• Berlín, Alemania. AFP.

El criminal de guerra nazi Klaus Barbie tuvo un papel clave en la creación de uno de los cárteles de droga más importantes de Sudamérica, reveló una investigación del semanario alemán Der Spiegel publicada ayer viernes. El exjefe de la policía nazi en la ciudad francesa de Lyon, ocupada por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, huyó a Sudamérica tras el final del conflicto.

El “carnicero de Lyon”, como se le conocía durante la guerra por sus torturas, fue extraditado de Bolivia a Francia en 1983. Años más tarde, en 1987, fue condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad. Murió en prisión en 1991. El semanario alemán logró acceder a archivos de la CIA y del Congreso estadounidense que detallan los vínculos de este exjefe de la Gestapo con Roberto Suárez, barón de la droga boliviano.

“Sin él, Suárez probablemente no habría llegado a ser tan poderoso, Bolivia no se habría convertido en la cuna de una industria mundial de la cocaína, y Pablo Escobar y el cártel de Medellín no habrían crecido tan rápido”, afirmó Der Spiegel. Bajo el nombre de Klaus Altmann, el alemán conoce al “rey de la cocaína” a finales de los años 1970 y se convierte en su asesor de seguridad.

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En Bolivia, el criminal de guerra se había forjado una reputación local y llegó a asesorar a los presidentes bolivianos en materia de represión. Barbie se convirtió de facto en “el jefe de todos los servicios secretos”, contó en un documental el exministro del Interior boliviano Gustavo Sánchez.

En su investigación, el semanario alemán detalla el papel de intermediario que jugó Klaus Barbie entre los militares y Roberto Suárez, quien organizó el incipiente cultivo de coca en los años 1970. Ambos trabajan estrechamente con el colombiano Pablo Escobar, que transporta la cocaína hacia Estados Unidos.

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En Bolivia, el dinero de la droga sirvió para armar a los militares, autores de un sangriento golpe de Estado en 1980. Pero entre estos militares había un grupo de mercenarios neonazis, conocidos como los “Novios de la Muerte”, cuyo cuartel general, el “Club Bavaria”, estaba decorado con esvásticas. Barbie y Suárez “derrocaron al gobierno boliviano e instauran un régimen corrupto que alimentó el narcotráfico”, apunta el artículo. La investigación también reveló que la CIA estaba al corriente de la implicación de Barbie en el narcotráfico.

En 1982, la alianza entre los militares y los narcotraficantes se vino abajo y Suárez fue enviado a prisión en 1988. Klaus Barbie fue extraditado a Francia en 1983 tras ser perseguido por la familia Klarsfeld. Condenado por “crímenes contra la humanidad”, murió en prisión en 1991, a los 77 años. La investigación también reveló que la esposa de Roberto Suárez era de origen judío y que su tía, que vivía en Lyon, había sido deportada por orden de Klaus Barbie.

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