, que abandonaron la contienda antes de la primera vuelta, llamaron a votar para el aspirante ultraconservador.
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Récord de abstención
Para ganar los comicios, Pezeshkian deberá contar con una movilización de los abstencionistas decididos a bloquear a Jalili. Pero la tarea no se anuncia fácil: de los 61 millones de electores llamados a las urnas el viernes, sólo votó el 40 %. Algunos opositores, y en particular de la diáspora iraní, habían llamado a boicotear los comicios.
El guía supremo, el ayatolá Ali Jamenei, el cargo más importante en la estructura política y religiosa de la República Islámica, había instado a la población a participar en el voto. Durante las presidenciales de 2021, en las que no se había autorizado a ningún candidato reformista o moderado, la tasa de abstención alcanzó el 51 %, lo que en su momento fue un récord.
Las elecciones tuvieron que organizarse precipitadamente tras la muerte del presidente Ebrahim Raisi en un accidente de helicóptero el 19 de mayo. Estos comicios acaparan la atención a nivel internacional porque Irán, un peso pesado en Oriente Medio, está en el centro de varias crisis, desde la guerra en Gaza hasta la cuestión de su programa nuclear. El presidente de Irán tiene poderes limitados y es el responsable de aplicar, al frente del gobierno, las principales líneas políticas marcadas por Jamenei.
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Candidatos muy distintos
La segunda vuelta opondrá a dos candidatos con perfiles y programas muy distintos. Pezeshkian, el candidato reformista de 69 años, es un diputado de Tabriz, una ciudad del noroeste de Irán. Su experiencia gubernamental es limitada. Ocupó el cargo de ministro de la Salud de 2001 a 2005 durante el gobierno reformista del presidente Mohammad Jatami.
El candidato se dio a conocer por su franqueza a la hora de expresarse, y no dudó en criticar al poder durante el movimiento de protestas que sacudió el país tras la muerte de la joven Mahsa Amini en septiembre de 2022 bajo detención policial, por incumplir presuntamente el estricto código indumentario impuesto a las mujeres.
Con su apariencia discreta, este médico de origen azerí aboga por un acercamiento entre Irán y los países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, para levantar las sanciones que están afectando duramente a la economía. Said Jalili, en cambio, es partidario de aplicar una política inflexible hacia las potencias occidentales. El candidato, de 58 años, lo demostró durante los seis años en que participó en las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, entre 2007 y 2013.
También aboga por políticas de mano dura en cuestiones como el uso del velo para las mujeres. A lo largo de su carrera, Jalili ascendió a puestos clave gracias a la confianza del ayatolá Jamenei. Actualmente es uno de los dos representantes del consejo supremo de seguridad nacional, la mayor instancia de seguridad del país.
Fuente: AFP.
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Biden intenta tranquilizar a los donantes tras la debacle del debate
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asistió el sábado a tres actos de recaudación de fondos de campaña, buscando asegurar a los donantes más pudientes que aún puede lograr la reelección a pesar de su caótica actuación en un debate contra su predecesor Donald Trump.
“No tuve una gran noche, pero Trump tampoco”, evaluó el mandatario en uno de los mitines del sábado en Nueva York y Nueva Jersey, donde estuvo acompañado de su esposa, Jill Biden, quien lo defendió ferozmente frente a los llamados para que dé un paso al costado. “Joe no es sólo la persona adecuada para el cargo; es la única persona para el cargo”, aseguró.
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El presidente de 81 años se enfrenta a una ola de dudas tras el debate del jueves por la noche contra su rival republicano, donde titubeó, dejó frases inacabadas y pareció perder el hilo de su pensamiento, exacerbando los temores sobre su edad y agudeza mental.
Muchos comentaristas políticos pidieron que Biden dimitiera tras ese evento, incluido el consejo editorial del New York Times, el periódico más influyente de Estados Unidos. Mientras tanto, el consejo editorial del Washington Post lo instó a hacer un examen de conciencia durante el fin de semana después de que su “calamitosa” actuación en el debate planteara “dudas legítimas sobre si está preparado para otros cuatro años en el trabajo más duro del mundo”.
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Ningún demócrata electo de alto rango se ha sumado todavía al llamado, y los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton le reiteraron públicamente su respaldo el viernes. Jennifer O’Malley Dillon, presidenta de la campaña de Biden, dijo en un memorando público el sábado que las encuestas internas posteriores al debate mostraron que “las opiniones de los votantes no cambiaron”.
E incluso aseguró que hubo un aumento del apoyo, con 27 millones de dólares recaudados el viernes por la noche. “Entiendo la preocupación después del debate”, dijo el mandatario en un mitin de Nueva Jersey junto al gobernador demócrata del estado, Phil Murphy. “Lo entiendo. No tuve una gran noche, pero voy a luchar más duro”, prometió.
Fuente: AFP
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Pánico demócrata tras desastroso debate de Biden frente a Trump
El presidente Joe Biden intenta recuperarse este viernes del debate contra el republicano Donald Trump que provocó pánico entre los demócratas e incluso cuchicheos sobre si deben mantener la candidatura del octogenario para un segundo mandato. El veredicto ha sido unánime y condenatorio. Fue un “desastre político” que causó “consternación” dentro de las filas del partido cuando faltan poco más de cuatro meses para las elecciones.
El enfrentamiento del jueves por la noche con Trump debía ser una oportunidad para que Biden, de 81 años, disipara las dudas sobre su avanzada edad y su aptitud para el cargo, y para retratar públicamente a su rival como una amenaza existencial para la democracia estadounidense. Pero su discurso fue vacilante. En varias ocasiones se trabó y pareció perder el hilo. Como consecuencia algunos demócratas se plantean entre bastidores si él debería seguir siendo el candidato del partido, que tiene hasta agosto para decidir.
A lo largo de 90 minutos Biden intentó a duras penas contrarrestar el estilo grandilocuente de Trump, quien se mostró enérgico y contundente pese a que buena parte de sus declaraciones sobre temas claves como la economía y la migración eran falsas y engañosas. Los moderadores de la CNN, la cadena que organizó el debate, no lo corrigieron. En la pantalla se vio a Biden mirando fijamente, con la boca abierta, mientras Trump, de 78 años, hablaba. “No fue un buen debate para Joe Biden”, declaró la exjefa de comunicaciones demócrata de la Casa Blanca, Kate Bedingfield, a CNN cuando cayó el telón del enfrentamiento.
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“Desgarradora”
Maria Shriver, miembro destacado de la dinastía demócrata Kennedy, hizo una declaración que más bien parecía una elegía de las esperanzas de reelección de Biden. “Amo a Joe Biden. Sé que es un buen hombre”, publicó en la red social X. “Esta noche fue desgarradora en muchos sentidos (...) Hay pánico en el Partido Demócrata”.
Ambos candidatos regresan a la campaña electoral este viernes: Trump con un mitin en Virginia y Biden en Carolina del Norte, ambos en el este del país. Pese a que las voces críticas fustigaban su desempeño, Biden insistió en que salió airoso. “Creo que lo hicimos bien”, dijo. Atribuyó su voz ronca a un “dolor de garganta” y añadió que, en cualquier caso, era “duro debatir con un mentiroso”.
Pero la decepción entre los demócratas es tal que se habla entre bambalinas de encontrar a un nuevo candidato antes de la convención del partido en agosto. El New York Times afirma que los demócratas, incluidos miembros de su administración, siguieron el debate con preocupación, llamándose por teléfono y con mensajes de texto “frenéticos”. Algunos también “discutieron entre ellos en privado si es demasiado tarde para convencer al presidente de que dimita en favor de un candidato más joven”, añade el periódico.
¿Sustituirlo?
Por ahora ninguna personalidad demócrata ha pedido públicamente a Biden que se retire, y la mayoría sigue una línea clara del partido sobre mantener la fórmula existente. “Nunca le daré la espalda al presidente Biden”, dijo el gobernador de California, Gavin Newsom, quien ha figurado en múltiples listas de posibles sustitutos.
“No conozco a ningún demócrata de mi partido que haría eso”, dijo Newsom a los periodistas. Los analistas dicen que forzar un cambio sería políticamente complicado, de modo que Biden tendría que decidir retirarse para dar paso a otro candidato antes de la convención del partido. Su vicepresidenta, Kamala Harris, defendió lealmente a su jefe el jueves, aunque reconoció que había tenido un “comienzo lento”.
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Principales puntos del debate
Joe Biden desaprovechó la ocasión de calmar al electorado sobre su estado físico, mientras que un Donald Trump tranquilo evitó despejar dudas sobre si reconocerá incondicionalmente los resultados electorales. He aquí los principales puntos del primer debate entre los dos candidatos, a cuatro meses de las elecciones presidenciales.
- Biden no disipa dudas -
Biden, de 81 años, tenía la oportunidad en este primer debate de disipar las dudas que puedan tener los estadounidenses sobre su estado físico para gobernar cuatro años más (2025-2029). Con voz ronca, repitiéndose con frecuencia y perdiéndose en frases confusas, el mandatario dejó una imagen diametralmente opuesta a la mostrada por su oponente republicano, con tono resuelto y enérgico.
El presidente defraudó incluso a los de su bando. “La actuación de Joe Biden durante el debate fue decepcionante, no hay otra forma de decirlo”, admitió Kate Bedingfield, exdirectora de comunicación de la Casa Blanca durante sus primeros años de mandato. Biden estuvo “lento al principio, pero terminó fuerte”, reconoció su vicepresidenta, Kamala Harris. En un intento de rebajar las críticas a su actuación, el equipo de campaña del demócrata dijo que estaba resfriado.
- Trump comedido -
Trump, de 78 años y apreciado entre sus partidarios por sus salidas de tono, solo tuvo que controlar sus famosos exabruptos en un intento de convencer a los votantes indecisos. Durante la hora y media de debate, el republicano se mostró moderado y disciplinado. Las reglas del debate fijaban que el micrófono del candidato que no tenía el turno de palabras estuviera apagado. Esto “pudo haber ayudado a Trump porque le impidió gritar ante las intervenciones de Biden”, dijo Robert Rowland, profesor de comunicación en la Universidad de Kansas.
- Ataques personales -
Los dos candidatos se odian, extremo que no han ocultado. Tras una gélida llegada al plató de la CNN en la que no se dieron la mano, Biden y Trump no dejaron de despotricar el uno del otro. Los golpes vinieron sobre todo del demócrata, que acusó al expresidente de tener “el sentido moral de un depravado”, y le tildó de “llorón”, “perdedor” e “imbécil”.
También le llamó “delincuente convicto” por su reciente sentencia de culpabilidad por delitos penales en Nueva York. Trump retó por su parte a Biden a pasar un “test cognitivo” e insistió en que el demócrata es “el peor presidente de la historia del país”.
- Sin interrupciones -
A diferencia del primer debate entre los dos candidatos en la campaña de 2020, cuando se interrumpían constantemente, esta vez ninguno pudo pisar la intervención del otro debido a las estrictas reglas establecidas por la CNN. Como resultado, los candidatos tuvieron pocos intercambios directos espontáneos, y los presentadores se limitaron a pasar la palabra, sin cuestionar las exageraciones o falsas afirmaciones de Trump.
- Trump, evasivo sobre los resultados -
Trump, que sigue sin reconocer la victoria de Biden en 2020, se negó a comprometerse a aceptar sin condiciones el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre. Solo lo hará “si las elecciones son absolutamente justas y equitativas”, se limitó a decir cuando le preguntaron por el tema. “Este tipo no tiene sentido de lo que es la democracia”, le increpó Biden.
Fuente: AFP.
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Biden siembra dudas y Trump mantiene la compostura en primer debate
Donald Trump encadenó mentiras con una seguridad pasmosa y puso en aprietos el jueves a un Joe Biden titubeante, que recurrió a los ataques personales contra su rival, en el primer debate para las elecciones de noviembre que giró sobre migración e inflación.
En sede de la CNN en Atlanta (este), donde se celebró el debate, el demócrata se expresó sin brío frente a un Donald Trump que impuso su estilo grandilocuente y contó falsedades sin que los reporteros de la cadena lo corrigieran.
“La inflación está matando a nuestro país”, afirmó por ejemplo el expresidente republicano de 78 años a pesar de la fortaleza de la economía y del empleo.
El magnate tenía prisa en abordar la migración e intentó meter baza incluso antes de que los moderadores tocaran el tema.
Preguntó a Biden “por qué permitió que millones de personas” llegaran al país “desde prisiones, cárceles e instituciones mentales” para “destruirlo”.
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“Está mintiendo”
“No hay datos que respalden lo que dijo. Una vez más está exagerando. Está mintiendo”, respondió el demócrata.
También acusó a Trump de “mentir” por afirmar que la migración ilegal estaba provocando un aumento de la delincuencia y calificó de “terrible” el papel desempeñado por el republicano después de que este se jactara de haber nombrado a jueces de la Corte Suprema que contribuyeron a anular el derecho constitucional al aborto.
En el debate, muy tenso, el demócrata atacó personalmente a su rival, utilizando un lenguaje agresivo al que tiene poco acostumbrado a la opinión pública.
“¿Cuántos miles de millones de dólares debes por molestar a una mujer en público... por tener sexo con una estrella porno mientras tu esposa estaba embarazada? ¿De qué estás hablando? Tienes la moral de un depravado”, le dijo.
Biden recordó que su oponente era un “delincuente convicto” tras ser declarado culpable en un caso de pagos ocultos a una exactriz porno.
“No hice nada malo”, respondió el expresidente, acusado en otros casos y que repitió la cantinela de que el sistema judicial estaba “amañado”.
Él tampoco se quedó atrás en los ataques personales, aunque sin recurrir a sus habituales exabruptos.
“Realmente no sé qué dijo al final de esa frase. Creo que él tampoco sabe lo que dijo”, expresó con sorna Trump.
Aunque solo tiene tres años menos que el demócrata, Trump aprovechó para atacarlo por la edad, uno de sus hándicaps para la reelección y lo desafió a someterse a un “test cognitivo”, aunque sea uno “muy fácil, como responder las primeras cinco preguntas”, dijo.
Este fue el primer cara a cara entre estos dos hombres que se desprecian mutuamente desde la campaña de las elecciones pasadas, en 2020.
El republicano nunca admitió su derrota en esos comicios y el jueves evitó comprometerse a reconocer sin condiciones el veredicto de las urnas de noviembre a no ser que sea una “elección justa y legal”, aunque sostuvo que cualquier acto de violencia sería “totalmente inaceptable”.
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“Lo hicimos bien”
Trump describió a Biden como un hombre “débil” para ser presidente.
La invasión rusa de Ucrania nunca habría ocurrido “si hubiéramos tenido un líder”, dijo, y se mostró muy crítico con los miles de millones de dólares gastados por Estados Unidos para socorrer a Kiev en el conflicto contra Moscú.
También acusó a su oponente de ponerse del lado de los palestinos en la guerra de Israel contra el grupo islamista Hamás en Gaza, a pesar del apoyo de Washington a los israelíes.
La sensación es que Trump se impuso en el debate, pero no por méritos, sino más bien por deméritos de su rival.
Incluso la vicepresidenta Kamala Harris reconoció que Biden tuvo “un comienzo lento, eso es obvio para todo el mundo, no lo discuto”.
“Fue decepcionante, no hay otra forma de decirlo”, reconoció Kate Bedingfield, exdirectora de comunicaciones de la Casa Blanca.
“Fue sin duda un desastre”, declaró a la AFP el politólogo Larry Sabato.
El presidente se defendió tras el debate y aseguró que salió airoso.
“Creo que lo hicimos bien”, dijo Biden a los periodistas, insistiendo en que es “duro debatir contra un mentiroso”.
La republicana Nikki Haley, exrival de Trump en las primarias y cuyos votos buscan ambos candidatos, llegó incluso a sugerir que Biden no va a ser “el candidato demócrata en las elecciones”, e instó a los republicanos a “mantenerse en guardia”.
Este escenario es poco probable y lo más seguro es que sea nominado por su partido en la convención de agosto.
La intervención de Biden marca un punto de inflexión en una campaña hasta ahora muy reñida, con encuestas bastante igualadas.
Fuente: AFP.